En un contexto en el que la diversidad cada vez es más valorada, al menos en el discurso, preguntarse si la diversidad lingüística del mundo debe ser o no protegida parace un cuestionamiento fuera de lugar.
Sin embargo, dentro de las distintas voces, existe una corriente que, ante la acelerada pérdida de la diversidad de lenguas, defiende la postura de que las lenguas no deben ser salvadas. Para esta postura, el hecho de que la mitad de las lenguas del mundo habrá muerto en cien años, como se calcula actualmente, solo refleja que la diversidad lingüística está dejando de ser algo útil para la humanidad.
Entre los distintos argumentos, con diferente nivel de seriedad, los que presenta Kenan Malik en su artículo “Dejad que se mueran las lenguas” se centran en el hecho de que las lenguas, siendo sobre todo instrumentos al servicio de la comunicación humana, desaparecen porque dejan de ser útiles a una comunidad precisamente para cumplir estos fines comunicativos. En otras palabras, Malik sostiene que la razón por la cual el mixe muere es simplemente porque sus hablantes prefieren el español para comunicarse, el mixe deja de serles útil. En este sentido, realizar acciones para fortalecer la diversidad de las lenguas iría en contra de los derechos que tienen las personas para elegir la lengua que desean utilizar. Las lenguas mueren porque los hablantes así lo deciden, parece argumentarnos Kenan Malik. Desde esta posturas, la homogenización lingüística del mundo parece un camino deseable pues ayudaría a maximizar la comunicación entre países y culturas muy distintas; desde esta postura el castigo de Babel parece efectivamente una maldición.
Por un lado, coincido con estas posturas en la premisa de que la conservación y la vitalidad de una lengua está directamente relacionada con sus hablantes; no podemos anteponer la conservación de la diversidad lingüística a la calidad de vida de los hablantes. Sin embargo, lo que estas posturas parecen ignorar es que cuando una lengua muere no es simplemente porque deja de ser útil a la comunidad de sus hablantes que prefieren elegir otra lengua, lo que ignoran es que una lengua se convierte en lengua en riesgo de desaparición en contextos en los que sus hablantes son discriminados. La desaparición de las lenguas no es un fenómeno súbito en un contexto ascéptico, por el contrario, decidir dejar de hablar una lengua implica que sus hablantes han sufrido discriminación por mucho tiempo. Nadie decide dejar de hablar una lengua simplemente porque otra le parece más útil.
La pérdida de una lengua no es un proceso pacífico en el que los hablantes abandonan una lengua por otra, es un proceso en el que median castigos, menosprecios y en la mayoría de los casos, colonialismo contra los pueblos que hablan una lengua distinta. El fortalecimiento de la diversidad lingüística no se relaciona sólo con la idea de preservar las lenguas como entes abstractos, si la diversidad de lenguas debe conservarse es como consecuencia de que sus hablantes no están siendo discriminados y que por lo tanto, aprender otras lenguas que deseeen o necesiten, ya no siginifica que deban dejar de hablar la suya. Un hablante de una lengua no discriminada no desea dejar de hablar su lengua por el hecho de haber aprendido otra, por más útil que la considere. ¿Por qué un mixe debería dejar de hablar su lengua materna solo porque ya aprendió a hablar español?
«Lenguas», creo que lo correcto es IDIOMA; en fin, yo vivo en Los Cabos B.C.S y tengo muchos pacientes que hablan: popoloca, náhuatl, huichol, zotzil, chinanteco, mixteco, etc; cuando yo les hago una pregunta de como se dice tal o cual cosa, al principio creen que es por burla; pero con el paso de los años se han dado cuenta que mi interes por saber es sincero, me han enseñado; ellos dicen que no les gusta hablar su idioma materno porque muchos de nosotros nos burlamos. Nosotros mismos tenemos la culpa, ya que damos más importancia a aprender el inglés. Mis hijas se llaman : Iyari y Yolotl.
Es apabullante la hipocresia sutil de personas como Kenan Malik. No me detendre en detallar algunos de sus deshonestos argumentos falaces. Me voy directo a un punto sencillo:
Como se les ocurre el cinismo de pedir que se deje a las lenguas «MORIR en paz»?
Donde estuvieron esos mismos personajes durante siglos para pedir que dejaran a estas mismas lenguas (y sus comunidades) «VIVIR en paz»?
Si no las dejaron nunca vivir en paz, no tienen ningun derecho a pedir ahora que se las deje «morir en paz» (paz? de que estan hablando? caraduras!).
En efecto, la desaparición de las lenguas se debe sobre todo al fenómeno de lengua de prestigio/lengua de no prestigio y de lenguia dominante/dominada. Es también una actitud de la sociedad y de los gobiernos que no valoran a los hablantes de una lengua.
Durante ya muchos años, la enseñanza bilingüe en las escuelas en las que supuestamente se da clases de lenguas indígenas, se ha dado en condiciones que desfavorecen siempre la lengua indígena. A veces, los profesores ni siquiera son hablantes de la lengua que supuestamente deben enseñar.