La Academia Mexicana de la Lengua atrajo la atención de los medios durante la xxiv Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Del 27 al 30 de noviembre de 2010 participaron miembros de las corporaciones hermanas de la Academia Real Española en diversas e intensas actividades en las que difundieron los productos esenciales de sus trabajos. Además de la esperada ratificación de la nueva edición de la Ortografía de la lengua española, que ocurrió el domingo 28, al término de la sesión en la que los directores y presidentes de las veintidós academias clausuraron los trabajos correspondientes, resaltaron las presentaciones de las versiones completa y compendiada de la Nueva gramática de la lengua española, del Diccionario de americanismos y del Diccionario de mexicanismos. Tuvieron asimismo un lugar destacado en el programa de la Academia las ceremonias en las que dos escritores y profesores de la Facultad de Filosofía y Letras de la unam, Margo Glantz y Hernán Lara Zavala, recibieron, la primera, el premio fil de Literatura, y el segundo, el de la Real Academia Española. También fue entregado el premio de Ensayo Isabel Polanco al lingüista español Humberto Morales.
No debe olvidarse que la invitada de honor a la mencionada edición de la fil tapatía fue Castilla y León, cuna del español, por lo cual durante la tarde del 29 de noviembre se llevó a cabo el coloquio “Fiesta de la lengua”, que consistió en un diálogo entre la representación cultural de Castilla y León con la Asociación de las Academias de la Lengua Española.
El Diccionario de mexicanismos ya ha dado lugar a comentarios diversos y, como suele suceder con estas obras, unos la aplauden y otros le niegan importancia o la consideran incompleta. La crítica es saludable si está respaldada por análisis, observaciones y conocimientos suficientes o cuando menos pertinentes, además, desde luego, de pretender ser comprensiva y útil. Conviene por lo tanto que antes de emitir un juicio sepamos algunas cosas y tengamos información, sobre todo cuando debemos decidir si la compra del lexicón que nos ocupa es una buena inversión o no. Lo primero es definir qué es un mexicanismo.
Concepción Company Company, directora del proyecto y presidenta de la Comisión de Lexicografía de la Academia Mexicana de la Lengua, explica en la introducción del Diccionario lo siguiente: “Por mexicanismo debe entenderse el conjunto de voces, locuciones, expresiones y acepciones caracterizadoras del habla de México, que distancian la variante mexicana respecto del español peninsular, concretamente de su variedad castellana. Para efectos de este diccionario —añade la investigadora— mexicanismos son las voces, simples y complejas, las expresiones lexicalizadas y las acepciones que caracterizan la lengua, popular o culta, o ambas, de este país, fundamentalmente en la variedad o las variedades urbanas del Altiplano central de México”.
Observamos la distancia que se ha establecido entre el concepto de mexicanismo como palabra procedente de alguna lengua indígena o de un uso regional, que servía para designar todo aquello que resultaba desconocido o novedoso para el vocabulario admitido por la lengua española y que fue el que siguió en cierto modo Francisco Javier Santamaría, inspirado a su vez en Joaquín García Icazbalceta. Un mexicanismo no debe confundirse con un indigenismo porque, primero, existen algunos indigenismos que son usados en todas las variantes del español, como aguacate y chocolate, es decir que han dejado de ser mexicanismos. Segundo, porque si bien hay todavía muchos indigenismos que son mexicanismos, como molcajete e itacate, hay más mexicanismos que indigenismos: palabras y expresiones que no tienen relación con lenguas indígenas y que se han formado por el uso, la explotación del léxico que han hecho los hablantes durante un tiempo considerable y que constituye una apropiación de sentidos o significados, como sucede con birria, diurex y gandalla. En el Diccionario se distinguen tres tipos de mexicanismos en una “perspectiva sincrónica”, señala Company: 1) voces empleadas en el español general de México que no existen en el español peninsular general (banqueta, apapachar, parteaguas, dar el avión, valer camote); 2) voces o construcciones compartidas, en forma y significado, con el español peninsular castellano, pero que tienen mayor frecuencia de uso en México (mormarse, agarrar, ya valió, ándale, tómale, ya mero); y 3) voces y construcciones formalmente compartidas con el español peninsular pero que han desarrollado en México valores semánticos propios (el médico llega hasta las tres; siempre no lo vamos a llevar; llanta por neumático; café por marrón, y foco por bombilla). Es evidente el riesgo que corrieron los autores del Diccionario para determinar la consignación de muchas palabras y expresiones como mexicanismos (sobre todo de las últimas dos clases) cuyo uso no se encuentra documentado suficientemente todavía. Al respecto explica Company que en ocasiones la ausencia de documentación o una bajísima frecuencia pueden deberse a que una forma constituye un tabú en la sociedad, o que es muy coloquial, familiar o íntima o demasiado vulgar para pasar a los textos.
Lo cierto, por lo pronto y después de haber hojeado “apenas” la obra, es que nosotros encontramos mucha materia para comentar con los amables lectores en próximos números de EstePaís| cultura, como por ejemplo, cuántos de ellos —nos preguntamos— emplean la expresión “dormir a nalga suelta”, que de acuerdo con el Diccionario que comentamos es una locución verbal que significa “dormir profundamente y durante un tiempo prolongado”; o cuántos otros habrá que todavía digan u oigan “¡Qué furris fotografía del grupo!”, entendiendo que furris es un adjetivo coloquial que equivale a “feo u horrible”.
Los interesados en responder o en hacer comentarios a esta sección pueden escribirnos, con toda confianza, a macastro@fundeumexico.org
hola, que bueno que ya publicaron un diccionario de mexicanismos, me parece muy interesante y me gustaría conseguir el libro, si fueran tan amables de proporcionarme el costo del libro y el nimbre de una libreria donde pueda conseguirlo.
mil gracias.
Yo duermo a pierna suelta, pero no a nalga suelta… Mi mamá dice furris, pero mi abuelita dice coyuche.