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¿Construyendo un abecedario para una lengua indígena? Algunas ideas a considerar
Blog | E'px | Yásnaya Aguilar | 29.01.2014 | 1 Comentario

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Yo aprendí a escribir mi lengua materna, el mixe, cuando tenía 20 años. Por fortuna, para ese entonces y gracias al esfuerzo de muchísimas personas ya existía un abecedario y varias reglas fijadas bastante sistemáticas que nos permitían escribir cualquiera de las muy distintas variantes del mixe. Este abecedario impulsado desde las Semanas de Vida y Lengua Mixe respondía en gran medida a las propias características fonológicas del mixe sin mucha interferencia de la escritura del español durante el proceso de fijar las grafías. Yo no participé en ese proceso, pero entiendo que fue una equilibrada colaboración entre hablantes y lingüístas al servicio de los intereses de los primeros lo que tuvo como resultado que la región mixe cuente ahora con un solo abecedario unificado que permite escribir cualquiera de las variantes y posibilita mayor intelegiblidad en la lectura de los textos.  Aún hay mucho camino que andar en este proceso de ir fijando la escritura del mixe pero sin lugar a dudas las personas que nos precedieron en este proceso nos heredaron un abecedario unificado y con él fuertes cimientos para el desarrollo de la lengua escrita.

Cada una de las lenguas que se hablan en México se encuentra en un proceso distinto con respecto del desarrollo de la escritura: algunas tienen sistemas gráficos y reglas de escritura ya muy convencionalizados y cuentan con muchos lectores; otras en cambio están debatiéndose entre dos abecedarios, otras tienen más de tres propuestas de abecedarios, otras, más que preocuparse por la ecsritura, están luchando por su supervivencia oral. Otras lenguas tienen incluso sus propios policías que dictan cómo se “debe” escribir como la Real Academia  Española.

Observando los diferentes procesos planteo algunas ideas que pueden ser importantes a considerar para no morir en el intento. Si estás involucrado en el proceso de fijar un abecedario para la escritura de tu lengua, aquí presento algunas recomendaciones que me parecen pertinentes.

  1. No estancarse en las grafías. Fijar un abecedario para la escritura de un lengua es un paso necesario para el desarrollo de la lengua escrita pero no es suficiente.  De hecho, es solo el comienzo. Por desgracia,  muchas lenguas llevan más de 20 años sin lograr fijar una convención con respecto de las grafías que incluyen su abecedario.  Después de fijar un abecedario el camino está todavía por recorrer: publicar material de lectura, alfabetizar en la propia lengua, cambiar el paisaje gráfico, crear lectores, impulsar escritores, comprar imprentas, fundar editoriales, crear publicaciones periódicas imprenta y un muy largo etcétera que se enogloba en otorgarle espacios funcionales a la ecsritura en la lengua. ¿Por qué estancarse en el paso inicial?

 

  1. Privilegiar los acuerdos.  He visto a las mejores mentes de mi generación pelearse terriblemente a causa de las grafías. En ciertos casos los desacuerdos han sido tan profundos que han roto procesos de cooperación entre diversos grupos de trabajo. No podemos darnos el lujo de pelearnos por unas cuantas letras. Los pueblos indígenas tenemos muchas cuestiones fundamentales que discutir como para romper procesos a causa de desacuerdos en el abecedario. Hay que exponer las razones por las que se propone un abecedario y escuchar atentamente las razones de las otras propuestas; hay que estar dispuestos a ceder siempre para privilegiar  acuerdos y continuar con el proceso de la escritura. Ceder y privilegiar siempre los acuerdos, por encima de todo.

 

  1. La existencia de diversas propuestas no es una amenaza. Si no es posible establecer acuerdos para fijar un solo abecedario consensuado, no hay que pensar que  la existencia de diferentes propuestas de abecedarios es necesariamente una amenaza para el proceso de la escritura. Si revisamos el caso del español y de muchas otras lenguas, la variación en la escritura es parte del mismo proceso, es algo normal. En un comienzo existían distintas maneras de escribir las palabras del castellano, esta variación no impidió que se escribieran, leyeran y publicaran libros,  así se fue  fortaleciendo la lengua escrita en español  y con el tiempo el sistema gráfico se estandarizó. La variedad de propuestas de abecedarios no debe impedir la producción escrita ni la creación de lectores. Es natural, como lo fue para el español, que en un comienzo se publiquen materiales con distintas propuestas gráficas. Si el material de lectura es interesante tendrá éxito sin importar el abecedario utilizado.

 

  1. No censurar las otras propuestas. Es común que, en el afán de defender una propuesta de abecedario, se enfaticen las desventajas de las otras propuestas y se las descalifique completamente. Incluso he observado que se impide la publicación de materiales escritos en una propuesta de abecedario distinta o se limita la distribución de los mismos. No hay que burlarse o ridiculizar las otras propuestas de abecedarios, eso no contribuye al proceso, todo lo contrario. Es importante que pensemos que las personas que proponen un abecedario distinto del nuestro no son nuestros enemigos, son aliados en el proceso de la escritura, pues, aunque tengan una propuesta distinta en cuanto a las grafías, en el fondo están de acuerdo en la misma causa: impulsar la escritura de la misma lengua. Más allá de denostar su propuesta de abecedario hay que celebrar que están interesados en el mismo proceso, reconocer sus esfuerzos y reconocer sus publicaciones. Con esta actitud, es más probable además que un día lleguen los acuerdos en cuanto a las grafías.

