Tuesday, 24 December 2024
Artículos relacionados
¿Un soldado en cada hijo te dio?
Blog | E'px | Yásnaya Aguilar | 25.07.2012 | 0 Comentarios

Yasnaya-bio

“Hasta que los leones tengan sus propios historiadores,
las historias de cacerías seguirán glorificando al cazador”

Proverbio africano

Me parece un fenómeno curioso, por decirlo de algún modo, que dentro de las acciones para la reivindicación de las lenguas originarias la traducción del himno nacional mexicano se haya convertido en una de las principales preocupaciones. El 8 de diciembre de 2005 se reformó el artículo 39 de la Ley de los símbolos nacionales de manera que fuera posible la traducción a las otras lenguas que se hablan en el país. Antes no estaba permitido y eso me parece más que elocuente. Desde entonces, a través de del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas se impulsó un programa de traducción del Himno Nacional. Por otra parte, desde muchos años atrás también otras instituciones educativas, organizaciones e iniciativas personales se dieron a la tarea de traducir un himno que exalta, sobre todo, la guerra (existe incluso una versión en plautdietsch, la lengua de los menonitas).

Pero ¿cuál es el objetivo de traducir el Himno Nacional? Una de las principales preocupaciones del México independiente fue la creación de símbolos que pudieran fomentar la idea de la unidad nacional. Después de todo, ¿qué tenían en común un habitante mestizo de San Cristóbal de Las Casas y un indígena kumiai de Baja California? ni la lengua, ni la comida, ni la historia; pero pertenecían a un solo país por causas totalmente ajenas a su voluntad y había que hacerlos sentir parte de él. Tantos pueblos distintos con historias y lenguas particulares, con identidades bien diferenciadas, tuvieron que agruparse bajo un mismo Estado-nación. Un Estado que a la hora de concretar su división política en entidades estatales independientes y soberanos no tomó en cuenta las diferencias territoriales y culturales de los pueblos que la conformaban. Como consecuencia, la integración de los pueblos indígenas a la nueva patria dejó mucho que desear; a través de testimonios sobre las guerras de independencia, las de intervención extranjera y la revolución mexicana, podemos constatar que se acusaba a los indígenas de ser malos patriotas, de no interiorizar apropiadamente el discurso nacionalista, de ser malos mexicanos, de no amar a México, de no ser aquellos soldados que el cielo dio a la patria en cada hijo. Salvo ciertas excepciones, la leva fue el principal mecanismo para incorporar a los indígenas a las batallas para salvar la patria y no un repentino sentimiento de amor por México que como estado quiso, sobre todo, nulificar sus realidades culturales.

¿Cuál es entonces el objetivo de traducir el Himno Nacional mexicano a las lenguas originarias y minoritarias de México? ¿Con cada traducción los pueblos indígenas acrecentaremos nuestro sentido de pertenencia a este Estado-nación? ¿Seremos mejores patriotas? ¿Estas lenguas serán mejor valoradas? Lo dudo mucho. La letra del Himno Nacional además de estar muy ligada a su contexto histórico no refleja la diversidad cultural del país además de que, para la mayoría de los mexicanos hablantes nativos del español, la letra apenas es comprensible (“Masiosare”, un extraño enemigo en lugar de “Mas si osare un extraño enemigo”). Yo creo que no tiene sentido gastar tantos recursos para realizar estas traducciones. En todo caso, si el objetivo es lograr una mayor inclusión y valoración de la diversidad de lenguas habría que componer un nuevo himno o seguir el ejemplo de Sudáfrica: en la inauguración de la Copa Mundial de Futbol de 2010 el himno nacional de este país se entonó en afrikaans, xhosa, sotho, zulú e inglés, a cada parte le correspondía una lengua y todos los sudafricanos la aprendieron así.

¿Se imaginan el impacto que tendría que todos los mexicanos (independientemente de su primera lengua) cantáramos un himno con estrofas en plautdietsch, en español, en maya y en náhuatl? A eso podríamos llamarle, verdaderamente, Himno “Nacional”.

