Friday, 19 April 2024
Artículos relacionados
Francisco
Blog | Mutt | Bartolomé Delmar | 10.01.2014 | 0 Comentarios

BartolomeBarra

 

La Iglesia católica, en cuanto a cuerpo político, no tenía ya opciones visibles; su proyecto parecía ajeno al de la humanidad avanti, un cúmulo dogmático inamovible dentro de una estructura cada vez más confusa, más variable y más vertiginosa —llamémosle “sociedad”. La incompatibilidad era palpable y, de alguna manera, presenciábamos los atentos un lento, lentísimo e inevitable resquebrajamiento de una muralla milenaria y antes todopoderosa. Lugar común: era el espectculo crónica de ias incipientes y los manejos dentro de nuestra dinlismolos cientos de millones de pobres, ..áculo de una muerte anunciada.

Las lógicas de la producción, salvación individual y riqueza inherentes a muchas de las prácticas cristianas, pero sobre todo su multiplicidad de ofertas, hacían que la institución católica no tuviera herramientas para ganar adeptos, más allá de una institucionalización cara y burocrática y una retórica propia del siglo XII. En el proyecto solamente quedaba una posibilidad. Era el posible factor de diferenciación dentro de todas las ofertas, dado que cada una ofrecía productos únicos y ciertamente antojables: apelar al sentido de caridad y misericordia y, sobre todo, hablar de y a los cientos de millones de pobres habitantes del mundo, de las injusticias arbitrarias de sistemas políticos y económicos que habían dejado atrás todo rastro de verdadera Humanidad.

No es una apreciación personal, ni cercana a mis posturas ideológicas, pero no hay duda de que muchos malos manejos dentro de nuestra dinámica económica, sobre todo en países con democracias incipientes e instituciones obsoletas (es decir: en casi todos los países), han cobrado de forma arbitraria algunas suertes. Tampoco hay duda de que muchos de los responsables de semejantes atrocidades (falta ver el caso de Larry Summers para entender el punto) se han mostrado perfectamente indiferentes a responder por ese “otro”. Y ahí es donde la Iglesia Católica tenía un espacio importante para recuperar su vitalidad, su fuerza e influencia, hablando en términos fundamentalmente numéricos. Ahí es donde podía regresar a sus orígenes y retomar el curso de su propia historia.

Siglos de riquezas injustificadas y poderíos sobrehumanos fueron las razones fundamentales de su propia enajenación; a final de cuentas, esos monigotes “Ilustrados” podían haberla incluido en sus programas si se hubiera tenido el cuidado político necesario. Pero el último par de siglos ha sido desastroso para el Vaticano, quien ha recibido un golpe mortal tras otro, y, en ese sentido, quizá fue hasta el 2013 cuando se presentó un poco de aire fresco, un paliativo discreto pero eficaz, para este cuerpo enfermo.

La razón evidente es la figura del Papa Francisco I, ese nuevo pregonero que con cautela se dirige a las masas y habla de tiempos de cambio, pero, en realidad, tiene que ver con la propia naturaleza de la Iglesia y, quizá, del catolicismo en su totalidad.

Porque ese “mirar al otro” ha generado una cultura de la empatía que, a su vez, posibilita la flexibilización de sus posturas institucionales (que no lo hayan hecho, y las razones de esa negativa, es otro tema). Es decir: el poder del cristianismo, y sobre todo de la Iglesia católica, viene de poder aceptar y dialogar, de forma natural y orgánica para sus principios, con otro.

Y claro que esto arroja un panorama aparentemente extraordinario, ideal para el desarrollo del Humanismo y de la trascendencia cultural, pero también tiene un aspecto infinitamente más sombrío: es su principal carta política. Es su mejor forma de llamar adeptos y, de alguna u otra manera, conferir al mundo una serie de valores “universales” que en realidad responden a sus propios fundamentos dogmáticos.

Porque no hay en el catolicismo “moderno” el ánimo de segregar, de violentar los principios más básicos de un ser vivo ni de sus contextos; al revés, la idea es incorporarlo todo para promover así un ambiente de tolerancia y armonía. De castigar lo castigable (como la miseria) y reprobar al injusto. Pero, ¿qué pasa si un grupo o una postura no tolera la tolerancia? ¿Qué ocurre si la miseria no se cura con caridades, si la violencia será siempre inevitable y si la censura a veces es lógica y necesaria?

