Por fortuna, cada vez son más las comunidades indígenas que se apropian de los medios de comunicación. En un país en el que las conseciones son propiedad del estado, me parece fundamental que las comunidades y los pueblos indígenas desarrollen sus propios medios sin que éstos sean penalizados. Considerando la historia de a conformación del estado mexicano, se esperaría que, por lo menos, los pueblos indígenas, haciendo uso de su derecho a la autonomía y a la libre autodeterminación, pudieran utilizar medios como la radio y la televisión sin tener que ser etiquetados como ilegales, criminalizados y perseguidos como ha sucedido a lo largo de su historia. A pesar de todo, las radios comunitarias se multiplican y también hay experiencias con la televisión en territorio indígena además de la cada vez más nutrida producción audiovisual. Este ejercicio desde las comunidades está estrechamente ligado con el fortalecimiento de las lenguas y con la reflexión de la cultura y de los propios procesos políticos e identitarios frente al estado.
Dentro de estas experiencias de comunicación en los pueblos indígenas, la comunicación escrita presenta características particulares. Mientras que las radios comunitarias y la producción audivisual parecen encaminarse a su auge, la comunicación escrita avanza con menos velocidad. La naturaleza oral de los medios como la radio, la televisión y los medios audivisuales en general parece facilitar el proceso. Cualquier persona que cuente con una radio o un aparato de recepción o reproducción puede ser parte del público que disfruta de la programación de los medios comunitarios. En mi pueblo, mi abuela sintoniza la Radio Comunitaria Jënpoj (http://radiojenpoj.info/escuchar.html) del vecino pueblo de Tlahuitoltepec; mientras calienta el comal; a lo largo del día puede escuchar las noticias locales, nacionales e internacionales en mixe, un programa sobre música, una mesa de debate sobre el maíz transgénico o las finales del torneo de basquetbol “Copa regional mixe”.
Por el contrario, la apropiación de la comunicación escrita pasa por un proceso de creación de público más complicado. Es verdad que la prensa escrita en lenguas nacionales distintas del español han existido y surgen con mayor frecuencia pero sin lugar a dudas no puede compararse con el entusiasmo y la frecuencia con la que surgen radios comunitarias u otros medios que no dependen totalmente de la escritura.
Personalmente, conozco pocas experiencias de prensa escrita o publicaciones periódicas en lenguas indígenas. En la región mixe conozco la Revista Uxpijy de Tlahuitoltepec (http://www.witsuk.com/yinet/index.php?option=com_content&task=view&id=359&Itemid=56) que publicaba en versión bilingüe y “cuyo objetivo era registrar la memoria comunitaria que permite fortalecer no sólo la lengua, la memoria histórica y el sentido de identidad indígena de la comunidad ayuujk sino que al mismo tiempo permite abrir espacios de participación, especialmente para las mujeres”.
K’a’ajsaj (http://www.uno.edu.mx/index.php?pag=2&id=60) es un periódico bilingüe en lengua maya que publica la Universidad de Oriente en Yucatán y cuyo propósito principal es “difundir la cultura maya en todas sus manifestaciones”.
En este artículo (http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/7/3098/15.pdf), la poeta juchiteca Irma Pineda nos habla de la Revista Neza (el camino, lo correcto) que era publicada en la Ciudad de México por la Sociedad Nueva de Estudiantes Juchitecos.
La Revista Iguanazul (http://iguanazul.org/), fundada por Judith Santopietro, promueve la literatura, el arte y la tradición oral de los pueblos originarios de México. Además de la publicación periódica, Iguanazul también es una editorial cartonera y una radio nómada enfocada sobre todo a la producción en náhuatl.
Además de las que aquí menciono, existen otras publicaciones periódicas de corta duración que surgen cada vez con mayor frecuencia y seguramente habrá muchísimas que no conozca y que han surgido como una iniciativa dentro de las comunidades indígenas. Sin embargo, casi todas comparten el hecho de que son publicaciones bilingües; mientras que la mayoría de las publicaciones periódicas en español son monolingües, la prensa en lenguas indígenas aún parece necesitar del español mediante páginas espejo. Esta situación me parece que evidencia que la apropiación de la prensa escrita como medio de comunicación implica un esfuerzo impresionante: crear lectores en lenguas indígenas. A pesar de la tarea titánica, creo que es fundamental comenzar con los trabajos y tratar de apropiarse también de este medio de comunicación dentro de las comunidades indígenas. A la par que exigimos y nos apropiamos de radio, televisión y otros medios audivisuales, necesitamos exigir y apropiarnos de las imprentas, fundar casas editoriales e impulsar las publicaciones periódicas al tiempo que se crea al público lector. Dentro del movimiento a favor de la comunicación indígena, la prensa escrita en lenguas indígenas no debe quedarse atrás, debe reivindicarse como una de las demandas y como uno de los ejes de acción fundamentales.
Afortunadamente, un camino a seguir se está trazando desde la internet: cada vez hay más páginas que utilizan la escritura en lenguas indígenas para comunicar y para utilizar como herramienta, pero eso será tema de otra entrada.
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