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Acción Nacional: doce años de desempeño partidista y electoral
Este País | María del Carmen Nava Polina | 01.02.2013 | 0 Comentarios

Duró doce años en el poder. Su militancia se incrementó para después contraerse, y hoy es cuando más alejado está de las preferencias electorales. ¿Cómo se transformó el PAN? ¿Cuáles son los retos del partido? El presente artículo trata sobre la antigüedad de la militancia panista, los resultados electorales y la reconstrucción. MCNP

Montaña rusa

El crecimiento de la militancia del PAN no rindió frutos electorales y, en cambio, estuvo acompañada de un gran descontento interno. La metamorfosis del partido es clara: el panismo creció cuatro veces entre 1999 y 2011, mientras que su votación cayó 20% entre 2000 y 2012. Para enero de 2013 su militancia se había contraído a la quinta parte. Es así como enfrentará las elecciones locales de este año.

Como partido, regresó a los resultados electorales de 1994 a nivel federal: obtuvo uno de cada cuatro votos ciudadanos. Volvió a tener, casi, el tamaño de 1999 (358 mil panistas), después de un proceso de refrendo en el que la militancia debía explicitar su deseo de continuar, como lo establecen los Estatutos (con la excepción de los consejeros nacionales y estatales que lo fueran por más de 20 años, así como los miembros activos con más de 30 años de militancia).

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El refrendo es un parteaguas en la nueva etapa del PAN como partido de oposición. Con poco más de 368 mil militantes, el PAN se convirtió en el reflejo inverso de sí mismo: pasó de ser un partido de adherentes en 2012 (81%) a uno de activos (56%) en 2013. El PAN que estuvo al frente de la Presidencia (2000-2012) se desvaneció.

De los 253 ayuntamientos y jefaturas delegacionales que el pan encabezaba en 15 entidades federativas, únicamente conservó 33%. Más aún: de los 167 municipios que perdió, 83% los ganó el PRI (solo o en coalición).
Con golpes de timón, desacuerdos, contiendas accidentadas, controversias en la elección de candidaturas y reducido a la quinta parte, el PAN se encuentra como un partido revuelto, difuso y disminuido.

Etapas del panismo

¿Cómo se conforma la militancia que presenció la caída de la votación federal y la transformación de partido en el Gobierno a tercera fuerza electoral? A lo largo de su historia, el PAN ha atravesado cuatro etapas asociadas con sus alcances electorales:

  1. Oposición testimonial (1939–1989). Se origina cuando surge como partido en 1939 y termina cuando obtiene la primera gubernatura. Los panistas de este periodo representan el uno por ciento de la militancia actual.
  2. Partido estatal (1990–1999). Se basa en la experiencia de encabezar gubernaturas. Transcurrieron 50 años desde la fundación del partido para que en 1989 ganaran Baja California. El panismo que se registró en este periodo representa 18% del actual.
  3. Partido en el poder (2000–2012). La militancia reciente que nace del PAN encabeza la Presidencia de la República. Integra 81% del panismo. Tres de cada diez panistas tienen dos años de antigüedad, es decir, se registraron entre 2009 y 2011.
  4. Partido en reconstrucción (a partir de julio de 2012). Se deriva de la derrota electoral presidencial así como de la pérdida de 67% de los ayuntamientos que encabezaba. A partir de este mes de febrero se podrá analizar la militancia nacional para verificar cómo se modificó la composición de los panistas después del refrendo.

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En un análisis sobre los cambios generacionales en el PAN a partir de la contienda interna de 2005 para elegir candidato presidencial, Víctor Alarcón Olguín y Flavia Freidenberg señalan que “el desplazamiento pragmático dentro de las camarillas de poder se dio de manera paralela a la renovación generacional y a la incorporación masiva de militantes, los que no tenían ni la vinculación ni la formación ideológica con la que habían ingresado en la década de los ochenta los neopanistas de corte empresarial. Los panistas silvestres consiguieron diversos triunfos electorales hacia finales de la década de los noventa y de manera posterior al año 2000”.

Con más se hizo menos

El promedio de duración de las dirigencias nacionales panistas entre 1939 y 1999 fue de 3.8 años, mientras que entre 2000 y 2012 cayó a 2.4 años, lo cual indica que los líderes del partido duraban más antes de que este ganara la Presidencia. De 1999 a 2011, la militancia creció 399%. El grupo de panistas que eligieron a Calderón en la contienda interna fue 49% mayor que el de los que votaron por Vicente Fox. El aumento de votación para Josefina Vázquez Mota fue de 78%.