La cúpula de la Iglesia Católica ha sido desde siempre una estructura brillante para engañar que exista una negativa posible a cualquiera de estas respuestas. Y en la figura de Francisco I tiene una nueva navaja extraordinariamente afilada.

Dejar un comentario



Las sorpresas de la modernidad
Mucha de la modernidad ha resultado sorprendernos; quizá esa sea parte de la lógica de la modernidad (que aún no termina, por más que así se piense), la de sorprendernos a nosotros los blancos y occidentales, de forma casi permanente. Es una suerte de adicción, un fetiche inconfesable a nuestro propio ingenio, talentos y descubrimientos. […]
A partir de José Emilio Pacheco
Murió. Hace años que no leía nada de él. Lo había olvidado. Disfruto muchísimo de lo que escribió en forma de verso (leí Fin de Siglo hasta el hartazgo), y aquí va un pequeño homenaje, tomando como punto de partida ese asunto ridículo, pero cierto, de la pieza más popular. Sé (A partir de José […]
Pocos actores importan – Diez palabras para Seymour Hoffman
Hollywood es nuestro inconsciente. La proyección de la imagen en el cine es en muchos sentidos una buena analogía del sueño (que es una imagen viva dentro de la oscuridad de la noche), y las historias surgidas de las colinas californianas han formado, a su vez, mucha de nuestra percepción cultural y la idea de […]
Uno
Alejandro de Macedonia trabajó durante años por su propia gloria. Se hizo de poderes hasta entonces insospechados en el mundo, el mundo que era lo del Caspio y lo del Mediterráneo, y sentó las bases de su legado a partir de la comunión entre culturas inconvertibles (la macedonia y las conquistadas). Su muerte, sin embargo, […]
Silencio
En un pasaje muy particular del Paraíso de Dante, el poeta se encuentra tan absolutamente inmerso en los aires Divinos, tan rebasado por la belleza que le rodea, en su pureza total, en su Absoluto, que no puede ya decir palabra. El silencio lo abruma por lo poderoso de las imágenes, del Cielo, de la […]
Más leídos
Más comentados
Los grandes problemas actuales de México (144.770)
...

La economía mexicana del siglo xx: entre milagros y crisis (59.580)
...

Con toda la barba (38.186)
...

¿Por qué es un problema la lectura? (27.194)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.

La distribución del ingreso en México (23.057)
...

Presunto culpable: ¿Por qué nuestro sistema de justicia condena inocentes de forma rutinaria?
Bas­tan­te han es­cri­to y di­cho ter­ce­ros so­bre Pre­sun­to cul­pa­ble....

Los grandes problemas actuales de México
Se dice que el país está sobrediagnosticado, pero en plenas campañas y ante...

I7P5N: la fórmula
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una...

China – EUA. ¿Nuevo escenario bipolar?
No hace mucho que regresé de viaje del continente asiático, con el propósito...

La sofocracia y la política científica
Con el cambio de Gobierno, se han escuchado voces que proponen la creación...

1
Foro de Indicadores
Debates que concluyen antes de iniciarse
El proceso legislativo reciente y sus números

Eduardo Bohórquez y Javier Berain

Factofilia: Programas sociales y pobreza, ¿existe relación?
Eduardo Bohórquez y Paola Palacios

Migración de México a Estados Unidos, ¿un éxodo en reversa?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Donar no es deducir, donar es invertir. Las donaciones en el marco de la reforma fiscal
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Impuestos, gasto público y confianza, ¿una relación improbable?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Los titanes mundiales del petróleo y el gas
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La pobreza en perspectiva histórica ¿Veinte años no son nada?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La firme marcha de la desigualdad
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia. 2015: hacia una nueva agenda global de desarrollo
Roberto Castellanos y Eduardo Bohórquez

¿Qué medimos en la lucha contra el hambre?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Bicicletas, autos eléctricos y oficinas-hotel. El verdadero umbral del siglo XXI
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Parquímetros y franeleros: de cómo diez pesitos se convierten en tres mil millones de pesos
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Una radiografía de la desigualdad en México
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Más allá de la partícula divina
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: El acento está en las ciudades. Algunos resultados de la base de datos ECCA 2012
Suhayla Bazbaz y Eduardo Bohórquez