La palabra es difícil de pronunciar, casi chocante, y es tan reciente, al menos en la lengua española, que el término apenas será incorporado en la nueva edición (la 23ª) del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Se trata del término resiliencia y, aunque la palabra sea relativamente nueva, el concepto, la idea que le da sustento, no lo es del todo: consiste en la capacidad de un sistema (sea un individuo, comunidad o institución) de enfrentar con flexibilidad situaciones límite —comúnmente crisis—, adaptarse a ellas, sobreponerse e incluso crecer en contextos disruptivos, todo ello preservando la identidad, funciones y relaciones esenciales del sistema.
La resiliencia parece ser (sobre todo en el contexto actual de creciente cambio climático y desastres vinculados con fenómenos naturales) el atributo que definirá a las ciudades del futuro, sobre todo a las competitivas y sustentables, aquellas donde sus habitantes logren alcanzar una buena calidad de vida y no solo mayor riqueza. Ya no se trata solo de hacer uso de fuentes renovables de energía, de contar con una movilidad urbana sustentable, de hacer de las tres “r” del consumo (reducir, reciclar y reusar) una práctica extendida. En el futuro cercano, las ciudades y sus habitantes —donde radica más de la mitad de la población mundial y en México 77% de la población nacional— deberán desarrollar capacidades de resiliencia, ser flexibles y adaptables a situaciones imprevistas, a eventos inesperados, a la incertidumbre y la crisis (medioambiental, de salud, financiera, etcétera).
¿Qué hace a una ciudad resiliente? ¿Qué capacidades institucionales, comunitarias y urbanas deben desarrollarse para hacer ciudades resilientes? En el marco de la campaña “Desarrollando Ciudades más Resilientes” 2010-2015, impulsada por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) y ONU-Habitat, se han identificado 10 aspectos esenciales para alcanzar ciudades resilientes.1 La existencia de un marco institucional y administrativo adecuado, así como recursos financieros suficientes, son dos de los elementos básicos, pero también se considera central elaborar una evaluación de riesgos multi-amenazas; proteger, mejorar y desarrollar la resiliencia de la infraestructura; proteger instalaciones urbanas vitales, específicamente las educativas y de salud; establecer reglas para la construcción y planificación del territorio; capacitar, educar y fomentar la concientización pública y, por supuesto, proteger el medio ambiente y fortalecer los ecosistemas. Otros dos aspectos claves para la construcción de ciudades resilientes son el establecimiento de mecanismos de alerta temprana y respuesta eficaces, y el desarrollo de capacidades para la recuperación y reconstrucción de las comunidades. Como se aprecia, la resiliencia de las ciudades solo es posible a partir de un enfoque sistémico que comprenda los diferentes actores, procesos y mecanismos que hacen posible la vida en una ciudad. Este conjunto de aspectos claves para desarrollar capacidades de resiliencia urbana, además de otros instrumentos y mecanismos, se están poniendo a prueba y depurando desde abril de 2013 en 10 ciudades del mundo, incluyendo en el continente Americano a Concepción/Tolcahuano en Chile, y Portmore en Jamaica.2 Se espera que el ejercicio resulte en mejores lineamientos y en un marco más adecuado para el desarrollo de ciudades resilientes, incluyendo indicadores para medir la resiliencia.
Respecto de la existencia de parámetros para medir la resiliencia urbana, hasta ahora no se han definido, aunque algunas iniciativas3 han desarrollado índices de medición a partir de un conjunto de indicadores como las capacidades económicas, demográficas y comunitarias locales para enfrentar crisis y retos futuros.
El tema de la resiliencia urbana no solo es materia de académicos, organismos multilaterales y gobiernos nacionales y locales, también es del interés del sector privado-filantrópico. Una de las iniciativas más destacadas al respecto es el concurso impulsado por la Fundación Rockefeller con motivo de su centésimo aniversario.4 Se trata de un desafío para seleccionar a 100 ciudades del mundo, las cuales recibirán financiamiento y apoyo técnico para desarrollar e implementar planes de resiliencia urbana durante los próximos tres años.
1 Los detalles de la campaña pueden consultarse en: <http://www.unisdr.org/ campaign/resilientcities/>. El documento que discute los 10 aspectos esenciales para construir ciudades resilientes se puede consultar en: <http://www.unisdr.org/campaign/resilientcities/toolkit/essentials>.
2 Otras ciudades incluidas son Barcelona (España); Beirut (Líbano); Dagupan (Filipinas); Dar es Salaam (Tanzania); Lokoja (Nigeria); Teherán (Irán), y Wellington (Nueva Zelanda). Ver más información en: <http://www.unhabitat.org/content.asp?cid=12122&catid=5&typeid=6>.
3 Un ejemplo es la iniciativa Construyendo Regiones Resilientes, del Instituto de Estudios Gubernamentales de la Universidad de California en Berkely, en: <http://brr.berkeley.edu/rci/>.
4 La información de esta iniciativa se puede consultar en: <http://100resilientcities.rockefellerfoundation.org>.
_________
EDUARDO BOHÓRQUEZ<@ebohorquez> es director de Transparencia Mexicana. ROBERTO CASTELLANOS <@robcastellanos> es coordinador de Investigación Aplicada en la Fundación Este País.