Friday, 03 May 2024
Artículos relacionados
Polvo: Alfonso Reyes y el síntoma causado por el fin de la metafísica
Blog | Xavier Elorriaga Villalobos | 16.07.2010 | 1 Comentario

Captura de pantalla 2010-07-16 a las 13.28.16

¿Es ésta la región más transparente del aire?
¿Qué habéis hecho, entonces, de mi alto valle metafísico?
¿Por qué se empaña, por qué se amarillece?

Alfonso Reyes

Largo el poema, corto el ensayo; la anacronía del ensayo es actualizada por la fuerza que en él se prevé. “Palinodia del polvo”, del escritor mexicano Alfonso Reyes, es mi punto de partida. En estos momentos, el lector al leer el título se pregunta: ¿cuál es la relación entre Reyes y el fin de la metafísica?

Este ensayo-poema habla del sentir de Reyes ante el fin de la metafísica —un acontecimiento que marca el malestar de estos tiempos. La semántica de palinodia puede ser diferente, pero lleva el mismo sentido mientras se piense en la relación con el polvo.1 Sea una retractación o un esparcimiento del polvo —la destrucción del todo—, la tesis es siempre la congoja que deja el fallo de la modernidad y la pérdida de toda referencia al futuro optimista y el piso o seguridad de interpretar, cuestión que distingue perfectamente los asuntos metafísicos. Reyes piensa lo revelador del polvo en estos tiempos al proclamar: “En el polvo se nace, en él se muere. El polvo es el alfa y el omega. ¿Y si fuera el verdadero dios? […]. Acaso el polvo sea el tiempo mismo, sustentáculo de la conciencia. Acaso el corpúsculo material se confunda con el instante”.

El ensayo es sublime porque retrata el terror del fin, de la amenaza de la nada, de la diseminación del polvo en nuestro mundo, el fin de la ideología de Occidente. Lo barroco del ensayo se revela en la oscilación del alfa al omega, en la retractación de uno mismo de profesar metafísica y después polvo, epítome de lo mínimo, lo intrascendental.

“Y cuando ya seamos hormigas —el Estado perfecto— discurriremos por las avenidas de conos hechos de briznas y de tamo, orgullosos de acumular los tristes residuos y pelusas; incapaces de la unidad, sumandos huérfanos de la suma; incapaces del individuo, incapaces de arte y espíritu”.

De esta manera, de acuerdo con la semántica de palinodia tenemos dos acepciones que unen el tema principal. La primera se relaciona con el destino del polvo, epítome del fin del todo, de los intentos fútiles del ser humano de realizar la modernidad. “Mordemos con asco las arenillas. Y el polvo se agarra en la garganta, nos tapa la respiración de las manos. Quiere asfixiarnos y quiere estrangularnos. Subterráneos alaridos llegan solapados en la polvareda, que debajo de su manta al rey mata”.

El segundo aspecto de la palinodia mira en la retórica de uno mismo y del sentimiento que produce la auto-observación. Desde que Occidente es moderno siempre ha ubicado la autorreferencia como la identidad en la que se construyen el conocimiento y la metafísica. El polvo ocupa un lugar en donde el conocimiento físico-concreto y humanístico se deconstruye a sí mismo (se revela differànce, si seguimos a Derrida) y el porvenir se siente en lodo. “Red vibratoria que capta, en su curso, la vida invisible del espacio, deja ver, a los ojos del filósofo atónito, todo ese enjambre de polvillo que llena el aire. […] El filósofo hunde la mano en el sol, la agita levemente y organiza torbellinos de polvo. La intuición estalla: nace en su mente la figura del átomo material, que no existiría sin el polvo”.

