Friday, 19 April 2024
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Minucias del lenguaje. Sobre la lectura
Cultura | José G. Moreno de Alba | 26.08.2009 | 0 Comentarios

Es para mí un honor y una muy
grata responsabilidad dirigir
a ustedes, en nombre de to-
dos los premiados,unas pala-
bras para agradecer, por una parte, a
los señores que formaron los diversos
jurados, el que hubieran encontrado
en nosotros los méritos suficientes pa-
ra considerarnos merecedores de la
más alta distinción que otorga el Esta-
do mexicano; y, por otra, al Presidente
de la República,el que haya reservado
un espacio de su comprometido tiem-
po para convivir con nosotros y presi-
dir esta solemne ceremonia. Muchas
gracias a ellos y a todos ustedes por
acompañarnos.
Cuando me enteré de que tendría la
rara y preciosa oportunidad de hablar
por unos pocos minutos aquí,ante us-
tedes y ante el Presidente de México,
me puse a pensar cuál podría ser la
mejor forma de aprovecharla. Decidí
para ello referirme a un tema que fue-
ra de indudable importancia y que,
además, a todos los premiados les re-
sultara de interés. Elegí por tanto un
tema directamente relacionado con la
educación. No debemos olvidar que
un pueblo bien educado no es sólo un
pueblo libre sino también un pueblo
próspero. Más aun: no creo que haya
otra vía para el desarrollo y la prospe-
ridad verdaderos —y por ello entiendo
el desarrollo y prosperidad de todos—
que la buena educación pública.
Me referiré, digo, a un asunto ínti-
mamente ligado a la educación: el de
la lectura y el de la relación que con
ella deben obligadamente establecer
la escuela y, obviamente, el Estado.
De los libros y del cultivo de las hu-
manidades, Cicerón, en su célebre
discurso en favor del poeta Arquías,
se expresa en los términos siguientes:
“Las demás ocupaciones no son ni de
todos los tiempos ni de todas las eda-
des ni de todos los lugares: pero estos
estudios guían la adolescencia, delei-
tan la ancianidad, adornan las cosas
propicias, dan refugio y solaz en las
adversas, divierten en casa, no estor-
ban fuera, con nosotros pernoctan,
viajan,viven en el campo”.
En efecto, cuando se descubre el
placer de los libros, insensiblemente
se acendra el saludable hábito de la
lectura. Me parece que la escuela de-
be, primeramente, convencer a los ni-
ños y a los jóvenes de que la lectura
es una actividad placentera y disfru-
table. Para que ello suceda es indis-
pensable enseñarlos a comprender lo
que leen y a sentir en carne propia lo
que dicen los libros. Si hay una ade-
cuada selección de textos y se le ense-
ña al estudiante a comprenderlos y a
disfrutarlos, el siguiente paso será re-
lativamente más fácil. Es éste el de
explicar,constantemente a lo largo de
los años escolares, que casi todos los
conocimientos, de todo tipo de disci-
plinas, se adquieren por medio de la
lectura. Si se aprende,en los primeros
años escolares, a comprender lo que
se lee, se termina por aceptar que
también el estudio es, como la lectu-
ra, una actividad placentera. Si no se
enseña a los estudiantes a leer com-
27
E
s
te
Pa
ís
cu
ltu
ra
prendiendo, no se les está preparando
para los estudios posteriores.
Solían nuestros niños, en las medi-
ciones nacionales e internacionales,
obtener bajas calificaciones en ma-
temáticas. Lamentablemente, a ésas
hay que añadir un bajo rendimiento
en lectura. Es éste un problema gra-
ve, que hay que atender y resol ver.
Para el l o s e han t omado, rec i ent e-
mente, entre otras, dos medidas muy
saludables: una es la aprobación de
l a n u e v a L e y d e Fo me n t o p a r a l a
Lectura y el Libro; la otra, el impulso
que se viene dando a las bibliotecas
de aula. Ambos proyectos son, obvia-
mente, bienvenidos. Sin embargo, se
debe seguir trabajando con intensi-
d a d , p u e s e n e s t e t e r r e n o t o d av í a
queda mucho por corregir y mejorar.
En general, una lectura deficiente es
sinónimo de serias dificultades para
toda clase de estudios, para la educa-
ción, en una palabra. Un lector inca-
paz es, en definitiva, un mal estudian-
te. A quienes tenemos el privilegio de
trabajar en la UNAM se nos ha enseña-
do que una de nuestras obligaciones
es contribuir a la solución de los gran-
des problemas nacionales. Considero
que la deficiente enseñanza de la lec-
tura en la escuela pública afecta gra-
vemente la calidad de la educación y
constituye un problema a cuya solu-
ción debemos contribuir todos los que
de alguna manera tenemos, por nues-
tra profesión, algo que aportar.
Permítaseme, a modo de ejemplo,
al udi r a una reci ent e i nvest i gaci ón
l l eva d a a c a b o e n l a U NA M. Un p e –
queño grupo de lingüistas y de estu-
di ant e s de pos g rado e n l i ng üí s t i c a
dedicamos algunos años a la inves-
tigación de la enseñanza del español
en México. Estudiamos, por una par-
te, la historia del problema, esto es
c ó mo s e h a v e n i d o e n s e ñ a n d o l a
l e ng ua ma t e r na e n nue s t r o p a í s a
par t i r de s u i ndepe nde nc i a, e n l os
diversos niveles escolares. Otra par-
t e d e l a i nv e s t i g a c i ó n c o n s i s t e e n
anali zar la forma en que se lleva a
c a b o a c t u a l me n t e e s a e n s e ñ a n z a .
Finalmente, en la tercera, se expre-
san algunas ideas de cómo mejorar
la calidad de esa fundamental disci-
pl i na escol ar, en l a educaci ón bási –
ca, en la secundaria, en el nivel me-
d i o s u p e r i o r y, s o b r e t o d o, e n l a s
e s c u e l a s n o r ma l e s. L o s r e s ul t a do s
de ese proyecto pronto se publicarán
por la UNAM en forma de libro. Si me
autoriza el señor Presidente, mucho
me agradaría presentar a la Secreta-
r í a d e E d u c a c i ó n P ú b l i c a , p a r a s u
análisis y evaluación, las propuestas
que resultaron de esta bienintencio-
nada investigación.
Sin negar la utilidad práctica que
puede tener la crítica constructiva a
las deficiencias en la educación pú-
blica, que deben ejercer tanto los ciu-
dadanos como las instituciones, con-
v i e n e r e c o r d a r q u e , c u a n d o s e a
posible, es necesario añadir a la críti-
ca propuestas de solución. Entiendo
que, evidentemente, son muy pocas
las personas preparadas para propor-
cionar ayuda técnica para mejorar el
ni vel de l a l ect ura en nuest ro paí s.
Todos sin embargo podemos partici-
par en la formación de una concien-
cia colectiva sobre esta urgente nece-
sidad. Hacer del libro y la lectura un
suj eto de l a conversaci ón coti di ana
ayudará a formar esa conci enci a. Y
darnos cuenta de que la mala calidad
de l a l ectura es uno de l os grandes
problemas educativos de los mexica-
nos es sin duda un primer paso, in-
di spensabl e, para i nvol ucrarnos t o-
dos, con entusiasmo, en su inmediata
solución. ~


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