Sunday, 22 December 2024
Artículos relacionados
A Efraín Huerta
Cultura | Este País | Isidoro Enríquez Calleja | 01.06.2014 | 0 Comentarios

Robles Gil

Bebedizo de Isidoro Enríquez Calleja para Efraín Huerta

José Ramón Enríquez

Fue ampliamente conocida la generosidad con que Efraín Huerta acogió a los exiliados españoles a su llegada a México. Con muchos de ellos tejió lazos de amistad que se conservaron durante décadas. Un grupo de refugiados españoles, escritores en su gran mayoría, tomó el nombre de Aquelarre en referencia a las reuniones de brujas que llevan ese nombre en vasco y lo hizo sello editorial con el cual publicó una buena cantidad de libros. Quisieron, en 1950, homenajear por su amistad y talento a Efraín Huerta. Se tenía la costumbre brujil de ofrecer bebedizos, con su respectivo brindis, al homenajeado. Este bebedizo lo ofreció Isidoro Enríquez Calleja cuyo nombre en el Aquelarre era el de Bruja Barrigona. Creo que las referencias se explican por sí mismas. Yo tenía entonces cinco años. Hoy, con seis décadas y pico más, y en el centenario del inolvidable Efraín, he querido que se alzaran las copas en su honor, al conjuro del bebedizo de entonces.

__________

En su variada vida como artista, JOSÉ RAMÓN ENRÍQUEZ (Ciudad de México, 1945) ha transitado de los escenarios teatrales, en los que ha sido actor y director premiado, a la escritura de textos dramáticos —entre ellos Jubileo (1989), La cueva de Montesinos (1995) y La Rodaja (1996)— y, finalmente, al espacio íntimo de la creación poética. Producto de esta última faceta son los libros Ritual de estío (1970), Imagen protegida (1975), Figuras del Pantheon (1984) y Supino rostro arriba (1999). Ha incursionado también en el género del ensayo, con Pánico escénico (1997) y Nueve reflejos en los Siglos de Oro (2001), entre otros títulos. Enríquez es además editor, promotor cultural y, sobre todo, maestro fundamental de varias generaciones.

A Efraín Huerta

Isidoro Enríquez Calleja

Mi querido amigo, en la noche aquelárrica de mi espaldarazo como la Bruja Barrigona, te doy este bebedizo que, por ser mío, es callejero sin remedio.

Yo conozco tu generosidad para con mis paisanas, las brujas literarias, que no es poco saber en esta hora de desmoronamiento de los valores humanos y de venenoso existencialismo. No te conozco mejor porque si vuelo por las calles del Distrito Federal, llevo en mi escoba las basurillas de unas particularísimas preocupaciones: la búsqueda angustiosa de seres humanos a quienes aleccionar privadamente, sacándoles unos quintos para evitar que mis retoños hayan de brujear mañana saludando con el forro de los pantalones. Las brujas, aunque volemos por encima de las nubes, no nos alimentamos de los microbios del aire, como los camaleones, a pesar de que esta Barrigona modesta, según el hombre de Unos hombres —“libro en mi opinión divi si encubriera más lo huma”— dé una sensación camaleónica. Desde ese ángulo imaginativo del formidable humorista amigo nuestro, quizá nos conocemos tú y yo, amigo Efraín; pero te aseguro que no soy así más que en caricatura y a flor de piel y no en el fondo, ya que los recovecos del alma están cuajaditos de ternura hacia el género humano cuando sigue los caminos rectos. Mi brujería más honda consiste en aceptar lo bueno sin parar mientes en su procedencia. Una vez fui sectario y me malhirieron las sorpresas de una humanidad repuñetera. Por eso la miro ahora a flor de escoba y solo correspondo cariñosamente a las muestras de aprecio incotizables, siempre que no sean endiablados, que allí donde presiento al demonio, lo ahuyento pronto, escudándome en la señal de la Cruz. ¿Asombroso, verdad, el contraste entre mi gesto de salvación religiosa y mis brujerías? Ah, pero es que no solo hay brujas endemoniadas, sino también angelicales. Y yo procuro ser de estas últimas: pura bruja contradictoria que parte de las noches ansiosas del alba. Y ello por manchega y, además, por lectora de uno de tus libros.

