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El aprovechamiento de los niños y jóvenes con capacidades sobresalientes
Este País | Salvador Malo | Thomas Seligman | Roberto Newell | 01.09.2011 | 0 Comentarios

Educacion-istock

Introducción

Las personas con capacidades sobresalientes (CSS) son un recurso escaso en todas las sociedades. Por ello, muchas de las naciones de mayor desarrollo cuentan con programas tendientes a estimular las CSS de sus ciudadanos y a atraer talento de otras naciones. Esos programas no se emprenden para beneficiar a los pocos que cuentan con esas capacidades. Esto es, su motivación no es meramente altruista, la mayor parte de ellos se emprenden en función del interés general, anticipando que el cuidado y fortalecimiento de las personas con CSS redundará en beneficio de la sociedad entera.

Si bien las CSS se encuentran en los individuos de cualquier grupo de edad, los programas más frecuentes y extendidos para el desarrollo y cuidado de esas capacidades son los orientados a niños y jóvenes. Al asumir que el desarrollo mental tiene lugar fundamentalmente en las primeras etapas de la vida y que la “presión de grupo” frecuentemente conduce a la imitación del comportamiento social general, se asume también que si las CSS no se detectan y estimulan desde temprana edad pueden no desarrollarse cabalmente o, incluso, inhibirse para “alcanzar” los niveles medios de la población.

Es cierto que las investigaciones en torno a la plasticidad del cerebro, las diferencias y la relación entre la capacidad innata de los individuos y los efectos del entorno en ella, el papel de la presión social y del entorno en el comportamiento y las actitudes individuales, y el aprendizaje y el desarrollo intelectual están avanzando de manera acelerada por lo que no se puede descartar que en el futuro sea necesario cambiar algunas de las percepciones mencionadas. Sin embargo, hasta el presente, la detección temprana, la evaluación y la estimulación de las capacidades de los niños y jóvenes siguen siendo consideradas como las más atinadas tanto por razones de igualdad de oportunidades, de retornos a la inversión (individual y colectiva) en educación, de factibilidad y de impacto en la mejora del sistema educativo, el beneficio económico y el progreso social de las naciones. Así, no hay actividad formativa a la que individuos y sociedades dediquen tanto tiempo, esfuerzos y recursos como los dedicados a la educación.

No extraña, por tanto, la atención que el mundo contemporáneo da tanto a la educación inicial (preescolar), a los programas de aprendizaje acelerado, y a los programas para identificar y cuidar a los niños y jóvenes con CSS.

En México, las iniciativas en este sentido son escasas y dispersas, por lo que a menudo pasan desapercibidas. Además, la falta de una cultura nacional que valore y estimule la formación y el desarrollo de talento lleva a que el impacto general de las acciones emprendidas para ello sea hasta ahora muy limitado. En la mayoría de los casos los esfuerzos de selección de niños y jóvenes se realizan para fines de su admisión en escuelas y ciclos escolares: para seleccionar a los “mejores”. Ello contribuye al desarrollo del potencial de los niños y jóvenes con CSS seleccionados sin realmente atenderlo, es decir, sin hacer un esfuerzo específico en esa dirección; más bien lo que se da es el aprovechamiento de las capacidades de esos niños y jóvenes para apuntalar buenos resultados académicos en las escuelas que los reclutan.
En todo caso, esas prácticas no atienden al desarrollo de los niños y jóvenes que, teniendo talento, no pasan por los procesos de selección de las escuelas exitosas y, en consecuencia, no son incorporados a su alumnado. Como en tantos otros aspectos, los niños y jóvenes con CSS de las familias con menores recursos —que, en México, son la mayoría— son los que menos oportunidades tienen de ser incorporados a los entornos más estimulantes. El país está perdiendo así recursos humanos valiosísimos para su desarrollo.

Reconociendo lo anterior, así como el impacto que la atención a las personas con capacidades sobresalientes puede tener en el establecimiento de una cultura nacional de superación y logros académicos, se presenta el proyecto de un programa de alcance nacional y participación social para la identificación, educación y aprovechamiento de los niños mexicanos excepcionales.

