La encuesta parece reflejar la conciencia que hay entre los adultos de los países menos desarrollados sobre la importancia de que sus hijos reciban una buena educación.
Las actitudes hacia la educación varían notablemente en los diversos países del mundo. En su edición más reciente, la Encuesta Mundial de Valores aborda el tema de la educación desde diferentes perspectivas. La falta de educación no figura como el principal o más grave problema que se percibe en el mundo; la pobreza la supera por mucho. No obstante, muchas sociedades expresan una profunda preocupación por no poder ofrecer a sus hijos una buena educación. Esto es más notable en los países menos desarrollados, así como entre los segmentos más escolarizados de esos mismos países. Finalmente, pero no menos importante, las actitudes hacia el acceso a la educación reflejan las desigualdades de género que prevalecen en varios países.
Comencemos la discusión por esta última parte, las diferencias de género. La encuesta plantea la pregunta de si se está de acuerdo o en desacuerdo con la frase: “Una educación universitaria es más importante para un hombre que para una mujer”. Una cuarta parte de los entrevistados está de acuerdo con la frase y tres cuartas partes están en desacuerdo. El porcentaje que estuvo de acuerdo es un indicador de actitudes que diferencian a hombres y mujeres, en este caso dejando a las últimas en una situación de menor relevancia respecto a la educación superior. De alguna manera, la pregunta descubre una actitud de desigualdad de género frente a la educación. Esa actitud de desigualdad se manifiesta más fuertemente en Pakistán (53%), en Uzbekistán (49%), en Yemen (47%) y en Nigeria (46%). En contraste, es apenas perceptible en Suecia (3%), Australia (4%) y Holanda (5%), aunque también en Estados Unidos se registra un bajo porcentaje (7%). La proporción de mexicanos que comparte esta visión inequitativa de la educación entre hombres y mujeres es de 21%, ligeramente debajo del porcentaje global, que fue de 24 por ciento.
Respecto a la falta de educación como problema, el estudio planteó la siguiente pregunta: “¿Cuál cree usted que es el problema más grave en el mundo?”. El 57% de los entrevistados en todos los países mencionó la pobreza o vivir en necesidad; el 14% señaló la contaminación del medio ambiente; el 11% apuntó la falta de salubridad y enfermedades infecciosas; otro 11% mencionó la falta de educación o una educación inadecuada, y el 7% la discriminación en contra de las mujeres. El énfasis en la educación inadecuada destaca en países como Libia (27%), Turquía (23%), Kuwait (22%), Perú (22%) y Chile (21%). Los países en donde la falta de educación casi no se ve como un problema serio, acaso por el énfasis en los demás, son Ucrania (2%), Bielorrusia (3%), Armenia (3%) y Ruanda (3%). En este caso, México aparece por arriba del promedio internacional con 16%, y por debajo de Estados Unidos con 19 por ciento.
Finalmente, la encuesta planteó una pregunta acerca de cuán preocupada está la gente por no poder brindar a sus hijos una buena educación. A nivel global, el 43% dijo estar “muy preocupado” por ello. De manera general, esa preocupación parece aumentar conforme disminuye el nivel de desarrollo de los países. Pero entre los más preocupados destaca México con 86%, denotando una profunda percepción de incapacidad para elevar el nivel y la calidad educativa de los hijos. Le acompañan con una amplia preocupación Túnez (80%), Ghana (79%), Colombia (76%) y Malasia (74%). Entre las sociedades menos preocupadas por esta incapacidad está un grupo de naciones ricas como Holanda (5%), Suecia (8%), Alemania y Australia (15%, cada uno), y Estados Unidos (16%).
Si bien esta preocupación parece ligada hasta cierto punto al nivel de desarrollo de los países, la propia educación dentro de cada país parece acentuarla aún más. Considerando solamente a los entrevistados con una educación a nivel preparatoria o superior, el porcentaje global de gente muy preocupada por la incapacidad de ofrecer una buena educación a sus hijos es casi idéntica (41%), pero crece de manera notable en algunos países: en Yemen se registra un porcentaje 10 puntos mayor, en Pakistán 8 puntos más, en Egipto 5 puntos y Turquía 6 puntos. Este parece un indicador de que la población escolarizada de esos países se siente todavía menos capaz de brindar a sus hijos una buena educación que el total de la población. En casos como el de Chile se observa el fenómeno inverso, con la población escolarizada un tanto menos insegura de garantizar una buena educación a sus hijos.
En resumen, las actitudes hacia la educación varían entre los países. Reflejan rezagos de desigualdad de género y preocupaciones de incapacidad, pero la educación, comparada con la pobreza, se mira como un problema menos grave.
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ALEJANDRO MORENO es profesor de Ciencia Política en el ITAM y vicepresidente de la Asociación de la Encuesta Mundial de Valores (World Values Survey Association) <@almorenoal>. YURITZI MENDIZÁBAL es licenciada en Ciencia Política por el ITAM.