Precisamente en tu Géminis 1935-1944 aprendí yo que las brujas a mi estilo:

Estamos en el ruido del alba

En el umbral de la sabiduría,

En el seno de la locura.

Y solo puede vérsenos temblar al amanecer de esos días anodinos que son los domingos con su luz inmóvil y sosa y su “tempo” cargado de tedios. Los domingos de traje recién planchado que empaqueta nuestra alma, y la ata con lacitos para regalo. Huyéndole a un pajizo domingo e introducida en el agujero de mi biblioteca devoré versos tuyos, descubriéndote como poeta esencial y de personalidad auténtica, ante una exclamación inefable como esta:

Qué bien comprendo la imposible suavidad del amor

Hecho de sangre humana y jugo de claveles.

Pero en ese domingo único maravilloso de tu descubrimiento me humedeció una triste niebla porque en el rotundo poema “Los hombres del alba” silenciabas a las brujas, para quienes la noche, amigo mío:

Es un dulce tormento, un consuelo sencillo,

Una negra sonrisa de alegría,

Un modo diferente de conspirar,

Una corriente tibia temerosa

De conocer la vida un poco envenenada.

Las brujas, Efraín, también danzan por las calles enredadas en hilos delgados de luna y se detienen en la contemplación de los momentos serenos de la angustia; pero no le tienen terror al alba. Es raro, pero algo había de darnos cierta dimensión profunda. Y es que, ofreciendo lecciones de cordialidad maciza e impecable, viven unas brujas que, en peregrina metamorfosis, se están tornando en los hombres del alba de un mañana muy poco lejana.

Nuestros bebedizos, según los reglamentos, no deben pasar de dos páginas si quieren lograr el sortilegio de los oídos; si el mío traspasa esa extensión, tú, Efraín, tienes la culpa por haber sembrado tu libro de campanillas azules para que uno no lo cierre nunca al toparse con poemas resueltos en versos muelles cual plumas de serafines:

Alba de añil vagando entre palomas,

asombro de montañas y de plumas,

blanda manta del día, perfecta causa

de los estanques con violines claros.

Alba de añil soñando por jardines,

con sorpresa de estatuas y ventanas,

puliendo los deseos, dando serenas

y templadas columnas al olvido.

Alba de añil, apresurada fruta,

deshecha estrella reclamando sitio,

lluvia de cabelleras, miel sin ruta,

alba suave de codos en el valle.

Alba de añil hiriéndome la muerte

que tenemos por sueño y por amor,

desesperando besos, despedidas,

tirando espejos en el mar del día”.

Ya vendrán ocasiones, de los poetas verdaderos, como tú, todo se espera, en que te dediquemos adecuados estudios. Por ahora, recibe el apretado abrazo nocturno de

LA BARRIGONA

Fin del año 1950

[Firma y fecha manuscritas]~

___________

ISIDORO ENRÍQUEZ CALLEJA (Torre de Juan Abad, Ciudad Real, 1900 – México, 1971) fue un pedagogo, periodista y ensayista español. Tras la Guerra Civil, llegó a Veracruz a bordo del Sinaia, donde los republicanos emigrados editaban el Sinaia. Diario de la primera expedición de republicanos españoles a México. Fue profesor de lengua y literatura en la Escuela Nacional Preparatoria y colaborador de la revista Las Españas (1943-1963). Formaba parte, como se menciona en el texto, del Aquelarre, al que también pertenecían Mariano Granados, José Ramón Arana, Anselmo Carretero, Francisco Rivero Gil y Otaola.