Los niños y jóvenes con capacidades sobresalientes

Si bien hablar de niños y jóvenes con CSS evoca imágenes de Mozart y otros niños prodigio que a edad temprana mostraron habilidades y destrezas propias de individuos con mayor edad y preparación, la definición y la detección de los niños y jóvenes con CSS entraña dificultades.

Las más de las veces las CSS se asocian con la inteligencia y se considera que los niños y jóvenes brillantes son aquellos que destacan por su mayor cociente o coeficiente de inteligencia.1 Usualmente referido como IQ por sus siglas en alemán (Intelligenzquotient), expresa la inteligencia en una escala construida de forma tal que la “inteligencia” promedio de la población tiene valor de 100. En esta escala es común considerar brillantes a las personas con más de 115 puntos y como sobresalientes a los individuos cuyos resultados están por encima de 130 puntos. El conjunto de las personas con valores de IQ superiores a 130 representan el 2.5% de la población total.

No obstante que el IQ se ha venido utilizando durante muchos años y que se ha estudiado su relación con muy diversos factores y en muy variados contextos, su naturaleza y significado siguen siendo imprecisos y, en algunos casos, controversiales.

Mientras tanto, los sistemas educativos así como los exámenes estandarizados han tenido un desarrollo notable. Hoy en día la educación básica es universal y se asume que en ella los niños de gran capacidad intelectual (IQ alto) alcanzan buenos resultados escolares. Estas condiciones han llevado a que las pruebas estandarizadas sean la base para la toma de múltiples decisiones escolares y el sustento de múltiples políticas educativas.

Así, los resultados de aprendizaje son la forma más extendida para identificar a los niños y jóvenes con CSS, y éstos son definidos como aquellos que muestran tener capacidad de alto desempeño en actividades intelectuales, creativas y artísticas, o liderazgo en campos académicos específicos. Con base en ello, en este estudio se considera que los niños y jóvenes con CSS son aquéllos con potencial (reconocido o no) para lograr un alto nivel de desempeño en alguna actividad o área cognitiva.

No todas las manifestaciones de talento son tan evidentes y cuentan en su entorno con personas capaces de percibirlas, apreciarlas y orientarlas (como sucedió en el caso de Mozart); menos aun son las que, reconocidas, son apoyadas para su desarrollo y direccionamiento. Incluso en las actividades y tareas propias de los ámbitos escolares, la diversidad de factores y aptitudes que contribuyen a la manifestación o inhibición de una capacidad específica para ellas es tal (alimentación, entorno, memoria, disciplina, motivación, habilidad verbal, curiosidad, etcétera) que no siempre resulta evidente que un niño o joven posea alguna de ellas a nivel excepcional.

A pesar de la creencia generalizada que atribuye comportamientos “anormales” a los niños y jóvenes con talento, la literatura especializada señala que esos niños son emocional, psicológica y socialmente iguales a cualquier otro grupo de niños y jóvenes. Es decir, que los jóvenes con CSS son normales salvo por su especial talento, y que la posesión de éste no viene acompañada de otros razgos fácilmente reconocibles.

Por esta razón, y al ser los padres de familia y los maestros las personas que más tiempo pasan cerca de los niños, frecuentemente son ellos los primeros en percatarse si alguno posee CSS. Sin embargo, muy pocos maestros y padres están preparados para detectar ese talento y menos son los que cuentan con capacidad para hacer algo al respecto. Además, en muchas familias, escuelas y sistemas escolares prevalece la idea de que “lo justo” es dar a todos lo mismo, independientemente de la capacidad de cada uno. Incluso en ambientes en donde se reconoce que las personas con capacidades diferentes requieren atención diferente, es extraño que se haga algo específico respecto de los niños y jóvenes con CSS.

