Thursday, 21 November 2024
Artículos relacionados
La crisis que viene
Correo De Europa | Este País | Julio César Herrero | 01.03.2014 | 3 Comentarios

Herrero

Intentar resolver problemas sociales mediante matrices en las que los ciudadanos no son más que números es cada día más común. El Gobierno español ha sido un buen ejemplo de esta miopía.

Una de las consecuencias más perniciosas de la larga crisis que azota a algunos países desde el año 2007 es la modificación del contexto a partir del cual interpretar lo que ocurre. Parece haberse afianzado la idea de que el problema que afrontan naciones como España, Italia, Grecia, Portugal, Irlanda o Estados Unidos tiene un carácter exclusivamente económico. De hecho, al mencionar la palabra crisis, la referencia es evidente. En el caso de los países europeos, la solución pasa por la consecución de determinados objetivos de déficit, inflación y deuda pública en un tiempo determinado. Eso es lo que dictamina la Unión Europea. Todo se justifica con tal de obtener esos propósitos. Los gobiernos nacionales deben adoptar medidas para conseguir esos porcentajes en fechas arbitrariamente establecidas, muy exigentes pero que no son cuestionables.

Como si de una carrera se tratara, el éxito se mide por la capacidad de llegar a la meta. No importa de qué manera: lo importante es llegar. El fin justifica cualquier procedimiento empleado para alcanzarlo. Y en ese correr, demasiado tortuoso para demasiada gente, se afianza otra crisis mucho más profunda y menos importante para los organismos expendedores de recetas económicas: la social.

La desigualdad ha aumentado de forma inquietante en los últimos años. Según el Informe Oxfam de enero de 2014 (“Gobernar para las élites: Secuestro democrático y desigualdad económica”), 7 de cada 10 personas viven en países donde este problema se ha incrementado notablemente desde 1984. Si nos centramos en España, antes de 2008 el 20% de los españoles más ricos ganaba 5.3 veces más que el 20% más pobre. En 2011, tres años después de que la crisis comenzara, los ricos habían conseguido agrandar sus ganancias casi dos puntos (7.5 veces). Resulta muy difícil de entender cómo una circunstancia que, por una parte, arrasa con todo lo que encuentra a su paso, obliga a cerrar empresas y arroja al paro a millones de ciudadanos, por otra parte permite mejorar los resultados a unos pocos. Casualmente a los que no lo necesitan. Aunque es muy fácil de explicar si no se pierde de vista que los únicos criterios para salir de esta situación son exclusivamente económicos. Cuando lo único que importan son los balances, los ciudadanos se vuelven prescindibles siempre que supongan una traba para la consecución de aquellos.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (noviembre de 2013), 21.6% de los españoles vive por debajo del umbral de la pobreza. Es decir, con menos de 7 mil euros al año. En un millón 800 mil hogares no entra ni un solo euro pues tienen a todos sus miembros en paro, cuya tasa se sitúa en casi 26%. Si nos centramos en el paro juvenil, la cifra asciende vertiginosamente hasta casi 55 por ciento.

Sin embargo, desde hace tres meses, el Gobierno español se está esforzando para que cale la idea de que se está superando la crisis y de que lo peor ya ha pasado. La balanza comercial arroja resultados positivos: la prima de riesgo se ha reducido notablemente y parece que se ha superado la recesión, al menos técnicamente. Pero estos datos tienen que ver con la macroeconomía. No existe ningún indicador asociado a la supuesta salida que refleje la reducción de la desigualdad. La solución pasa por variables macroeconómicas porque la crisis se plantea, sistemáticamente, en términos económicos. Es más, algunas de las políticas que se han desarrollado para ponerle fin conllevan necesariamente ahondar en la crisis social. Pero tan inquietante conclusión parece no importar ni al Fondo Monetario Internacional, ni a la Unión Europea, ni al Banco Central Europeo. Para sus objetivos de déficit, inflación y deuda, no es relevante la cantidad de familias que pasan hambre, que no ingresan nada al mes, que no tienen ni un solo miembro con empleo…

Pero la desigualdad económica genera un escenario de crisis más grave aún, si bien no es la que importa a los mercados: la democrática. La desconfianza en las instituciones, la desafección política, la sensación justificada de desprotección por parte del Estado cuando más se le necesita tienen mucho que ver con la frustración que produce en los ciudadanos sentirse una herramienta más (tremendamente útil o perfectamente prescindible) para la consecución de metas económicas que benefician a unos cuantos. Aunque la recuperación de esa otra crisis no parece importar a los organismos internacionales ni a los gobiernos. Al menos por el momento.

_______

JULIO CÉSAR HERRERO es profesor universitario. Decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Camilo José Cela, combina su actividad docente y de investigación con el ejercicio del periodismo. Escribe una columna semanal y es analista en TVE. Especialista en marketing político, ha asesorado a numerosos políticos latinoamericanos y publicado varios libros y artículos científicos sobre esa materia.

