Sabemos que el brillo de las estrellas que podemos mirar desde la Tierra viene del pasado, que nos trae recuerdos de lejanías que se miden en años luz. Ha sido la labor de artistas de todos los tiempos descifrar esos mensajes. En la serie de Perla Krauze que ilustra este número, abundan los elementos del cielo y de la tierra, no solo en los nombres de las obras, también en los materiales y los trazos.
Diversos tonos de azul que evocan tanto a Orión —la constelación más brillante— como a la memoria. Rocas y piedras representadas en tonos ocres y rojos. Colores primarios y la ausencia de ellos: el negro. Trazos de óleo, acrílico, carbón y grafito que toman forma sobre lino y madera.
Perla ha trabajado siempre con elementos que la naturaleza le acerca —como en las viñetas de troncos, ramas y piedras que creó para el número treinta y tres de este suplemento, hace más de cinco años. Ha querido entender los mensajes que Gea, la madre de Orión, y su padre, Poseidón, tienen para ella. A través de su obra, busca la reconciliación entre el espíritu y la materia, como dijo Esther Seligson.
Estos lienzos también son un acercamiento a las fuerzas a las que estamos sometidos pero en las que casi nunca reparamos, como la fuerza de gravedad, que queda plasmada en las líneas verticales que corren sobre las superficies.
Celebramos el número cien de EstePaís | cultura y nos parece un formidable augurio que sea Perla Krauze precisamente quien vuelve a estas páginas a compartirnos su obra, y que sean constelaciones y bóvedas celestes las formas que auspician este festejo. También agradecemos la compañía solidaria que tanto nuestros autores como ustedes, amables lectores, nos han brindado a lo largo de este centenar de experiencias plasmadas en papel.