La impreparación de las escuelas y de los hogares para hacer frente a este tipo de personas hace que sean desechados, por subjetivos y parciales, los señalamientos de los padres que dicen notar habilidades notables en alguno de sus hijos; y los de los maestros, con el argumento de que los niños con CSS “ya de por sí tienen más que los demás” y que esas capacidades les permitirán “salir adelante”.

En consecuencia, la inmensa mayoría de los niños y jóvenes con CSS pasan por el sistema educativo sin ser detectados, sin recibir ningún tipo de consideración, y son forzados a pasar largas horas, en ocasiones ciclos escolares enteros, escuchando cosas que ya saben o dominan. La insensibilidad del sistema escolar hacia estas CSS conduce a que abandonen el sistema o sean expulsados de él muchos niños y jóvenes que cuentan con ellas, al confundirse su comportamiento —falta de atención, independencia, cuestionamientos, etcétera— con incapacidad, rebeldía o falta de interés.

Lo descrito se torna más agudo entre más pobre es el entorno familiar. Como ya se indicó, la distribución de CSS es similar en todos los grupos de población. La Gráfica 1 es una evidencia de ello. Muestra el porcentaje de niños que obtuvo resultados sobresalientes en un examen estandarizado aplicado al final de la secundaria a cientos de miles de niños. Los resultados se presentan agrupando a los niños con base en la escolaridad de la madre. Lo primero que salta a la vista es que incluso en los grupos con menor escolaridad materna —muchísimo más comunes en los estratos socioeconómicos más deprimidos— hay niños que obtienen resultados comparables a los que provienen de hogares con alta escolaridad materna.

Educacion-Grafica1

Esta gráfica también evidencia las diferencias porcentuales que hay entre los grupos según la escolaridad materna. Estas diferencias son sólo una de muchas que muestran los obstáculos que los niños y jóvenes de los hogares menos favorecidos enfrentan para desarrollar su potencial.

Las gráficas 2, 3 y 4 dan otros ejemplos. La 2 muestra que entre más bajo es el ingreso de los hogares menos tiempo tienen los padres para ayudar a los niños en sus tareas escolares; la 3 muestra la pobreza de material de lectura en los hogares; la 4, la diferente disponibilidad de contactos familiares y de redes sociales de que disponen los distintos hogares en cuanto a paradigmas, información y orientación para la educación de los hijos.

Educacion-Grafica2
Educacion-Grafica3
Educacion-Grafica4

Los enfoques y las experiencias para la atención de niños y jóvenes con CSS

A nivel mundial existen muy diversas experiencias en el estudio y apoyo a niños y jóvenes con CSS. La mayoría de ellas están orientadas a niños y jóvenes cuyas capacidades se manifiestan en atributos o aspectos propios de los programas escolares (por ejemplo, lectura, matemáticas, ciencia o memoria), si bien hay también un buen número de programas orientados a niños y jóvenes dotados musical, artística o atléticamente. Asimismo, existen múltiples esfuerzos nacionales e internacionales que buscan promover el interés y desarrollo de los niños, todos, en la ciencia.

Los enfoques para la atención de los niños y jóvenes con talento se pueden agrupar en tres tipos:

a. A través del sistema escolar general. Este enfoque busca, por un lado, elevar el nivel general de la educación que ofrecen las escuelas y, por otro, incorporar en ellas a niños y jóvenes con CSS que por razones socioeconómicas no lo harían o no permanecerían hasta el nivel universitario.

b. A través de planteles o academias específicamente dedicadas a niños y jóvenes con CSS. En éstas, además de cursar los estudios propios de su edad, los estudiantes reciben entrenamiento o preparación en el tema de la academia. Los casos más conocidos de este tipo de escuelas son, probablemente, los conservatorios de música.
c. A través de acciones extraescolares. En éstas se atiende al desarrollo del talento de los niños y jóvenes sobresalientes involucrándolos en actividades adicionales y diferentes a las que llevan a cabo en los planteles y sistemas escolares.

