Kissinger, Henry, On China,
Penguin Press, New York, 2011, 624 pp.
—, China, Debate, Barcelona, 2012, 624 pp.
Mallon, Thomas, Watergate: A Novel, Vintage Books, New York, 2013, 432 pp.
“Hace casi 40 años, el presidente Richard Nixon me hizo el honor de enviarme a Pekín para tratar de restablecer relaciones con China, país central en la historia de Asia y con el cual Estados Unidos de América no había tenido relación por más de 20 años”.
Así empieza Henry Kissinger (Alemania, 1923) su libro On China. Desde la perspectiva de la diplomacia, Kissinger revisa, compara y contrasta la historia y las relaciones de China con otros países a partir del siglo xix. Su narración se complementa con transcripciones de conversaciones, citas tomadas de documentos oficiales y personales, comunicados de prensa, literatura china, memorias y cartas; y se enriquece con los análisis, las anécdotas y las opiniones del autor.
Escribir una reseña de este libro que nos introduce a una cultura milenaria como la China sería una tarea colosal, por lo que me limitaré a comentar la parte del reinicio de la relación entre China y Estados Unidos. Hacia la mitad del libro, Kissinger narra cómo se planeó y organizó la entrevista entre Richard Nixon y Mao Zedong en 1972, un encuentro que asombraría al mundo y que nos sigue sorprendiendo por su trascendencia.
En abril de 1971 se celebró en Japón el torneo internacional de ping-pong. Era la primera ocasión que un equipo deportivo chino participaba en un concurso fuera de China. Por los resultados de las competencias, iba a ser inevitable que se enfrentaran el equipo chino y el estadounidense, algo inconcebible en esos momentos de la relación chino-americana, por lo que los delegados chinos solicitaron a Pekín el permiso para retirarse y regresar a su país. En China temieron un conflicto con el país sede, Japón, y llevaron el asunto a Mao, quien los sorprendió con la resolución de que invitaran oficialmente al equipo estadounidense a China. Los aún más sorprendidos jóvenes deportistas americanos, escribe Kissinger, llegaron a Pekín a mediados de abril de 1971 en una visita que abrió los canales de comunicación entre los dos países.
La entrevista de Nixon y Mao se tuvo que preparar en secreto y con gran sigilo pues, explica Kissinger, había que evitar la posible reacción de los grupos conservadores en Estados Unidos, dada la compleja situación internacional del momento: Vietnam, la relación con Taiwán y el hecho de que Estados Unidos no reconocía a Pekín como capital de China, la llamada Guerra Fría con la Unión Soviética y la constante amenaza de Corea del Norte. En este contexto, en julio se organizó una gira de trabajo que permitiría a Kissinger viajar secretamente a China. En su carácter de consejero de seguridad nacional, planeó reuniones en Saigón, Bangkok y Nueva Delhi, para finalizar en Rawalpindi, Pakistán. Aquí, tras convenirlo previamente con las autoridades de ese país, Kissinger fingió estar enfermo por 48 horas, durante las cuales viajó en un avión pakistaní a Pekín para reunirse con Zhou Enlai. Siete meses después, el 21 de febrero de 1972, el presidente Nixon llegó a China. Dos años después y en relación con el escándalo Watergate, Kissinger comenta que para Pekín fue inexplicable que esa coyuntura interna hubiera provocado la renuncia del presidente que había concebido la apertura con China.
On China es un gran libro sobre la historia y cultura chinas que ilustra cómo las circunstancias de un país en un momento dado influyen en las relaciones diplomáticas con otras naciones, y en mayor o menor medida condicionan el desarrollo del acontecer doméstico e internacional. Además, su lectura nos permite comprender mejor por qué los profundos cambios en China han influido tan significativamente en la transformación del mundo en las últimas décadas.
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Watergate: A Novel, de Thomas Mallon (Estados Unidos, 1951), es un libro de “ficción criminal” en la cual el detective es el mismo autor quien, a partir de hechos y personas reales (120 personas cuyos nombres aparecen en una lista al principio del libro), reinventa la historia del escándalo Watergate, acontecido entre mayo de 1972 y agosto de 1974, durante la presidencia de Richard Nixon.
El 17 de junio de 1972 fueron descubiertas cinco personas que habían allanado las oficinas del Comité Demócrata, ubicadas en el complejo de edificios conocido como Watergate, en la ciudad de Washington. Posteriormente serían juzgadas y sentenciadas. Los delincuentes, de origen cubano y ligados a la cia, habían sido contratados por personas relacionadas con el Comité para la Reelección del Presidente Nixon, del Partido Republicano, para colocar micrófonos ocultos, intervenir los teléfonos, copiar y robar documentos. Cuarenta años después, entendemos que el crimen de espionaje político fue trascendido por los delitos de obstrucción de la justicia y soborno, y por el origen de los recursos que buscaban encubrir a quienes tuvieron que ver con la orden de allanamiento, espionaje y robo. El 9 de agosto de 1974, Nixon renuncia a la presidencia, ante la posibilidad de ser considerado cómplice y ser destituido.
Con Mallon, entramos de forma virtual a las reuniones en la Casa Blanca y nos movemos por los lugares donde estuvieron entre 1972 y 1974 el presidente, su esposa Pat, su secretaria Rose Mary Woods, el vicepresidente, integrantes del gabinete, senadores, asesores, consejeros, ayudantes, familiares. También presenciamos supuestas conversaciones: “Stop being brilliant and start being effective”, espeta Nixon al conspicuo Henry Kissinger durante una de las reuniones que Mallon imagina en el salón oval de la Casa Blanca.
El desarrollo de los acontecimientos se va presentando desde los diferentes puntos de vista de los personajes involucrados en el escándalo. Para Mallon, las manipulaciones para encubrir el delito de espionaje político fueron teniendo consecuencias cada vez más serias, hasta que fue inevitable que por primera y única vez en la historia de Estados Unidos renunciara un presidente. Mallon realiza un erudito ejercicio de reinvención del escándalo de Watergate y con ello muestra la doble o triple moral de los políticos, sus ambiciones de poder y cómo maquinan, intrigan, confabulan en lo que se ha llamado “lobbying político”.
Si bien Mallon no hace concesiones al retratar a Nixon, subyace la idea de que parece haber sido condenado más por el hecho de manipular, mentir, ocultar y sobornar que por haber grabado conversaciones y espiado, y que si el autor recrea sus giras y reuniones internacionales —que sin duda le otorgaron un papel relevante en la política internacional— es porque son parte del contexto de la historia. Mallon decide finalizar su libro con la visita que supuestamente le hiciera la anciana e influyente Alice Roosevelt Longworth la noche anterior a su renuncia, quien le predeciría al todavía presidente por unas horas: “For a long time, like it or not, fair or unfair, you are going to be regarded as a terrible president […]. You can rise above it […]. You can be a marvelous ex-president”.
“Fred LaRue had manage to shoot Daddy instead of a duck”. Para su inteligente, documentada e interesante historia, Mallon recurre al MacGuffin, ese elemento que sin ser relevante para la trama, funciona como el hilo conductor de un thriller. Aunque no se aclara hasta el final, es el elemento a partir del cual el autor se imagina los hechos, en este caso una frase repetida insistentemente y mal interpretada que determinó la selección del lugar que se debía espiar, Watergate. Decir más es estropear la lectura de este libro que también es un muy buen “thriller histórico o político”.
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MARÍA ELENA BRISEÑO (Ciudad de México, 1952) se especializa en novela negra y de detectives, es voraz lectora de thrillers y gusta de descubrir viejos y nuevos autores del género.