Esta es mi primera reseña sobre una aplicación para iPad. Soy una entusiasta de las innovaciones tecnológicas que facilitan la lectura, la investigación, y hacen accesibles materiales que de otro modo sería muy lento conseguir o imposible. Adquirí un Kindle muy pronto y luego un iPad. He comprado varios libros en ese formato y no me he arrepentido. No incremento (tanto) el peso de los libros en el estudio, me gusta creer que no contribuyo (tanto) a talar más árboles, me cuesta menos el envío de los textos que compro y los puedo empezar a leer de inmediato.
De igual manera, he adquirido diversas aplicaciones que plantean de manera entretenida y con multimedia la manera de acercarse a temas literarios o plásticos. Una de las pioneras es, tal vez, la inmejorable aplicación en torno a La tierra baldía de T.S. Eliot.
En México, desafortunadamente, no ha sido usual que se aborden los temas o los artistas literarios o plásticos desde este enfoque. Sin embargo, hay que mencionar los esfuerzos del Conaculta, que ha encargado, hasta donde sé, tres aplicaciones para iPad: una sobre Blanco de Octavio Paz, otra sobre Muerte sin fin de José Gorostiza, y ahora una tercera sobre Amado Nervo.
Esta última estuvo a cargo de Gustavo Jiménez Aguirre, académico del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, quien ha sido uno de los pocos que ha incursionado de manera sistemática en los medios (así como Rodolfo Mata —ingeniero de formación—, quien trabaja en la misma institución y ha editado unos cd sobre José Juan Tablada).
Algunos investigadores se han mostrado reacios al uso de nuevas tecnologías: un colega, por ejemplo, recientemente se opuso a la inclusión de una cita desde Kindle, le parecía “poco serio”. Soy lo suficientemente vieja para recordar que, cuando las computadoras se introdujeron en las universidades, algunos colegas, al menos de inicio, fueron muy reticentes a su uso. Las tarjetas guardaban un atractivo irresistible. Con el tiempo, claro, han quedado ampliamente probadas las ventajas de las computadoras.
Jiménez Aguirre tiene una interesante página web sobre la novela corta con textos teóricos y ensayos; también contiene una biblioteca virtual donde se han editado algunas novelas cortas mexicanas de varias épocas. Además, probablemente es, quizás, el mayor conocedor de la obra de Amado Nervo, la cual ha editado concienzuda y minuciosamente en varios volúmenes. Asimismo, con el apoyo del Conacyt ha alentado a varios estudiantes que se han formado bajo su guía a colaborar en sus proyectos. Dado que posee estas dos características (su interés en distintos medios y su conocimiento de Nervo), era la persona ideal para desarrollar una aplicación sobre este escritor —citado por Obama, por cierto, en su reciente visita a México.
La aplicación en cuestión lleva el título de El fantasma soy yo. Incluye poemas, prosa, crónicas y fotografías tomadas por el propio Nervo.
Es posible escuchar el poema “Evocación” en la grave y agradable voz de Guillermo Sheridan o en la de Rocío Cerón. Me hubiera gustado tener la posibilidad de más lecturas, que no son solo eso sino interpretaciones acústicas de los poemas. En la sección de prosa, Juan Villoro lee “La última guerra”.
En el campo gráfico podemos visitar el estudio de Nervo en 360 grados, además de observar algunas fotos, como las de su escritorio, y otros objetos. Los poemas llevan, adecuadamente, ilustraciones del gran Julio Ruelas.
En la sección crítica podemos escuchar los comentarios del propio Jiménez y los de Vicente Quirarte, Carmen Boullosa y José Ricardo Chaves, distribuidos en pequeñas cápsulas.
El diseño es accesible, agradable y de buena factura; el funcionamiento, amable. Además, cuenta con una cronología, un diccionario y notas breves (afortunadamente no excesivas) en algunos puntos necesarios. Como ventaja adicional, es gratis.
No queda más que felicitar al Conaculta por esta serie que, esperamos, se amplíe en el futuro, y a quienes participaron en este proyecto en particular. ~
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ADRIANA SANDOVAL estudió Literatura Inglesa y tiene posgrados en la UNAM y en Cambridge, Inglaterra. Es profesora e investigadora del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas. Es también traductora y ha escrito guiones para televisión. Su libro más reciente es Los novelistas sociales.