Saturday, 16 November 2024
Artículos relacionados
Ya llega la calor
Cultura | Galaxia Gutenberg | Para No Eruditos | Miguel Ángel Castro | 01.03.2011 | 0 Comentarios

Sa­be­mos que las erra­tas no per­do­nan. Los es­cri­to­res con­sa­gra­dos han su­fri­do a es­tas vi­lla­nas que sue­len gas­tar bro­mas de di­ver­sos ca­li­bres y, en oca­sio­nes, dar nue­vos e in­sos­pe­cha­dos gi­ros a las ora­cio­nes y a las fra­ses, co­mo la que mo­ti­va el co­men­ta­rio de es­te nú­me­ro: “…las tro­pas re­ci­bie­ron ayu­da de las mu­je­res más ca­lien­tes del pue­blo…”, lo cual, aun­que pro­ba­ble, no era lo que se pre­ten­día re­sal­tar si­no el va­lor mos­tra­do por di­chas mu­je­res en un com­ba­te o si­tua­ción pa­re­ci­da.

palmeras-flickr-rebbak
Foto tomada de Flickr/CC/rebbas

Lo cier­to es que lle­ga la pri­ma­ve­ra, nos pre­pa­ra­mos pa­ra el cam­bio de cli­ma y la pa­la­bra ca­lor se re­pe­ti­rá una y otra vez, nos lle­va­rá a ele­gir las pren­das más li­ge­ras y fres­cas del ro­pe­ro, guar­da­rro­pa o cló­set, a to­mar mu­cha agua y dis­fru­tar de una gran va­rie­dad de be­bi­das y ali­men­tos fríos y, se­gún ve­ne­ra­bles cos­tum­bres y nue­vas ru­tas co­mer­cia­les, a sen­tir­nos más dis­pues­tos a la vi­da amo­ro­sa.

En el Li­bro de Buen Amor, el Ar­ci­pres­te cuen­ta las pe­leas que te­nían don Car­nal y la Cua­res­ma, y aun­que los con­tin­gen­tes ma­ri­nos de la re­ca­ta­da se­ño­ra so­lían ob­te­ner la vic­to­ria, ad­vier­te el au­tor la pron­ta re­cu­pe­ra­ción de don Car­nal, que re­gre­sa al mun­do en com­pa­ñía de don Amor, don­de son re­ci­bi­dos con gran al­bo­ro­to y ale­gría por el cam­bio de es­ta­ción:

Era vi­gi­lia de Pas­cua ca­si a fi­nes abril,
ya ha­bía sa­li­do el sol, ra­yan­do to­da la tie­rra
gran rui­do se pro­du­jo por el mun­do to­do
por los dos em­pe­ra­do­res que al mun­do lle­ga­ron.

Es­tos em­pe­ra­do­res eran Amor y Car­nal
sa­len a re­ci­bir­los cuan­tos los es­pe­ra­ban
las aves y los ár­bo­les au­gu­ran buen tiem­po
los que a Amor es­pe­ran, se es­me­ran en re­ci­bir­le bien.

El ca­lor (o la ca­lor) se aso­cia a la sen­sua­li­dad que ani­ma los cuer­pos; así los can­tos go­liar­dos del Car­mi­na in­vi­ta­ban a go­zar a la de­sea­da pri­ma­ve­ra por­que el sol se­re­na to­do, ha­ce flo­re­cer al pra­do, el hie­lo se de­rri­te y la du­re­za del in­vier­no se ale­ja. La es­tre­cha re­la­ción de la car­ne y el ca­lor tie­ne una lar­ga his­to­ria, tan an­ti­gua co­mo la del Car­na­val, que se re­fle­ja en al­gu­nas de las acep­cio­nes que am­bas pa­la­bras han te­ni­do y que han si­do re­co­gi­das por los le­xi­co­nes de la Aca­de­mia, por ejem­plo car­ne es (ade­más de la par­te mus­cu­lar del cuer­po de los ani­ma­les; del ali­men­to con­sis­ten­te en to­do o par­te del cuer­po de un ani­mal de la tie­rra o del ai­re, en con­tra­po­si­ción a la co­mi­da de pes­ca­dos y ma­ris­cos; de la par­te mo­llar de la fru­ta, que es­tá ba­jo la cás­ca­ra o el pe­lle­jo); la par­te ma­te­rial o cor­po­ral del hom­bre, con­si­de­ra­da en opo­si­ción al es­pí­ri­tu, y uno de los tres ene­mi­gos del al­ma, que, se­gún el ca­te­cis­mo de la doc­tri­na cris­tia­na, in­cli­na a la sen­sua­li­dad y las­ci­via. Es­ta car­ne vi­va es por lo tan­to ca­lien­te, ad­je­ti­vo que (ade­más de re­fe­rir­se a lo que tie­ne o pro­du­ce ca­lor; a lo di­cho de una ha­bi­ta­ción, de una ves­ti­du­ra o al­go pa­re­ci­do que pro­por­cio­nan ca­lor y co­mo­di­dad; o a lo di­cho de una dis­pu­ta, de una ri­ña, de una pe­lea, cuan­do son aca­lo­ra­das o muy vi­vas) ca­li­fi­ca a al­guien de lu­ju­rio­so, de ser muy pro­pen­so al ape­ti­to se­xual o de es­tar ex­ci­ta­do se­xual­men­te.

