Este 2012 es un año electoral. El país más extenso, el más poderoso y el más poblado están entre las naciones que han celebrado o celebrarán comicios para elegir a sus respectivos gobiernos. El mundo ha dejado de ser local y su tejido se ha apretado a tal grado que conviene estar atentos. MGH
Rusia: entre la virilidad y el ridículo
Después de las elecciones del pasado 4 de marzo, el sexagenario líder Vladímir Putin volvió a la presidencia de su país con el rostro bañado en lágrimas. ¿Por qué lloraba? “Fue por el viento”, dijo, haciéndose el macho ante sus adeptos. Nada de flaquezas. No en balde había lucido cabalgando con el torso desnudo en un desplante de virilidad en su pasada gestión como presidente de la gran Rusia. Sus críticos señalaron que el llanto fue un gesto patético que coronó unas elecciones fraudulentas. Sus seguidores sugieren que el líder estaba conmovido al constatar que, a través de los votos, el pueblo lo quería de vuelta.
Estados Unidos: la renovación de la esperanza
En noviembre, todo indica que no habrá sorpresas. Barack Obama se perfila como el ganador de unas elecciones donde el Partido Republicano difícilmente podrá sacar de la Casa Blanca al primer presidente negro de Estados Unidos.
Pero el camino de la reelección no está pavimentado del todo. En el primer término de su mandato, a Obama no le ayudó la suerte. Recién ingresado a la presidencia, tuvo que afrontar una crisis económica que sacudió al mundo desde los cimientos financieros en Wall Street hasta la fachada de la Unión Europea, donde Grecia se ha convertido en el chivo expiatorio de los avatares de la recesión.
Si bien remontar la cuesta de la crisis implica un colosal esfuerzo, el anuncio de la creación de más de 200 mil empleos el pasado mes de febrero es una señal de que la economía norteamericana empieza a recuperar el aliento.
Además, en terrenos donde la política de Obama parecía perdida, la intervención de nuevos actores ha cambiado las cosas a su favor. Ese fue el caso de la propuesta sobre anticonceptivos, que inicialmente tuvo el rechazo beligerante de los sacerdotes católicos y que, gracias a la intervención de una estudiante católica que defendió el derecho de las mujeres a la salud reproductiva, ha puesto a los detractores de Obama contra la pared.
Sin embargo, más allá de los jaloneos internos entre la Casa Blanca y el Capitolio, el tema central sobre la reelección de Obama es el de la esperanza. Y esto atañe fundamentalmente a la turbulenta agenda internacional. ¿Saldrán las tropas norteamericanas de Afganistán en 2014, tal y como lo sostiene la Casa Blanca? Y además: ¿habrá reforma migratoria para permitir el flujo de indocumentados de México?
Ambos frentes se observan complicados. En Afganistán, Estados Unidos libra la guerra más larga de su historia –lleva más de una década– y el nuevo gobierno afgano no parece capaz de mantener una democracia estable por cuenta propia. Peor aún, muchos señalan que sin la presencia de las fuerzas norteamericanas en esa nación, los talibanes regresarían al poder.
En la frontera con México, el panorama está igualmente empañado. El tema de los migrantes indocumentados está contaminado por la exportación y el consumo de drogas, la guerra contra el crimen organizado y la violencia que no cesa. Nadie, ni en la Casa Blanca, ni en el Capitolio, ni en los hogares de Estados Unidos, quiere entrar a discutir lo primero mientras lo segundo no se resuelva.
Y el prestigio del presidente Obama, su mensaje de paz para el mundo, depende de ese universo turbulento e impredecible.
América Latina: la nostalgia manda
Las elecciones en México están marcadas por un detalle que abruma: el candidato del pri tiene una ventaja de casi 20 puntos sobre la candidata que le sigue en las encuestas.
Si bien en elecciones anteriores los candidatos que aparecían como punteros a principios del año sufrieron sendos reveses en las jornadas electorales, en esta ocasión la distancia numérica parece un abismo infranqueable. La mecha del tiempo hacia el 1º de julio es un factor determinante a favor de Enrique Peña Nieto.
¿Por qué la añoranza del PRI?
Dicen los críticos del candidato puntero que su figura es precisamente eso, pura imagen sin contenido. Que detrás de esa apariencia juvenil, estudiada y diseñada en un camerino no hay nada. Que es el candidato de la televisión y las televisoras. Un lenguaje corporal que cautiva sin propuestas. Sus correligionarios sostienen, por el contrario, que los ciudadanos quieren regresar a la época de la seguridad pública, el crecimiento económico y el progreso. Lo cierto es que el PRI jugará a no cometer los errores del pasado.
Lo paradójico es que, siendo la candidata del partido en el poder, Josefina Vázquez Mota puede representar la apuesta del cambio, por el simple hecho de ser mujer.
