Tuesday, 24 December 2024
Artículos relacionados
Entre nerviosos y neuróticos
Cultura | Este País | Galaxia Gutenberg | Para No Eruditos | Miguel Ángel Castro | 01.12.2011 | 0 Comentarios

El 15 de mayo del 1935, con 74 años encima, Carlos Díaz Dufoo leyó su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua. El escritor, que gastó buena parte de su talento como periodista y editor, consideró oportuno pasar revista a la generación modernista tal como lo revela el título de su exposición: “De Manuel Gutiérrez Nájera a Luis G. Urbina”. Federico Gamboa le dio respuesta pues era seguramente el académico más autorizado para hacerlo y la llamó “Viaje del Parnaso mexicano durante cuarenta años”.

El autor de Santa advertía que Díaz Dufoo había evocado “toda un época”, la de ambos, y continuaba con la mención de los méritos de quien a partir de ese día se sentaría en la silla VIII, una de las más antiguas de la corporación, que antes había sido ocupada por Joaquín Cardoso (1875-1880), Ramón Isaac Alcaraz (1880-1886), Justo Sierra (1887-1912) y Francisco C. Canale (1915-1934). Tras la muerte de Díaz Dufoo, ocurrida el 5 de septiembre de 1941, la ocuparon José Juan Tablada (1941-1945), José de Jesús Núñez y Domínguez (1946-1959) y Francisco Fernández del Castillo (1961-1983). Desde 1986 la ocupa Ruy Pérez Tamayo.

Gamboa, como la mayor parte de los historiadores de la literatura mexicana, recuerda la relación de Carlos Díaz Dufoo con Manuel Gutiérrez Nájera y su papel como editores de la célebre Revista Azul, que, como bien se sabe, salió a la luz entre 1894 y 1896.

A ciento cincuenta años del nacimiento de Carlos Díaz Dufoo en Veracruz, me parece justo recordar el curioso libro de relatos que publicó en 1901 con el título de Cuentos nerviosos. Lo primero que salta a la vista es el fiel reflejo que estos cuentos muestran del fin del siglo XIX, de aquella emoción identificada con el esplín, hispanización de spleen, consignada en el Diccionario de la lengua española de la Real Academia (DRAE) como ‘melancolía o tedio de la vida’, y que en el arte condujo la exploración de zonas perturbadoras de la vida y al examen de las conciencias oscuras próximas al suicidio, la prostitución, el alcoholismo, el crimen, el engaño y el desengaño. La obra es resultado de los temores y las angustias que asaltaron a los hombres de la generación azul ante la llegada de la modernidad y que eran expresados como fastidio por la existencia. El pequeño ejemplar de 139 páginas fue dedicado al dueño de El Imparcial y El Mundo Ilustrado, el oaxaqueño Rafael Reyes Spíndola, amigo y patrón de Díaz Dufoo. Los dieciséis cuentos que forman el volumen revelan la influencia del decadentismo presente en la literatura de la última década del siglo XIX.

¿Qué era lo nervioso de aquellos cuentos? Si atendemos al significado de este adjetivo, que hace referencia, según el DRAE, a lo ‘que tiene nervios’, a lo ‘perteneciente o relativo a los nervios’, a lo ‘dicho de una persona, cuyos nervios se excitan fácilmente, o que es inquieta e incapaz de permanecer en reposo’ e incluso a lo que es ‘fuerte y vigoroso’, encontramos que el título anuncia historias de personas que cambian su conducta con facilidad y actúan impulsivamente, es decir, que alteran su comportamiento, y de aquí la proximidad con las expresiones alterar o alterársele los nervios a alguien, crispar o crispársele los nervios a alguien, que en el DRAE remiten a poner o ponérsele a alguien los nervios de punta, o sea ‘poner a alguien muy irritado o exasperado’. Así, perder los nervios es igualmente ‘alterarse, perder la serenidad dando muestras evidentes de ello’, ‘estar agitado, nervioso’ y, por eso, estar alguien de los nervios es ‘padecer algún desequilibrio nervioso’.

