Hace unos días, en medio del debate sobre la despenalización de la marihuana en el DF, el jefe de gobierno capitalino enfatizó que la propuesta que está en la mesa se trata principalmente del uso medicinal de la planta.
“Todavía hay mucho debate en donde dicen ‘es que no se debe legalizar la marihuana’, todos estamos de acuerdo en que no se debe partir de un enfoque recreativo, por supuesto que no”, dijo Miguel Ángel Mancera, de acuerdo con CNN.
En todo caso, los fumadores de mota en el DF tendrán que esperar, ya que el apoyo necesario para aprobar la reforma (que sí incluía provisiones para el uso recreativo) no se ha concretado. Pero el deseo de Mancera de considerar el asunto dentro de un marco médico es errado. La consideración más importante es si el Estado debería dar su respaldo al uso recreativo. Es decir, si está bien que la gente se drogue con mota por propia diversión. Y si no, la pregunta es si una prohibición sirve para remediar la situación, o si lo hace peor.
Los otros argumentos realmente son una distracción. Uno es que legalizar la mota traería un beneficio fiscal, gracias a los impuestos que se cobrarían en la venta de la droga, igual al tabaco o al alcohol. Sin embargo, en Colorado, donde un mercado abierto para la marihuana entró en vigencia el primero de enero, se estima que los impuestos debidos a su venta serán 99 millones de dólares. Es una cifra nada despreciable, pero el PIB en Colorado es 250 mil millones, y el presupuesto estatal es 20 mil millones de dólares, así que los ingresos debido a la mota serán unos cuantos litros dentro del mar.
Y como demuestran los comentarios de Mancera, los fines medicinales de la marihuana es otro tema de mucha discusión. Hay muchas anécdotas de gente que sufre de cáncer, epilepsia, dolor crónico, y otras enfermedades que encuentran su salvación en la marihuana. Pero la realidad es que estos casos son relativamente aislados, y para la gran mayoría de padecimientos en que la marihuana tiene un efecto positivo, ya existen tratamientos alternativos eficaces. Y no es que la minoría que responde a marihuana y otras medicinas no tengan un derecho moral a aliviar sus síntomas; claro que sí lo tienen.
Sin embargo, la gran mayoría de los que usan marihuana lo hacen por fines recreativos. Por lo mismo, una despenalización de mota medicinal se presta a que la gente aproveche de los huecos en la ley, buscando drogarse en base de trastornos espurios. (Eso es precisamente lo que ha pasado en California.) En tal caso, se abriría una absurdamente gran brecha entre el propósito formal de la ley y el resultado en los hechos. Si lo que se busca es permitir la mota, mejor no limitarlo, y mejor no maquillarlo como otra cosa.
Actualmente México no es un país que tiene muchos problemas con el consumo de drogas. Al contrario, comparado con otros países latinoamericanos y sobre todo con Europa y Estados Unidos, los mexicanos sobresalen por su abstinencia. Apenas 1,2% de los mexicanos reportaron el consumo de marihuana en el último año en la ENA más reciente; la cifra en EUA es 12,1%, 6,9% en Argentina, y 7,1% en Chile. La tendencia es parecida o hasta más extrema en cuanto a otras drogas.
Además, hay un tabú cultural contra el uso de las drogas, incluso la marihuana, en México; es muy común creer que la mota no es algo que hacen los jóvenes de buena educación. La diferencia con otros países es notable. En Estados Unidos, cada presidente desde hace más que 20 años ha sido un exconsumidor de drogas ilegales, incluso de cocaína. En México, Mancera afirma solamente haber olido la mota. Hace dos generaciones, la mota aparecía solamente en las películas estadounidenses de counter-culture, como la Easy Rider de Fonda y Hopper, como evidencia de su marginalidad. Ya no; desde los 90, personajes profesionales y exitosos fuman un porro sin que indique nada sobre su moralidad (véase Ojos bien cerrados, Loco por Mary, Loco fin de semana). En México, los que usan drogas en las novelas y las películas típicamente se pintan como gente perdida.
Permitir el uso de las drogas arriesga que este tabú se borre, y casi asegura que el consumo de mota se aumente. ¿Sería un resultado tan malo? En este caso, su bloguero se identifica con Obama, que hace unas semanas comparó la marihuana favorablemente con el alcohol. Es decir, no creo que México arriesgue mucho permitiendo la mota y no creo que las medidas para eliminar el consumo puedan ser exitosas. Pero por supuesto, hay otros que no están de acuerdo.
Los dos lados tienen puntos a su favor, pero lo importante es que el debate se dé. El debate verdadero, no un debate a medias sobre la marihuana medicinal.