Friday, 19 April 2024
Artículos relacionados
Neuronal. Los colores de Guido Delvaux
Cultura | Este País | Carlos Flores-Michel | 01.09.2011 | 0 Comentarios

Predominio de colores brillantes en los primeros planos que, al derivar en la síntesis del color, enriquecen la proyección cromática y oponen luminiscencia y obscuridad en una contienda no explícita; a la vez funda un espacio lúdico que llama a discriminar lo amargo de lo dulce, lo rugoso de lo suave, la honradez del cinismo. Aunque la composición es de una sencillez aparente, la diversidad habla de un complejo tapiz, enhebrado con la aplicación experimental de los recursos teóricos y técnicos supeditados al oficio y al don; si bien el plano emocional no se desdobla espontáneamente, envía señales desapacibles, retos, querellas. La textura está dada en lo común por el tratamiento instrumental de la pintura y algunos efectos son obtenidos por mixturas de líquidos y aceite.

La tarea del artista obliga a resolver los espacios mediante una visualización extensa, ya que la vista, usualmente sometida al quietismo, insiste en lograr una constitución unitaria que guíe la impresión hacia un territorio predeterminado por el hábito. Gracias a su disposición por subvertir la costumbre, Delvaux incurre en atmósferas densas donde la materia cardinal no siempre es provista por distinciones tonales que circunscriban una prédica sobre la coherencia entre líneas, fisuras, series o transposiciones, sino por su ausencia. El texto declara insubordinación ante el condicionamiento de las paráfrasis que adjudica a la obra un modo contestatario. Sin embargo, su potencia dramática es conferida a la base de la tela; el alegato gira sobre la sospecha, la medianoche, el vacío. Aun los ademanes más sencillos están salpicados por la duda primigenia.

Discurre en continentes de gesto inmoderado que simulan frescura en algunos casos, el predominio de una gama enmascarada por rasgos de gradaciones variables confunde la intención, lo que formula la segunda lectura. La sensación de tibieza provocada por la repetición de segmentos equidistantes muda a inquietud absorta, la secuencia es hendida por gotas imprecisas que difunden incertidumbre sobre la retícula, que enuncia una verdad prescrita; la espátula consolida el talante del dogma, la cuña y el goteo fracturan la certeza y dividen a herejes de creyentes, quienes agraviados por la presencia de la sangre, que brota escrupulosa desde un recoveco en la memoria, asumen posiciones distintivas.

Naturalezas engendradas en la obscuridad flotan en ambientes violentos, buscan salida: amarillos, bermellones emergen de parajes asediados por añiles, impuestos por el persistente roce de la espátula; emociones comprimidas tras el seto cultivado por la retina en complicidad con la culpa buscan su oportunidad. La colectividad apuntala tabiques, y en el proceso utiliza recelos, argamasa que funde sinrazones. Para ser sorprendido en falta, sólo una palabra, una mirada, un gesto inadecuado, no hace falta custodio, prohibido sentir.

Como contrapunto remueve terrores arcaicos, la tormenta desata al ser “primitivo”. La pasión, el instinto, reclaman su parte. Sobre un lienzo plantado de azules, impulsos leonados germinan del tiempo glacial, como papalotes que planean los hombres, se ve a unos infantes navegando nubes; sueños que denotan el moho en la zozobra.

Desdibuja noches sembradas de flamas amarillas, rojas, en boscajes vagos, inadivinables; la ventisca, nieve. Guiñan emociones que marchitan el entendimiento. La liga que sujeta sentimiento y racionalidad se tensa levemente, imperceptible, insoportable. El creyente huye, el hereje accede.

Después, nuestro anfitrión encubre las presencias que durante el periplo de una vida ha cultivado con el prurito con que se cuida a las especias, y en la cosecha, el tacto rememora texturas que gratifican, o que acarrean nostalgia de sensaciones vagas, que prontamente vertidas en el cazo se agregan al aceite, picor de aroma penetrante obsequia resonancia de pasiones gastadas; al gusto de las viandas, imagen nebulosa del pecho que se aleja. Amor y abandono, figuras distanciadas del “yo”, vetadas por la consigna de vivir adherido a la seguridad del canon, de la inercia, del juicio que no conlleve adeudo. Eros, vengativo, se mimetiza en el contexto y habla a unos ojos sordos, algo desde la sombra reconoce signos y exhibe dilemas proscritos, apenado, el hereje cede, el creyente niega.
En otras hechuras, la generosidad en la superposición de vastas tonalidades en primeros planos distrae la mirada del fondo, símbolos velados, símbolos que cubren, señales intermitentes dialogan con los arquetipos y nos brindan guías que encienden al espíritu, luego al intelecto. Fachadas vestidas de rojo embrujan ilusos, atrapan migrantes, ciudades impías no guardan afectos. Desde la posición del vigía, una nube gruesa, ahíta de oprobio, proyecta noche al día; sol solitario, asfixia. Empalizada ardiente procura detener presencias indomables de dimensión enorme, en el intento estalla y la defensa cede dejando al observante a merced de sus quimeras. También bosqueja el acertijo de un rayo intermitente que lleva a lo indecible por sistemas ocultos, un cosmos cada hombre.
Composición diversa, que superpone o descubre; colores que a diferentes telas ascienden espirales, formulan disyuntivas y evitan juicios prontos. Imperio de lenguas inaprensibles que decuplican caos, que llevan a la melancolía, a la nostalgia de la lógica. El entendimiento implora, el inconsciente no reconoce su sintaxis. Paradoja camuflada en tinturas, que decreta anarquía y posteriormente reordena, a fin de iniciar una experiencia fincada en la gnosis.

