En la última década, el aumento de la delincuencia y la violencia ha azotado a gran parte de Centroamérica. De igual forma, las migraciones desde muchos de los países de esa región hacia Estados Unidos se incrementaron. ¿Hay relación directa entre estos dos fenómenos?
En Centroamérica, el crimen con violencia ha alcanzado niveles sin precedentes. La Gráfica 1 ofrece un panorama claro de esta tendencia. Honduras, El Salvador y Guatemala encabezan la lista de países con mayores tasas de homicidios. Al mismo tiempo, la tasa de migración en muchos de estos países ha aumentado de manera considerable. De hecho, el número de migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos aumentó más del 50% entre 2000 y 2010, más rápido que en cualquier otra región de América Latina.1 De 2012 a la fecha, la ola de menores migrantes no acompañados hacia la frontera de México con Estados Unidos es la manifestación más reciente de esa tendencia.
Muchos observadores han dado por sentado que existe una relación entre el aumento de las tasas de criminalidad en América Central y el aumento de la migración en la región. Un informe reciente publicado en The Guardian afirma que “la violencia extrema en Centroamérica está enviando una oleada de refugiados que huyen hacia el norte de México”, y compara este éxodo al de los ciudadanos que huyen de una guerra civil.2 De hecho, en la actualidad los países con mayores tasas de migración en la región, como El Salvador, Guatemala y Honduras, también son los que enfrentan los más altos niveles de delincuencia y violencia. Todos estos países, sin embargo, tenían redes de migración establecidas mucho antes de la reciente ola de violencia, por lo que no es claro que exista una conexión entre la delincuencia, la violencia y la decisión de emigrar.
Con base en los análisis de datos de la encuesta Barómetro de las Américas 2012, realizada por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Vanderbilt, se intenta clarificar si existe una relación directa entre la delincuencia, la violencia y la migración, de acuerdo con los factores predictivos convencionales de la migración, como la edad, el género, los ingresos y las conexiones a una red de migración existente.
Para comprender el impacto del crimen en las tasas de migración de Centroamérica, resulta de particular interés saber si ser víctima de un delito o simplemente sentirse inseguro en el barrio es lo que determina la decisión de migrar. Aunque el número de personas directamente afectadas por la delincuencia en América Central es considerable, hay un número aún mayor de centroamericanos que se sienten inseguros en sus barrios a pesar de no haber sido víctimas del crimen. Por lo tanto, identificar hasta qué punto influye cada factor sobre la migración es determinante para una evaluación más precisa del impacto del crimen en los patrones de migración regional.
Con el fin de explorar estos vínculos, se analizan las respuestas a la siguiente pregunta del Barómetro de las Américas: “¿Tiene usted intenciones de irse a vivir o a trabajar a otro país en los próximos tres años?”.
La encuesta también incluye preguntas que indagan hasta qué punto los entrevistados se sienten inseguros en su barrio y si en los últimos 12 meses han sido víctimas de algún delito. Estos elementos nos permiten comparar las intenciones de migración de centroamericanos que han sufrido directa o indirectamente el reciente aumento de la delincuencia y la violencia con respecto a quienes no lo han padecido.
Como se puede observar en la Gráfica 2, en algunos países sí parece haber una conexión entre los niveles de percepción de la inseguridad, la victimización por delincuencia y las intenciones de migración. Los entrevistados en El Salvador, por ejemplo, fueron más propensos a reportar una sensación de inseguridad en su barrio en 2012 y, al mismo tiempo, tener más intenciones de emigrar. Como El Salvador es un país con una larga historia de migración, no está claro si este alto nivel de inseguridad guarda realmente una relación causal con el igualmente elevado nivel de las intenciones de migración.
En cambio, a pesar de los niveles sin precedentes de violencia en Centroamérica, los ciudadanos de Honduras se encuentran entre los que menos reportan una sensación de inseguridad en su barrio, y a la vez se ubican en niveles muy bajos en intenciones de migrar. Para profundizar en estos patrones debemos recurrir a un análisis multivariado de los determinantes a nivel individual de las intenciones de migración entre los centroamericanos, con el fin de identificar el efecto independiente de la delincuencia y la violencia en la migración una vez que se establecen controles por otros factores.
