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El secreto bancario
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¿Han notado que en los bancos la gente habla en voz baja? Si uno diseñara un lugar de esparcimiento, alegría e interacción jovial y amable su fracaso más rotundo sería construir un banco. Al parecer la estética bancaria fue tornándose más hostil conforme los bandidos del medio oeste se aprovechaban del candor de los banqueros (lo que podría sugerir que no fueron siempre hostiles a la raza humana sino hasta una etapa tardía de su desarrollo). Independientemente, es claro que la gran casa de los señores del dinero no es un lugar para andar haciendo escándalos. A través del discurso completo de sus fachadas, sus policías, sus vidrios antibalas, su abuso de los colores primarios, sus cámaras en forma de pequeños cañones apuntando a nuestras cabezas, su mobiliario aséptico sin un solo elemento de humanidad, cada banco nos está diciendo una cosa que puede resumirse en esta frase: “Usted está siendo vigilado y más le vale no intentar nada porque le va a ir muy mal”. Así, no hay quien quiera hacer amigos en un banco (aunque por supuesto, siempre hay casos). Es difícil conocer a alguien que haya hecho una linda relación, menos aún, que se haya casado con alguien que conoció en la fila del banco. Este hecho debería ser suficiente para afirmar la inhumanidad de los bancos o, por lo menos, para mostrar lo poco propicios que son para incentivar relaciones nobles y agradables entre los hombres. Quizá la forma más adecuada de expandir la banca por internet sea conservar la arquitectura de los bancos tal y como está. Lo bueno de los robos electrónicos, si es que algo tienen de bueno, es que uno se ahorra el molesto espectáculo de ver que todos estos elementos de hostilidad preplanificada, que nos incomodan casi de manera subliminal, no sirven para nada a la hora de la hora. Uno podría censurar moralmente el robo, pero sin duda se alegrará de que por lo menos no aconteció como agregado al ya insufrible mal de tener que hacer cola en un banco. Para estos casos, sin embargo, siempre es bueno recordar lo que el noble Brecht decía: “¿Qué es robar un banco comparado con fundar uno?”. ~
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Jorge Vega (Ciudad de México, 1983) es ensayista y Director de Editorial Kyon. Cursó la licenciatura en Filosofía y estudios de posgrado en Ciencias Biológicas en la UNAM. Actualmente desarrolla su trabajo en torno al tema de la vida cotidiana en el centro del país, desde al pasado indígena hasta nuestros días.
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