Este País |
José Gaxiola López | 01.07.2011 | 38 Comentarios
Homenaje al ipn con motivo de su 75 aniversario, este ensayo es también una defensa apasionada y fundamentada de la educación superior que aspira a un saber atravesado por el humanismo.
Llegué al Poli en julio del 68. Con el impulso de mi curiosidad adolescente, me asomé al torrente politécnico y metropolitano. Mi sistema sensorial, formado en el pacífico norte tropical, se aprestaba a asimilar aquella novedosa realidad. Entre el ir y venir de las manifestaciones a las largas sesiones discursivas, recibía una cantidad abrumadora de información indigerible; no conocía las ideas, los autores citados ni el sentido de las consignas. Yo tenía que ponerme al día entre pintas y volanteo. A la vez, conocía al ipn, su origen y misión, su gran valor instrumental en la integración social mediante el desarrollo de las habilidades técnicas y el impulso de la modernización del país con tecnologías que mejoran la calidad de vida: la salud, la alimentación, la vivienda, el vestido, la electricidad, las comunicaciones, las presas, los puentes, las carreteras, la gestión del agua, la extracción racional de recursos, el petróleo y un largo etcétera. Se impuso la técnica al servicio de la patria.
Valoré el esfuerzo politécnico por legitimar la educación sobre una base diferente: la de la equidad social. Abriendo sus puertas, lejos del privilegio educativo tradicional de élite, a pobres diablos como yo sin un petate donde caer. La institución combatía la exclusión, sin dejar de atender las demandas de una sociedad en desarrollo. La integración y la identidad nacional requerían un conocimiento socialmente diseminado, que los politécnicos tradujeron en habilidades especializadas con sólidos armazones teóricos. Más de un millón de egresados de sus diversas áreas y niveles educativos lo constatan.
Se trataba no sólo de formar técnicos en la solución de problemas diversos, al grado de crear la norma, el parámetro y su estandarización, sino también de expertise en sistemas tecnológicos y abstractos en los cuales confiar. Observé en los laboratorios el esfuerzo formativo de integrar la teoría con la práctica, confrontando las premisas con los datos aportados por la realidad, una especie de investigación-acción que iniciaba a los jóvenes en el mundo de la ciencia, en el reto de la creatividad, con respeto al ambiente natural y responsabilidad hacia la vida. Esta habilidad institucionalizada para conseguir el saber a través de la prueba, cuestionando el conocimiento existente, ha entrenado intelectuales muy sólidos en varios campos. No es gratuito que el Poli sea la institución de educación superior pública con mayor número de programas formativos acreditados por su calidad académica.
De sus laboratorios y talleres salían las soluciones a los procesos productivos de la industrialización imaginada por Lázaro Cárdenas para un Estado nacionalista. El país, tradicionalmente exportador de materias primas y de recursos naturales, debía transformarse en uno de crecimiento económico. Las expropiaciones, los grandes proyectos nacionales y las empresas del Estado tenían que contribuir a la creación de un gran capital social que, como resultado de una acción reflexiva, insertara a México en el contexto internacional, fuera de los bloques sociales nacionales, con una verdadera sensibilidad sociocultural. Fue el inicio de una nueva estructura social con una amplia clase media y la seguridad de un empleo de tiempo completo. El ipn ha contribuido al desarrollo industrial del país, pero aún tiene cajones llenos de saberes, modelos y soluciones a varios problemas del desarrollo. Actualmente, cerca de 400 mil estudiantes, en todas sus modalidades educativas, son atendidos por unos 25 mil trabajadores que como siempre mantienen en la vanguardia tecnológica al ipn.
