La Real Academia Española (RAE) ha anunciado que la vigesimotercera edición del Diccionario de la lengua española, conocido como DRAE (acrónimo de Diccionario de la Real Academia), se publicará el próximo 21 de octubre en todos los países hispanohablantes del mundo. Conviene insistir en que, a pesar de parecer producto de la añeja institución (el año pasado la RAE cumplió trescientos años de haberse establecido), las ediciones de las obras académicas son el resultado del trabajo colaborativo de las veintidós corporaciones que forman la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).
La página de la Academia Española informa que el nuevo lexicón, de dieciocho por veintiseis centímetros, tiene dos mil cuatrocientas páginas y estará encuadernado en cartoné con estuche; que se publicará una versión en dos volúmenes, destinada a América, y una especial para coleccionistas. Las cifras importantes: el número de entradas, lemas o artículos asciende a “más de noventa y tres mil, unos cinco mil más que los incluidos en la edición anterior (2001) y más del doble de los aparecidos en el primer diccionario de uso de la RAE, publicado en 1780. En total, el Diccionario recogerá cerca de doscientas mil acepciones —entre ellas diecinueve mil americanismos— y alrededor de seis mil artículos nuevos. Las enmiendas de esta vigesimotercera edición superan las cien mil, sobre un total de cuarenta y cinco mil trescientas entradas, y las supresiones de artículos serán aproximadamente mil trescientas cincuenta”. Algunos de estos totales pueden presentar variaciones al final del trabajo editorial, advierte el comunicado.
No se trata nada más de la edición de un volumen sino de la culminación de una labor de actualización que las academias han llevado a cabo desde hace varios años, y que les ha permitido publicar los resultados de sus estudios en las nuevas versiones de la gramática, la ortografía y el diccionario de americanismos, entre 2009 y 2011.
Interesa resaltar la fuerza con la que la tecnología, las telecomunicaciones y el consumo asociado a esos universos han determinado el ingreso de voces al DRAE. Anticipamos algunas de esas definiciones con base en la nota de Ana Mendoza (Agencia EFE, 14 de marzo de 2014), en la que anuncia la entrada al lexicón de precuela, dron, bótox, cameo y pilates, entre otras.
Cabe advertir que esas palabras ya tienen sus propios significados que, al parecer, conocen y comparten todos los hispanoparlantes; que lo que hace el DRAE es recogerlos. Sin embargo, no es el primero en hacerlo pues sus procedimientos de validación son harto complejos y, por tanto, lentos. Múltiples páginas, de papel y electrónicas, de instituciones y editoriales, individuales y colectivas consignan mucho antes los neologismos y redactan sus definiciones. Domina esta actividad de servicios de consulta, como sabemos, desde hace varios años, la Wikipedia. Compartimos, pues, algo de lo que hemos encontrado sobre las acepciones de tres de las cinco palabras citadas como saludo a la nueva edición del DRAE.
Precuela: Se trata de una película, historieta o serie de televisión que es producida y filmada o editada después de una versión original que tuvo éxito, pero en la cual la referencia cronológica al argumento se sitúa en el pasado; nombre que se da a una obra que aparece después de una entrega precedente, pero que en la cronología propia de una saga se desarrolla en el pasado. Una precuela narra sucesos que ocurrieron antes de una historia que ya se conoce; una precuela se ocupa de los orígenes o antecedentes de una historia conocida. Las precuelas permiten extender una producción cinematográfica, literaria o de otra índole, muy popular cuya historia, por diversos motivos, ya no puede seguir desarrollándose hacia delante en sentido cronológico (por la muerte de los personajes, dificultades creativas, etcétera).