Imposible no sufrir un ataque de nervios si uno descubre que asiste a su propio velorio como resultado de cierta catalepsia, ‘accidente nervioso repentino, de índole histérica, que suspende las sensaciones e inmoviliza el cuerpo en cualquier postura en que se le coloque’, como sucede al protagonista del segundo cuento nervioso de Díaz Dufoo:

Entonces, un deseo loco, una ansia desesperada me hizo presa: mi alma quería ver a mi cuerpo, contemplar por última vez a aquella envoltura, darle un adiós postrero, besar aquellos labios sin aliento, revolotear dulcemente sobre aquellos restos, asomarse a sus ojos como el suicida se asoma al fondo del abismo… ¡Era mío aquel cuerpo! Y una inmensa desesperación se apoderó de mi alma, una rabia insensata. ¡Llegué a la imprecación!… ¡Llegué a la blasfemia!…, y los cirios seguían chisporroteando lúgubremente, mientras los hombres ahogaban su aburrimiento en el raudal de su incolora charla.

Un neurótico o neurópata es quien padece enfermedades nerviosas, principalmente y sobre todo neurosis, ‘enfermedad funcional del sistema nervioso caracterizada principalmente por inestabilidad emocional’. Esta definición de neurosis que ofrece el drae, aunque es precisa, omite, evidentemente, aspectos de todo lo que en el ámbito de la medicina y la psicología es considerado un trastorno más complejo, tal como lo propuso, primero, el médico escocés William Cullen y más tarde Sigmund Freud. Es frecuente que un término científico, al ser empleado por los hablantes no especializados, adquiera otras connotaciones de modo que tanto neurosis como neurótico se usan para referirse a la ansiedad, la obsesión, el nerviosismo y el estrés, y a quien los padece, juntos o separados.

La raíz griega νεuρον (neuron), ‘nervio’, utilizada en las palabras anteriores, también ha servido para formar voces como neurología, que es definida en el drae como ‘estudio del sistema nervioso y de sus enfermedades’, sin embargo, encontramos que entre los especialistas la neurología es ‘la especialidad de la medicina que se aplica al diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del cerebro, la médula espinal, los nervios periféricos y los músculos’, por lo cual las enfermedades que estudian y tratan los neurólogos son aquellas relacionadas con la circulación en el cerebro, como las trombosis y hemorragias; las migrañas o jaquecas, neuralgias y otros dolores especiales; los tumores cerebrales; las demencias como la enfermedad de Alzheimer y otras; meningitis, encefalitis y otras infecciones del sistema nervioso como epilepsias, enfermedad de Parkinson, temblor, tics y otros trastornos del movimiento. Cabe advertir que los neurólogos no suelen tratar los trastornos de causa psicológica o mental, como la depresión, el insomnio o la ansiedad. Éstos son tratados por los psiquiatras.

Muchas clases de nervios conducen los impulsos de los seres vivos y otros nervios artificiales soportan columnas y adornan las construcciones humanas, y se nos olvida que también nervios fue el nombre de una de las tribus de la Galia, durante el siglo I a.C.

Finalmente lo que nos pone más nerviosos es la muerte y lo desconocido, así levantamos la guardia ante lo que amenaza nuestra tranquilidad y paz, y es natural que nos alteremos si está en riesgo nuestra seguridad y la de quienes amamos y necesitamos, por eso, como lo contaba Carlos Díaz Dufoo, aunque creadora, la neurosis es incómoda vecina. ~

——————————
MIGUEL ÁNGEL CASTRO estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la unam. Ha sido profesor tanto de literatura como de español y cultura mexicana para extranjeros. Especialista en siglo xix, es parte del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la máxima Casa de Estudios y fue director de la Fundéu México.