Pero no sé , a mí los nacionalismos me parecen hasta peligrosos.

Dejar un comentario



Josef K. habla mixteco
En El proceso, de Franz Kafka, se narra la historia de Josef K. un oficinista arrestado, acusado y condenado por un crimen del que no se entera nunca. La narración está construida de tal manera que el protagonista tiene que enfrentar un juicio que no entiende, no entiende de qué se le acusa, no entiende […]
¿Por qué y qué traducir a lenguas indígenas?
Waldo Villalobos, nuestro profesor en el taller de traducción literaria en el que nos encontrábamos hablantes de zapoteco, mixe y mixteco, nos dijo: “La lengua a la que más se traduce actualmente es el inglés”. Esta afirmación tiene varias implicaciones, el estatus social y político del inglés parece estar directamente relacionado con el hecho de […]
¿Para qué publicar libros en lenguas indígenas si nadie los lee?
Es lamentable que una de las principales descalificaciones que sufren las publicaciones que se realizan en lenguas mexicanas distintas del español se base en la falta de lectores potenciales. Hace unos días leía una columna que descalificaba la publicación de un material de divulgación sobre nanociencia y nanotecnología en lenguas como el mixteco y el […]
¿Oralidad y tradición oral?
La oralidad y la tradición oral no son términos equivalentes. La oralidad es una propiedad de todas las lenguas del mundo: todas las lenguas utilizan un medio vocal-auditivo para establecer la comunicación. Todas las interacciones lingüísticas de una lengua, por ejemplo, del mixe o del español se dan por medio de la oralidad: todas las […]
Religiosidad y ética social
Desde hace tiempo, la identidad nacional interesa por igual a filósofos y escritores que a científicos sociales. Sin embargo, los estudios técnicos que hoy se realizan parecen dar la razón a los primeros: entre los mexicanos prevalece una suerte de ambivalencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre colaboración y discordia, […]
Más leídos
Más comentados
Los grandes problemas actuales de México (154.312)
...

La economía mexicana del siglo xx: entre milagros y crisis (66.483)
...

Con toda la barba (49.225)
...

¿Por qué es un problema la lectura? (30.881)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.

La distribución del ingreso en México (27.012)
...

Presunto culpable: ¿Por qué nuestro sistema de justicia condena inocentes de forma rutinaria?
Bas­tan­te han es­cri­to y di­cho ter­ce­ros so­bre Pre­sun­to cul­pa­ble....

Los grandes problemas actuales de México
Se dice que el país está sobrediagnosticado, pero en plenas campañas y ante...

I7P5N: la fórmula
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una...

China – EUA. ¿Nuevo escenario bipolar?
No hace mucho que regresé de viaje del continente asiático, con el propósito...

La sofocracia y la política científica
Con el cambio de Gobierno, se han escuchado voces que proponen la creación...

1
Foro de Indicadores
Debates que concluyen antes de iniciarse
El proceso legislativo reciente y sus números

Eduardo Bohórquez y Javier Berain

Factofilia: Programas sociales y pobreza, ¿existe relación?
Eduardo Bohórquez y Paola Palacios

Migración de México a Estados Unidos, ¿un éxodo en reversa?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Donar no es deducir, donar es invertir. Las donaciones en el marco de la reforma fiscal
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Impuestos, gasto público y confianza, ¿una relación improbable?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Los titanes mundiales del petróleo y el gas
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La pobreza en perspectiva histórica ¿Veinte años no son nada?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La firme marcha de la desigualdad
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia. 2015: hacia una nueva agenda global de desarrollo
Roberto Castellanos y Eduardo Bohórquez

¿Qué medimos en la lucha contra el hambre?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Bicicletas, autos eléctricos y oficinas-hotel. El verdadero umbral del siglo XXI
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Parquímetros y franeleros: de cómo diez pesitos se convierten en tres mil millones de pesos
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Una radiografía de la desigualdad en México
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Más allá de la partícula divina
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: El acento está en las ciudades. Algunos resultados de la base de datos ECCA 2012
Suhayla Bazbaz y Eduardo Bohórquez