En el historial del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, que llevó en algún momento el nombre de Juan Rulfo, es la primera ocasión en la cual un escritor venezolano es galardonado. La ocasión no pudo ser más afortunada y justa. La obra de Rafael Cadenas es poseedora de varios momentos cardinales en el ámbito de la lengua española; la suma de sus libros ha dado cuenta de una trayectoria persistente y crítica en torno del lenguaje y la vocación espiritual de éste. Aunque su presencia y estimación, especialmente como poeta, es insoslayable —no hay antología seria que no lo reconozca así—, fue en el año 2000, con la publicación de Obra entera. Poesía y prosa por el FCE, que se dio a conocer en nuestro medio sin reserva alguna lo mismo como poeta que como ensayista.
Antes de ese acontecimiento editorial, conocía yo una zona importante de sus visiones y reflexiones pues, gracias a ciertas complicidades, me había hecho de ediciones caraqueñas de difícil acceso en nuestro país: Memorial (1977), Realidad y literatura (1979), Antología 1958-1983 (1991) y Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística (1998), entre otros títulos. La reedición de su Obra entera en el FCE y de la versión española de ésta por Pretextos lo convierten ahora en un escritor al alcance de todo lector interesado en conversar con una sensibilidad “demasiado humana”, insumisa y propositiva respecto de cualquier tipo de convenciones, extrema en las indagaciones de la realidad del mundo y la palabra.
Rafael Cadenas nace un día de abril de 1930 en Barquisimeto, ciudad antiguamente llamada Nueva Segovia. Cerca de ella terminan o comienzan los Andes, según se mire. Sus libros de poesía —Una isla, Los cuadernos del destierro, Falsas maniobras, Memorial, Intemperie, Gestiones y Amante— así como los de prosa —Realidad y literatura, En torno al lenguaje, Anotaciones, Dichos, Apuntes sobre San Juan de la Cruz...— están recogidos en Obra entera. Algunos años antes, Visor le había publicado una antología. Hay traducciones de sus poemas al francés, italiano e inglés, y ha hecho lecturas en Estados Unidos, España, Portugal, Italia, Francia, Inglaterra, Austria, Alemania, México, República Dominicana, Costa Rica, Colombia y Argentina. Reunió sus traducciones en El taller de al lado. Es profesor jubilado de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela. Allí dio clases sobre todo de poesía española y norteamericana.
Además del Premio FIL, ha recibido otros: Nacional de Ensayo, Nacional de Literatura, San Juan de la Cruz e Internacional de Poesía J. A. Pérez Bonalde, así como una beca de la Fundación Guggenheim.
En poesía y en su vida le importa la veracidad. Eso está expresado en su poema “Ars poética”. Para Cadenas, veracidad significa correspondencia de las palabras con lo que se siente, y eso requiere vigilancia. Lo asombra el misterio inexpugnable de la realidad. Tiene mucho interés en la filosofía, en el estudio de la psique, y durante lustros se ha asomado a concepciones como el zen, el taoísmo, el hinduismo y algunos místicos occidentales. En política, le preocupan los nacionalismos, las dictaduras de cualquier signo y las ideologías; en fin, está en contra de la destructividad humana, detrás de la cual están las desmesuras del ego. Aunque se sobrentienda con lo dicho anteriormente, defiende la democracia, la pluralidad y la convivencia, factores civilizatorios imprescindibles.
Agradezco la confianza de Rafael Cadenas para permitirme presentar estos materiales a los lectores de EstePaís |cultura: un poema inédito, exclusivo para estas páginas, una selección de fragmentos de sus múltiples entrevistas, y tres de los muchos autores que ha traducido a lo largo de su vida, poetas significativos y relevantes en su experiencia literaria y vital. Espero que esta pequeña ventana, abierta de par en par, permita dar una idea de la dimensión y del calado de una escritura “asombrada por el misterio inexpugnable de la realidad”.
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