Mexicanos monolingües del español: ¡uníos!
Es normal que en las regiones multilingües del mundo las personas hablen más de una lengua. En un país en el que se hablan cuatro lenguas, es normal que sus habitantes sean al menos bilingües. Pareciera que eso es lo natural, a menos que, como en el caso de México, la discriminación esté mediando las relaciones entre los hablantes. Nuestro país se encuentra dentro de las listas de países con mayor número de lenguas en el mundo; sin embargo, la mayor parte de los mexicanos son monolingües del español.
Las ventajas cognitivas, sociales y culturales asociadas al hablar muchas lenguas han sido ampliamente documentadas y son frecuentemente debatidas; si esto es verdad entonces ¿por qué la mayoría de los mexicanos habla sólo una lengua? La discriminación hacia las lenguas indígenas no afecta sólo a la población que las habla como lengua materna sino también a toda la población monolingüe del español porque, viviendo en un país plurilingüe, la situación actual les niega la información y los medios para aprender de las lenguas que se hablan en su propio país. Así, el combate frontal que se ha librado contra el uso de las lenguas indígenas los ha condenado al monolingüismo.
Si la situación actual de las lenguas indígenas hubiera sido distinta, también serían distintas las realidades lingüísticas de todos lo que habitamos el país, si la discriminación no mediara y no hubiera mediado las relaciones interétnicas, una persona que vive en la Ciudad de Oaxaca y cuya lengua materna es el español tendría muchas más posibilidades de ser, al menos, un hablante bilingüe español-zapoteco. Sin embargo, los mexicanos después de haber terminado la educación media superior, no conocemos siquiera los nombres de las familias lingüísticas que se hablan en el territorio nacional.
La pared que se ha construido entre el español y el resto de las lenguas no permite que los niños urbanos asistan a escuelas bilingües mixe-español en las que puedan adquirir habilidades lingüísticas en dos lenguas que pertenecen a familias lingüísticas tan diferentes entre sí. Sé que es mucho pedir, pero al menos sería deseable que los hablantes monolingües del español tuvieran acceso a mayor información sobre las lenguas que se hablan cerca de su entorno y conocieran el estado actual de la diversidad lingüística. ¿Por qué se les aplica una especie de censura sobre estos temas comenzando desde los propios planes y programas educativos?
Si los hablantes monolingües del español se dieran cuenta de la manera en la que están siendo afectados, podrían hacer suyos los reclamos y las peticiones que nos lleven a crear entre todos, indígenas y no indígenas, una sociedad multilingüe con todas las ventajas que eso conlleva. La lucha por la vitalidad de las lenguas indígenas es una lucha de todos porque nos afecta a todos.
En las campañas de difusión sobre la diversidad lingüística y la lucha reivindicativa por las lenguas indígenas, los hablantes monolingües del español, siendo tan numerosos, no reciben la atención que merecen. Casi no se habla de la manera en que la situación sociopolítica actual de las lenguas indígenas los afecta a ellos y a sus hijos o de cómo esta situación reduce sus posibilidades de conocer el mundo y pensarlo en más de una lengua.
Los hablantes monolingües del español tienen la posibilidad y el derecho de pedir al gobierno las condiciones necesarias para que sus hijos sean criados en ambientes multilingües; que las oportunidades de conocer todas las lenguas se multipliquen y; que la posibilidad de aprender una segunda lengua mexicana no sea tan remota. Es por eso que estas líneas pretenden servir de invitación para que los hablantes monolingües del español hagan suya la lucha por el fortalecimiento y el reconocimiento de las lenguas indígenas, porque también los afecta, porque también mina sus posibilidades de disfrutar la diversidad lingüística del país, porque tienen derecho a saber de ellas y aprenderlas, porque podemos convertirnos en personas multilingües en una nación que, de hecho, siempre lo ha sido.
Tengo un recuerdo recurrente: viví toda mi temprana infancia en tlaxcala y fui en una escuela donde se enaltecía mucho la cultura indígena, cuando nos mudamos al DF (a mis 10 años) tomé una clase de teatro, un día pusieron un ejercicio en que teníamos que hablar de formas distintas según nos fuera diciendo la maestra (como norteño, como veracruzano,como robot, etc.) de pronto dice: «hablen como indígenas» y entonces yo empecé a simular hablar en otra lengua (como quien simula hablar en japonés aún sin saber cómo hacerlo) mientras que todos los demás niños cambiaron de entonación al estilo el personaje de cine «La india María», recuerdo que me desconcerté muchísimo, porque para ellos los indígenas no eran sino personas que hablaban mal español. Leer tu texto volvió a recordarme este episodio de mi vida, me encantaría que nuestra realidad nacional fuera multilingüe.