Con motivo de la visita de Goran Bregovic al Festival Cervantino —entre otros conciertos que dará en México —, la productora de dicho evento nos obsequia un recorrido por la obra de este músico gitano y la influencia que ha tenido en la escena Balkan que se desarrolla en nuestro país.
Goran Bregovic tiene una relación especial con México. Nos cuenta que en los años setenta muchas bandas mexicanas iban a Yugoslavia, ya que el presidente Tito amaba la música de los mariachis. Cuarenta años después, la pasión está al revés. Bandas de los Balcanes visitan México con frecuencia y músicos mexicanos han puesto la k en Balcan para crear la “escena Balkan”, en la que interpretan la música de Bregovic mezclada con cumbia, rock, son mexicano y gypsy punk; con mucho énfasis en la euforia y largas noches de bailar y beber a gusto.
Cuando Tito y Echeverría se cortejaban al son de los mariachis, Bregovic era un joven ídolo del rock and roll, el cual fue muy importante en su país —explica— porque era la manera de hablar de valores distintos a los del gobierno comunista. El presidente, por ende, no era fan. Una vez, Goran logró tocar ocho minutos frente a Tito antes de que los guaruras presidenciales lo bajaran del escenario. “Demasiado volumen” fue el pretexto.
Bregovic es un maestro a contracorriente y un compositor de enorme talento que se mueve con facilidad entre los más diversos géneros musicales. Después de abandonar el rock se dedicó a componer música para el cine: creó la música para la premiada película Underground, de Emir Kusturica, que retrata —al igual que la música de Bregovic— la caótica y trágica vida que existe en la línea que hay entre la guerra y la paz, la boda y el funeral, la risa y el llanto. Bregovic vive, según dice, en la línea en la que es imposible no escuchar tu música en la de tu enemigo y viceversa.
10 Boogie Unca Woogie
Boogie Unca Woogie
Entre los géneros que ha abarcado con éxito, Bregovic presentó su primera ópera hace un par de años —en 2014 trabajará en una segunda—: Carmen con un final feliz fue compuesta para un festival cultural italiano de mucho prestigio y se presentó en los foros más esnobs de Europa. Sin embargo, Bregovic no tenía la intención de buscar un lugar entre la élite cultural. “No es una ópera que requiere de un secretario de cultura”, dice y, para los que preguntan cómo es que cambió tan drásticamente el final de Carmen, explica que los gitanos siempre piden que así sea: “El final feliz para los gitanos es una boda, así que mi Carmen termina así”.
Para Goran es importante que a los músicos gitanos les guste su obra porque son ellos quienes más la tocan. Le gusta la idea de que sus óperas se vuelvan parte del repertorio de las bandas gitanas de su región. Aquí radica la ironía de que sus detractores lo acusan de haber utilizado la música de los gitanos para volverse famoso internacionalmente. “Todos los buenos compositores han tomado música de los gitanos”, dice Bregovic. A diferencia de Bartók y las demás glorias de la música clásica, Bregovic tiene una interesante relación musical de ida y vuelta con los gitanos, en la que todos salen ganando.
La banda de Goran Bregovic se compone de cinco gitanos serbios que tocan alientos, dos cantantes búlgaras —dueñas de aquella tradición antigua de las voces polifónicas—, un percusionista y vocalista, y Goran en la voz y la guitarra eléctrica —que reemplazó al violín de su infancia cuando se dio cuenta de que los guitarristas tenían más éxito con las chavas. Sus composiciones gitanas, mezcladas con música de diferentes países y épocas, se presenta en esta ocasión como Champán para gitanos. “Se trata de música para bailar y para beber”, insiste Goran cuando los periodistas le preguntan si no es un proyecto político, tal vez lo dice para erradicar cualquier comparación peligrosa con algo aburrido. No le gusta lo pomposo, prefiere lo intuitivo por encima de lo cerebral. Su canción “Prezidente” —la cual cantará en español en los conciertos en México— es solo una llamadita al señor presidente para que tome mucho cuidado, ya que estamos viviendo en un manicomio. Nada de política, “es música para bailar”, repite.
Champagne for Gypsies
Champán para gitanos.
Sin embargo, Bregovic quiere reconocer la tremenda deuda que Europa tiene con los gitanos que han sido residentes maltratados durante seis siglos, a pesar del placer que han dado. Hitler mató a más gitanos que a judíos, proporcionalmente, y hoy en día Italia y Francia los están expulsando, mientras que en Hungría queman sus casas en ataques racistas.
La respuesta de Bregovic es el proyecto Champán para gitanos: un disco y múltiples conciertos en muchos países del mundo. Se trata de música para bailar y para beber; un gran festejo al cual invitó a otros gitanos y a los que tienen alma gitana, que también vale.
Según Goran, todos queremos ser gitanos, “por lo menos durante un día de nuestras vidas”. Dice que es como el deseo de volar sin caerse, de retar a la gravedad. Para su proyecto, buscó a gitanos internacionales de diferentes generaciones: fue al sur de Francia para buscar a los Gypsy Kings y a Brasil por Eugene Hütz, cantante del grupo Gogol Bordello.
Goran nos recuerda que muchos artistas del mainstream son gitanos de origen, entre ellos el guitarrista Ron Wood de los Rolling Stones, quien nació en una comunidad británica de gitanos que habían vivido desde 1700 en barcazas que repartían agua por los canales en las afueras de Londres. Ahí aprendió a tocar la guitarra en el ambiente de las fiestas familiares, lo que suele ser la mejor escuela para un músico popular.
