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En la lengua ayuujk (mixe) tenemos cinco verbos distintos para lo que en español se designaría con uno solo: ‘llevar'; la elección de uno de estos verbos depende de la manera en la que se lleva el objeto y de su forma. Si llevas un objeto redondo y pequeño, utilizas el verbo ‘kon’, si llevas un objeto alargado utilizarás el verbo ‘käp’ y del mismo modo con los demás. Por el contrario, en español se necesitan dos palabras, ‘verde’ y ‘azul’, para algo que en ayuujk se designa con un solo elemento léxico ‘tsuxk’ y que a su vez en ruso corresponden tres palabras distintas. En inglés se usan dos palabras ‘flesh’ y ‘meat’ para algo que en español y en mixe corresponde a una sola palabra: ‘carne’ y ‘tsu’utsy’ respectivamente; ‘flesh’ designa la carne humana, ‘meat’ la carne de un animal.
Estas diferencias en las palabras siempre me han sugerido preguntas que aún no alcanzo a responder a cabalidad. ¿Entonces cuántos eventos distintos existen en el mundo? ¿Llevar es un solo evento o son cinco? ¿Cuántos colores hay? ¿Verde y azul o solo tsuxk?. No hay absolutos, depende del cristal con que se mira, y claro, entre más cristales tengas, el mundo se verá de otras tantas maneras posibles. Y esto, solo con respecto del universo léxico, en el que siempre las diferencias entre lenguas son más evidentes, pero otras tantas podemos hallar en cuanto al orden de las palabras, la fonología, la morfología y todos los demás aspectos de los sistemas lingüísticos.
Cuando se habla de que una lengua es una visión de mundo, casi siempre supongo que se refieren a estas diferencias léxicas porque generalmente nadie define qué entiende por “visión de mundo”. De alguna manera podemos suponer que las formas en las que las lenguas han clasificado el mundo por medio de palabras nos hacen verlo de maneras distintas. Sin embargo, estas características y diferencias pueden servir para hacer implicaciones absurdas y deterministas para discriminar a los hablantes de otras lenguas, el hecho de que el ayuujk tenga una sola palabra para designar lo ‘verde’ y lo ‘azul’ no quiere decir que sus hablantes no podamos notar o percibir la diferencia entre ellas como alguien un día me lo explicó. Tampoco se puede sostener que la inexistencia de una palabra para ‘abstracción’ en ayuujk signifique que no exista el fenómeno, que no podamos explicarlo en nuestra lengua o que los hablantes seamos incapaces de abstraer. De la misma manera, tampoco quiere decir que los hablantes del español no puedan percibir la diferencia entre la carne de un animal y la carne humana o que los hablantes de inglés no entiendan qué es ‘estrenar’ porque no tienen una palabra para ello.
Si bien es cierto que nuestra lengua materna nos provee de una clasificación léxica para referirnos al mundo no quiere decir que nos determine a verlo solo de esa manera. Esta clasificación particular es algo de lo cual los hablantes no estamos conscientes necesariamente, de manera que los prejuicios positivos tampoco pueden sostenerse, el hecho de que en cierta lengua existan muchísimas palabras para nombrar el bosque no significa que sus hablantes sean necesariamente más respetuosos con el medio ambiente.
En todas las lenguas del mundo podemos hablar de todas las cosas del mundo, algunas veces necesitaremos de una sola palabra, algunas veces necesitaremos de muchas, discursos enteros. Una lengua es una visión de mundo que puede albergar todas las visiones. Para el swahili, el popoloca o el francés, el límite de lo inefable es el mismo.
Hermosas palabras, le agradezco mucho la oportunidad de leerle.