Thursday, 28 March 2024
Artículos relacionados
Dentro del vientre de la cosa
Blog | Palimpsestos | Antonio Santiago Juárez | 23.04.2013 | 0 Comentarios

BarraBio-AntonioSantiagoNew

¿De qué color es el vientre de la cosa?

Hay algo en mí que no quiere morir y que se oculta. Parece un niño con hidrocefalia pues tiene un gran cerebro que de lo único que vive es de ser grande y poderoso. Su misión es desafiar a la muerte. Protegido por un campo de fuerza de estructura concéntrica y extensa dentro del que desconoce todo mal, se halla a salvo al interior del vientre de la cosa y es uno con ella: todo gira a su alrededor.

Hay que acabar con ese niño. Se trata de un Capitán Garfio con síndrome de Peter Pan. Existen métodos: por ejemplo el de Oliverio, personaje de El Lado Oscuro del Corazón, que sacó una vez a su ser niño del closet en el que lo tenía encerrado lloriqueando. Le dijo “deja de llorar marica, sé fuerte. Vamos, te llevaré a alimentar a la nutria” –Oliverio era un adicto a las prostitutas.

En un capítulo de la Dimensión Desconocida, una institutriz es llamada a ocuparse de un bodoque con poderes psíquicos que tiene esclavizados a sus padres y hermanos, aterrorizados por su control mental sobre las cosas, con el que podría hacerlos papilla (mutante nivel 5, dirían los X-Men). La institutriz se ve “seducida” por él y decide hacerla de maestra -es su única salvación. En ocasiones los niños resultan peligrosos pues no desean saber nada acerca de la muerte: escuchar de su existencia es para ellos lo que las tijeras a Sansón.

Por eso las personas sensatas deciden crecer demasiado pronto y eso implica guardarse al niño en el armario desde la más temprana infancia. Pero ese huésped se sulfura en el encierro, mancha los techos de saliva y sangre, se azota en las paredes y en las vigas. Se convierte en un monstruo entre pálido y verdoso a la manera de Mr. Hyde (por eso hay que cuidarse de las personas sensatas).

Un método para deshacerse de la amenaza, si bien nada recomendable, es el ahorcamiento: hay quienes utilizan su propio cinturón para matar al niño que llevan dentro y luego van y lo esconden dentro del hueco de algún árbol. Entonces se sienten tan culpables que dan su carne al niño muerto y van de calle en calle ahorcando al primer adulto que ven.

Debo decir que existe un sin fin de relaciones con nuestro niño interior. Y como nadie sabe para quién trabaja, estas maneras terminan engrosándole el caldo al niño, cuyo único objetivo es resanar las grietas producidas por la muerte a su guarida. Así, nadie está exento de alimentar al ogro infante: algunos se inventan religiones para tenerlo contento; otros confían en el socialismo o en el libertarismo económico y en su peluda mano invisible; algunos ponen bombas; otros se consumen en las drogas y otros más habitan su esferita de cristal templado. Tienen por consigna olvidarse de la muerte confiando en su destino manifiesto o en alguna providencia. La fantasía de nuestro Oliverio radicaba en soñar con la mujer que vuela.

Yo no quiero matar al infante en mis adentros: los sueños que produce no están mal, pero sus exigencias son demasiado graves. Si me descuido, en un segundo me encuentro haciendo frente a alguien que apenas conozco, las peores pataletas y berrinches.

Tengo que convencerte, niño mío, de que tus días están contados y de que las mujeres o los hombres que vuelan No Existen. No puedo hacerme cargo de ti. Tienes que madurar y hacerte responsable. Sólo así me dejarás vivir y pondrás crear algo de provecho para ambos. Quizá termines la novela que iniciaste o me lleves a escalar el Everest.

