Ante el fracaso del ejercicio realizado en 2006 para permitir el voto de los emigrantes mexicanos, se impone la necesidad de delinear una nueva estrategia, más eficaz, menos onerosa y que haga realidad un derecho asentado en la ley.
La reciente presentación por parte del Consejo General del ife del plan estratégico para el voto de los mexicanos en el extranjero en las elecciones presidenciales de 2012, y la propuesta del Instituto Electoral del Distrito Federal para incorporar el voto de los emigrantes mexicanos procedentes de la capital en la elección de Jefe de Gobierno, son muestra del interés existente en el tema y del cálculo anticipado de los candidatos y partidos de captar el voto de los mexicanos en el exterior.
El interés se remonta a la administración de Vicente Fox quien, alentado por las promesas del entonces presidente George W. Bush de promover una reforma migratoria integral que legalizaría la estancia de los emigrantes indocumentados en Estados Unidos, pensó que —tras la aprobación de esta reforma— el voto de los mexicanos residentes en ese país sería determinante en el triunfo del partido Acción Nacional en las elecciones de 2006.
De ahí la creación de la Oficina Presidencial para la Atención de los Mexicanos en el Exterior a cargo de Juan Hernández en 2001, y del Instituto de los Mexicanos en el Exterior en la Secretaría de Relaciones Exteriores en 2003. La negativa de continuar con la iniciativa de reforma migratoria integral como consecuencia de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 dio al traste con estos planes.
La publicación de una encuesta mancomunada del Dallas Morning News y El Universal a mediados de 2005 entre la comunidad mexicana residente en Estados Unidos, que mostraba un apoyo mayoritario a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, tuvo —de acuerdo con algunas fuentes— un efecto disuasivo en la promoción gubernamental del voto en el extranjero. El mal manejo por parte del ife en la votación de los mexicanos en el exterior no ayudó al proceso.
Sin pronunciarnos en ningún sentido y con apego estricto a los hechos, los resultados de la votación de los mexicanos en el extranjero fueron muy decepcionantes. Basta observar el número de votos emitidos en comparación con el universo potencial de electores en el exterior, así como los cuantiosos recursos empleados en la elección.
Desde un principio, el diseño del proceso estuvo mal enfocado; los documentos para el registro de los votantes en el extranjero estuvieron disponibles sólo en las Embajadas y Consulados, así como en línea por medio de internet. Es un hecho que un importante número de mexicanos en el exterior, particularmente en el caso de Estados Unidos, no tiene acceso fácil y cotidiano a las representaciones diplomáticas de México. Un dato ilustrativo de ello es que los Consulados de México en Estados Unidos atendieron en promedio 1.3 millones de connacionales en 2006, de entre una población de 11.8 millones de mexicanos residentes, esto es, atendieron a sólo 11% de la población total de emigrantes de México en ese país.
Por otra parte, dado que se ubica en el rango inferior de la escala de ingresos, la mayoría de los emigrantes mexicanos no cuenta con acceso a la red. La Oficina del Censo de los Estados Unidos reportó que en 2006 únicamente 16.1% de los inmigrantes mexicanos contaba con acceso a internet.
Un impedimento adicional lo representó la inscripción en la Lista Nominal de Electores en el Extranjero (linere) mediante el envío de los documentos de registro de los solicitantes por correo certificado. Una investigación más detallada del ife sobre los servicios postales en Estados Unidos hubiera mostrado que no existe el servicio de correo certificado fuera del territorio de la Unión Americana, situación que creó una enorme confusión entre los votantes potenciales. A aquellos que hicieron las inquisiciones necesarias, se les indicó que enviaran los documentos vía Express Mail International del Servicio Postal de Estados Unidos, mensajería que en la época tenía un costo de entre 12 y 16 dólares —actualmente su costo es de 29.95 dólares—, lo que evidentemente desalentó a un buen número de votantes potenciales.
Por último, el requerimiento de trámite en México para la expedición de la credencial para votar restringió enormemente la posibilidad para muchos de los emigrantes mexicanos en el exterior de inscribirse en el linere.
El limitado acceso a las sedes consulares en Estados Unidos y a internet por parte de la comunidad mexicana en ese país, así como el costo del envío de los documentos de registro en el linere y la restricción para el trámite de la credencial de elector tuvieron como resultado una reducida participación del exterior, que ascendió a 54 mil 780 solicitudes de registro, de un total estimado de 4.2 millones de electores potenciales ubicados en el extranjero, esto es, 13% del total. De esas solicitudes fueron aprobadas 40 mil 870, lo que significa que 90.3% del total de votantes en el exterior fueron excluidos del proceso.
El presupuesto que aprobó el Congreso al ife en 2005 para el voto de los mexicanos en el extranjero fue de 400 millones de pesos; se destinaron 270 millones para la promoción y el procesamiento del voto en el exterior. El ife reportó haber distribuido 505 mil 970 formatos de solicitud de inscripción en el linere, cifra que revela el potencial del voto en esa ocasión.
No obstante, al final únicamente fueron contabilizados 32 mil 632 votos en la elección presidencial de 2006. El costo presupuestal por voto fue de 12 mil 258 pesos, aproximadamente mil dólares.