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En las tres contiendas internas del PAN, la participación porcentual de votantes ha sido prácticamente la misma (entre 28 y 29%), aunque el número de votantes y el tamaño de la militancia aumentó. Sin embargo, la cantidad de votos efectivos para sus candidatos presidenciales disminuyó: 6% entre 2000 y 2006 (perdieron más de 900 mil sufragios) y 15% entre 2006 y 2012 (perdieron más de 2 millones 200 mil votos). El crecimiento de la militancia en el tiempo no obedece a una mayor preferencia ciudadana que genere simpatías y votos a nivel nacional.
Si bien cada entidad federativa tiene su propia dinámica, se observó un aumento nacional de 64% entre 2005 y julio de 2011. Las entidades que crecieron más de 95% son 12: Tlaxcala (250%), Chihuahua (234%), Chiapas (232%), Guanajuato (161%), Nayarit (152%), San Luis Potosí (141%), Sonora y Baja California (122%), Querétaro (106%), Jalisco y el Distrito Federal (98%) y Tabasco (95 por ciento).

En contraste, los resultados electorales son avasalladores: en 31 entidades se perdieron votos respecto de la elección presidencial de 2000. Las mayores caídas se ubican en los estados donde creció más el panismo: Distrito Federal y Morelos (-60%), Estado de México (-58%), Chihuahua (-49%), Chiapas (-39%) y Guanajuato (-33%). Solo Sinaloa incrementó su votación respecto a 2000 (5.5%) y redujo su militancia (-16 por ciento).

La distribución de la militancia por entidad federativa es muy similar a la distribución de votantes en lista nominal de electores. No podría inferirse que la falta de votos se debió a que había menos panistas por estado respecto a los electores potenciales. Incluso, llama la atención que la cobertura de representantes de partido en las casillas a nivel nacional fue de 70.3%. Se identificaron casos extremos como el del Distrito Federal, donde únicamente hubo 20.6% de representantes del PAN, mientras que la militancia del partido se había duplicado. El PAN en el Estado de México solo cubrió 49% de las casillas.

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El espejismo

¿A qué respondió el crecimiento de la militancia, si no cumplió con una de las metas de los partidos políticos, que es obtener puestos de representación para impulsar propuestas y aplicar estilos de gobernar? ¿Qué ocurrió? Planteo dos hipótesis relacionadas con la vida interna del PAN. El padrón creció porque ello facilitaba a algunos (1) la obtención de candidaturas locales y (2) el control de los órganos estatales y municipales de decisión y participación partidista.

Más aún, la descomposición de la vida interna del PAN reúne tres elementos: (1) la deslegitimación de los procesos de obtención de candidaturas, (2) el incremento de la militancia sin crear simpatías ciudadanas genuinas y (3) la centralización gradual por parte de grupos afines al presidente de la República de las decisiones y dirigencias partidistas estatales y nacionales y, en algunos casos, incluso de los comités municipales.

Acción Nacional ha sido el único partido que abre sus procesos de elección de candidaturas y consejerías, que formaliza sus reglas de competencia y participación interna y publica su registro nacional de miembros. Pero poco a poco, el pan abandonó sus procesos democráticos para recurrir cada vez más a la designación como forma de elección. El atentar contra su vida interna, contra sus procesos de participación, orilló al pan a operar contra sí mismo.

El control en la designación de candidaturas federales y locales, el crecimiento de la militancia y la rápida rotación de dirigencias en comités estatales y en el nacional resultaron muy nocivos. Las estrategias electorales generaron un panismo de espejo en el que la definición de objetivos tuvo un efecto inverso: retroceder en el tiempo.

©iStockphoto.com/A-Digit

Los síntomas de crecimiento descontrolado de la militancia y de inconformidad ante la definición de candidaturas eran evidentes ya en 2009. Pasadas las elecciones intermedias, el entonces senador Santiago Creel escribió a los panistas: “Si no analizamos qué fue lo que ocasionó el fracaso del 5 de julio, si el diagnóstico no va a la raíz, si no consensuamos los cambios urgentes que deben hacerse en el partido, de nada servirá un nuevo dirigente que repita los mismos errores para, de nueva cuenta, encaminarnos al fracaso”. No hubo reflexión ni acciones.