Era 68ipn, el momento y el lugar donde las habilidades y conocimientos dialogaban con el propósito de enriquecer nuestras mentes y ampliar nuestro compromiso social. Era el tiempo de los descontentos; “I Can Get No Satisfaction”, su canción. Cayeron las vallas entre las escuelas politécnicas; diferentes orientaciones y atributos acudían al llamado de la responsabilidad y la dignidad de preservar valores sin cuya existencia sería difícil crear y no habría puntos de referencia. Libros deshojados pasaban por mis manos; había que leerlos rápido y entregarlos a otros, no había fotocopias. Bajo el campanario del Carrillón (cerrado en el 68) y en el cuadrilátero, conocí la diversidad, el respeto a la diferencia cultural que antepone la tolerancia a la xenofobia. Para los politécnicos reunidos ahí (y en otras partes), no era espinoso arribar a la solidaridad. Desde entonces la fama del servicio social politécnico en las comunidades, ahora ejemplo nacional. En ese pluralismo multicultural los maestros discutían, intentando imponer en sus propuestas el rigor académico como asunto moral; así eran entrenados. El ipn no debía volverse adúltero por culpa de algún grupo precipitante al interior, ni sufrir una pérdida de prestigio que lo dejara al margen de la vida político-cultural. Ni pensar en establecer la solución de la validez científica con el recurso autoritario o por el voto.
Para un ex acólito fue difícil separar el conocimiento del orden espiritual de la fe. La docencia desde la investigación debe ser moral e intelectualmente independiente de toda autoridad política, económica y religiosa. Es un principio que el gobierno debe asegurar sin restringir mediante la ley o mediante alguna agencia especial. La naturaleza de las actividades creativas no tolera el control burocrático. La tendencia a exigir a las instituciones de educación superior (ies) públicas que demuestren su utilidad se sale por la tangente. Es buscar ofrecer habilidades como si fueran artículos que luchan en los estantes del supermercado cultural. Esto formó parte de las discusiones; se previó que al extenderse la atención a la demanda florecerían intelectuales degradados por la competencia mercantil; serían promotores de sus criterios en los planes de estudio y en las líneas de investigación. Muchos de ellos ahora sostienen que la dirección del intelecto es seguir al mundo, no legislar normas de bien ni de verdad. Y se refleja en el grado de escrutinio de los intelectuales por parte de los funcionarios surgidos de estos grupos acoplados al aparato público, que desfiguran las estructuras burocráticas actuales de muchas ies. Hoy, la centralidad y la vinculación las dominan. La centralidad institucional del conocimiento sujeto a la legitimación del gobierno racional-productivista o al conjunto de valores que traducen el poder en autoridad y disciplina. Un poder administrativo que subyuga el poder del pensamiento crítico. Un autoritarismo que en la práctica se traduce en una educación formadora de seres encajonados en papeles socialmente asignados. Una agresión excluyente que desplaza a segundo plano la docencia crítica de alto nivel hipotético y particularmente la investigación en la frontera científica. Se olvida que una reserva considerable de conocimiento teórico, no directamente relacionado con cierto tipo de práctica, es requisito indispensable para soluciones urgentes futuras. Estudiar los hoyos negros, las diferencias entre San Cipriano y San Agustín en la interpretación del bautismo o la lengua otomí no ofrece resultados fáciles de demostrar al contribuyente; no son fáciles de probar los beneficios que supone el que alguien sepa estas cosas. Pero esta cultura permite a la humanidad reconocerse, permite que la humanidad sea un lujo de la naturaleza y no sólo un producto de la evolución.
Se definió que el papel del docente era educar a individuos en la creatividad, enseñándoles a pensar libremente, críticamente, gracias a una cultura científica, intelectual, moral y estética que les permitiera ser muy propositivos. Porque quien presta atención a la relación entre la forma de justificar y la norma ética en la investigación se acerca más a la verdad. Son características que apuntalan filosóficamente la racionalidad. Con el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (cinvestav), el ipn tuvo una fábrica del pensamiento convertida ahora, por su productividad, en el principal generador de la inteligencia científica nacional. En tiempos recientes, la comunidad politécnica obtiene más de mil reconocimientos anuales. Con este centro, el ipn inició su proceso de internacionalización, primero recibiendo a investigadores y luego a alumnos de diversas partes del mundo. En los años ochenta del siglo pasado el intercambio académico internacional se sistematizó: profesores del Instituto eran invitados por centros de investigación del primer mundo y por instituciones de países en desarrollo para formar sus cuadros. Fueron creados los primeros programas multidisciplinarios internacionales. Profesores e investigadores del Instituto han sido invitados a solucionar problemas tecnológicos en Centroamérica y el Caribe. Yo tuve la fortuna de participar en alguno de ellos. No obstante, al ipn le hace falta mayor presencia física institucional con un centro de extensión académica y de investigación en algún país centroamericano.
