
Los comicios de junio marcarán la primera experiencia nacional de candidaturas independientes a distintos puestos de elección popular. El interés de mujeres y hombres sin partido por participar ha sido evidente, pero los retos de diversificar y ampliar la competencia política permanecen.
A partir de la reforma constitucional de 2012, la fracción segunda del artículo 35 constitucional consagra el derecho al voto pasivo para los ciudadanos que no cuenten con el respaldo de un partido político. Quienes cumplan con los requisitos de la ley pueden aspirar a un cargo de elección popular en todos los niveles de gobierno. Con esto, México se sumó a los más de 200 países en el mundo que han reconocido la posibilidad de que existan candidatos independientes. De hecho, esta posibilidad ya había estado vigente en el país. Fue hasta 1946 cuando la Ley Electoral Federal otorgó a los partidos la potestad exclusiva de postular candidatos. La modificación constitucional de 2012 no quitó a los partidos el derecho de proponer candidaturas, pero sí amplió el espectro de las candidaturas a los ciudadanos sin partido.
Si bien después de la reforma de 2012 las candidaturas independientes ya han sido utilizadas en Zacatecas (donde un candidato sin partido ganó la presidencia del municipio General Enrique Estrada) y Quintana Roo, es hasta este proceso electoral que el modelo mexicano de candidaturas independientes se está probando a gran escala. Este año, se renuevan 2 mil 179 cargos de elección popular en la Cámara de Diputados federal y en 17 entidades federativas del país.
El presente texto pretende hacer un primer análisis de los datos observados a nivel federal y local en el proceso 2015. Es un acercamiento a partir de los datos disponibles sobre aspirantes a candidatos (quienes acudieron a un instituto electoral a solicitar su registro).1 Se trata de generar las primeras conclusiones en cuanto al impacto de los diseños normativos sobre la participación ciudadana.2
I. Un modelo, dos vertientes
Básicamente, el modelo mexicano de candidaturas independientes requiere que los aspirantes manifiesten a la autoridad electoral su interés de ser candidatos. Una vez registrados, deberán recabar entre los ciudadanos de la demarcación territorial por la cual están compitiendo un número de firmas de apoyo definido por la norma (para senadurías y diputaciones federales, dos por ciento del listado nominal). Ya verificadas las firmas y el resto de los requisitos de elegibilidad, los aspirantes son registrados como candidatos y asumen una serie de prerrogativas.
Hay estándares internacionales que sugieren que la cantidad de firmas de apoyo requeridas para una candidatura no debe superar el uno por ciento del padrón.3 No obstante, en el concierto universal cada país ha decidido los requisitos exigibles para sus candidaturas ciudadanas.4
En el caso mexicano, existen dos vertientes del modelo. En la modalidad “abierta” (Distrito Federal, Zacatecas o la federación, entre otros) todos los aspirantes que rebasen el número de firmas solicitadas serán aceptados como candidatos. En la opción “cerrada” (Quintana Roo, San Luis Potosí y Tabasco), se restringe esa posibilidad a un candidato único en cada puesto a elegir, que es aquel que tiene el mayor número de firmas y, al mismo tiempo, sobrepasa la barrera mínima estipulada en la normatividad electoral local.
II. Aspirantes a candidaturas federales
El Instituto Nacional Electoral (INE) registró 56 aspirantes a candidatos independientes en 45 distritos de 21 entidades federativas de la República. De ese total, el 84% son varones y el restante 16% son mujeres. Es decir que en 11 entidades federativas del país (Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Guerrero, Morelos, Querétaro, Sonora y Yucatán) no existe siquiera un aspirante a candidato independiente. Más aún, el 85% de los distritos federales se quedaron sin candidato.