En Estados Unidos, por ejemplo, además de existir diversas disposiciones legales en torno a estos niños y jóvenes, existen múltiples esfuerzos públicos y privados que a través de asociaciones, organismos, programas e instituciones se ocupan de los niños y jóvenes con CSS. Así, entre los esfuerzos que siguen el primero de los tres enfoques mencionados se pueden citar programas a nivel nacional como Talent Search2 y First,3 y múltiples programas y proyectos de enriquecimiento escolar (School Enrichment) más limitados en su alcance territorial o en sus objetivos temáticos que los anteriores. Entre los ejemplos más conocidos del segundo enfoque están la Academia de Matemáticas y Ciencia de Illinois para jóvenes de High School4 y la Academia para Maestros de Matemáticas y Ciencia.5 Entre los terceros, el Centro para Jóvenes con Talento (Center for Talented Youth) de la Universidad Johns Hopkins se describe más adelante.

La Tabla 1 presenta otros ejemplos de esfuerzos que se llevan a cabo en Estados Unidos para cuidar, apoyar y estimular a los niños y jóvenes tomados del libro Cómo cambiar historias: Lo que podemos hacer los individuos, las empresas y las organizaciones sin fines de lucro por la educación en México6 elaborado por investigadores del Instituto Mexicano para la Competitividad.

Educacion-Tabla1

En México, son escasos los esfuerzos e iniciativas en esta dirección, siendo los más antiguos los impulsados por la Academia Mexicana de Ciencias: las Olimpiadas del Conocimiento7 y los Veranos de la Investigación.8 A nivel oficial no existen disposiciones legales referentes a este tipo de niños y jóvenes9 pero hay algunos esfuerzos de la Secretaría de Educación Pública en esta dirección como el de Escuelas de Calidad, el de Enciclomedia y el de Becas de Excelencia. A ellos hay que agregar los de grupos privados como el de la asociación Innovec10 —orientados a la enseñanza de la ciencia—, y otros.

En 2005 se inició el programa llamado Pauta: Programa adopte un talento.11 Diseñado para niños en cuarto, quinto y sexto años de primaria, con el respaldo del personal y las instalaciones de la UNAM, la UAM, el IPN y la AMC, y el financiero de la sep y el CONACYT.

En 2006 el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) decidió realizar un esfuerzo en esta dirección12 en colaboración con el Center for Talented Youth (CTY) de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos. El CTY13 es el programa más amplio y antiguo para la educación de niños y jóvenes talentosos del mundo. Cada año participan en sus programas más de 10 mil niños y jóvenes con edades entre los 6 y los 17 años.

Durante los periodos intersemestrales, principalmente en el verano, los niños y jóvenes participantes toman cursos avanzados que se imparten en la Universidad Johns Hopkins así como en una veintena de instituciones afiliadas localizadas en distintos puntos de Estados Unidos (y en algunos otros países). En los cursos participan niños y jóvenes de distintas edades cuya asignación se hace con base en los resultados que alcanzan en pruebas estandarizadas; la participación de los niños y jóvenes en cada curso depende del número de solicitantes así como de las características mismas del curso: duración, dormitorios disponibles, etcétera; los cursos que se ofrecen cubren un espectro muy amplio de temas y existen también docenas de ellos que se ofrecen vía internet.

Con el apoyo financiero de CONACYT, la organización CTY y el de varios particulares, decenas de jóvenes mexicanos, la mayoría de ellos provenientes de familias de modestos recursos, convivieron durante tres semanas con jóvenes de Estados Unidos en los cursos de cty ofrecidos en el campus de la Universidad de las Américas de Puebla y en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey los veranos de 2006, 2007 y 2008. Ahí compartieron cursos intensivos en temas de astronomía, antropología, biomecánica, diseño de ingeniería, y otros más. Los cursos fueron impartidos por profesores bilingües de universidades norteamericanas y, algunos, de universidades mexicanas.

