Thursday, 28 March 2024
Artículos relacionados
La pregunta de la literatura
Cultura | Carlos Fuentes | 06.04.2011 | 1 Comentario

Sergio Missana,
Las muertes paralelas,
Ediciones Era,
México, 2010.

Salto mortal debió dar Sergio Missana de El día de los muertos (2007) a Las muertes paralelas (2010). Aquella novela tenía un perímetro temporal y personal preciso: el día del golpe militar contra Salvador Allende, un grupo de amigos revolucionarios, el desprendimiento del narrador, quien sólo formaba parte del grupo por amor a una mujer, y varias décadas más tarde, un reencuentro en París, y una revelación literaria: todo estaba escrito desde antes.
De esa interrogante literaria parte ahora Sergio Missana en Las muertes paralelas. Todo indica que el narrador, Tomás Ugarte, es el protagonista de la novela. Habla en primera persona. Ocupa un espacio, mantiene relaciones, familia, esposa, amigos. Tiene sueños. Tiene una mujer, Paula, que se está separando de él. Tiene una amante de ocasión, Fernanda, que no lo satisface y lo pone en peligro. Tiene una gata, Lola, que —acaso— es la emisaria de una millonaria norteamericana, Phyllis, que por accidente hereda su fortuna a quien se presente a su velorio. El único que llega y firma es Tomás Ugarte. La difunta carecía de higiene, pero no de gatos…
Tomás regresa a su trabajo. La agencia que lo emplea “se iba hundiendo rápidamente en el recuerdo, volviéndose irreal”. Y añade: “Todo ahí parece haberle ocurrido a otra persona”. Tomás tiene un sueño. “Soñé que era una anciana.” Sólo que la anciana, Inés, no es soñada. Es una presencia real, callejera y turbadora cuyo destino, confundido con el propio, Tomás quisiera evitar. La recoge en la calle, la lleva a su apartamento. Inés es una mendiga repugnante: “su olor acre en el que no sólo se mezclaban el excremento y la mugre, sino que ya parecía imperar un principio de descomposición —se concentraba en sus ropas […]”.
¿Por qué la rescata Tomás? ¿Por qué la lleva de la calle a su casa? Porque ha soñado el destino de la anciana —una muerte atroz— y quiere salvarla. Evitar el futuro soñado de Inés. Y sin embargo, Tomás sabe que no debe usurpar la vida de Inés. Esa vida era suya, de Inés, era su única posesión: una vida de “basureros, disputas y treguas territoriales […]. Su memoria parecía atrapada en un laberinto”. Ahora Tomás quisiera “moldear en Inés a la viejita adorable que no era y que nunca iba a ser”.
En un misterioso acto de trasposición, Tomás viste a la anciana con algunas prendas de Paula como si quisiera acercarla a todo lo que la vieja no es mediante eso que Freud llamaría el contacto o deseo de tocar lo prohibido por el tabú. Sólo que cuando alguien (Tomás) ha transgredido el tabú, él mismo se convierte en tabú a fin de no despertar los deseos prohibidos de sus vecinos. Tomás no entiende esto. Cree que Inés es redimible. Inés sabe que no. Engaña a Tomás. Se escapa. Regresa a la calle. La asesinan en un cajero automático, donde la anciana dormitaba, cinco “antisociales” que la rocían con gasolina y le prenden fuego.
El destino de Inés, soñado por Tomás, se cumple, es decir: se cumple el sueño de Tomás. Éste, el benefactor, entiende que “no tenía derecho a usurpar la vida, por muy miserable y sórdida que fuere, de Inés; era suya, su única posesión”. Sólo que esta explicación racional va acompañada de una sospecha: al intentar evitar el futuro de Inés, ¿Tomás evita, desvía o cancela su propio futuro? Pero, ¿tiene porvenir propio quien asume —así sea soñando— el destino de los demás?
Hay una escena horripilante en la que Tomás, de noche, se topa con “rotos” comparables a los que incendiaron a Inés. Se acuesta al lado de uno de ellos: “un hedor abyecto, peor que animal”. Quiere “saldar” una deuda con Inés. Aún no se entera de la deuda de Inés con Tomás. ¿Soñó Inés a Tomás o Tomás a Inés? Los indigentes le revelan la verdad. Lo amenazan. Le orinan encima. Lo llaman “huevón”. Pero lo tratan igual que a Inés. Sólo le ahorran la muerte.
La sospecha se insinúa: ¿soñó Tomás a Inés o soñó Inés a Tomás? ¿Murió Inés, igual que en el sueño de Tomás, a nombre de Tomás? ¿Evitó Tomás una muerte similar a la de Inés a mano de los “antisociales”? ¿Murió Inés para salvar a Tomás de un destino comparable? ¿O es Inés quien, para salvarlo, soñó a Tomás?
Este encuentro de Tomás con los “rotos”, que en vez de matarlo le orinan encima, es el encuentro de todos nosotros —clases medias y altas, profesionistas y empresarios, intelectuales y amas de casa— con el vasto submundo latinoamericano de la miseria y el crimen. Aquí es Santiago de Chile. Podría ser Río de Janeiro, Lima, Caracas o México. Claro que Missana no explica esto. Hace algo mejor: le da vida y abre las puertas de una ficción contagiosa. A partir de Inés, crea el vínculo secreto de Tomás con Ramiro y Osvaldo en la noche helada de Los Andes, de Tomás con Aurelio, o de todos ellos habitando a Tomás, creando la “ficción” de Tomás “el presentador de campañas, […] el jefe eficiente, paternalista, trabajador, controlador, seductor”.
Todos ellos, ¿fueron Tomás? ¿O Tomás fue ellos?
Missana da una vuelta final al tornillo en el episodio concluyente de Matías y la filmación en —el muy chileno— regreso al desierto. No revelo el sorprendente final de Las muertes paralelas. Una casa quemada. Una muchacha sonámbula. El bloqueo de crédito y carnet: la pérdida de la identidad moderna. Y una pregunta inútil y necesaria de Tomás: “¿Era posible que mi propia presencia fuera alterando las cosas […] abriendo una estela de posibilidades nuevas […]?”
Es la pregunta de Sergio Missana. Es la pregunta de la literatura.