Modelando el impacto de la delincuencia en la migración
Para identificar los efectos de la victimización por delincuencia y la percepción de inseguridad en las intenciones de migración de los centroamericanos, primero se tiene que incluir una serie de variables de control que también se asocian con las probabilidades del individuo de reportar intenciones de migrar. Con base en investigaciones sobre este tema,3 en primer lugar se establece un control por características socioeconómicas y demográficas del individuo, como edad, género, ingresos y niveles de educación. Asimismo, se incluyen como variables de control las evaluaciones del encuestado de su situación económica personal y nacional, las cuales también deberían afectar su decisión de emigrar. Por último, se incluyen dos medidas de participación del individuo en redes de inmigración: si tiene familiares que viven en otro país y si recibe remesas. Si todo lo demás se mantiene igual, las personas conectadas a una red de migración deben ser más propensas a migrar que los que no tienen este tipo de conexiones.
No obstante, nuestra preocupación central es el impacto que los altos niveles de delincuencia tienen sobre la decisión de migrar de un individuo. Por ello, incluimos una serie de variables diseñadas para capturar la variedad de posibles efectos que el crimen pueda tener sobre la migración. En primer lugar, incluimos la pregunta sobre si los encuestados habían sido víctimas de cualquier tipo de delito en los 12 meses anteriores. Del mismo modo, incluimos la pregunta sobre qué tan seguros se sienten en su barrio, en una escala del 1 al 4. Por último, empleamos una medida sobre si un funcionario público les ha pedido un soborno en los 12 meses anteriores. Al igual que con la victimización por crimen, esperamos que las víctimas de la corrupción gubernamental también sean más propensas a considerar salir de su país que los que nunca han experimentado tal problema.
Los resultados de nuestro análisis ayudan a dilucidar el papel de estos factores en la decisión de emigrar. Los encuestados que habían sido víctimas de la delincuencia o la corrupción fueron significativamente más propensos a considerar la migración en comparación con los encuestados que nunca habían sido víctimas. Estos efectos de la victimización en las intenciones de migración superan con creces el impacto que tiene la sensación de inseguridad en las intenciones de migración.
De esta manera, lo que estos resultados sugieren es que las víctimas de la actual ola de violencia, así como las víctimas de la corrupción generalizada que ha acompañado la ola de criminalidad en Centroamérica, son cada vez más propensas a considerar la migración como un medio viable para salir de su situación actual. Estos hallazgos reflejan la situación en la frontera de México con Estados Unidos de los miles de menores no acompañados procedentes de Centroamérica que han dejado su tierra natal en busca de una mejor y más segura existencia. También indican que, además de otras consecuencias trágicas, la ola de crimen y violencia que afecta actualmente a gran parte de Centroamérica también parece estar contribuyendo a que un mayor número de personas busquen salir de su país.
1 Stoney Sierra y Jeanne Batalova, “Central American Immigrants in the United States”, en Migration Information Source, Migration Policy Institute, 2013 <http://www.migrationinformation.org/USfocus/print.cfm?ID=938>.
2 Tuckman Jo, “Central America Migrants Flee Turf Wars and Corrupt States for Refuge in Mexico”, The Guardian, 30 de diciembre de 2013 <http://www.theguardian.com/world/2013/dec/31/central-america-migrants-flee-mexico>.
3 Massey Douglas S., Joaquín Arango, Graeme Hugo, Ali Kouaouci, Adela Pellegrino y J. Edward Taylor, Worlds in Motion: Understanding International Migration at the End of the Millennium, Oxford University Press, New York, 2005.
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JONATHAN HISKEY es profesor adjunto en la Universidad Vanderbilt. MARY MALONE es profesora adjunta en la Universidad de New Hampshire. DIANA ORCÉS es profesora asistente en la Universidad Oakland.