La experiencia fue enriquecedora según lo expresaron los jóvenes, sus padres y las escuelas de origen de los estudiantes. Además de estimular el desarrollo intelectual de los jóvenes mexicanos con talento, el programa del imco tuvo otros logros dignos de mencionar:

• La inmersión de los jóvenes en las tecnologías de la información. Durante el verano los niños experimentaron el potencial de la computadora y el internet. A través de la interacción con sus colegas norteamericanos pudieron adentrarse en el uso de las tecnologías de información como medio para la investigación, la socialización y el esparcimiento. Esto les permitió desarrollar destrezas que les serán útiles para el resto de su vida.
• La experiencia les comunicó la importancia que tiene aprender inglés como medio de comunicación y para tener mayor acceso al conocimiento.
• Aumentó su autoestima al darse cuenta de que hay personas e instituciones que aprecian su talento y hacen esfuerzos para desarrollarlo.
• Se les estimuló para que perseveren en el logro de metas que antes consideraban inalcanzables.
• Maduraron emocionalmente y ejercitaron su independencia y juicio personales.
• Reconocieron que su talento les confiere una gran responsabilidad personal y social.

La propuesta

Un análisis de la pertinencia y factibilidad de los enfoques y experiencias antes descritos para la situación y el entorno mexicanos indica la conveniencia de iniciar un esfuerzo concertado a nivel nacional, un programa nacional que tenga por objetivo el desarrollo del potencial de los niños y jóvenes con CSS y su mayor aprovechamiento en beneficio de México.

En particular, se espera que este programa nacional contribuya de manera directa a:

• El establecimiento de un sinnúmero de acciones, centros y proyectos que favorezcan el pleno desarrollo del potencial de los niños y jóvenes con CSS.
• La generación de estudios e instrumentos que eleven la comprensión e identificación de este grupo poblacional, incrementando así el conocimiento en esta materia y mejorando la utilización, capacidad y diversidad de las pruebas psicométricas en el país.
• Incidir en la percepción social respecto del potencial que representan los niños con CSS, creando así una cultura de valoración y aprovechamiento de las capacidades de los individuos sobresalientes.

Y de manera indirecta, y como consecuencia del efecto paradigmático de lo anterior, a:

• Elevar el nivel del sistema educativo nacional al atraer la atención de la sociedad mexicana hacia contenidos, áreas, programas educativos y aspectos de mayor exigencia.
• Inducir el desarrollo y la adopción de estrategias de formación de recursos humanos más eficientes y eficaces y en áreas intelectualmente más demandantes que las actuales.
• Incrementar el nivel de competitividad del país.

Se trata, en suma, de promover y crear incentivos e instrumentos para multiplicar los esfuerzos de la nación en favor de la identificación, el cuidado y el aprovechamiento de los niños y jóvenes con capacidades sobresalientes.

Las tareas por delante

El logro de esos objetivos implica varias tareas, entre ellas:

• La identificación de los niños y jóvenes con CSS con instrumentos estandarizados o mecanismos objetivos, repetibles y que arrojen valores, unidades o medidas que permitan la comparación.
• La elaboración, difusión y aceptación de procesos y reglamentos que faciliten el paso de los niños y jóvenes con CSS por el sistema educativo nacional.
• La generación de condiciones, oportunidades y estímulos que propicien el desarrollo cabal de los talentos específicos de estos niños y jóvenes sin afectar el desarrollo normal de sus otros atributos personales y sus relaciones familiares.
• La puesta en marcha de acciones y procesos que den seguimiento a la trayectoria y las actividades de los niños y jóvenes con CSS, a fin de identificar el progreso de sus capacidades y los factores que lo afectan.
• Propiciar la inserción de los niños y jóvenes con CSS en los sectores productivos, académicos y sociales nacionales según sea el caso, a fin de propiciar su pleno desenvolvimiento personal y su aprovechamiento por la comunidad.
• Informar a la sociedad de los resultados alcanzados por el programa nacional, a fin de generar paradigmas y obtener apoyo continuado para el mismo.