“Palinodia del polvo” es, entonces, la retractación de Reyes de la metafísica que alguna vez profesó.2 Mejor dicho, y relacionando esto con lo que estoy por decir, más que una retractación, Reyes presenta una decepción o una nostalgia. El ensayo anterior, “Visión de Anáhuac”, es una recreación “fiel” o trascendental del pasado del Valle de México en tiempo de la Conquista. De hecho, dicho ensayo puede considerarse como un trabajo crítico, bien documentado y con gran estilo, muy al estilo de un trabajo de historia cultural de la Escuela de los Annales.3

No obstante, Reyes se retracta, se desdice y abandona aquello que le parece destetado por la crítica de su tiempo. El polvo se proclama en nombre de la negación y del olvido de la existencia anterior a toda la metafísica. En el ensayo de Reyes se enuncia un duelo que subsiste aún en muchos estudiosos de las humanidades que han tenido que abandonar la metafísica para abrazar algo más. Tal como ha estado sucediendo en la Historia: se experimenta un duelo porque se abandona el suelo metafísico en el cual se ha sostenido la escritura de la Historia desde hace más de dos siglos.

1 Palinodia recibe dos significados: por un lado, encontramos la acepción del prefijo derivado del παλυνω que denota lo esparcido. La otra acepción se sustrae de una diferente palabra:  παλινωδια, usada en el teatro helénico como la repetición del canto o, mejor, el canto de retractación.
2 Recordemos que “Palinodia del polvo” se escribe como una retractación de “Visión de Anáhuac”, el cual es un trabajo que puede ser considerado como metafísica pura sobre la recreación trascendental del Valle de México en donde se efectúa una metanarración sobre México mismo.
3 Cfr. Alfonso Reyes, “Visión de Anáhuac”, en Visión de Anáhuac y otros ensayos, fce, México, 1983.

Visita el blog del autor: cenizadeotravida.blogspot.com

Una respuesta para “Polvo: Alfonso Reyes y el síntoma causado por el fin de la metafísica”
  1. José Pereda dice:

    Qué buen texto. Lástima que el blog recomendado no esté tan actualizado.

Dejar un comentario



Más leídos
Más comentados
Los grandes problemas actuales de México (145.156)
...

La economía mexicana del siglo xx: entre milagros y crisis (60.012)
...

Con toda la barba (38.902)
...

¿Por qué es un problema la lectura? (27.402)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.

La distribución del ingreso en México (23.360)
...

Presunto culpable: ¿Por qué nuestro sistema de justicia condena inocentes de forma rutinaria?
Bas­tan­te han es­cri­to y di­cho ter­ce­ros so­bre Pre­sun­to cul­pa­ble....

Los grandes problemas actuales de México
Se dice que el país está sobrediagnosticado, pero en plenas campañas y ante...

I7P5N: la fórmula
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una...

China – EUA. ¿Nuevo escenario bipolar?
No hace mucho que regresé de viaje del continente asiático, con el propósito...

La sofocracia y la política científica
Con el cambio de Gobierno, se han escuchado voces que proponen la creación...

1
Foro de Indicadores
Debates que concluyen antes de iniciarse
El proceso legislativo reciente y sus números

Eduardo Bohórquez y Javier Berain

Factofilia: Programas sociales y pobreza, ¿existe relación?
Eduardo Bohórquez y Paola Palacios

Migración de México a Estados Unidos, ¿un éxodo en reversa?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Donar no es deducir, donar es invertir. Las donaciones en el marco de la reforma fiscal
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Impuestos, gasto público y confianza, ¿una relación improbable?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Los titanes mundiales del petróleo y el gas
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La pobreza en perspectiva histórica ¿Veinte años no son nada?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La firme marcha de la desigualdad
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia. 2015: hacia una nueva agenda global de desarrollo
Roberto Castellanos y Eduardo Bohórquez

¿Qué medimos en la lucha contra el hambre?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Bicicletas, autos eléctricos y oficinas-hotel. El verdadero umbral del siglo XXI
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Parquímetros y franeleros: de cómo diez pesitos se convierten en tres mil millones de pesos
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Una radiografía de la desigualdad en México
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Más allá de la partícula divina
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: El acento está en las ciudades. Algunos resultados de la base de datos ECCA 2012
Suhayla Bazbaz y Eduardo Bohórquez