Las economías asiáticas son un referente obligado para América Latina en cuestión de infraestructura de transporte. El progreso que han experimentado en los últimos años es prueba de que el desarrollo de un país pasa necesariamente por una mayor inversión en ese sector.
En su libro Los orígenes del atraso: Nueve esayos de historia económica de México en los siglos XVIII y XIX, el historiador económico John H. Coatsworth señala la falta de infraestructura de transportes como uno de los factores principales que impidieron el crecimiento de la economía mexicana durante el siglo XIX, lo que originó la brecha entre nuestra economía y otras, como la de Estados Unidos, brecha que a la fecha persiste.
Hoy más que nunca, la infraestructura de transportes es un requisito esencial para el desarrollo. Distintos fenómenos lo demuestran. La globalización, el proceso de liberalización comercial y las nuevas formas en que fluye la información son algunos de ellos. Por ejemplo, el gran incremento en el volumen de intercambios mercantiles desde la aparición de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1994 ha estado sostenido, entre otras cosas, por la construcción de puertos, carreteras, vías ferroviarias y aeropuertos. Los barcos cargueros, contenedores, aviones y camiones de carga han aumentado en número y tamaño. Además, su uso es más eficiente gracias a mejoras técnicas y nuevas formas de operación. Por otro lado, el nacimiento de modelos de negocios como el comercio electrónico ha supuesto una mayor dependencia de la infraestructura de transporte, pues bajo ese modelo son los bienes los que se mueven, en lugar de las personas.
La globalización y la liberalización comercial han derivado también en la creación de nodos económicos regionales, redes comerciales y conexiones de negocios alrededor del mundo, para lo cual ha sido necesario invertir en infraestructura física como la de transportes. Asia —particularmente las regiones del este y el sudeste— es sin duda una muestra de ese fenómeno; se trata de una zona donde el desarrollo de infraestructura de transportes ha sido considerado un factor clave. Su rápido crecimiento económico y su estrategia de integración a las cadenas globales de producción se han basado en esta visión.
La profunda integración económica en las regiones del este y el sudeste asiáticos ha estado impulsada por una dinámica de desagregación y traslado de industrias de un país a otro. Algunas industrias que nacieron en Japón se trasladaron paulatinamente, en diversas medidas y de manera natural hacia algunos de los llamados tigres asiáticos, como Corea del Sur, Taiwán o Singapur. Desde estos países, algunas cadenas han pasado a su vez a China o Malasia, y de China se están moviendo en la actualidad hacia el sudeste. Este proceso ha resultado en la creación de importantes centros y clusters manufactureros (en China, Taiwán, Corea del Sur, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático: ASEAN, por sus siglas en inglés), centros de innovación (Japón, Corea del Sur, Taiwán), centros logísticos (Hong Kong y Singapur), centros financieros (Hong Kong y Shanghai) y centros de consumo (China e India). La suscripción de numerosos tratados de libre comercio entre los Estados de la región se ha traducido en una mayor interconexión y dependencia económicas.
En esta dinámica, la infraestructura de transportes se ha situado como un eslabón clave. Muchos de esos acuerdos comerciales incluyen cláusulas relacionadas con el transporte, y existen distintas iniciativas cuyo principal objetivo es la interconexión regional. Destaca, por ejemplo, el llamado proyecto carretero asiático, en el que participan 29 economías. El proyecto de la región del Gran Mekong —Camboya, Laos, Myanmar, Tailandia, Vietnam y las provincias chinas de Yunnan y Kunming— es ambicioso pues abarca alrededor de 73 proyectos de transporte que buscan integrar eficientemente esta zona.