La identificación de los niños y jóvenes con CSS

La población de niños y jóvenes con CSS se puede estimar con base en:

• La población de estudiantes que se encuentran cursando los diversos niveles educativos desde el preescolar hasta la media superior, y cuya suma es de alrededor de 30 millones de niños y jóvenes (ver Tabla 2).
• Estableciendo distintos valores para el porcentaje de quienes se considera poseen CSS, por ejemplo 1%, 2.5% o 5% (es decir, 300 mil, 750 mil o 1 millón 500 mil niños y jóvenes).
• El grupo de población escolar atendido. Por ejemplo, un primer esfuerzo podría orientarse hacia los niños en los tres últimos años de la primaria o hacia aquellos en secundaria, cada uno de los cuales representa poco menos de la cuarta parte del total.

En un principio, los niños y jóvenes suceptibles de participar en el programa nacional serían identificados por su desempeño sobresaliente en aspectos pertinentes al avance escolar con base en los resultados de los exámenes del inee y el ceneval que se aplican a nivel nacional. Esto significa que al inicio se trabajaría sólo con los niños de segundo año de primaria en adelante.

En paralelo se fomentaría el desarrollo de otras pruebas e instrumentos de evaluación psicométrica para identificar capacidades sobresalientes, así como procesos para el análisis y seguimiento de los niños y prograrmas participantes.

En etapas subsecuentes, y con base en los avances en el desarrollo de pruebas psicométricas y de otros instrumentos y procesos para la identificación de niños y jóvenes con CSS, se podrían utilizar otros procesos de identificación y seguimiento y se podría ampliar el programa a otros ámbitos.

El paso por el sistema educativo

En febrero del presente año, la Secretaría de Educación Pública elaboró unos lineamientos generales para la identificación y atención educativa de los alumnos con capacidades y aptitudes sobresalientes.14

Estos lineamientos, aún en proceso de emisión, atienden de manera detallada los aspectos relativos a la identificación de los niños y jóvenes con css y su paso por el sistema escolar desde la admisión temprana, educación acelerada y acreditación de grados hasta los cuidados relativos a su desarrollo emocional. En particular, y en atención al último de los aspectos mencionados, los lineamientos recomiendan que el ingreso a la educación superior de los jóvenes con css no se dé antes de los 15 años de edad.

Es de suponer que tras su publicación, varias uies actualizarán o desarrollrán sus reglamentos para definir los procesos y opciones que considere pertinentes para los jóvenes con CSS que ingresen a ellas.

La atención de los niños y jóvenes con CSS

Es conveniente que el programa nacional en favor de los estudiantes con css no limite las modalidades de atención; la poca tradición que hay en México en este campo y las experiencias ajenas sugieren que los enfoques y métodos de atención sean muy diversos.

No obstante lo anterior, y con objeto de hacer evidente la factibilidad de este tipo de esfuerzos, la modalidad de atención que se usa en este apartado es una variante simplificada de la experiencia probada por imco/cty. En esta modalidad, los niños y jóvenes con css podrían optar por al menos 60 horas de cursos avanzados durante el año. Estos cursos serían no curriculares, es decir, no repetirían los cursos del plan de estudios, estarían abiertos a estudiantes con diferentes avances escolares, y se ofrecerían fuera del horario escolar de los participantes. Los niños y jóvenes seleccionados podrán participar en los cursos de su elección, en los que estarían otros niños y jóvenes con talento similar pero no necesariamente de la misma edad.

Los maestros. Puesto que se trata de llegar a la totalidad de los niños y jóvenes con css del país, es necesario que: 1) la oferta del programa nacional llegue a la mayor parte de los centros de población de todas las entidades del país; 2) cuente con maestros capaces de transmitir información y conceptos avanzados. México posee personas que satisfacen los dos requisitos antes mencionados en los prestadores de servicio social profesional: cada año se titula casi un cuarto de millón de personas en alguna de las normales y licenciaturas universitaria y tecnológica del país.15 Lo anterior significa que México cuenta con (casi) un prestador de servicio social por cada niño/joven con css si se consideran sólo a los niños y jóvenes que obtienen resultados en los exámenes nacionales que los ubiquen dentro del 1% más alto; la proporción sería de un prestador de servicio social por cada seis niños o jóvenes con css si el procentaje se amplía para incluir al 5% con mejores resultados.

