El criterio de selección de estas quince películas mexicanas imprescindibles es la relación que ellas tienen con la literatura, el gusto que han generado en el espectador y la aceptación como íconos en este arte.
1María de mi corazón (1979), de Jaime Humberto Hermosillo. Adaptación de la obra de Gabriel García Márquez: “Solo vine a hablar por teléfono”. Historia de una maga y un ladrón que intentan construir el sueño clasemediero, pero un incidente en la carretera propicia un vuelco radical de la historia.
2Solo con tu pareja (1991), de Alfonso Cuarón. Ganadora de un Ariel. Tragicomedia de enredos de un publicista, Tomás Tomás, y las consecuencias de sus “conquistas”. Una de ellas, por venganza y con engaños, le hace creer que tiene sida. Tomás se enamora de su vecina, quien sufre el desprecio de su pareja. Hay, con humor negro, farsa divertidísima.
3La ilusión viaja en tranvía (1953), de Luis Buñuel, con Lilia Prado y Carlos Navarro. El último recorrido del tranvía 133 empieza en el intermedio de una pastorela de barrio. En este viaje hay sensualidad y arrogancia, ingenuidad y una crueldad inusitada que solo puede verse en la conducta de algunos adolescentes.
4La mujer de Benjamín (1991), de Carlos Carrera, con Eduardo López Rojas y Arcelia Ramírez. Esta cinta gira en torno a un hombre ya maduro llamado Benjamín, a quien la hermana, Micaela, tilda de retrasado, corteja-asedia-rapta a una mujer, Natividad, de la cual cree estar enamorado. Hay humor desmitificador, personajes antiheroicos. Mejor película en el festival de Montreal.
5 Ciudad de ciegos (1990), de Alberto Cortés, con Gabriela Roel y Arcelia Ramírez. Un departamento de la colonia Condesa y el tiempo protagonizan esta historia en donde las distintas familias que la van habitando se convierten en sus antagónicos para dar movimiento a la trama.
6 La vida conyugal (1993), de Carlos Carrera. Basada en la novela homónima de Sergio Pitol. Con Socorro Bonilla y Alonso Echánove. Enmarcada con el mejor humor negro, la historia es protagonizada por Jacqueline Cascorro y Nicolás Lobato quienes “conviven”, pero los mueve la fe de que el otro morirá pronto.
7Nocturno a Rosario (1991), de Matilde Landeta, con Ofelia Medina y Patricia Reyes Spíndola. Manuel Acuña inmortalizó a Rosario de la Peña con su famoso poema que da título a esta cinta. Rosario provocaba las buenas locuras de los poetas del siglo XIX.
8La marca del zorrillo (1950), de Gilberto Martínez Solares, con Germán Valdés, «Tin Tan», y Silvia Pinal. El despliegue de elementos paródicos, los recursos especiales de la época para los efectos, la habilidad corporal de Tin Tan, quien logra con maestría deslumbrante el manejo de una mano desobediente o de una espada.
9El hombre de papel (1963), de Ismael Rodríguez Ruelas (El billete, Luis Spota), con Ignacio López Tarso y Luis Aguilar. Un pepenador mudo se encuentra un billete de diez mil pesos que lo convierte en objeto de interés. El misterio surge cuando se fascina por un muñeco de ventriloquia manejado por un merolico embaucador. Entonces muestra el billete y sugiere el intercambio.
10Días de otoño (1962), de Roberto Gavaldón (“Frustración”, B. Traven). Una mujer desconsolada, vestida de novia, viaja en tranvía, sube y baja escaleras, atraviesa patios con niños crueles. La persigue la frustración. El tema es la implacable soledad y la necesidad de amor que llevan a la protagonista a construir un aterrador juego de locura.
11Bajo California: el límite del tiempo (1998), de Carlos Bolado, con Damián Alcázar y Jesús Ochoa. La renovación de la búsqueda del origen argumenta esta película, así como la necesidad de viajar dentro de sí el “eterno retorno al origen”. Esta ópera prima, llena de arte y signos naturales, ha recibido varios premios nacionales e internacionales.
12El bulto (1991), de Gabriel Retes, con Héctor Bonilla y el propio Retes. Recurre a la ruptura con personajes cuya ideología se somete a la mayor de las críticas: la historia. La ideología de Lauro se queda en los años setenta. Su discurso ya huele a rancio cuando despierta, después de 20 años, de un coma.
13Frida, naturaleza viva (1983), de Paul Leduc, con Ofelia Medina y Juan José Gurrola. Pretende ser la evidencia de una vida ya mítica que está en el ojo del huracán del siglo XX. Cuenta con un sólido discurso fílmico, como un álbum de fotos, un caleidoscopio de escenas de recuerdo, un eterno presente íntimo y verosímil.
14Los años de Greta (1991), de Alberto Bojórquez, con Beatriz Aguirre y Pedro Armendáriz. La protagonista es la vejez y el argumento es la denuncia. Propone alguna salida digna ante este mundo ensimismado en su ególatra y vanidosa cultura de juventud añeja. Recibió tres premios Ariel en 1993.
15Mariana, Mariana (1987), de Alberto Isaac, (Las batallas en el desierto, José Emilio Pacheco), con Pedro Armendáriz, Elizabeth Aguilar. Cuenta la cotidianidad de la vida escolar con la perspectiva de un alumno, el recorrido de las calles de la colonia Roma y la aventura interior de enfrentar una pasión materializada en un primer beso con amor.
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