La Fundéu BBVA sugiere como alternativa de precuela, protosecuela (de inmediato condenada al olvido en México), desecha presecuela por impropia y propone la siguiente definición: ‘película, historieta, serie de televisión, videojuego, novela, etcétera, que se produce y filma o edita después de una entrega original que tuvo éxito pero en la cual la referencia cronológica al argumento se sitúa en el pasado. Esto se hace con el fin de contar las causas o los orígenes del guión de la primera versión’. Da como ejemplo La guerra de las galaxias y otras series de películas y nos explica que precuela es un neologismo o portmanteau copiado del inglés prequel. Al respecto, Wikipedia considera para esa voz inglesa que “todas las precuelas (y las midquels [algo así como un horroroso ‘mediacuelas’]) son, por definición, secuelas en las que se extiende una obra conocida previamente”.
Lo curioso del asunto es que la forma latina sequela de la que derivó la española secuela hace alusión a ‘lo que sigue’, a una ‘consecuencia o a lo que resulta de algo’, y que dio lugar a su empleo en el ámbito de la medicina como ‘trastorno o lesión que queda tras la curación de una enfermedad o un traumatismo, y que es consecuencia de ellos’.
Cierto y lamentable es que se olviden las ilustrativas locuciones latinas para referirse a los momentos o tiempos de la narración: Ab ovo, ‘desde el origen o desde un momento muy remoto del suceso narrado’ e in medias res, ‘dicho especialmente de comenzar una narración: En pleno asunto, en plena acción’.
Dron: Es un vehículo aéreo no tripulado o aeronave que vuela sin tripulación humana; por sus siglas en español VANT, ‘vehículo aéreo no tripulado’, en inglés UAS, ‘Unmanned Aircraft Systems’. Procede del inglés drone, ‘zángano’. La Fundéu BBVA detalla que “en una primera etapa, este término aludía a aparatos básicamente de uso militar y con aspecto similar al de un avión, por lo que se extendió como alternativa al término procedente del inglés la expresión avión no tripulado, que puede considerarse adecuada en muchos casos. No obstante, en los últimos tiempos han surgido otros vehículos que no guardan apenas semejanza con los aviones. Para ellos pueden emplearse expresiones más genéricas como vehículos aéreos no tripulados o robots voladores, según los casos. Dada su expansión, el término drone puede asimilarse como palabra española con el singular dron, que refleja la pronunciación más extendida, de plural regular drones”. Nos recuerda que por tratarse de una adaptación al español, no es preciso destacar la palabra con cursivas ni comillas, salvo que se prefiera la forma inglesa drone.
Bótox: Nombre de la forma diluida de la toxina botulínica usada inicialmente para tratar espasmos musculares, y hoy en día es uno de los tratamientos que ofrece mejores resultados para eliminar las arrugas o marcas de expresión. La palabra bótox proviene de la abreviatura anglosajona de Botuline toxine, que es una neurotoxina producida por una bacteria llamada Clostridium Botulinium. Al parecer esta abreviatura quedó registrada como una marca comercial de la toxina botulínica aplicada a la cosmética, y el nombre pasó a designar al medicamento o fármaco para evitar las arrugas, producido y registrado por la empresa Allergan, Inc. de Irvine, California, en 2002. Por lo anterior, a pesar de tratarse de una marca registrada el nombre se ha extendido como genérico y será muy difícil que las personas no lo llamen así a pesar de que proceda de otros laboratorios. ~
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MIGUEL ÁNGEL CASTRO estudió Lengua y Literaturas Hispánicas. Ha sido profesor de literatura en diversas instituciones y es profesor de español en el CEPE. Fue director de la Fundéu México y coordinador del servicio de consultas de Español Inmediato en la Academia Mexicana de la Lengua. Especialista en cultura escrita del siglo XIX, es parte del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM y ha publicado libros como Tipos y caracteres: La prensa mexicana de 1822 a 1855 y La Biblioteca Nacional de México: Testimonios y documentos para su historia. Castro investiga y rescata la obra de Ángel de Campo, recientemente sacó a la luz el libro Pueblo y canto: La ciudad de Ángel de Campo, Micrós y Tick-Tack.