 

  1. No politizar las grafías. He observado que en muchas ocasiones una propuesta de abecedario se identifica a tal grado con alguna corriente política o con un grupo en específico que utilizar ciertas grafías supone adscribirse a tal grupo o corriente. En el caso de una lengua de cuyo nombre no quiero acordarme, los hablantes identificaban cada propuesta de abecedario con grupos religiosos, de maestros o políticos. No es deseable que esto suceda porque los consensos se ponen en riesgo y dependen de factores externos. No, utilizar cierto abecedario no debería adscribirnos automáticamente a un grupo político. Como un buen ejercicio de reconciliación, en estos casos valdría la pena publicar material de lectura muy interesante utilizando los diversos abecedarios propuestos. Los lectores tendrán la última palabra.

 

  1.  No hablar en nombre de los niños. Uno de los argumentos que más se utilizan en los debates sobre las grafías a utilizar tiene que ver con las hipótesis de lo que los niños encontrarán más fácil o difícil escribir de un modo o de otro. “Así no, porque se van a confundir los niños” “Se les va a dificultar más” Hay que puntualizar que en el caso de muchas lenguas indígenas en los que la mayoría hemos sido alfabetizados en una lengua distinta de la nuestra, casi todos los adultos somos nuevos lectores, no solo los niños. Por otra parte, los niños, como ya sabemos, tienen una capacidad asombrosa para aprender y si los niños aprenden a leer y escribir con sistemas gráficos tan impredecibles como el del francés y el inglés, no creo que los niños mixes no puedan hacer lo propio.

 

  1. No ideologizar las grafías. En el proceso de fijar un abecedario he escuchado argumentar contra el uso de una grafía porque es muy común en inglés y está, por lo tanto, vinculado con el “imperialismo yanqui”. Las grafías, como imágenes, tienen una historia particular pero no tienen intrínsecamente una carga ideológica, esa carga se le asigna. En teoría es posible escribir mixe o chichimeco con caracteres rusos o con caracteres nuevos que nadie más haya utilizado antes. Lenguas indígenas del norte del continente americano como el cree, el mi’kmaq o el inuit poseen sistemas gráficos distintos del abecedario latino. Dado que en el caso de las lenguas indígenas de México se esté optando por el abecedario latino hace que todas las grafías puedan ser útiles y que ninguna de ellas pueda ser calificada como intrínsecamente “imperialista”.

 

  1. Los lingüistas proponen, los usuarios disponen. Es verdad que un abecedario que sea sistemático y responda a las características fonológicas de una lengua es deseable y yo misma me inclino por esta opción; sin embargo la evidencia nos hace reconocer que estas características en un abecedario no son una condición sine qua non para el desarrollo de la escritura. El sistema gráfico del francés y del inglés son una gran prueba de ello, aunque no corresponden a las fonología de la lengua, eso no ha impedido que estas lenguas tengan en la actualidad una sólida cultura escrita y que miles de niños estén siendo alfabetizados exitosamente mediante estos sistemas gráficos. El papel de los lingüistas de este proceso es acompañar, dar información, sugerir pero al final la palabra la tienen las comunidades de usuarios de estos abecedarios. El lingüista, ni con mucho, tiene la última palabra.

 

  1. ¿Qué es lo práctico? Todos pensamos que nuestra propuesta de abecedario es la mejor para escribir nuestra lengua, decimos que es el abecedario más práctico. Pero, ¿qué es lo práctico?, esto puede entenderse de muchas maneras y obviamente será más “práctico” para los que lo proponemos porque ya estamos familiarizados con él. No hay abecedarios intrínsecamente prácticos, puede haberlos más sistemáticos y más cercanos a la fonología de la lengua pero al final, lo práctico lo hace la práctica. Tendremos que aceptar que nuestra propuesta de abecedario es una propuesta más y que al final, el abecedario triunfante será aquel que más se utilice para publicar o el que se utilice para publicar una obra tan exitosa o fundamental que sirva de ejemplo o en el que aprendan a leer o escribir el mayor número de personas. La propuesta de abecedario más exitosa no será la más sistemática ni la más fonológica necesariamente.

 

¿Cree usted que su propuesta de abecedario es la mejor para escribir su lengua y que es la que debe adptarse de manera definitiva? No pierda el tiempo peleándose por eso ni denostando a las otras propuestas de abecedarios, más bien utilice su propuesta de abecedario para darle más espacios funcionales a la escritura de su lengua, utilice su abecedario para publicar muchísimo material de lectura interesante y variado, funde publicaciones periódicas en las que se utilice  su propuesta, compre una imprenta, abra una editorial, imparta cursos de escritura, forme un público lector… etc. Al final, la propuesta de abecedario ganadora no será  necesariamente la más sistemática o fonológica sólo por el hecho de serlo, se necesita mucho más: será la propuesta de las personas que más hayan trabajado para socializarlo y hacerlo funcionar. Más trabajo y menos discusión, es la clave. Creo yo.

Una respuesta para “¿Construyendo un abecedario para una lengua indígena? Algunas ideas a considerar
  1. Cosme dice:

    «utilice su abecedario para publicar muchísimo material de lectura interesante y variado, funde publicaciones periódicas en las que se utilice su propuesta, compre una imprenta, abra una editorial, imparta cursos de escritura, forme un público lector» Yasnaya:2014).

    Los últimos dos, son los que yo pudiera hacer, muchas gracias por compartir estas reflexiones.

    Saludos.

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