En términos generales, la infraestructura de transportes (carreteras, puertos, aeropuertos y ferrocarriles) en el este y el sudeste asiáticos se ha desarrollado de manera importante en los últimos años. En el caso de las carreteras, entre 2003 y 2010 el porcentaje de caminos pavimentados en el este de Asia y el Pacífico registró un incremento de 90%, para alcanzar un 66.2% del total. Para este indicador, el crecimiento fue mayor que en Europa y Latinoamérica (ver la Gráfica 1). En infraestructura aérea, entre 2000 y 2011, el crecimiento promedio en el tráfico de 13 economías de Asia Pacífico con China (343%), Filipinas (351%), India (256%) e Indonesia (226%) fue de 157 por ciento (ver la Gráfica 2).
En términos del movimiento de contenedores en los puertos, también hay indicadores que demuestran una mejoría en la infraestructura de la región. Entre 2000 y 2011 el promedio de crecimiento en 10 economías de la región Asia Pacífico fue de 190%; China, India, Malasia y Vietnam experimentaron la mayor expansión. El número de contenedores operados (TEUS) creció 241% en China, 307% en India, 329% en Malasia y 432% en Vietnam. El desarrollo ha sido tal que, actualmente, los puertos de mayor tráfico del mundo están en Asia.
Por el contrario, en ferrocarriles (sin contar los de alta velocidad) los avances en términos de kilómetros de líneas construidas son menores. En los principales países de la región, el crecimiento de 2000 a 2011 no es tan espectacular. En Japón no hay crecimiento en este rubro; en India, de apenas 2%, y en Malasia, de 3%. En Vietnam hay una contracción de 25%. Solo Tailandia, Corea y China muestran incrementos mayores, de 8%, 8% y 13% respectivamente; otra vez, el caso de China destaca.
No obstante, en trenes de alta velocidad hay señales que sugieren un avance. Aparte de Europa y Estados Unidos, solo Asia (Japón, Corea del Sur, Taiwán y recientemente China) tiene hoy en día infraestructura de trenes de alta velocidad. Asimismo, hay planes agresivos para dotar a la región con mejores conexiones ferroviarias. Tal es el caso del proyecto denominado Pan-Asian Railway, dentro de la iniciativa del Gran Mekong. Este proyecto tiene la intención de conectar el sur de China con Myanmar, Tailandia, Camboya, Malasia, Singapur y Laos.
En términos de la eficiencia de la infraestructura de transporte, hay diferencias importantes dentro de Asia. Los países más adelantados son Singapur, Hong Kong, Japón, Corea del Sur, Taiwán y Malasia. Economías como China y Tailandia están ubicadas un poco más atrás. Por último, hay países que aún tienen rezagos y retos importantes, como Camboya, Laos, Myanmar, Filipinas e India.
Japón ha sido el ejemplo a seguir en Asia en términos de innovación, principalmente en el área de ferrocarriles, en particular los de alta velocidad. Singapur y Hong Kong son líderes en infraestructura aeroportuaria y portuaria. Corea del Sur y Taiwán han invertido en proyectos principalmente carreteros, ferroviarios y portuarios, lo que les ha dado un lugar importante en Asia. Corea del Sur inauguró su sistema de trenes de alta velocidad en 2004, para conectar Seúl con el puerto de Busan. Taiwán hizo lo propio en 2007, para conectar Taipéi, la capital, con el puerto de Kaohsiung.
Malasia es un caso positivo porque el lugar que ocupa en infraestructura de transporte es relativamente bueno en comparación con su nivel de desarrollo económico. China merece una atención especial pues representa el caso de mayor avance: como en muchas otras industrias, ha logrado reducir la brecha, impulsado por el desarrollo de la infraestructura de la costa Este.
El Índice de Competitividad Global 2012-2013 (GCI, por sus siglas en inglés) muestra que China está rezagada respecto de otros países de la región. Ocupa el lugar 22 en calidad ferroviaria, el 59 en puertos y el 70 en aeropuertos. No obstante, como el gci es un indicador general, no refleja algunos de los avances y tendencias de China. En la actualidad, por ejemplo, de los 10 puertos más importantes del mundo, 5 de ellos (sin incluir Hong Kong) están en China (Shanghai, Shenzhen, Ningbo, Souzhan, Qingdao). En cuanto a trenes de alta velocidad, China inauguró la primera línea en 2004, y posteriormente ha inaugurado otras, como la de Shanghai-Pekín, para un total de más de seis mil kilómetros de líneas de este tipo, lo que convierte a China en la red más grande de trenes de alta velocidad.