Reduccionismo electoral

Tras la derrota del PAN en 2012, ¿cómo reaccionarán los ciudadanos en los comicios locales de 2013? ¿A quién responsabilizar de la caída de 17 puntos porcentuales en la votación presidencial entre 2000 y 2012? ¿A los liderazgos nacionales, estatales o municipales, a la militancia o al entonces titular del Ejecutivo? ¿Fue una responsabilidad compartida? ¿Qué alcance tendrá la reconstrucción de la que habla la dirigencia partidista? ¿Qué rumbo tomará la quinta parte del panismo que refrendó su militancia?

Las reconstrucciones no son fáciles. Quizá lo sean cuando existe algún material de qué echar mano para empezar. Es posible arrancar con más bríos y obtener mejores resultados si se actúa colectivamente y hay cooperación. En cambio, si no hay acuerdo sobre los objetivos y existe confrontación, ni el edificio más ambicioso y estético será realidad. En construcciones no hay diferencia entre arquitectura y política.

La Comisión de Evaluación y Mejora del pan presentó el documento Contenido y alcance de la Reforma Estatutaria de Acción Nacional. Reconoce que los resultados electorales de julio pasado no son inesperados, que hubo señales no atendidas desde que se ganó la Presidencia de la República en 2000. Una de las conclusiones de la consulta realizada es que “en casi todos los estados se nota una preocupación en torno a la militancia, la afiliación de ciudadanos, el padrón, la permanencia en el Partido y la formación de cuadros”.

Cecilia Romero, Secretaria General del CEN del PAN, anunció como parte de su propuesta la desaparición de la figura de adherentes dentro de la militancia. De realizarse esto, el pan se conformaría por 346 mil 170 militantes activos; se reduciría a 19% del padrón, el equivalente a poco más de la población de mujeres del estado de Colima.

Esta decisión la tomaría el pan en marzo próximo, en la Asamblea Nacional Extraordinaria que reformará los estatutos. Todo parece indicar que Acción Nacional se transformará en el partido que fue a mediados del siglo XX: más que un partido de representación ciudadana y en crecimiento, será testimonial.

La pregunta inmediata es si la depuración de la militancia es una señal positiva cuando uno de los objetivos básicos de los partidos políticos es incrementar su representación social, sumar simpatías. ¿El PAN regresará como un partido opositor testimonial con representación disminuida, sin repensarse como una entidad capaz de administrarse y organizarse desde el poder?

©iStockphoto.com/freelancebloke

La bomba de tiempo del PAN se construyó hace años. Solo que tiene una característica peculiar: estalla en partes. Sus principales detonaciones han sido tres: (1) la reducción en la votación en las elecciones presidenciales de 2006, la caída en las intermedias de 2009 y la pérdida de la Presidencia en 2012.

La militancia panista no se reflejó ni en las preferencias electorales ni en la cobertura de casillas en las elecciones federales: estuvieron en 70%. La entidad que menos representantes tuvo fue el Distrito Federal. Es un caso ejemplar: el panismo se duplicó entre 2005 y 2011, cubrió 2 de cada 10 casillas en las elecciones y su votación por diputados federales cayó 50% entre 2000 y 2012.
Ante ello, surge la pregunta: ¿existe un panismo activo, real y estratégico que se acerque a la ciudadanía y genere votos concretos que permitan incrementar su representación política? Todo parece indicar que, si existe, no ha logrado contagiar la simpatía partidista.

En 14 estados habrán comicios locales en el mes de julio: Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. Se elegirán 55% de los ayuntamientos del país (mil 348 de un total de 2 mil 457), 39% de diputados locales (441 de un total de mil 122), 391 presidentes de comunidad y un gobernador (Baja California).
En medio de la crisis panista, ¿cuáles serán los resultados que podrá obtener el partido en las urnas? De los 13 congresos locales que se elegirán, 6 cuentan con una holgada mayoría priista y 7 tienen predominio del pri pero operan bajo un esquema de congreso dividido, es decir, requieren de otra fuerza política para alcanzar mayorías legislativas.

En cuanto a fuerza electoral, los comicios de julio de 2012 dejaron como primera fuerza legislativa al pan en seis estados (Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Puebla, Tamaulipas y Veracruz) y al pri en los ocho restantes. La participación electoral fluctuó entre 53.3% en Chihuahua y 67.2% en Veracruz. Por ser elecciones locales, se esperaría que la afluencia de votantes sea menor.