——————————
Desde la década de los sesenta, CARLOS FLORES-MICHEL (Ciudad de México, 1949) participa en grupos musicales adaptando letras de canciones. Es autor de aforismos, narrativa y textos en los que combina dichos géneros con el ensayo y la poesía. En el ámbito de la plástica, ha sido promotor y crítico y ha participado en diversos proyectos de diseño museográfico.

Dejar un comentario



Obra plástica de Abel Quezada Rueda
Este texto estará disponible en el transcurso del mes. Por favor, visite el sumario general o el sumario del suplemento de Cultura regularmente. Los títulos subrayados indican que el artículo completo ya está disponible. Suscríbase a Este País y reciba la versión impresa cada mes a la puerta de su casa o cómprela con su […]
Tras la ranura
Este texto estará disponible en el transcurso del mes. Por favor, visite el sumario general o el sumario del suplemento de Cultura regularmente. Los títulos subrayados indican que el artículo completo ya está disponible. Suscríbase a Este País y reciba la versión impresa cada mes a la puerta de su casa o cómprela con su […]
Obra plástica de Carmen Gayón
Existe un indiscutible consenso acerca de la influencia que la Luna ejerce sobre nosotros. Desde los científicos, pasando por astrólogos y místicos, hasta los artistas y creadores de todos los tiempos se han interesado en el único satélite natural del planeta que habitamos.  Su magnetismo nos ha llevado a nombrar sus cráteres, fascinarnos por su […]
Obra plástica de Pablo Rulfo
Pablo Rulfo es un alquimista que, en lugar de intentar convertir el plomo en oro, transforma los lienzos en representaciones de las más variadas emociones. En su estudio —tal como nos platicó Olga García-Tabares en el pasado número de marzo— podemos encontrar “aceite de linaza, caseína, cola de conejo, ceras, resina almáciga, goma arábiga, blanco […]
Obra plástica de Lourdes Domínguez
El flâneur, que surgió en el París del siglo XIX, encontró un nuevo calzado para las calles gastadas y accidentadas de las ciudades actuales. Uno que le permitía emprender un paseo que se resiste a señalar un rumbo fijo: los tenis. Quizá no haya otra prenda que hable tanto de nuestros hábitos como los zapatos. […]
Más leídos
Más comentados
Los grandes problemas actuales de México (144.769)
...

La economía mexicana del siglo xx: entre milagros y crisis (59.574)
...

Con toda la barba (38.180)
...

¿Por qué es un problema la lectura? (27.191)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.

La distribución del ingreso en México (23.052)
...

Presunto culpable: ¿Por qué nuestro sistema de justicia condena inocentes de forma rutinaria?
Bas­tan­te han es­cri­to y di­cho ter­ce­ros so­bre Pre­sun­to cul­pa­ble....

Los grandes problemas actuales de México
Se dice que el país está sobrediagnosticado, pero en plenas campañas y ante...

I7P5N: la fórmula
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una...

China – EUA. ¿Nuevo escenario bipolar?
No hace mucho que regresé de viaje del continente asiático, con el propósito...

La sofocracia y la política científica
Con el cambio de Gobierno, se han escuchado voces que proponen la creación...

1
Foro de Indicadores
Debates que concluyen antes de iniciarse
El proceso legislativo reciente y sus números

Eduardo Bohórquez y Javier Berain

Factofilia: Programas sociales y pobreza, ¿existe relación?
Eduardo Bohórquez y Paola Palacios

Migración de México a Estados Unidos, ¿un éxodo en reversa?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Donar no es deducir, donar es invertir. Las donaciones en el marco de la reforma fiscal
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Impuestos, gasto público y confianza, ¿una relación improbable?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Los titanes mundiales del petróleo y el gas
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La pobreza en perspectiva histórica ¿Veinte años no son nada?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La firme marcha de la desigualdad
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia. 2015: hacia una nueva agenda global de desarrollo
Roberto Castellanos y Eduardo Bohórquez

¿Qué medimos en la lucha contra el hambre?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Bicicletas, autos eléctricos y oficinas-hotel. El verdadero umbral del siglo XXI
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Parquímetros y franeleros: de cómo diez pesitos se convierten en tres mil millones de pesos
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Una radiografía de la desigualdad en México
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Más allá de la partícula divina
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: El acento está en las ciudades. Algunos resultados de la base de datos ECCA 2012
Suhayla Bazbaz y Eduardo Bohórquez