Las lenguas
Crecí en un pueblo de Oaxaca en el que se hablaba casi siempre en ayuujk (mixe) y español en otros espacios, como en la escuela donde siempre era preferible y más prestigiosos tratar de hablar en español. Desde niña, siempre me pareció normal, algo cotidiano, algo en lo que ni siquiera teníamos que reflexionar; tanto que, al igual que mi hermana menor, siempre creí que era la situación prevaleciente en el resto del país, que se escuchaban al menos dos lenguas y que todos los niños también hablaban dos: una lengua fuera de la escuela y otra dentro de ella. Dábamos por hecho que, por ejemplo, en la Ciudad de México los niños tenían al náhuatl por lengua materna mientras que usaban español en la escuela.
Después, cuando tuvimos los primeros contactos con la ciudad, nos dimos cuenta de que la situación era algo más compleja, que nuestra lengua era una lengua indígena, minoritaria (algo difícil de comprender considerando que la mayoría de las personas que conocíamos usaba el ayuujk cotidianamente) y que era preferible no hablarla, pero todo eso fue un durante un camino largo de contraste y descubrimiento y después les iré contando de ese proceso. Lo importante en este relato es que para nosotras el bilingüismo y la existencia de otras lenguas (como el zapoteco o el chinanteco) era algo normal, algo que se daba por sentado. Las primeras preguntas nos surgieron por contraste cuando fuimos conscientes de que en otros contextos el monolingüismo en español era la norma y poco se sabía sobre la existencia de tantas lenguas tan distintas en el mismo país. De este contraste inicial es que surgen ciertas reflexiones que quisiera ir compartiendo en este espacio con ustedes, reflexiones sobre la diversidad de las lenguas en México y la manera en la que, desde distintas miradas y experiencias, se vive o se convive con esta diversidad, desde la cotidianidad hasta la negación.
Diversidad
En el mundo se hablan aproximadamente 7 mil lenguas y en México existen, según el Catálogo Oficial del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, 365 sistemas lingüísticos (luego hablaremos de la controversia que hay sobre el número de lenguas en el país); estas lenguas, además, pertenecen a 11 familias lingüísticas diferentes, una diversidad muchísimo mayor de la que se puede encontrar en el continente europeo, por ejemplo. Además, dentro de esta diversidad hay que considerar las distintas variedades del español y de otras comunidades asentadas en el territorio nacional por migración. No es gratuito entonces que escuchemos frecuentemente, sobre todo en los últimos años, de la gran diversidad cultural y lingüística con la que este país cuenta. Sin embargo, a pesar de esta riqueza (por lo menos para los que no consideran esta diversidad como un obstáculo), hay un fenómeno que me parece muy elocuente: siendo México un país multilingüe los habitantes no lo somos. ¿Por qué?
Los prejuicios
Esta contradicción existe, creo yo, por una relación desigual entre las culturas, sobre todo entre la occidental y las originarias. No existen lenguas inherentemente científicas, abstractas o universales versus lenguas inherentemente primitivas, concretas o locales, no hay nada en las lenguas indígenas y minoritarias que las haga menos completas o complejas, nada que las haga ser “dialectos” y no “lenguas”. Es una red de prejuicios, a veces muy evidentes o a veces ocultos bajo un manto de folclorismo lo que hace que, por un lado, a los hablantes de lenguas indígenas se nos niegue el derecho a hablar nuestra lengua y a los no hablantes el derecho a conocerlas, aprenderlas y disfrutarlas. La discriminación hacia las lenguas indígenas y minoritarias nos afecta a todos, a los discriminados y a los discriminadores, es por eso que creo que estos prejuicios deben abordarse siempre desde las dos caras de la moneda.
E’px
El título de este blog está en ayuujk y significa 20, el nombre del cerro sagrado, el nombre de una cuenta completa como una vez me explicó Carmen Herrera, especialista en náhuatl. Veinte es también la base de nuestro sistema numérico y la muela del juicio, sí, la del “juicio”, se le llama también la “muela 20”. Creo que el reconocimiento de la diversidad, disfrutar y apropiarnos de ella nos hará más completos, entonces sólo a través de la relación con los otros podremos llegar a ser 20, una cuenta completa.
Mutsk Len: Qué privilegio ir buscando entre varios o entre muchos nuestro E´px, nuestra esencia de plenitud con todos los elementos muy valiosos de nuestra cultura.
Bendigo tu trabajo y tu empeño de darnos valiosos elementos para realizarnos en nuestro contexto y en el contexto de la Cultura universal. Con afecto:
Tsukum Lyko.
Felicidades por este espacio y por la reflexión, tan necesaria, sobre la diversidad lingüística. Saludos.