Finalmente, India es tal vez el caso que genera mayor debate pues está rezagada respecto a los líderes en Asia, y el desarrollo de su infraestructura no ha ido a la par de su crecimiento económico y sus expectativas de desarrollo futuro. Solo en el rubro de infraestructura ferroviaria se encuentra entre los primeros 30 países del mundo; en los demás, se ubica en posiciones que van del lugar 68 (aeropuertos) al 86 (carreteras). En carreteras, India cuenta con una red densa, pero la mayoría de los caminos no están pavimentados, lo que la ubica por debajo del promedio de la región. En comparación con China, su avance en este rubro ha sido menor.
En términos generales, si bien el este y el sudeste de Asia están mejor hoy que hace algunos años en infraestructura de transporte, tienen aún retos importantes. De acuerdo con cálculos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la inversión anual estimada para mantenimiento en la región puede alcanzar más de 150 billones de dólares, de los cuales 80% va a carreteras.
El tema de la infraestructura de transporte urbano merece también atención. Hay ciudades asiáticas que han alcanzado buenos estándares, pero algunas enfrentan la necesidad de mejorar sus sistemas de transporte público. A nivel mundial, uno de los desafíos más claros tiene que ver con la continua urbanización. En Asia, este tema es sin duda un reto debido a la alta densidad de población en regiones de India, China e Indonesia, y porque uno de los vuelcos de la urbanización vendrá de esta zona del mundo. Los conflictos territoriales también pueden generar presión. Por ejemplo, el corredor de las aguas del sur de China se ha convertido en uno de los mayores canales de barcos mercantiles, lo que ha incrementado su relevancia estratégica pero también los deseos de controlarlo.
El lugar que ocupa Asia en infraestructura de transporte a nivel mundial ha opacado el camino que ha seguido América Latina en este rubro. Está comprobado que la diferencia entre el crecimiento del este y el sudeste de Asia, por un lado, y el de América Latina, por el otro, se debe en parte a la inversión y el énfasis público en la infraestructura de transporte. Ambas regiones han transitado por procesos de apertura comercial, pero mientras que en Asia esta apertura ha estado acompañada de un adecuado desarrollo de la infraestructura de transportes, América Latina, en general, se ha enfocado en mejorar la infraestructura de facilitación del comercio, como los sistemas administrativos y las capacidad humanas.
Si se analizan comparativamente diversos indicadores de eficiencia, las economías latinoamericanas están en general por debajo de muchas economías asiáticas, sin importar el nivel de ingreso. El caso de los ferrocarriles es muy claro, pues en este sector América Latina tiene un rezago abrumador. El país mejor ubicado, México, ocupa el lugar 60 del mundo, y Brasil —la economía más grande de la región— ocupa el 100. Los gobiernos asiáticos han canalizado más recursos a este rubro, como lo indica el porcentaje de gastos del Producto Interno Bruto (PIB) en ambas regiones. En promedio, en Asia ha alcanzado más del 7%, mientras que en América Latina solo entre el 1 y el 3 por ciento.
Sin duda, la región debe trabajar en este sentido e invertir en mejorar la infraestructura de transporte, un sector que puede traer grandes beneficios y crecimiento. Algunas zonas de Asia son un ejemplo de ello.
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SERGIO SAN SEBASTIÁN es licenciado en Economía por el ITAM. Estudiante de la maestría en Negocios Internacionales y Asia en la Universidad Nacional de Chengchi, en Taiwán, tiene un blog sobre oportunidades de negocios en aquel continente: <www.21asia.asia>. Le interesan, además, la poesía y el arte objeto.