III. Aspirantes a candidaturas locales
A nivel local, se cuenta con 347 aspirantes a alguno de los cargos electorales en disputa. En todas las entidades federativas que celebrarán su jornada electoral el 7 de junio existe al menos un aspirante registrado. El 5% de las candidaturas son para gobernador, el 50% para diputaciones locales y el 45% para cargos en ayuntamientos o delegaciones. La entidad con mayor número de aspirantes es el Distrito Federal. Le siguen el Estado de México y Nuevo León. Las entidades con menor número de aspirantes son Guerrero, Yucatán y Querétaro, en ese orden.
IV. Interacciones entre procesos federal y local
Para entender mejor las cifras correspondientes a la elección federal, es preciso verlas desde el punto de vista de los liderazgos en cada región del país. En aquellas entidades donde no hay procesos locales en curso, quienes aspiren a una candidatura independiente necesariamente deben optar por buscar una diputación federal. Por el contrario, en los estados donde hay elecciones concurrentes, los liderazgos locales pueden decidir buscar una candidatura independiente a cualquiera de los cargos en disputa o aspirar a una candidatura independiente federal. En los casos en que las reglas son divergentes, pueden incluso escoger aquel puesto de elección que mejor se ajuste a sus posibilidades de apoyo ciudadano. Este razonamiento explica un dato que ha llamado la atención: en cada uno de los estados que no tienen elección concurrente hay, en promedio, 3 aspirantes a candidaturas independientes federales. En contraste, en los estados con elecciones concurrentes hay apenas 0.6 aspirantes.
Lo que parece evidente es que hay un efecto sustitución entre los procesos federal y local. En los distritos federales que no tienen elección concurrente hay, en promedio, 10 veces más aspirantes a candidatos independientes federales que en aquellos que sí tienen elección concurrente (ver la Gráfica 1).

El caso del Distrito Federal puede ejemplificar este efecto sustitución. El INE registró 2 aspirantes a candidaturas para diputado federal, mientras que el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) registró 145 aspirantes (51 para jefe delegacional y 94 para diputado de mayoría relativa). Considerando que los requisitos entre una y otra elección no son muy diferentes, la causa por la que los líderes locales optaron (en una proporción 70/1) por las candidaturas locales debe estar necesariamente en la cercanía de sus discursos con temas estrictamente locales, o bien en la mayor cantidad de cargos en disputa en el nivel local (28 cargos federales vs. 56 cargos locales).
V. Sensibilidad al porcentaje de firmas requerido
Se ha dicho ya que la cantidad de firmas de apoyo que se requiere en algunas regiones del país para obtener una candidatura es importante. A partir de ese dato, podría suponerse que la cantidad de aspirantes a candidaturas independientes decrece en aquellos estados con una exigencia mayor de firmas de apoyo.
Los datos de la elección de gobernador no permitirían corroborar con fuerza esa hipótesis. Hay tres estados que exigen dos por ciento de firmas de apoyo para sus aspirantes a candidatos independientes y tres que exigen tres por ciento. En ambos casos hay uno, dos y tres candidatos registrados. Incluso en Baja California Sur, que exige cuatro por ciento de apoyos, hay un aspirante a candidato.
La tendencia es también apenas decreciente si el ejercicio se realiza dentro de un mismo estado. La Gráfica 2 analiza los 40 distritos locales en el Distrito Federal. Si bien en todos se exige el dos por ciento de firmas, hay ligeramente más aspirantes a diputados inscritos en aquellos distritos donde la exigencia (en términos del número absoluto de firmas) es mayor que en los que requieren más apoyos.

VI. Cumplir con el porcentaje de firmas
Aún es pronto para hacer un análisis sobre las posibilidades de que los aspirantes a candidatos independientes obtengan el porcentaje de firmas de apoyo requerido por sus legislaciones. A la fecha de elaboración de este artículo, la autoridad federal y algunas otras autoridades locales están todavía en proceso de recepción o validación de firmas de apoyo. No obstante, al ser esta una primera entrega, es posible aventurar algunas hipótesis obtenidas a partir del proceso de registro de aspirantes en el Distrito Federal, la entidad donde más ciudadanos se iniciaron en el proceso de obtención de firmas (145) y una de las primeras en emitir dictámenes de validez de dichos apoyos.