Es cierto que los reglamentos de servicio social varían de institución a institución, que en algunas éste no está establecido o bien organizado, y que hay otras áreas demandantes de ellos (muy notablemente la de salud). Pero aun si sólo la mitad de los potenciales prestadores de servicio social participase o fuese elegible para este programa nacional, y le dedicasen 200 horas en promedio,16 ello constituye una fuerza magisterial extraordinaria.

Los cursos. La variedad de los campos de estudio y la diversidad de conocimientos e intereses de los prestadores de servicio social significan que es factible ofrecer un amplio abanico de cursos a los niños y jóvenes con css en todas las entidades del país. Aquí se habla de cursos, para seguir el modelo usado en la sección anterior. En otras modalidades de atención a niños y jóvenes con css, el abanico podría incluir otro tipo de actividades.

Cuáles cursos ofrecer en cada lugar, a qué niveles y en qué horario dependerá de múltiples factores y circunstancias locales, entre ellas, la disponibilidad de aulas y espacios. En todo caso, y como se menciona más adelante, será conveniente establecer acciones de coordinación a nivel local, estatal y federal para, entre otras cosas, resolver asuntos como éste.

De cualquier manera, la experiencia de IMCO/CTY señala que una forma relativamente sencilla de ofrecer cursos a este tipo de niños y jóvenes es solicitar a los maestros que aborden un tema que dominan, al margen de la pertenencia del curso para el programa formal de estudios. Así, los prestadores de servicio social podrán ofrecer e impartir el o los cursos que ellos dominen, sean éstos los de su futuro campo profesional, los de su tesis, o los de otros temas que les apasionan y conocen. Serán los estudiantes los que elijan el curso que desean seguir.

Lo anterior no excluye que las instituciones participantes en este programa se ocupen de preparar e involucrar a los profesores que participarán en él, ofreciendo capacitación y orientación para los docentes por servicio social.

Los planteles. Puesto que son las universidades e instituciones de educación superior (UIES) las que cuentan con y coordinan a los prestadores de servicio social, es natural suponer que ellas formarán parte central del programa.

Considerando, además, que las uies cuentan con aulas, tienen planteles de educación media superior y están interesados en atraer a jóvenes brillantes para sus planteles, es factible pensar que muchas estarán interesadas en abrir sus aulas para los jóvenes con CSS, se ocuparán de estructurar, ofertar e impartir los cursos (en sus aulas o en las de los planteles con ellas asociados), y establecerán las relaciones y procesos de gestión con los jóvenes, los profesores y los padres.

Para los niños con css, serán las propias escuelas o algunos planteles de educación media superior las que prestarán sus aulas, se coordinarán con las uies para contar con el profesorado, y sostendrán la relación con los niños, sus padres, profesores, y (en este caso) asistentes o tutores.

Además de acordar con las uies los esquemas de cooperación necesarios a fin de contar con los prestadores de servicio social, facilitar las aulas y organizar los cursos y servicios con ellos asociados, las escuelas enfrentarán el reto del traslado de los niños de sus hogares a los planteles y de regreso. Este reto es grande en tanto que muchos hogares no tienen capacidad para llevar y traer a los niños, incluso cuando los planteles están relativamente cerca.

La coordinación e impulso iniciales

Para alcanzar los objetivos mencionados, se propone la creación de muchas redes dedicadas a la promoción de los niños y jóvenes con css, en las que participen actores públicos y privados cuya autoridad, capacidad, conocimientos, experiencia e interés garanticen el logro de esos objetivos y en las cuales las autoridades educativas, los planteles escolares y las universidades e instituciones académicas jueguen un papel central.