Dejar un comentario



El timbre de las campanas: Dos encuentros con la lengua de los otros
En el mixe de Ayutla, tääy significa “ser chistoso/ser gracioso/ser ocurrente” y en el mixe de Tlahuitoltepec significa “mentir”. Una sutil diferencia que en ciertos contextos me ha puesto en aprietos: “¿me estás mintiendo?” me preguntan y yo entiendo “¿estás siendo graciosa? ” a lo que, con entusiasmo, y con un guiño en el ojo, […]
Maxu’nk: Duérmase mi niño, duérmaseme ya Canciones de cuna en las lenguas del mundo
En algunas comunidades mixes se cree que los recién nacidos traen consigo un torta lingüística bajo el brazo: entienden una lengua universal que después se irá puliendo con las palabras de los adultos hasta sacar de ella un diamante prístino: el ayuujk. En sueños, algunas veces podemos recordar esa lengua universal con la que nacemos […]
México en el mundial: crónica de una mediocridad anunciada
Hace cuatro años, el director técnico de la selección mexicana, Javier Aguirre, ofreció una opinión honesta de las posibilidades de su equipo en la Copa Mundial de 2010:   “Se genera mucha expectativa respecto al equipo mexicano y luego hay voces que salen de tono, ¿Campeones? México es lo que es, fue 15 en Alemania, […]
Los otros nos(otros). El español, el mixe, el matlatzinca y unos mezcales
  ¿A dónde conduce todo? ¿En qué nos convertimos? Aquellas eran nuestras preguntas de juventud y el tiempo nos reveló las respuestas. Conduce al otro. Nos convertimos en nosotros. Patti Smith En matlatzinca1 existe cuatro nosotros, en mixe son dos y en español uno. O bueno, también dos: nosotras, nosotros. Primera persona del plural en […]
Sexciudadanía
  Los vínculos entre sexualidad y ciudadanía son múltiples y vitales; entender su relación permite visualizar las problemáticas y soluciones del desarrollo humano y social con mayor nitidez desde una perspectiva integral. Existe una distancia entre la declaración de derechos y la posibilidad real de su observancia, exigencia y respeto, pues entre estas dos situaciones […]
Más leídos
Más comentados
Los grandes problemas actuales de México (144.194)
...

La economía mexicana del siglo xx: entre milagros y crisis (59.171)
...

Con toda la barba (37.318)
...

¿Por qué es un problema la lectura? (26.771)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.

La distribución del ingreso en México (22.461)
...

Presunto culpable: ¿Por qué nuestro sistema de justicia condena inocentes de forma rutinaria?
Bas­tan­te han es­cri­to y di­cho ter­ce­ros so­bre Pre­sun­to cul­pa­ble....

Los grandes problemas actuales de México
Se dice que el país está sobrediagnosticado, pero en plenas campañas y ante...

I7P5N: la fórmula
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una...

China – EUA. ¿Nuevo escenario bipolar?
No hace mucho que regresé de viaje del continente asiático, con el propósito...

La sofocracia y la política científica
Con el cambio de Gobierno, se han escuchado voces que proponen la creación...

1
Foro de Indicadores
Debates que concluyen antes de iniciarse
El proceso legislativo reciente y sus números

Eduardo Bohórquez y Javier Berain

Factofilia: Programas sociales y pobreza, ¿existe relación?
Eduardo Bohórquez y Paola Palacios

Migración de México a Estados Unidos, ¿un éxodo en reversa?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Donar no es deducir, donar es invertir. Las donaciones en el marco de la reforma fiscal
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Impuestos, gasto público y confianza, ¿una relación improbable?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Los titanes mundiales del petróleo y el gas
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La pobreza en perspectiva histórica ¿Veinte años no son nada?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La firme marcha de la desigualdad
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia. 2015: hacia una nueva agenda global de desarrollo
Roberto Castellanos y Eduardo Bohórquez

¿Qué medimos en la lucha contra el hambre?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Bicicletas, autos eléctricos y oficinas-hotel. El verdadero umbral del siglo XXI
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Parquímetros y franeleros: de cómo diez pesitos se convierten en tres mil millones de pesos
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Una radiografía de la desigualdad en México
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Más allá de la partícula divina
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: El acento está en las ciudades. Algunos resultados de la base de datos ECCA 2012
Suhayla Bazbaz y Eduardo Bohórquez