Alternativas

¿Cuál será la proyección del pan a mediano y largo plazos? Tiene que confrontarse consigo mismo. En las elecciones de 2006 ganó 137 de los 300 distritos de diputaciones federales; en 2009 ratificó 56 de ellos; para 2012 se quedó únicamente con 19. Es claro el descontento ciudadano. Hubo un desfase entre la realidad social y el desempeño partidista.
El pan tiene dos opciones: puede ver cómo se acelera su caída en las preferencias electorales o puede reconstruirse y valorar su estrategia para contribuir al desarrollo del país desde otra forma de hacer política. Regresar a la oposición testimonial que fue por décadas sería tirar por la borda la experiencia en el poder. Ser oposición responsable que colabora con el Gobierno en turno no le rendirá frutos en términos de votos ni de legitimidad. Le queda voltear genuinamente a la ciudadanía con la sensibilidad social y la habilidad política de haber encabezado el poder a nivel federal por 12 años.

©iStockphoto.com/geopaul

¿Cuáles serían algunas alternativas de acción? (1) Acercamiento real a los ciudadanos mediante comités municipales; (2) respeto de las reglas internas de elección de dirigencias de comités en los tres niveles de Gobierno; (3) respeto de las reglas internas de selección de candidaturas; (4) incorporación de perfiles plurales en los comités ejecutivos estatales y nacional. En resumen: ciudadanizarse legítimamente, respetar las reglas de selección y ampliar la simpatía ciudadana.
El análisis constante de la actividad de los partidos políticos y su aportación a la vida institucional de México es indispensable. Se trata de saber cómo han funcionado, cuáles son sus incentivos y las rutas posibles a seguir. Como entes de interés público, los partidos ejercen recursos, toman decisiones y son un vínculo importante con la ciudadanía. En la medida que hagamos un mejor monitoreo, se impulsará la transparencia y la posterior rendición de cuentas de los partidos, y por ende el círculo de la representación se enriquecerá.

1    Ver Enrique Krauze, “Claroscuros del PAN”, Letras Libres, mayo de 2012, <http://www.letraslibres.com/claroscuros-del-pan>.
2    Un primer artículo de mi autoría sobre las etapas del panismo: “Los panistas que votarán el domingo”, Animal político, 3 de febrero de 2012, <http://www.animalpolitico.com/blogueros-blog-invitado/2012/02/03/los-panistas-que-votaran/>.
3    Acción Nacional es el único partido nacional que cuenta con el listado nominal de su militancia para consulta pública dentro del Registro Nacional de Miembros (RNM). La información se desglosa por nombre, entidad federativa, tipo de afiliación (activos o adherentes) y fecha de entrada al partido. Referencia electrónica del RNM: <http://ww1.pan.org.mx/PadronAN/>.
4    Un análisis de la elección de candidato presidencial en 2005: Víctor Alarcón Olguín y Flavia Freidenberg, “El proceso de selección del candidato presidencial en el Partido Acción Nacional”, Revista Mexicana de Sociología 69, núm. 4 (octubre-diciembre de 2007), UNAM-IIS, México, pp. 729-770.
5    El 12 de septiembre de 1999 Vicente Fox fue electo candidato presidencial con 104 mil 778 votos respecto de 358 mil panistas del listado nominal; participó el 29%. Ganó la elección constitucional con 42.5%: 15 millones 989 mil 636 votos. En la contienda interna de 2005 en la que Felipe Calderón resultó triunfador, participó 28% del listado nominal; obtuvo 51% de las preferencias. Se eligió presidente de la República con 35.9% de la votación, lo cual representó 15 millones 284 votos. En la interna de febrero pasado votó 28.5% del panismo. Josefina fue electa candidata con 54.5% de las preferencias.
6    Carta completa: Santiago Creel Miranda, “Volver a los orígenes”, 24 de julio de 2009, <http://cort.as/3B_8>.
7    Para consultar el documento completo: “Contenido y alcance de la Reforma Estatutaria de Acción Nacional”, 1° de noviembre de 2012, <http://www.pan.org.mx/XStatic/pan/docs/editor/CEMPAN_CONTENIDO_Y_ALCANCE_1NOV12.pdf>.
8    Declaración de Cecilia Romero, Secretaria del CEN del PAN, 6 de noviembre de 2012 en “La silla rota”, <http://cort.as/3B_2>.
9    Programa de la XVII Asamblea Nacional Extraordinaria, a celebrarse los días 16 y 17 de marzo de 2013, <http://cort.as/3B_A>.

____________________________

MARÍA DEL CARMEN NAVA POLINA es politóloga del ITAM. Se especializa en Poder Legislativo, partidos políticos, transparencia y rendición de cuentas. Es directora de Visión Legislativa <@VisionLegis> e investigadora y observadora del comportamiento de las instituciones públicas <@MaricarmenNava>.

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