![Imagen 5 Imagen 5](https://archivo.estepais.com/site/wp-content/uploads/2009/11/Imagen-5.png)
La sociología de la crisis contra la crisis de la sociología
En el marco del II Congreso Nacional de Ciencias Socales, realizado en Oaxaca, México del 20 al 23 de octubre, el sociólogo Michel Wieviorka se manifestó por una sociología centrada más en el individuo que en el sistema. Cuando estudia la religión, por ejemplo, debe preocuparse más por la fe de las personas que por las instituciones de la iglesia; menos por la sociedad en su totalidad y más por el punto de vista del individuo. Si vemos a las personas como sujetos y como actores agregó, entonces podemos entender los movimientos sociales.
Por otra parte, señaló, la crisis actual no es sino la manifestación de una crisis de largo aliento que comenzó en los primeros años de la década de los 70 y que además de los procesos de descomposición y destrucción que desata, también es una situación en la que aparecen fuerzas de transformación y de construcción. No sólo se manifiesta como bloqueo e incapacidad de acción sino como condición para crear nuevas ideas.
Como ejemplo mencionó que se puede apoyar a la industria automotriz para enfrentar problemas de desempleo pero condicionándola a dejar de lado la producción de vehículos contaminantes y a emigrar a esquemas de fabricación que respondan a nuevas concepciones del progreso y del crecimiento como el respeto al ambiente.
Los movimientos sociales pueden ayudar a superar situaciones de crisis
Para el sociólogo francés, en una situación de crisis encontramos tres niveles sociológicamente distintos, el de la relación de los actores con la situación, que en caso extremo puede llegar a ser revolucionaria; el político y el organizacional. En cada uno de esos niveles, expresó, es posibe imaginar respuestas diferentes a los conflictos y situaciones de crisis pero para ello es importante contar con una pluralidad de movimientos sociales e instituciones.
Recordó el ejemplo de los motines que tuvieron lugar en una localidad cerca de la ciudad de Lyon en 1990, cuando jóvenes de barrios marginados, hijos de migrantes, empezaron a incendiar automóviles, después de la muerte de uno de ellos a manos de la policía. La situación, que es precursora de los motines de 2005, parecía fuera de control y contra la alternativa de la represión mediante el uso la fuerza pública, se construyó una asociación formada por diferentes elementos de la sociedad que hablaron con los jóvenes y sus familias quienes expresaron sentirse discriminados y sin perspectivas de mejoramiento. Finalmente se pudieron articular varias demandas como la creación de espacios culturales y deportivos, y mayores oportunidades de empleo. La propia asociación obligó al alcalde a escuchar a los jóvenes y a responder a algunas de las demandas lo que permitió superar la situación.
Para Wieviorka la crisis de la sociología se puede superar poniendo atención a los individuos y a las asociaciones preocupadas por el mejoramiento de la convivencia social. Considera que un mayor número de organismos sociales permite superar las situaciones de crisis.
El II Congreso Nacional de Ciencias Sociales fue auspiciado por el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y la Asociación para la Acreditación y Certificación en Ciencias Sociales con la colaboración del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. En el mismo participaron más de 260 académicos de todo el país.