3 Respuestas para “La crisis que viene
  1. Gauri dice:

    La propuesta de El proyecto Venus, me parece la mejor alternativa que he conocido e investigado hasta ahora. Ya nos toca formar parte del cambio en lugar de quedarnos pasivos ante nuestra propia destrucción. Saludos!!

  2. Gauri dice:

    Cierto. Lo preocupante es que es un tema que se generaliza cada vez más a nivel global, y que si seguimos por el mismo camino, el escenario es catastrófico para toda la humanidad. Necesitamos despertar como sociedad y ser conscientes de que debemos rediseñado la cultura desde la base. Si nos damos cuenta, nuestro actual sistema económico global basado en lo monetario, esta generando cada vez más desigualdad, en la distribución de recursos, más guerras, más depresión en el mundo. Pensar en alternativas viables donde el mundo no giré alrededor del dinero sino de la vida, no sólo es posible sino urgente. La propuesta de una economía basada en recursos propuesta por El sr. Fresco (thevenus

  3. socorro dice:

    Amargamente cierto, mi periodista preferido.
    Esto me produce una amargura profunda, un desasosiego y una sensación de rabia e impotencia, difíciles de superar.

Dejar un comentario



La audiencia ausente
Este texto estará disponible en el transcurso del mes. Por favor, visite el sumario general o el sumario del suplemento de Cultura regularmente. Los títulos subrayados indican que el artículo completo ya está disponible. Suscríbase a Este País y reciba la versión impresa cada mes a la puerta de su casa o cómprela con su […]
Notas sobre el problema catalán
Un recorrido exprés por la historia geopolítica ibérica con el fin de entender el lugar que ocupa Cataluña en la España actual y la efervescencia de las intenciones independentistas. La vieja Europa occidental, embarcada en un interminable proceso de integración política y económica que avanza a un ritmo cansino y que sin embargo ha superado […]
Cinco razones reales
La situación política de España, los escándalos en los que se ha visto envuelta la familia real y la precaria salud del monarca permiten barajar algunas hipótesis sobre la inesperada sucesión. Dos de junio de 2014. Esa es la fecha que pasará a la historia de España. Ese es el día en el que Juan […]
Juan Carlos: un rey para la transición
Una sociedad juzga a sus instituciones por los valores generales que representan, pero también por su comportamiento y su desempeño. Si la corona española está hoy desprestigiada no es tanto por lo que simboliza como por sus desfiguros. Vale la pena remontar la historia para tener una visión más ponderada de esta monarquía. Ha tenido […]
La otra mitad: elecciones en el viejo continente
La memoria histórica también falla. Europa atestigua la expansión de los grupos extremistas, muchos de ellos xenófobos y racistas, y lo hace con la venia de grandes porciones del electorado. ¿Una consecuencia previsible de la mala economía? ¿Problema congénito? “El temor a que el avance de los movimientos populistas y euroescépticos encuentre un reflejo en […]
Más leídos
Más comentados
Los grandes problemas actuales de México (153.043)
...

La economía mexicana del siglo xx: entre milagros y crisis (65.857)
...

Con toda la barba (47.945)
...

¿Por qué es un problema la lectura? (30.505)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.

La distribución del ingreso en México (26.597)
...

Presunto culpable: ¿Por qué nuestro sistema de justicia condena inocentes de forma rutinaria?
Bas­tan­te han es­cri­to y di­cho ter­ce­ros so­bre Pre­sun­to cul­pa­ble....

Los grandes problemas actuales de México
Se dice que el país está sobrediagnosticado, pero en plenas campañas y ante...

I7P5N: la fórmula
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una...

China – EUA. ¿Nuevo escenario bipolar?
No hace mucho que regresé de viaje del continente asiático, con el propósito...

La sofocracia y la política científica
Con el cambio de Gobierno, se han escuchado voces que proponen la creación...

1
Foro de Indicadores
Debates que concluyen antes de iniciarse
El proceso legislativo reciente y sus números

Eduardo Bohórquez y Javier Berain

Factofilia: Programas sociales y pobreza, ¿existe relación?
Eduardo Bohórquez y Paola Palacios

Migración de México a Estados Unidos, ¿un éxodo en reversa?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Donar no es deducir, donar es invertir. Las donaciones en el marco de la reforma fiscal
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Impuestos, gasto público y confianza, ¿una relación improbable?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Los titanes mundiales del petróleo y el gas
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La pobreza en perspectiva histórica ¿Veinte años no son nada?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La firme marcha de la desigualdad
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia. 2015: hacia una nueva agenda global de desarrollo
Roberto Castellanos y Eduardo Bohórquez

¿Qué medimos en la lucha contra el hambre?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Bicicletas, autos eléctricos y oficinas-hotel. El verdadero umbral del siglo XXI
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Parquímetros y franeleros: de cómo diez pesitos se convierten en tres mil millones de pesos
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Una radiografía de la desigualdad en México
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Más allá de la partícula divina
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: El acento está en las ciudades. Algunos resultados de la base de datos ECCA 2012
Suhayla Bazbaz y Eduardo Bohórquez