Se ha observado una gran actividad por parte de los diversos partidos políticos mexicanos para acercarse a las comunidades mexicanas en Estados Unidos. El Gobierno del Distrito Federal ha instalado Casas del Migrante en Los Ángeles y Chicago, y el Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, ha hecho varias visitas a esas ciudades. El Partido Acción Nacional ha seguido la misma estrategia; se han registrado múltiples visitas de Josefina Vázquez Mota y de otros funcionarios del pan a Estados Unidos. El Subsecretario de Gobernación y operador político del pan, Juan Marcos Gutiérrez, fue Cónsul General en Los Ángeles y Denver. El voto potencial de más de cuatro millones de electores en el exterior naturalmente despierta el interés de los dirigentes de los partidos políticos para cortejar el voto de los mexicanos en Estados Unidos.
En fecha reciente, el Presidente del Consejo General del ife, Leonardo Valdés, anunció la presentación del Plan Estratégico para el Voto de los Mexicanos en el Exterior, calificado como un plan realista, innovador y eficiente para incrementar el número de votantes en las elecciones presidenciales de 2012. Los detalles de dicho plan se han dado a conocer a través de la página de internet del ife. 1
El boletín de prensa del ife que anunció el Plan Estratégico menciona que en esta ocasión se ha firmado un convenio con el Sistema Postal Mexicano para que el costo del envío de los documentos de registro en el linere sea cubierto por esta institución. Por otra parte, la coordinadora de Vinculación Electoral de los Mexicanos en el Extranjero, Dalia Moreno, declaró que en esta ocasión la credencial de elector de 2003 serviría a los mexicanos en el exterior para votar en las elecciones de 2012, y que para la renovación y expedición de credenciales de elector el procedimiento se deberá realizar en México, para lo cual se ha propiciado la instalación de módulos del ife en las ciudades limítrofes con Estados Unidos.
De inmediato, esta disposición deja fuera a los mexicanos indocumentados residentes en Estados Unidos que no cuentan con la credencial de elector, que pudieran ascender a más de 2 millones de electores.
Un cálculo rápido nos permite conocer el gasto en 2006 de los mexicanos que se registraron en el linere, así como estimar lo que el sepomex pudiera erogar en 2012 con base en el número de solicitudes distribuidas en 2006 a través de embajadas y consulados en el exterior.
Los mexicanos en Estados Unidos gastaron un mínimo de 657 mil 360 dólares —aproximadamente 8 millones 500 mil pesos— en el envío de sus solicitudes de registro en el linere en 2006. La inscripción teórica en el linere de 506 mil electores potenciales en la actualidad representaría al sepomex un gasto de 15 millones 200 mil dólares —185 millones de pesos—, considerando un costo de 29.99 dólares por el envío de cada solicitud vía mensajería certificada internacional. Ya habíamos mencionado anteriormente que no existe un servicio de correo certificado en Estados Unidos a nivel internacional.
Una fórmula más económica pudiera darse si las solicitudes de inscripción al linere se enviaran por correo certificado a las representaciones diplomáticas de México en cada país, para de ahí enviarlas vía valija diplomática, o dirigirlas a las oficinas instaladas por el ife en Estados Unidos, que luego las enviarían a México por otro medio asegurado. En el caso de Estados Unidos, el costo es de 2.85 dólares y podrá ser sufragado por los propios solicitantes o por el sepomex, lo que supondría un costo total muy inferior —1 millón 440 mil dólares para los 506 mil votantes potenciales—, si bien se antoja insólito que haya que pagar para votar.
Para no sobrecargar las operaciones en las representaciones diplomáticas de México en Estados Unidos, donde se concentra 97% del total de los mexicanos en el extranjero, se estacionaría a personal del ife durante un periodo determinado en los estados de la Unión Americana donde se concentra la población emigrante mexicana —California, Texas, Illinois, Arizona, Florida y Nueva York—, estados que agrupan al 70.6% del total de connacionales en el país vecino. En dichos estados, bajo un esquema de regiones, se podría concentrar la participación del resto de los estados (que abarcan al resto de la población emigrante mexicana: 29.4%). Así, Nueva York cubriría la región noreste, Florida la región sureste, Illinois la región del oeste medio, Texas la región del sur medio, Arizona la región suroeste y California la región oeste-Pacífico.
La instalación de seis oficinas regionales en Estados Unidos con funcionarios del ife por el periodo señalado de tres meses, podría representar un gasto de 1 millón 800 mil dólares: 300 mil dólares por oficina regional (aunque sin contar el pago del personal del ife), costo muy inferior al gasto de 15 millones 200 mil dólares contemplado en el otro esquema.
