Narcos. Autores de su propio infortunio. Siguiendo la historia de los cárteles latinoamericanos, son ellos mismos, los Zetas y La Línea, los que están cavando su propia tumba. Les hacen falta unas clases de estrategia y mercadotecnia. Un asesor político.
El crimen organizado se está comprando animosidades al mayoreo. Al igual que lo hizo el cártel de Medellín en Colombia y Sendero Luminoso en Perú, los narcotraficantes se están volviendo, poco a poco, más y más impopulares. El resultado histórico siempre es el mismo: su debilitamiento y destrucción. Colombia. La ofensiva gubernamental contra Medellín se intensificó cuando este cártel comenzó a realizar asesinatos políticos, en particular cuando, después de asesinar a uno de los candidatos a la presidencia, la opinión pública se volcó en contra de ellos. Perú. El ataque frontal emprendido por el gobierno contra Sendero Luminoso fue ampliamente apoyado por la población luego de que Sendero aterrorizara, quemara y saqueara cientos de comunidades rurales. En ambos casos el crimen organizado fue diezmado efectivamente sólo después de que la población se puso en su contra.
Los cárteles necesitan un asesor político, asap.
Para empezar, matar con crueldad no paga. La lógica de los sicarios es simple pero errada. Argumentan que decapitan, torturan y descuartizan a sus víctimas para que sus enemigos “aprendan a respetar” [sic]. Juegan con el miedo. Exponen a los cuerpos de sus víctimas para hacer sus amenazas más creíbles. “Se hace lo que se dice” [sic], rezan sus mantas.
En efecto, el miedo es una buena arma. El criminal necesita ser temido para que sus negocios se respeten. En los mercados ilegales no hay nadie que intervenga (cortes, abogados, leyes) para que se cumplan los acuerdos de dos partes. Así, los delincuentes deben tomar la justicia en sus propias manos. En otras palabras, “la traición se paga con la muerte” [sic]. Así, entre mejores amenazas hagan los narcotraficantes a sus competidores, más estables se volverán sus negocios. La gente con miedo cumple porque cumple.
El problema sin embargo es que en el largo plazo, al aterrar a sus enemigos los narcotraficantes aterran indirectamente a todo mundo y atraen la atención del gobierno y los medios. Solitos se ponen la soga al cuello. Los Zetas se volvieron figuras públicas cuando el número de cuerpos calcinados en Nuevo Laredo se incrementó alarmantemente en 2004. Antes nadie hablaba de ellos. El detalle es que hasta para aterrorizar se requiere astucia. El terror tiene que ser suficiente como para mantener al enemigo controlado pero discreto como para no llamar la atención. Matar con crueldad y, encima de todo, escribir anuncios panorámicos de venganza, es la peor de las estrategias públicas (discursovisual.cenart.gob.mx). Las decapitaciones llaman demasiado la atención y provocan que el ciudadano promedio comience a considerar al narcotráfico como un problema local, no un mal exclusivo de los Estados Unidos.
Aun peor, las estrategias de financiamiento de los narcotraficantes los han transformado de un mal indirecto en una preocupación ciudadana constante. Tal parece que el narcotraficante no se ha dado cuenta que secuestrar y extorsionar es políticamente costoso. En el corto plazo, secuestrar capitaliza. El botín por rescates de secuestro en 2009 fue de 7,680 millones de pesos de acuerdo con el Consejo para la Ley y los Derechos Humanos, pero los números pueden ser aun mayores.
El secuestro es una desgracia política para los criminales no sólo porque es altamente impopular sino porque afecta a los más ricos y poderosos. Los empresarios son las principales víctimas. No es de extrañar entonces que la Canacintra, la Canaco, la Coparmex y la cmic sean los principales voceros y grupos de presión a favor de la aprobación de leyes contra el secuestro. Por ejemplo, Alejandro Martí, empresario cuyo hijo sufrió un secuestro que le costó la vida, ha llevado el debate sobre este crimen a la agenda política a través de conferencias internacionales y ong patrocinadas por él mismo.
El secuestro en el largo plazo resulta más malo que bueno para los narcotraficantes. Hace que el gobierno se entrometa. De hecho, la lucha contra el narcotráfico se originó durante el sexenio de Fox como un intento por reducir el secuestro. Fox comenzó una cruzada pública en contra del narcotráfico cuando Daniel Arizmendi, el Mocha Orejas, inauguró el secuestro como una preocupación nacional. La extrema crueldad de Arizmendi atrajo a los medios. Pronto, las autoridades descubrieron que el secuestro y el narcotráfico eran primos hermanos: lugartenientes del cártel de Juárez eran cómplices de bandas en el Distrito Federal y Morelos. Lo que sigue es historia.
En resumidas cuentas, las pésimas relaciones públicas de los narcotraficantes les han valido el odio de la clase alta, la atención del gobierno, e incluso la animosidad de las zonas rurales. Lejos están los tiempos en los que los narcotraficantes eran benefactores de sus comunidades. Los narcotraficantes de abolengo —sabios por viejos y por diablos— conocían la importancia de la opinión pública. Osiel Cárdenas, ex-líder del cártel del Golfo, organizaba año con año una fiesta del día del niño. Víveres, juguetes y hasta consejos les daba. Se colgaban mantas que decían “Ustedes son el futuro de México” o “Con todo mi afecto para el triunfador del mañana». Osiel también mandaba despensas a comunidades que sufrían desastres naturales. Firmaba las despensas con una pequeña nota.
A los narcotraficantes novatos les hace falta darse cuenta de que si el narcotráfico ha sido tan exitoso en México a través de los años, no sólo ha sido por la ineficiencia de las autoridades o por la corrupción, sino porque la comunidad lo ha permitido. Y a nosotros nos hace falta darnos cuenta de lo mismo.
Viridiana Ríos
Candidata a Doctora en Gobierno por la
Universidad de Harvard e investigadora
invitada del Trans-Border Institute en la
Universidad de San Diego.
Por favor, dirija sus comentarios a [email protected]
Excelente analisis Viridiana.
Año del Bicentenario lleno de opresion y derramamiento de sangre, Privacion de nuestra libertad. Culpamos a un gobierno por corrupcion, cuando la solucion esta de nuestro lado. Somos mas los que queremos vivir en paz y tranquilidad. Somos mas los que queremos trabajar honestamente… hasta cuando reaccionaremos y llegaremos a esa unidad para juntos decir !Ya basta! Ojala y sea pronto. Que estos articulos despierten el sentimiento nacional y verdaderamente nos apoyemos como un solo pueblo en bien de nuestros hijos y las futuras generaciones.
Saludos
En resumen, el valiente vive hasta que el cobarde quiere…
Buena reflexion, el caso italiano tambien es un modelo que adapto al miedo como medio para controlar(tanto por parte de las mafias como del estado)!
Hola Viridiana.
Primeramente,un fuerte abrazo por la proximidad a obtener el Doctotado.Paso a comentar que exactamente el miedo se ha convertido en la principal materia prima de las mafias, para que tranquilamente hagan sus locuras criminales.Pero tienes razón, el pueblo los empieza a repudiar.No soportamos una sociedad de terror,los cabrones narcos no los quiere el pueblo,hay comunidades de campesinos que están armando en su contra y no pueden entrar. Esperamos que no se tarden mucho en desaparecer todas las mafias.
VIRIDIANA…Felicidades por tu agudo y certero analisis de este aspecto del narcotrafico!