Dejar un comentario



La historia de las palabras en la RAE
Cronopio, la camaradería de Julio Cortázar
Este texto estará disponible en el transcurso del mes. Por favor, visite el sumario general o el sumario del suplemento de Cultura regularmente. Los títulos subrayados indican que el artículo completo ya está disponible. Suscríbase a Este País y reciba la versión impresa cada mes a la puerta de su casa o cómprela con su […]
Novedades de la edición 2014 del DRAE: precuela, dron y bótox
La Real Academia Española (RAE) ha anunciado que la vigesimotercera edición del Diccionario de la lengua española, conocido como DRAE (acrónimo de Diccionario de la Real Academia), se publicará el próximo 21 de octubre en todos los países hispanohablantes del mundo. Conviene insistir en que, a pesar de parecer producto de la añeja institución (el año […]
Puto en fuera de lugar
Hay remedios que dañan más que las enfermedades. Así lo consideró el caricaturista Paco Calderón en su cartón dominical Jugador N° 12 (Reforma, 22 de junio de 2014), que aborda el asunto de la llamada de atención que hizo la FIFA a los directivos mexicanos del futbol, porque nuestros compatriotas gritaban a todo pulmón la palabra […]
Un ojo siempre abierto
Eduardo Mosches, El ojo histórico, Universidad Veracruzana,  México, 2014. Pensad que esto ha sucedido: Os encomiendo estas palabras. Primo Levi En una de sus novelas más famosas, 1984, George Orwell imaginó una presencia inquietante, un ojo siempre abierto que prolongaba hasta lo inconcebible el viejo mito griego de Argos Panoptes. Su esencia misma, una curiosa […]
Hacer de tripas corazón.
Palabras encarnadas
El cuerpo es nuestra única posesión verdadera. No es de extrañar, entonces, que sea el eje alrededor del cual gira nuestra representación del mundo. Por eso atribuimos a la realidad —objetos, situaciones, ideas— características humanas. De este fenómeno universal que la retórica clásica llama “prosopopeya” se derivan decenas de expresiones que empleamos a diario. Es […]
Más leídos
Más comentados
Los grandes problemas actuales de México (154.318)
...

La economía mexicana del siglo xx: entre milagros y crisis (66.491)
...

Con toda la barba (49.243)
...

¿Por qué es un problema la lectura? (30.886)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.

La distribución del ingreso en México (27.019)
...

Presunto culpable: ¿Por qué nuestro sistema de justicia condena inocentes de forma rutinaria?
Bas­tan­te han es­cri­to y di­cho ter­ce­ros so­bre Pre­sun­to cul­pa­ble....

Los grandes problemas actuales de México
Se dice que el país está sobrediagnosticado, pero en plenas campañas y ante...

I7P5N: la fórmula
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una...

China – EUA. ¿Nuevo escenario bipolar?
No hace mucho que regresé de viaje del continente asiático, con el propósito...

La sofocracia y la política científica
Con el cambio de Gobierno, se han escuchado voces que proponen la creación...

1
Foro de Indicadores
Debates que concluyen antes de iniciarse
El proceso legislativo reciente y sus números

Eduardo Bohórquez y Javier Berain

Factofilia: Programas sociales y pobreza, ¿existe relación?
Eduardo Bohórquez y Paola Palacios

Migración de México a Estados Unidos, ¿un éxodo en reversa?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Donar no es deducir, donar es invertir. Las donaciones en el marco de la reforma fiscal
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Impuestos, gasto público y confianza, ¿una relación improbable?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Los titanes mundiales del petróleo y el gas
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La pobreza en perspectiva histórica ¿Veinte años no son nada?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

La firme marcha de la desigualdad
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia. 2015: hacia una nueva agenda global de desarrollo
Roberto Castellanos y Eduardo Bohórquez

¿Qué medimos en la lucha contra el hambre?
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Bicicletas, autos eléctricos y oficinas-hotel. El verdadero umbral del siglo XXI
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Parquímetros y franeleros: de cómo diez pesitos se convierten en tres mil millones de pesos
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Una radiografía de la desigualdad en México
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: Más allá de la partícula divina
Eduardo Bohórquez y Roberto Castellanos

Factofilia: El acento está en las ciudades. Algunos resultados de la base de datos ECCA 2012
Suhayla Bazbaz y Eduardo Bohórquez