He criticado desde dentro, durante casi dos décadas del milenio pasado (años setenta y ochenta), y desde fuera, en los últimos dos o tres años, las actividades preparatorias, de ejecución y posteriores de los censos de Población y Vivienda de México para 1970, 1980 y 1990. También tuve la oportunidad de expresar críticas similares sobre los ejercicios censales de varios países de América Latina y África, al final de los años ochenta y principios de los noventa.
Mi memoria, selectora sabia, siempre clasificó y guardó sólo aquello que iba en la línea de las “críticas constructivas”, donde a cada señalamiento seguían de inmediato una o varias sugerencias de soluciones factibles. Con certeza, la memoria de los asistentes a muchas de estas reuniones clasificó y guardó muchas observaciones que contradicen las mías y quizás unas pocas si no similares al menos no contradictorias.
Al hacer el esfuerzo de sumarlas removiendo neuronas flojas, adormiladas por el poco uso; buscando en el hemisferio izquierdo, en el derecho, siempre arribo a un número de reparos que resulta ínfimo en comparación con todos los aciertos con que me topé en todos y cada uno de los censos citados, incluidos los de otros países, incluido el nuestro más reciente, el Censo de Población y Vivienda 2010.
Espacios para mejoras hay, grandes avances muchos más, y lo que ahora sigue es explorar, conocer, aprender, disfrutar, tomar nota, arriesgar especulaciones razonadas ante lo que nos asombró, someterlas a prueba en discusiones con legos y expertos, y congratularnos de la excelente primera entrega (¡claro!, sin duda alguna habrá muchas más) que nos da el país a través del inegi.
¿Cómo se contó la población? El método empleado fue censal porque abarcó todas las viviendas y personas que residían en el territorio nacional en un mismo periodo, el periodo censal o de levantamiento, que corrió del 31 de mayo al 25 de junio de 2010, seguramente con algún periodo adicional para recuperar zonas que quedaron pendientes por diversos motivos justificados. El tipo de levantamiento fue de derecho, es decir, la población se captó en su lugar de “residencia habitual”.
A su vez, las unidades de observación fueron las viviendas y los hogares ubicados en el territorio nacional, los residentes habituales de las viviendas particulares y colectivas y los residentes habituales que no viven en una vivienda. El informante adecuado fue la jefa o el jefe de los residentes de la vivienda, su cónyuge o una persona de 15 años o más de edad que habitara en la vivienda y fuera apta para proporcionar la información solicitada.
Con el Censo 2010, por primera vez se levantó información sobre el equipamiento y los servicios públicos existentes en todas las localidades con menos de 5 mil habitantes en cada estado. También por primera vez, se levantó información sobre el entorno y el equipamiento urbano con información por manzana para cada una de las localidades de 5 mil habitantes o más.
Entre las cifras que arrojó el Censo de Población y Vivienda 2010, están las siguientes:
Localidades: 192,244
188,593 con menos de 2 mil 500 habitantes
131 de 100 mil y más habitantes
30,145 con 50 y más viviendas.
De éstas:
4,161 tienen al menos una preparatoria
16,915 tienen al menos una secundaria o telesecundaria
27,463 tienen al menos una primaria completa
445 tienen al menos una primaria incompleta
28,152 tienen al menos una institución preescolar
1,192 no tienen ningún tipo de escuela
Viviendas particulares: 35,617,724
28,607,568 están ocupadas
4,997,806 están deshabitadas
2,012,350 son de uso temporal
Hogares: 24,803,625
65.1% con al menos un teléfono celular
43.2% con al menos una línea telefónica fija
29.4% con al menos una computadora
21.3% con al menos un acceso a internet
92.6% con al menos una televisión
79.5% con al menos un radio
44.2% con al menos un automóvil o camioneta
82.1% con al menos un refrigerador
Población total: 112,336,538
Pasado el periodo censal con todas sus eventualidades, no podemos regresar a él para repetir la operación. Nos quedamos entonces con cifras “oficiales” que dan cuenta del mejor esfuerzo de enumeración bajo los procedimientos establecidos. Los números resultantes son de naturaleza abstracta, a diferencia de un número concreto como el del conocido caso de los frijoles dentro del costal. Sin embargo, no por ello dejan de ser cifras prácticas y útiles en diversos campos, que van desde la asignación de presupuestos y la elaboración de indicadores sociodemográficos y socioeconómicos prioritarios para el país, hasta la realización de nuevos ejercicios de proyección que redibujen distintos escenarios de la población futura del país, sus retos y los recursos para encararlos.
edmundo berumen fue Asesor Técnico Internacional para la Oficina de Estadística de la onu y Director General de Estadística en el inegi. Actualmente es Director General de Berumen y Asociados.