Por lo demás, estas seis oficinas regionales del ife en Estados Unidos habrían de expedir y renovar credenciales de elector, pues no parece lógico que se hayan realizado importantes cambios legislativos para otorgar el voto a los mexicanos en el exterior y no se otorguen las facilidades para que éstos puedan ejercer su derecho. Para ello, se requiere necesariamente la modificación del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Recientemente, se dio la confirmación en el Senado de los cónsules generales en Houston, Los Ángeles, Chicago, Nueva York y Denver: Luis Malpica de la Madrid, David Figueroa Ortega, Eduardo Arnal Palomera, Carlos Manuel Sada Solana y Andrés Imre Chao Ebergenyi, respectivamente. Las circunscripciones de estos consulados agrupan aproximadamente a un tercio del total de los emigrantes mexicanos en Estados Unidos. Todos los cónsules, a excepción de Carlos Manuel Sada—quien tiene una larga trayectoria desde 1996 en cargos previos como Cónsul General en San Antonio, Chicago y la Embajada de México en Washington—, cuentan con una experiencia diplomática reciente, son personas cercanas al círculo inmediato de Felipe Calderón y en su mayoría pertenecen al Partido Acción Nacional, circunstancia que ha provocado el recelo de senadores y representantes de otros partidos, quienes piensan que estas designaciones pudieran tener como fin la inducción del voto de los mexicanos en esas circunscripciones en beneficio del pan, en el entendido de que el voto en el exterior podría hacer la diferencia en una elección muy cerrada. La aprobación de estos cónsules en el Senado se prolongó debido a las objeciones de los senadores de la oposición, que protestaban por la designación en las principales plazas de Estados Unidos de políticos panistas en lugar de miembros del Servicio Exterior Mexicano.
Si bien es cierto que en esta administración el número de plazas por Artículo 7 se ha incrementado de manera notable, recayendo en su mayoría en miembros del Partido Acción Nacional, la actuación de los más visibles no ha sido necesariamente negativa, tal como fue el caso del ex Cónsul General en Los Ángeles y actual Subsecretario de Gobernación, Juan Marcos Gutiérrez, quien tuvo un desempeño destacado.
El cálculo de que el voto de los mexicanos en el exterior es potencialmente determinante en las próximas elecciones presidenciales puede estar equivocado, sobre todo si se considera que existen muchas corrientes políticas entre las comunidades residentes en el extranjero, que la orientación y la cantidad del voto no necesariamente es la que se anticipa pues las condiciones actuales no son las que imperaban en 2006, ni en México ni en Estados Unidos, y que se mantienen muchas de las disposiciones limitantes para el voto de los mexicanos en el extranjero.
Podemos observar cómo desde hace muchos años las entidades federativas mexicanas con importantes flujos de emigrantes hacia el exterior han fomentado la formación de asociaciones y clubes de mexicanos en Estados Unidos, y mantienen, como en el caso de Michoacán y Zacatecas, estrechos lazos con sus coterráneos —el primero instrumentó efectivamente la votación de michoacanos en el exterior para las elecciones locales.
En México, la recién publicada encuesta de gea/isa sobre la gobernabilidad del país y las preferencias electorales rumbo a las elecciones en 2012 indican que el pri cuenta con 56% del electorado potencial, el pan con un 28% y el prd con 18%, dividido entre la corriente de Andrés Manuel López Obrador y la corriente aliancista de Jesús Zambrano. Será difícil que esta ventaja se remonte, a pesar del eventual voto a favor de estos dos partidos por parte de los mexicanos en el extranjero.
Por otra parte, el pan deberá hacer frente al voto de castigo de una población cada vez más desilusionada de los resultados de su gestión, y competir con un candidato del pri que ha venido consolidando su imagen a lo largo del tiempo sin mayor desgaste. Una campaña para responsabilizar al pri de los males que vive México no encontrará eco en la población entre los 18 y los 34 años, que representan 25% del electorado y que no guardan memoria de los 70 años de los regímenes del pri, años que, por otra parte, para muchos de los votantes más viejos fueron a final de cuentas mejores que los emanados de la transición democrática.
En Estados Unidos, las perspectivas de una reforma migratoria integral que regularice la estancia legal de millones de mexicanos se encuentran virtualmente canceladas en los próximos dos años debido al espíritu antiinmigrante de los grupos conservadores y del partido republicano, que utilizarán una retórica incendiaria en contra de la inmigración en general, y de la inmigración ilegal en lo particular, como plataforma de campaña electoral en contra de la administración del presidente Obama, con el fin de evitar su reelección. Desafortunadamente, todo parece indicar que los inmigrantes —legales e indocumentados— enfrentarán condiciones difíciles en los años por venir, lo que no propiciará en el electorado residente en los Estados Unidos sentimientos favorables a la administración actual en México.
Sin poder hacer predicciones sobre el voto de los mexicanos en el exterior en 2012, los antecedentes del manejo por parte del ife en la elección de 2006 y la falta de claridad en el plan estratégico anunciado para las elecciones de 2012, así como la falta de modificaciones a la Ley Electoral en materia de credencialización y de la emisión del voto en el exterior, no permiten hacerse muchas ilusiones. Habrá que esperar los resultados.
Fernando Sepúlveda Amor es Director del Observatorio de la Migración México-Estados Unidos.
1 El Plan Estratégico del Voto de los Mexicanos en el Exterior será comentado en un la revista de junio. Ver www.votoextranjero.mx.