Ta­les emo­cio­nes su­pe­ran des­de lue­go lo que es cá­li­do, es de­cir lo que no au­men­ta la tem­pe­ra­tu­ra en ex­ce­so. En es­te pun­to con­vie­ne re­cor­dar que el su­per­la­ti­vo irre­gu­lar ad­mi­ti­do de ca­lien­te era has­ta ha­ce unos años ca­len­tí­si­mo, sin em­bar­go el uso ha da­do lu­gar al su­per­la­ti­vo ca­lien­tí­si­mo, de la mis­ma for­ma que se ha abier­to pa­so la for­ma del di­mi­nu­ti­vo, tal y co­mo lo es­cu­cha­mos en el in­con­fun­di­ble pre­gón “¡Hay ta­ma­les oa­xa­que­ños, ca­lien­ti­tooos!”, que nos re­mon­ta a las vie­jas tra­di­cio­nes ves­per­ti­nas de las ca­lles de la Ciu­dad de Mé­xi­co.

Cuan­do de­ci­mos a una per­so­na que es­tá cer­ca de un lu­gar don­de hay un ob­je­to es­con­di­do o a pun­to de acer­tar en al­go, usa­mos la in­ter­jec­ción ca­lien­te, ca­lien­te, de mo­do que si se ale­ja pa­sa a frío, así has­ta que se que­ma. La lo­cu­ción ad­ver­bial en ca­lien­te, quie­re de­cir en el mo­men­to, in­me­dia­ta­men­te, sin per­der tiem­po, an­tes de que la co­sa se en­fríe o se so­sie­guen los áni­mos, tal y co­mo se di­ce de cier­ta po­lí­ti­ca que fue apli­ca­da en el ré­gi­men de Díaz pa­ra aca­bar con los ban­di­dos y sus ene­mi­gos.

Por otra par­te, ha­cer uso de pa­ños ca­lien­tes es una ex­pre­sión co­lo­quial que alu­de a las di­li­gen­cias y bue­nos ofi­cios que se apli­can pa­ra tem­plar el ri­gor o la as­pe­re­za con que se ha de pro­ce­der en una ma­te­ria, o a re­me­dios pa­lia­ti­vos e ine­fi­ca­ces; en es­tos ca­sos tam­bién se em­plea la for­ma pa­ños de agua ti­bia.

Se­gún el dic­cio­na­rio de la rae, una lí­nea ca­lien­te es un ser­vi­cio, ge­ne­ral­men­te te­le­fó­ni­co, de aten­ción di­rec­ta a re­cla­ma­cio­nes, opi­nio­nes, pre­gun­tas o pro­ble­mas con­cre­tos. En efec­to, la fra­se ha­cía re­fe­ren­cia tam­bién a un ser­vi­cio de ur­gen­cia co­mo el que se en­cuen­tra en al­gu­nas ca­rre­te­ras e in­clu­so al de aten­ción a clien­tes por te­lé­fo­no. Sin em­bar­go, la­men­ta­mos in­for­mar­les a nues­tros ami­gos, por es­te me­dio, que lo que hoy la ma­yo­ría de los ha­blan­tes en­tien­de por lí­nea ca­lien­te es un ser­vi­cio de lla­ma­das re­la­cio­na­das con el se­xo.

Has­ta aquí lle­ga­mos con es­ta que creía­mos pa­pa ca­lien­te, es de­cir un pro­ble­ma gra­ve e in­có­mo­do de so­lu­ción di­fí­cil que so­le­mos pa­sar al ve­ci­no más pró­xi­mo pe­ro que, tal vez, no lo es tan­to, por­que to­tal: “an­de uno ca­lien­te, ría­se la gen­te”.

