Saturday, 04 May 2024
Artículos relacionados
Las voces del 68
Blog | Palimpsestos | Antonio Santiago Juárez | 26.07.2012 | 2 Comentarios

AntonioSantiago

¿Qué desean los jóvenes que no tengan ya? Consentidos del sistema ¿por qué se quejan si nada les falta y su tarea es estudiar? Zombis que perdieron el rumbo manipulados por cerebros dueños de su barco revolucionario, nave de los locos.

Cosas como está y más se parafrasearon en el 68 desde las perplejidades de quienes no tenían modo de discernir el verdadero gobierno de todos y para todos, de la “democracia autóctona” defendida por los regímenes autoritarios de la época. El ciego no puede imaginar colores.

Si quienes movilizados, se hallaron más allá del daltonismo social, mucho se debe al factor educativo emergente durante las décadas de las movilizaciones pacifistas y garantistas, aplastadas en casi todo el mundo excepto en Estados Unidos (a pesar de los asesinatos a algunos de sus líderes), pues lograron detener la guerra de Vietnam y arrancar derechos para mujeres y afroamericanos.

Un factor adicional juega papel preponderante en los movimientos sociales de principios de siglo (del nuestro): la tecnología de la información y del conocimiento puesta al servicio de las redes sociales. ¿Qué quieren ahora los jóvenes? ¿Por qué le hacen segunda a López Obrador? Al menos en el 68 existían razones, sumergidos como estábamos en la dictadura perfecta. Hoy el poder se halla repartido entre todos los partidos políticos, libres de perseguir el voto y de ganar y perder elecciones periódicas y auténticas como esta, en la que los votos se contaron bien y el fraude a gran escala, a la antigüita o cibernético son posibles únicamente en mentalidades afiebradas.

Pero este argumento olvida algo fundamental: para cualquier observador del 68 no resultaba obvia ni mucho menos justificada la aspiración de la juventud cuando el país había sido gobernado con más aciertos que errores, la industria era pujante y el desarrollo, estabilizador. Desde 1940 habíamos mantenido una tasa anual de crecimiento económico superior a 6%. ¿Qué importaba quién ejercía el gobierno si lo hacía bien y con plena y revolucionaria legitimidad? Las aspiraciones juveniles parecían a la mayoría, sutilezas y juegos dialécticos de quienes no tuvieron que enfrentarse a la realidad del trabajo y del esfuerzo. Así, Gustavo Díaz Ordaz dijo el 1º de septiembre de ese año que en unas semanas o meses los acontecimientos tomarían con la perspectiva del tiempo su verdadera dimensión, y no pasarían como episodios heroicos sino como absurda lucha de oscuros orígenes e incalificables propósitos…

Claro que para los jóvenes tampoco era del todo claro lo que deseaban ¿cómo podían saberlo si la historia se encuentra tejida de incertidumbre? Y entonces el poder actuó como sabemos que lo hizo, bajo convicciones autoritarias en mucho compartidas por una ciudadanía parroquial y súbdita.

No es fácil entender. ¿Qué quieren los movimientos sociales en su estruendo? Para el justo análisis, Alberto Melucci los contrapone a las instituciones tradicionales encargadas de procesar las demandas colectivas. Tanto éstas como los partidos políticos han perdido funcionalidad para transformar en decisiones los conflictos sociales. Y es que representan intereses estables y persiguen beneficios a largo plazo mediante la acumulación de resultados cortoplacistas. ¿Cómo podrían escuchar a los movimientos sociales, incapaces como son de adaptarse a la pluralidad de actores implicados?

Por su parte, Alberto Olvera señala que además de los partidos políticos, también se encuentra en crisis en razón de la sobre-demanda de servicios que ha encauzado hacia sí mismo, el Estado de bienestar, incapaz igualmente de escuchar (si a esto le agregamos la sordera de nuestro actual gobierno, imagínense), ¿cómo solucionar el problema de la eficacia? El neoliberalismo responde con el mercado al aducir que el Estado de bienestar destruye las redes sociales y de solidaridad (el burro hablando de orejas). Pero responsabilizar al mercado de la atención de las demandas sociales ha derivado en el neo-corporativismo que actualmente se vive a escala mundial. ¿Quién puede escuchar en medio de este griterío de sordos?

Como solución, algunos recetan la repolitización de la sociedad mediante formas de representación descentralizada. Melucci adelanta que las voces pueden ser comprendidas y transformadas en decisiones políticas mediante la creación de un espacio intermedio entre sociedad civil y Estado: las movilizaciones sociales son importantes para las sociedades modernas al plantear a los aparatos de Estado “cuestiones no admitidas” por la propia lógica de éstos últimos.

Así, la igualdad en la diferencia de las mujeres, por ejemplo, o la lógica destructiva en el desarrollo económico basado en la amenaza de guerra, fueron cuestiones planteadas por las movilizaciones sociales de los años 70 y 80, y obligaron a los aparatos a justificarse, los empujó a hacer pública su lógica y la debilidad de sus razones, e hizo visible el poder (Assange y Manning son ejemplos actuales de ello). “Cuando el poder se ha vuelto anónimo, hacerlo visible es un logro político fundamental: es la única condición para negociar las reglas”. A partir de esto, Melucci se plantea la siguiente pregunta: ¿Que tipo de representación podría dotar de eficacia política a los movimientos sociales sin con ello mermar su autonomía? ¿De qué modo pueden lograrse cambios políticos efectivos?