En una etapa inicial la SEP puede asumir la promoción del programa con el propósito de:

• Identificar instituciones, grupos y personas que puedan apoyar y contribuir a este esfuerzo; sugerir esquemas de operación y articulación de proyectos; generar las alianzas y coordinaciones necesarias para iniciar programas en las entidades federativas; propiciar los acuerdos interinstitucionales conducentes, y aportar el capital semilla.
• Establecer las reglas y normas necesarias para promover que más instituciones organicen y más niños y jóvenes participen en programas de este tipo; fomentar los cambios en reglamentos escolares y, de otro tipo, para atender al mejor tránsito de estos niños y jóvenes dentro del sistema educativo formal.
• Estimular el desarrollo de instrumentos estandarizados o mecanismos objetivos, repetibles y que arrojen valores, unidades o medidas, que permitan la comparación del nivel de talento y el avance escolar de los niños y jóvenes participantes.
• Desarrollar esquemas reproducibles a nivel nacional para generar bases de datos con información relevante en cuanto al desempeño de los participantes en los programas dentro de sus respectivos ámbitos académicos y profesionales; evaluar el impacto de este tipo de programas; formular metodologías pertinentes a las necesidades de aprendizaje de la población general con base en las experiencias con los grupos con CSS.
• Diseñar y sostener un sitio de internet que tenga como objetivo central la comunicación y difusión de las actividades del programa; facilite la inserción de los niños y jóvenes en los sectores académicos, creativos y productivos nacionales; contribuya a cambiar la percepción social respecto de la importancia de estos niños y jóvenes, y a orientar la atención del país hacia actividades que contribuyan a elevar la preparación general de los mexicanos y a estimular la labor de los docentes.

________________________________________

1 El IQ refleja el cociente de dividir el valor obtenido por el individuo (en una prueba estandarizada de inteligencia) entre el valor promedio de las personas con su misma edad.
2 Talent Search Program (http://www2.ed.gov/programs/triotalent/index.html).
3 first. For Inspiration and Recognition of Science and Technology (http://www.usfirst.org/).
4 Illinois Mathematics and Science Academy (https://www3.imsa.edu/).
5 The Center@imsa
6 Pablo Peña y Armando Chacón, Cómo cambiar historias: Lo que podemos hacer los individuos, las empresas y las organizaciones sin fines de lucro por la educación en México (en prensa, 2011).
7 Verano de la Investigación Científica (http://www.amc.unam.mx).
8 Olimpiada de la Historia, la Bilogía, la Geografía, y la Química (http://www.amc.unam.mx).
9 Recientemente, en febrero de 2011, la sep elaboró una iniciativa específica en torno a este grupo de niños y jóvenes. La iniciativa atiende a su definición, a su paso por el sistema educativo y otros puntos, pero se ocupa poco de las formas educativas específicas para ellos.
10 Innovec en http://www.innovec.org.mx
11 Pauta en http://www.pauta.org.mx
12 El impulso al talento de México en http://www.imco.org.mx
13 Center for Talented Youth en http://cty.jhu.edu
14 http://www.cenni.sep.gob.mx/portales/control_escolar/pdf/asobresalientes/10-gp-lineamientos-sobresalientes-1-feb-2011.pdf
15 Sistema Educativo de los Estados Unidos Mexicanos. Principales Cifras Ciclo Escolar 2008-2009, sep, 2010.
16 La dedicación al servicio social exigida por cada institución varía, llegando en algunos casos a 480 horas.

* Emanado del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República, este texto forma parte de una serie de ponencias con las que se busca atender desde una perspectiva académica y rigurosa aspectos importantes de la agenda pública del país.

SALVADOR MALO es Director de Investigación en el Instituto Mexicano para la Competitividad. THOMAS SELIGMAN, Premio Nacional de Ciencias, es integrante del Consejo Consultivo de Ciencias. ROBERTO NEWELL es Director General Fundador del Instituto Mexicano para la Competitividad.

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