Mientras en México el tiempo corre a favor del pri, en Venezuela Hugo Chávez se postula a su tercera reelección con la salud minada por el cáncer. Como el candidato opositor saltó a la arena política hasta mediados de febrero, las encuestas recientes favorecen al actual mandatario.
Al igual que muchos caudillos latinoamericanos de izquierda, la figura de Hugo Chávez atrae y repele con inusitada fuerza. Su discurso enmarcado en la “Revolución Bolivariana”, con resabios del antiimperialismo y el tercermundismo de los años setenta en América Latina, ha despertado el aplauso del Partido Comunista de Cuba y la alarma de la mayoría del Capitolio.
Montado en la bonanza de los precios del petróleo, Chávez ha sabido capitalizar en el interior del país los efectos de sus programas sociales, y ha difundido con éxito sus logros sobre la reducción de la pobreza extrema y el desempleo. Sin embargo, no ha podido contener el crecimiento de la violencia, que ha situado a Venezuela como el país más inseguro de América Latina, muy por encima de México y Brasil.
Este año, los electores venezolanos se enfrentarán en octubre a una disyuntiva contradictoria. Por un lado, la imagen de Henrique Capriles, un joven opositor cuya audacia lo lleva a declarar que “pondrá fin a un gobierno que fomenta la anarquía”. Por otro, la figura de Hugo Chávez, un sobreviviente de cáncer que se retrata después de cada operación con el semblante enfermo, y que se declara “listo para gobernar hasta el año 2031”.
Mientras tanto, en República Dominicana, la esposa del actual presidente tiene puestas sus esperanzas en ser la vicepresidenta del próximo gobierno.
Francia: del escándalo al vacío
En abril y mayo se llevarán a cabo los comicios presidenciales en Francia. Después del escándalo que envolvió a Dominique Strauss-Kahn con una recamarera africana en un hotel de Nueva York, Nicolás Sarkozy, el actual presidente, se ha empeñado en saltar al vacío.
O mejor dicho: no ha cejado en ese empeño desde que llegó a la presidencia, cuando su primera medida fue elevarse el sueldo en un 170 por ciento.
Después de aparecer como el comandante en jefe de los ejércitos de la otan contra Muamar Gadafi en Libia, Sarkozy se colgó del brazo de Angela Merker para simular un binomio salvador frente a la crisis económica que asoló a Europa en los últimos años, pero sus dislates xenófobos y racistas le han acarreado abucheos en los mítines y caídas en las encuestas. Se dice que el principal enemigo del candidato Sarkozy es el presidente Sarkozy.
Su rival político, el socialista François Hollande —ex pareja sentimental de Ségolène Royal, antigua candidata presidencial—, lleva un paso ascendente en las preferencias del electorado, aunque sus ideas de renegociar el pacto fiscal de Francia con la unión Europea y tasar con un 75% de impuestos a las fortunas que excedan el millón de euros levanten las cejas de los empresarios locales y los gobiernos conservadores de Europa.
Los países árabes: novicios en las urnas
En Yemen se celebraron las primeras elecciones presidenciales después de 33 años de dictadura de Ali Abdullah Saleh, un aliado de Sadam Hussein en la Guerra del Golfo. Gravemente herido después de una sublevación popular, este caudillo dejó la presidencia en manos de su vicepresidente, Abdo Rabo Mansur Hadi, que se presentó como candidato único en las elecciones.
Votaron, por primera vez en tres décadas, 10 millones de electores yemenitas. El presidente durará en su gestión dos años, de manera que en breve se repetirá el ensayo.
En Egipto, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas anunció que el 23 y 24 de mayo se llevarán a cabo las primeras elecciones presidenciales después de la caída de Hosni Mubarak. Si todo sale bien, las autoridades civiles tomarán el mando de la nación el próximo 30 de junio.
Las protestas que se regaron durante las elecciones parlamentarias el año pasado y la matanza que tuvo lugar en el estadio de futbol de Port Said el pasado mes de febrero, constituyen malos augurios para los futuros comicios.
Y en Libia, después de la guerra feroz que se desarrolló para derrocar y ultimar a Muamar Gadafi, el gobierno rebelde anunció que en junio se llevarán a cabo elecciones para formar un Consejo Nacional que se encargue de elaborar una nueva constitución y formar un gobierno interino. El mundo tiene los dedos cruzados sobre el tema.
El remedo de la democracia
Para no quedarse atrás, el Partido Comunista Chino anunció que en octubre celebrará elecciones internas para gobernar al país. La noticia estelar es que el camarada Xi Jinping reemplazará al presidente Hu Jintao. No habrá sorpresas.
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MARIO GUILLERMO HUACUJA ha sido profesor universitario, comentarista de radio, guionista de televisión y funcionario público.