Las personas que estén in­te­re­sa­das en res­pon­der o en ha­cer co­men­ta­rios a es­ta sec­ción pue­den es­cri­bir­nos a in­for­ma­cion­@fun­deu­me­xi­co.org  ~

Dejar un comentario



“Es un mátalas callando”
El embuste en palabras
Este texto estará disponible en el transcurso del mes. Por favor, visite el sumario general o el sumario del suplemento de Cultura regularmente. Los títulos subrayados indican que el artículo completo ya está disponible. Suscríbase a Este País y reciba la versión impresa cada mes a la puerta de su casa o cómprela con su […]
La historia de las palabras en la RAE
Cronopio, la camaradería de Julio Cortázar
Este texto estará disponible en el transcurso del mes. Por favor, visite el sumario general o el sumario del suplemento de Cultura regularmente. Los títulos subrayados indican que el artículo completo ya está disponible. Suscríbase a Este País y reciba la versión impresa cada mes a la puerta de su casa o cómprela con su […]
Novedades de la edición 2014 del DRAE: precuela, dron y bótox
La Real Academia Española (RAE) ha anunciado que la vigesimotercera edición del Diccionario de la lengua española, conocido como DRAE (acrónimo de Diccionario de la Real Academia), se publicará el próximo 21 de octubre en todos los países hispanohablantes del mundo. Conviene insistir en que, a pesar de parecer producto de la añeja institución (el año […]
Puto en fuera de lugar
Hay remedios que dañan más que las enfermedades. Así lo consideró el caricaturista Paco Calderón en su cartón dominical Jugador N° 12 (Reforma, 22 de junio de 2014), que aborda el asunto de la llamada de atención que hizo la FIFA a los directivos mexicanos del futbol, porque nuestros compatriotas gritaban a todo pulmón la palabra […]
Hacer de tripas corazón.
Palabras encarnadas
El cuerpo es nuestra única posesión verdadera. No es de extrañar, entonces, que sea el eje alrededor del cual gira nuestra representación del mundo. Por eso atribuimos a la realidad —objetos, situaciones, ideas— características humanas. De este fenómeno universal que la retórica clásica llama “prosopopeya” se derivan decenas de expresiones que empleamos a diario. Es […]
Más leídos
Más comentados
Los grandes problemas actuales de México (152.813)
...

La economía mexicana del siglo xx: entre milagros y crisis (65.725)
...

Con toda la barba (47.681)
...

¿Por qué es un problema la lectura? (30.431)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.

La distribución del ingreso en México (26.522)
...

Presunto culpable: ¿Por qué nuestro sistema de justicia condena inocentes de forma rutinaria?
Bas­tan­te han es­cri­to y di­cho ter­ce­ros so­bre Pre­sun­to cul­pa­ble....

Los grandes problemas actuales de México
Se dice que el país está sobrediagnosticado, pero en plenas campañas y ante...

I7P5N: la fórmula
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una...

China – EUA. ¿Nuevo escenario bipolar?
No hace mucho que regresé de viaje del continente asiático, con el propósito...

La sofocracia y la política científica
Con el cambio de Gobierno, se han escuchado voces que proponen la creación...

1
Foro de Indicadores
Debates que concluyen antes de iniciarse
El proceso legislativo reciente y sus números

Eduardo Bohórquez y Javier Berain

Factofilia: Programas sociales y pobreza, ¿existe relación?
Eduardo Bohórquez y Paola Palacios

Migración de México a Estados Unidos, ¿un éxodo en reversa?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Donar no es deducir, donar es invertir. Las donaciones en el marco de la reforma fiscal
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Impuestos, gasto público y confianza, ¿una relación improbable?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Los titanes mundiales del petróleo y el gas
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La pobreza en perspectiva histórica ¿Veinte años no son nada?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La firme marcha de la desigualdad
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia. 2015: hacia una nueva agenda global de desarrollo
Roberto Castellanos y Eduardo Bohórquez

¿Qué medimos en la lucha contra el hambre?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Bicicletas, autos eléctricos y oficinas-hotel. El verdadero umbral del siglo XXI
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Parquímetros y franeleros: de cómo diez pesitos se convierten en tres mil millones de pesos
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Una radiografía de la desigualdad en México
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Más allá de la partícula divina
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: El acento está en las ciudades. Algunos resultados de la base de datos ECCA 2012
Suhayla Bazbaz y Eduardo Bohórquez