Después de insistir que debido a la natural fragmentación de la acción colectiva, los movimientos sociales no pueden vivir en las sociedades complejas sin alguna forma de representación política, Melucci afirma que la existencia de canales de representación y de actores institucionales capaces de traducir a decisiones el mensaje, es la condición que preservaría a los movimientos sociales de la atomización o de la violencia marginal.

Por tanto, un nuevo espacio político es proyectado más allá de la tradicional distinción entre Estado y Sociedad Civil: un espacio público intermedio cuya función no sea ni institucionalizar los movimientos sociales ni transformarlos en partidos, sino hacer que la sociedad escuche sus mensajes y los convierta en decisiones políticas, mientras que los movimientos mantienen su autonomía con la consecuente salvaguarda de la importante función que cumplen: transparentar el poder.

2 Respuestas para “Las voces del 68
  1. Antonio Santiago dice:

    Todo lo contrario señor Javier, en este texto defiendo la singularidad del movimiento del 68, que demandó una verdadera democracia.

  2. INTELECTUAL PRE-GORBACHOV ¿”Con plena y revolucionaria legitimidad”? ¡Ah, chingao! Tons, ¿por qué se habrá decepcionado Gorbachov con los totalitarios que hicieron de Rusia la segunda potencia? No lo entenderá nunca esta Santiago. Debe ser gorda la bequita de nuestros impuestos que le da alguna institución del narco-Estado mexica para “razonar” así… o será discípulo de la banda Aguilar Camín.

Dejar un comentario



Chile: ¿canta el gallo celestial?
A pesar de que la izquierda se mantiene en el poder desde la salida de Pinochet, salvo por el hiato de Sebastián Piñera, el capitalismo del periodo dictatorial no cede, gracias al peso de la oligarquía y el mercado. Hoy, sin embargo, soplan nuevos vientos progresistas en Chile. Las elecciones de 2013 en Chile fueron […]
La gestión de la influencia en las democracias
La democracia puramente electoral comienza a ser una discusión del pasado. Ahora se trata de limpiar los procesos políticos de prácticas de corrupción que impiden que la voluntad de los ciudadanos se refleje en las decisiones de gobierno, lo cual implica discutir los límites entre la esfera pública y la esfera privada. De manera comprensible, […]
Un civil en las fuerzas armadas
En los próximos años, México debería considerar el nombramiento de un secretario de defensa civil como un paso más en su proceso de consolidación democrática. El tema cobra relevancia en el marco de la celebración de los 100 años del Ejército y, especialmente, tras la ceremonia que se llevó a cabo en Palacio Nacional el […]
El poder de las redes sociales III. El contorno de la democracia digital
En octubre de 2013 se llevaron a cabo los YouTube Music Awards, los cuales contaban entre sus atractivos con la dirección de Spike Jonze, cineasta que saltó a la fama precisamente por dirigir videoclips con propuestas estéticas de vanguardia. Para estos premios, apostó por realizar videoclips en vivo a lo largo de la transmisión del […]
México: ¿una democracia sin demócratas? Evocación de Salvador Nava Martínez
El desencanto de buena parte de los mexicanos con la democracia sugiere que la transición que hemos vivido en las últimas décadas debe ser explicada de otra forma: el PRI, como forma particular de hacer política, nunca se fue, se mimetizó en la oposición y se replegó en los gobiernos locales. A partir del ejemplo […]
Más leídos
Más comentados
Los grandes problemas actuales de México (145.210)
...

La economía mexicana del siglo xx: entre milagros y crisis (60.064)
...

Con toda la barba (38.987)
...

¿Por qué es un problema la lectura? (27.491)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.

La distribución del ingreso en México (23.391)
...

Presunto culpable: ¿Por qué nuestro sistema de justicia condena inocentes de forma rutinaria?
Bas­tan­te han es­cri­to y di­cho ter­ce­ros so­bre Pre­sun­to cul­pa­ble....

Los grandes problemas actuales de México
Se dice que el país está sobrediagnosticado, pero en plenas campañas y ante...

I7P5N: la fórmula
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una...

China – EUA. ¿Nuevo escenario bipolar?
No hace mucho que regresé de viaje del continente asiático, con el propósito...

La sofocracia y la política científica
Con el cambio de Gobierno, se han escuchado voces que proponen la creación...

1
Foro de Indicadores
Debates que concluyen antes de iniciarse
El proceso legislativo reciente y sus números

Eduardo Bohórquez y Javier Berain

Factofilia: Programas sociales y pobreza, ¿existe relación?
Eduardo Bohórquez y Paola Palacios

Migración de México a Estados Unidos, ¿un éxodo en reversa?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Donar no es deducir, donar es invertir. Las donaciones en el marco de la reforma fiscal
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Impuestos, gasto público y confianza, ¿una relación improbable?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Los titanes mundiales del petróleo y el gas
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La pobreza en perspectiva histórica ¿Veinte años no son nada?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La firme marcha de la desigualdad
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia. 2015: hacia una nueva agenda global de desarrollo
Roberto Castellanos y Eduardo Bohórquez

¿Qué medimos en la lucha contra el hambre?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Bicicletas, autos eléctricos y oficinas-hotel. El verdadero umbral del siglo XXI
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Parquímetros y franeleros: de cómo diez pesitos se convierten en tres mil millones de pesos
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Una radiografía de la desigualdad en México
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Más allá de la partícula divina
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: El acento está en las ciudades. Algunos resultados de la base de datos ECCA 2012
Suhayla Bazbaz y Eduardo Bohórquez