Dejar un comentario



Y el cocodrilo hacía poesía
Y de pronto resulta que han pasado cien años. Y así el horizonte sea negro, la tempestad furiosa, el sol esté nublado y ausente toda la poesía, todavía tendremos el recuerdo. Y con él vamos a hacer un homenaje. En esta ocasión al nacimiento de Efraín Huerta. Poco tiene que ver con el nombre del […]
Se va la paz en Irak
Durante las dos semanas pasadas, la tensa calma que ha predominado en Irak en años recientes desapareció. El diez de junio, el grupo de líderes y veteranos suníes involucrado en el conflicto en Siria —llamado Estado Islámico de Irak y el Levante (también conocido como ISIS)— se apoderó de Mosul, la segunda ciudad más grande […]
El timbre de las campanas: Dos encuentros con la lengua de los otros
En el mixe de Ayutla, tääy significa “ser chistoso/ser gracioso/ser ocurrente” y en el mixe de Tlahuitoltepec significa “mentir”. Una sutil diferencia que en ciertos contextos me ha puesto en aprietos: “¿me estás mintiendo?” me preguntan y yo entiendo “¿estás siendo graciosa? ” a lo que, con entusiasmo, y con un guiño en el ojo, […]
Sobre la manipulación de moda
Recientemente el senador del PAN, José María Martínez Martínez, anunció que el propósito de la Comisión de la Familia y el “Desarrollo Humano” en el Senado de la República era invalidar los derechos de las familias homoparentales y los ganados con respecto a la interrupción del embarazo, “argumentando” que se trata de una moda.   […]
Llegó el turno de Hilary
Durante décadas, uno de los estereotipos más comunes en la política estadounidense era que los demócratas son los románticos e ideológicos, mientras los republicanos son los pragmáticos y calculadores. Según el dicho, cuando se trata de elecciones, los republicanos suelen enfilarse detrás de un candidato apto y los demócratas quieren enamorarse de un candidato inspirador. […]
Más leídos
Más comentados
Los grandes problemas actuales de México (154.289)
...

La economía mexicana del siglo xx: entre milagros y crisis (66.472)
...

Con toda la barba (49.195)
...

¿Por qué es un problema la lectura? (30.867)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.

La distribución del ingreso en México (26.997)
...

Presunto culpable: ¿Por qué nuestro sistema de justicia condena inocentes de forma rutinaria?
Bas­tan­te han es­cri­to y di­cho ter­ce­ros so­bre Pre­sun­to cul­pa­ble....

Los grandes problemas actuales de México
Se dice que el país está sobrediagnosticado, pero en plenas campañas y ante...

I7P5N: la fórmula
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una...

China – EUA. ¿Nuevo escenario bipolar?
No hace mucho que regresé de viaje del continente asiático, con el propósito...

La sofocracia y la política científica
Con el cambio de Gobierno, se han escuchado voces que proponen la creación...

1
Foro de Indicadores
Debates que concluyen antes de iniciarse
El proceso legislativo reciente y sus números

Eduardo Bohórquez y Javier Berain

Factofilia: Programas sociales y pobreza, ¿existe relación?
Eduardo Bohórquez y Paola Palacios

Migración de México a Estados Unidos, ¿un éxodo en reversa?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Donar no es deducir, donar es invertir. Las donaciones en el marco de la reforma fiscal
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Impuestos, gasto público y confianza, ¿una relación improbable?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Los titanes mundiales del petróleo y el gas
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La pobreza en perspectiva histórica ¿Veinte años no son nada?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La firme marcha de la desigualdad
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia. 2015: hacia una nueva agenda global de desarrollo
Roberto Castellanos y Eduardo Bohórquez

¿Qué medimos en la lucha contra el hambre?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Bicicletas, autos eléctricos y oficinas-hotel. El verdadero umbral del siglo XXI
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Parquímetros y franeleros: de cómo diez pesitos se convierten en tres mil millones de pesos
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Una radiografía de la desigualdad en México
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Más allá de la partícula divina
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: El acento está en las ciudades. Algunos resultados de la base de datos ECCA 2012
Suhayla Bazbaz y Eduardo Bohórquez