De cara a las elecciones presidenciales de 2012 en Estados Unidos, el Partido Republicano se plantea una serie de estrategias —oposición a la reforma de salud, control de la inmigración, reducción de recursos fiscales a los programas sociales— que podrían deteriorar notablemente la situación de los más de once millones de indocumentados en ese país.
Foto tomada de Flickr/CC/puroticorico – Albuquerque Downtown Mural of Diversity
Las situaciones políticas y económicas en Estados Unidos tienen efectos importantes y directos a nivel global y particularmente en México. Es por ello que el Observatorio de la Migración se ha dado a la tarea de monitorearlas, de documentar con cifras y datos los aspectos que afectan la relación entre ambos países, y de realizar análisis consecuentes con el objeto de ilustrar y difundir información que permita un mejor conocimiento del acontecer cotidiano en los Estados Unidos.
De esta manera, la realización de este ejercicio pretende, en la medida de sus modestos recursos, facilitar las oportunidades para México en diversos campos y en áreas poco conocidas o tratadas en las publicaciones nacionales y, por otra parte, prevenir sobre circunstancias poco propicias que pudieran afectar a nuestro país en el futuro próximo.
A diferencia de otros países que cuentan con instituciones públicas y privadas que se dedican de tiempo completo al análisis especializado de otras naciones y regiones, de sectores y de temas particulares de las relaciones internacionales, y donde sus investigadores saltan de ida y vuelta de las organizaciones de estudio (think tanks) a cargos públicos, México carece de una infraestructura institucional y académica que realice investigación y análisis en forma sistemática y produzca propuestas de políticas públicas y de lineamientos para el sector privado.
El siguiente artículo no pretende cumplir esta función, pero como observadores en Estados Unidos, sí queremos hacer algunas reflexiones sobre la situación que se está viviendo en ese país en temas como la inmigración que, dependiendo de la evolución que tenga, afectará a México en uno u otro sentido.
Obama hacia 2012
El importante triunfo de los candidatos del Partido Republicano y del Tea Party en el Congreso y en las gubernaturas estatales en las elecciones intermedias, así como el descenso registrado en la popularidad del Presidente Obama en el último trimestre de 2010, hicieron dudar a muchos de las posibilidades de su reelección para un segundo término en 2012. A esto debemos agregar la declaración del líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, de que el objetivo de ese partido era hacer de Obama presidente de un solo término.
Los ejes fundamentales de la plataforma republicana en los dos próximos años serán la reducción del déficit sin aumentar los impuestos; la revocación de la ley sobre la reforma de salud, y el combate a la inmigración ilegal. La dificultad para presentar soluciones alternativas o de planteamientos capaces de resolver estos graves problemas pondrán a prueba la capacidad del Partido Republicano para presentarse exitosamente en las elecciones de 2012.
La reacción de castigo al Partido Demócrata en las elecciones intermedias se explica por la frustración del pueblo estadounidense ante el desempleo y la crisis económica que, aunque tuvo su origen en las políticas del gobierno republicano en los ocho años anteriores, estalló durante el inicio de la administración de Obama, y el electorado canalizó su enojo en contra del gobierno de Washington en general, situación que el Partido Republicano aprovechó hábilmente, desligándose de la catástrofe financiera que causó.
Esta plataforma republicana con miras a 2012 tendrá directa o indirectamente efectos negativos en México. El tema de la inmigración ilegal creará un ambiente muy negativo para las comunidades latinas, y el ataque en contra de la reforma de salud y la brutal reducción de recursos fiscales a los programas sociales impactarán fuertemente en la atención a la salud y la educación de los mexicanos en Estados Unidos.
Por lo pronto, parece improbable la aprobación de una reforma integral a las leyes de inmigración que regularice la condición migratoria de los 11.2 millones de indocumentados en Estados Unidos, debido a la oposición declarada de los republicanos. Independientemente, aunque de antemano se anticipa que serán declaradas anticonstitucionales, legisladores en 29 estados están promoviendo leyes restrictivas en contra de los inmigrantes ilegales, alegando la incapacidad del gobierno federal para asegurar las fronteras y controlar el flujo de indocumentados, criminalizando a los inmigrantes y alegando que les quitan puestos de trabajo a los estadounidenses nativos.
La ironía del caso es que el mayor flujo de la inmigración ilegal, es decir el 47% del total de inmigrantes ilegales (5.3 millones), ocurrió entre 2000 y 2008, durante la administración republicana del Presidente Bush, de acuerdo con los datos publicados por el Pew Hispanic Center.
Esta situación creará un medio sumamente hostil hacia las minorías étnicas, independientemente de su estatus legal, y hará la vida muy complicada a la población migrante indocumentada. Por su parte, el gobierno de México tendrá que incrementar los servicios de protección y de atención a las comunidades mexicanas en los consulados en Estados Unidos.
El intento de revocar la legislación de la reforma de salud está condenado al fracaso durante la administración actual, donde el Partido Demócrata cuenta con la mayoría en el Senado. El Presidente Obama ha anticipado que ejercerá el veto a cualquier iniciativa de los republicanos para abrogar la ley, situación que, al igual que las propuestas antiinmigrantes en las legislaturas estatales, forma parte del teatro partidista montado por los opositores a la ley de salud.
No obstante, los republicanos intentarán por todos los medios frenar las iniciativas demócratas y recortar los fondos destinados a la implementación de la ley de salud con el objeto de retrasar o impedir su aplicación de la reforma y con el pretexto de reducir el déficit fiscal. Paralelamente están buscando declarar inconstitucional el requerimiento de que toda la población cuente con un seguro médico con la esperanza de que la Suprema Corte se pronuncie en contra, lo que eliminaría el sustento financiero de la reforma.
Lamentablemente estas iniciativas, de tener éxito, afectarán de manera importante la atención a la salud, así como a la educación y otros programas sociales que atienden las necesidades de la población inmigrante.
La realidad es que la estrategia republicana tendrá que transitar en una línea muy fina para no crear una fuerte resistencia en el electorado, ya que el recorte de programas sociales y su posición abiertamente antiinmigrante les representará un voto de castigo de la comunidad latina y de la población más desprotegida de Estados Unidos. La reelección del Presidente Obama dependerá en buena medida de la evolución de estas políticas obstruccionistas.
México deberá estar atento.
*Director del Observatorio de la Migración México-Estados Unidos.