La primera visita de Goran Bregovic a México en 2008, cuando se presentó en el Festival de la Ciudad de México, tuvo un impacto muy fuerte y logró el sueño de los promotores culturales de dejar huella entre la comunidad artística local. Algunos grupos habían empezado a experimentar con la música de los Balcanes y otros aparecieron después de la gira. La escena Balkan tomaba forma en el Distrito Federal y hoy día se extiende a Xalapa, entre otras ciudades fuera de la capital. El primer grupo en lanzarse a la escena con la contagiosa energía de su gypsy punk fue Polka Madre, músicos que han crecido al lado de la acertada fusión de lo electrónico con los ritmos de los Balcanes. La Internacional Sonora Balkanera tiene en su repertorio una versión notable del tema “Kalasnjikov”, de Bregovic. Otros grupos mexicanos pasaron por esa misma etapa y salieron más tarde con lo suyo. Triciclo Circus Band, entrañables artistas que están logrando ubicarse en la cima de la popularidad, interpretan hoy en día canciones con más influencia del circo tradicional o del cabaret alemán: canciones con una alegre melancolía y un contagioso sentido del humor. La escena Balkan incluye también a varios dj: resalta Ubik Lakeban y su Red Nose Army y Disko Balkan: ambos promotores de las versiones bregovicianas de la música de los Balcanes. Esta escena, que nació en las calles y pequeños antros del Centro Histórico, suele incluir a bailarines al estilo árabe, malabaristas y payasos en sus espectáculos, con la idea no explicitada de que la música entra por los ojos y los pies, no solo por los oídos.
La inspiración de los Balcanes va incluso más allá de Bregovic. El excelente grupo Nabuzenko, por ejemplo, presenta las raíces profundas de la música gitana y las mezcla con el son mexicano y el jazz, entre otras influencias. El fundador y director de este grupo, Carlos Pichardo, conoció a otro grupo romaní, Taraf de Haïdouks —que Discos Corasón invitó a México en 2002 y de nuevo en 2005. El año siguiente a la segunda gira, Carlos fue a Clejani, pueblo marginado de los gitanos rumanos, y vivió en la casa de los músicos para aprender su tradición a fondo.
Desde la primera visita de Taraf de Haïdouks la Sala Nezahualcóyotl de la unam se llenó tres noches seguidas y nos sorprendió la euforia por un grupo totalmente desconocido en este país. Había algo —intuitivo más que cerebral, como le encanta a Goran Bregovic— que nos hablaba de una larga y profunda relación musical entre México y Europa Oriental.
En dos ocasiones estos grupos se han presentado en El Plaza Condesa en donde se produjo el Festival Balkan 2012 y, en abril de este año, el Balagan Balkan 2013. La segunda edición adoptó la palabra balagan —que quiere decir “circo de mercado” en ruso y que entró al yiddish más bien como circo o desmadre. Este año el elenco incluyó a grupos cuya música hace referencia a diferentes raíces judías, tanto el vigoroso klezmer como las exquisitas canciones sefardíes, que músicos de la estatura de Daniel Saks, director del grupo neoyorquino DeLeon, lleva con mucho gusto a la energía del rock.
En los últimos años, estos grupos comenzaron a salir del underground y a tocar en los grandes escenarios: La Internacional Sonora Balkanera y Polka Madre han participado en el icónico festival británico Glastonbury; DeLeon acaba de regresar de Cracovia, en donde tocaron frente a veinte mil personas en el Festival de Cultura Judía, el cual marca el regreso a Polonia de músicos que, en muchos casos, son los nietos o bisnietos de los judíos expulsados del país. En México, BalkaNour, otro grupo clave de esta escena, fue bien recibido en Cumbre Tajín, y varios de los grupos se han presentado en el Vive Latino a lado de grupos internacionales que provienen de Serbia, Rumanía y Hungría.
06 Bella Ciao
Bella Ciao
Goran está consciente de esta escena Balkan: “Los quiero conocer personalmente ahora que esté en México. Compraré todos sus discos”.
Aunque musicalmente los grupos de la escena Balkan mexicana son heterogéneos, el papel de los alientos es importante siempre, como referencia a las bandas de gitanos que dominan las películas de Kusturika y la música de Bregovic. “Me da gusto saber que esta música está de moda en México porque las bandas balcánicas son como el punk: no es solo la música, también es la locura y esto es porque está ligeramente desafinada. Se acabó el punk con el primer disco bien producido y perfectamente afinado”.
Y como el maestro que es, Bregovic trabajará con músicos mexicanos para el concierto que ofrecerá en Cuernavaca el 19 de octubre. Ya empezó la comunicación entre México y Serbia que resultará, si todo sale bien, en otro encuentro musical entre la región de Bregovic y el underground mexicano, en el que el ganador será —sin duda— el público mexicano. ~
1 Goran Bregovic se presentará en la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, el 11 de octubre, en el marco del 41 Festival Internacional Cervantino; en el Teatro Estudio Cavaret del Auditorio Telmex, en Guadalajara, el 12; en el Festival Quimera de Metepec, el 13; para luego inaugurar el Festival Cultural de Sinaloa en Culiacán, el 17. También estará en El Plaza Condesa, en el Distrito Federal, el 18, y en la Plaza de Armas de Cuernavaca, el 19.
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MARY FARQUHARSON es la cofundadora de Discos Corasón y productora de la gira de Goran Bregovic en México.