Aspirantes a candidaturas para jefe delegacional en el
Distrito Federal
De las 51 personas que iniciaron la recolección de firmas para aspirar a una candidatura a jefe delegacional, 22 entregaron firmas de apoyo. En conjunto, esos aspirantes lograron el aval de 121 mil ciudadanos.
Ocho aspirantes a candidatos independientes a jefe delegacional alcanzaron el dos por ciento de las firmas de apoyo requerido, es decir, el 15% de quienes lo intentaron. Quienes alcanzaron el porcentaje de firmas requerido lograron, de hecho, 45% más apoyos que los que la ley les pedía.
Aspirantes a candidaturas
para diputaciones locales en el Distrito Federal
Del lado de los aspirantes a candidatos independientes a diputados locales en el df, la historia no fue muy distinta. De los 94 que salieron a recabar firmas de apoyo, 46 las entregaron al IEDF. Seis aspirantes alcanzaron el dos por ciento de firmas exigidas por la ley (6% de quienes lo intentaron).
En conjunto, los aspirantes a una candidatura independiente a diputado entregaron casi 74 mil firmas. Al parecer, los aspirantes que sí alcanzaron el 2% de ley tampoco tuvieron tantas dificultades ya que, en promedio, alcanzaron 38% más de lo que para cada distrito se exigía.
Efectividad por género
Un dato interesante de las campañas de recolección de firmas de apoyo en el df es que las mujeres fueron mucho más efectivas en la consecución de objetivos. Casi el 13% de las mujeres que intentaron obtener las firmas lo consiguieron, lo que contrasta con el 8.5% de hombres que lograron el umbral de firmas requerido por la ley (ver la Gráfica 3).

VII. Profundizar el aprendizaje
Este año se está logrando la primera experiencia nacional en las candidaturas independientes. En 2015 se estarán buscando candidaturas independientes para los cargos de diputado federal, gobernador, diputado local y cargos en ayuntamientos.
Si bien en México aspirar a una candidatura independiente es complicado en virtud del número de firmas que se exigen, las primeras experiencias permiten anticipar que sí se logrará un universo de aspirantes a los distintos puestos de elección popular. Se han disipado ya las primeras dudas. Queda claro que sí existe un interés por parte de los liderazgos ciudadanos en participar y que hay también una aceptación entre los ciudadanos, quienes sí han apoyado la figura de las candidaturas independientes, en ocasiones muy por encima del umbral de firmas requerido por la norma.
Al parecer, los liderazgos ciudadanos sin partido que aspiran a una candidatura independiente se comportan en forma estratégica: deciden concursar por el cargo que mejor se ajusta a su discurso político (prefiriendo en ocasiones el impacto sobre la problemática local) y por el que tiene requisitos menores (fundamentalmente, firmas de apoyo). No parece que la cantidad de aspirantes se reduzca significativamente cuando los requisitos se incrementan.
Queda pendiente conocer la efectividad completa de este primer ciclo de candidaturas independientes. El análisis debe completarse con los datos de aquellos que alcanzaron candidaturas a nivel federal y local, así como con los resultados que las candidaturas independientes pudieran alcanzar en la jornada electoral de junio próximo.
En todo caso, lo que se ha puesto a la vista es que las autoridades electorales del país, los partidos y la ciudadanía han estado a la altura del reto que presenta abrir la competencia política a este nuevo actor que representan los candidatos sin partido. Bienvenidos sean.
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YURI GABRIEL BELTRÁN MIRANDA es licenciado en Economía por la UNAM y maestro en Gobierno y Asuntos Públicos por la Flacso. Actualmente es integrante del Consejo General del Instituto Electoral del Distrito Federal <@yuribeltranm>.