_______________
Carlos Fuentes (1928) es uno de los principales exponentes de la literatura mexicana. Entre su vasta obra destacan su primer volumen de cuentos, Los días enmascarados, y sus novelas La región más transparente y La muerte de Artemio Cruz. En 1987 recibió el Premio Cervantes y en 1994 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

Una respuesta para “La pregunta de la literatura”
  1. […] “La pregunta de la literatura“, abril de 2011 en Este País, no. 240 Salto mortal debió dar Sergio Missana de El día de los muertos (2007) a Las muertes paralelas(2010). Aquella novela tenía un perímetro temporal y personal preciso: el día del golpe militar contra Salvador Allende, un grupo de amigos revolucionarios, el desprendimiento del narrador, quien sólo formaba parte del grupo por amor a una mujer, y varias décadas más tarde, un reencuentro en París, y una revelación literaria: todo estaba escrito desde antes. Leer más>> […]

Dejar un comentario



¡No quiero que me recuerden!
Luis Villoro Toranzo
Este texto estará disponible en el transcurso del mes. Por favor, visite el sumario general o el sumario del suplemento de Cultura regularmente. Los títulos subrayados indican que el artículo completo ya está disponible. Suscríbase a Este País y reciba la versión impresa cada mes a la puerta de su casa o cómprela con su […]
Un ojo siempre abierto
Eduardo Mosches, El ojo histórico, Universidad Veracruzana,  México, 2014. Pensad que esto ha sucedido: Os encomiendo estas palabras. Primo Levi En una de sus novelas más famosas, 1984, George Orwell imaginó una presencia inquietante, un ojo siempre abierto que prolongaba hasta lo inconcebible el viejo mito griego de Argos Panoptes. Su esencia misma, una curiosa […]
Curso: Carlos Fuentes, su época, su literatura
Fuentes en la UNAM. Curso: Carlos Fuentes, su época, su literatura. Coordina: Dra. Georgina García Gutiérrez Vélez, Martes y Jueves de 17 a 19 hrs. Aula Magna del IIFL.  Inicio de clases 6 de agosto. Informes e inscripciones: Instituto de Investigaciones Filológicas, 5622 7494 / [email protected].         www. iifilologicas.unam.mx   
Sobre Carlos Fuentes y Sergio Pitol
Lo otro y lo continuo en un cuento de Carlos Fuentes Shanik Sánchez Además de ironizar el consumismo, “El que inventó la pólvora”, último cuento de Los días enmascarados, también nos recuerda a Leonia, una de “las ciudades invisibles” de Italo Calvino. Se trata de dos ciudades que se rehacen a sí mismas cada veinticuatro […]
Te pego porque me importas
José Ovejero, La ética de la crueldad, Anagrama, Barcelona, 2012. Intrigante, el título de este ensayo sugiere una moral invertida, un trastocamiento de la polaridad, un viaje al corazón del nihilismo. El contenido, sin embargo, es distinto. El lector no encontrará aquí una apología de la brutalidad. Ovejero no defiende la tortura, los tormentos físicos […]
Más leídos
Más comentados
Los grandes problemas actuales de México (144.193)
...

La economía mexicana del siglo xx: entre milagros y crisis (59.167)
...

Con toda la barba (37.307)
...

¿Por qué es un problema la lectura? (26.770)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.

La distribución del ingreso en México (22.460)
...

Presunto culpable: ¿Por qué nuestro sistema de justicia condena inocentes de forma rutinaria?
Bas­tan­te han es­cri­to y di­cho ter­ce­ros so­bre Pre­sun­to cul­pa­ble....

Los grandes problemas actuales de México
Se dice que el país está sobrediagnosticado, pero en plenas campañas y ante...

I7P5N: la fórmula
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una...

China – EUA. ¿Nuevo escenario bipolar?
No hace mucho que regresé de viaje del continente asiático, con el propósito...

La sofocracia y la política científica
Con el cambio de Gobierno, se han escuchado voces que proponen la creación...

1
Foro de Indicadores
Debates que concluyen antes de iniciarse
El proceso legislativo reciente y sus números

Eduardo Bohórquez y Javier Berain

Factofilia: Programas sociales y pobreza, ¿existe relación?
Eduardo Bohórquez y Paola Palacios

Migración de México a Estados Unidos, ¿un éxodo en reversa?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Donar no es deducir, donar es invertir. Las donaciones en el marco de la reforma fiscal
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Impuestos, gasto público y confianza, ¿una relación improbable?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Los titanes mundiales del petróleo y el gas
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La pobreza en perspectiva histórica ¿Veinte años no son nada?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La firme marcha de la desigualdad
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia. 2015: hacia una nueva agenda global de desarrollo
Roberto Castellanos y Eduardo Bohórquez

¿Qué medimos en la lucha contra el hambre?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Bicicletas, autos eléctricos y oficinas-hotel. El verdadero umbral del siglo XXI
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Parquímetros y franeleros: de cómo diez pesitos se convierten en tres mil millones de pesos
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Una radiografía de la desigualdad en México
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Más allá de la partícula divina
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: El acento está en las ciudades. Algunos resultados de la base de datos ECCA 2012
Suhayla Bazbaz y Eduardo Bohórquez