Formarse dentro de una Gemeinschaft académica crítica, erudita y honrada, donde cohabita la verdad al lado de lo bueno y lo bello, es muy importante, porque es cubrirse con el manto tejido por los más altos valores de esa tríada. El pluralismo de las escuelas o corrientes debía prevalecer, así como las opiniones y críticas científicas diversas; eran premisas fomentadas, se toleraban y respetaban. Restringir la discusión para hacer prevalecer cierta teoría por razones distintas a sus valores semánticos y metodológicos pone en duda al autor o a la materia que le ocupa, abre la puerta al dogmatismo y separa a la comunidad científica de su ideal. El manejo del método científico facilitaría también la formación ética de sus egresados. No esperar que todos tengan el valor de Giordano Bruno o de Galileo, pero al menos buscar que no sean tan cobardes como ciertos investigadores que desvirtúan a la ciencia. Se buscaba cuidar al individuo creativo del colectivismo anónimo, a la independencia intelectual de la dependencia, al valor del conocimiento de la marrullería oportunista y servil; respetar la sabia trayectoria de los mayores y reconocer al joven formado en la cultura del esfuerzo, en sus logros académico-creativos como la vía válida de ascenso. Yo me dije: “En esa agrupación me quiero formar, a ese colectivo deseo pertenecer, ahí donde la investigación erudita pueda juzgarse en términos de principios morales; sólo así se puede servir a la población y no a su élite”. En mi formación artesanal conocí a politécnicos ilustres, desde su fundador Juan de Dios Bátiz hasta grandes maestros que nunca superé ni en cuyos hombros me subí para mirar más lejos, pero que me motivaron y me hicieron cambiar la práctica del decatlón por otro tipo de ejercicios.
Ahora, la visión de la ciencia como proceso continuo y acumulativo del conocimiento está desmoronándose, reemplazada por un sentido de ordenanza desordenada, localmente determinada por soluciones parciales a grandes problemas parcialmente planteados. La actividad de los sabios está menguando: las conferencias y coloquios realmente científicos dentro de la comunidad son una rareza. Los eventos están dominados por intereses políticos. La ciencia pierde peso como factor humanizado para el discernimiento de la cultura que ennoblece y pacifica a las sociedades. Y se ha roto el eslabón entre adquisición de conocimiento y refinamiento estético y moral. Los portadores del conocimiento empleado para hacer el mal y los investigadores acomodaticios nos inclinan a mirarlos con sospecha y, peor aún, con miedo. Son responsables de la nueva versión del constreñimiento y la dependencia. No debemos olvidar que los académicos son referencia de lo que está mal en la sociedad, aunque en algunos exista la tendencia a evitar esta responsabilidad por intereses individuales o de grupo, y presenten síntomas de hostilidad, ambición, arrogancia y codicia. Uno desearía que fueran mejores, pero hay que aceptar que existe el sinvergüenza, el estafador o el convenenciero que insulta la inteligencia con su comportamiento.
La fuerza de la comercialización en la academia deja de lado la autoridad del conocimiento generado por individuos activos en su desarrollo. Se hacen reputaciones fuera de los claustros, en los medios, formando jerarquías de influencia donde la notoriedad reemplaza a la fama del juicio, a la virtud de la crítica, a la verdad probada con método. La visibilidad pública se abrió paso fuera de las credenciales eruditas, creando perfiles recetados por agencias conectadas con los deseos y miedos del consumidor, especializadas en la dirección de la atención pública. La imagen de muchos divulgadores confunde a la sociedad con la de los verdaderos creadores. Se corre el riesgo, incluso, de anular el papel privilegiado de la creación de ideas, conceptos y modelos porque antes se tiene que probar el valor del acto creativo.
En aquellas trece semanas y media de aprendizaje intensivo, en las orillas, a veces de manera solitaria y anónima, escuché a grandes oradores. Otros eran los de la palabra, después cosecharían los créditos. A nosotros nos tocaba poner en práctica la experiencia de la huelga de 1956 (del ipn y de la Normal Superior): las brigadas informativas en mercados, cines, fábricas, plazas y organizaciones; el mitin relámpago de un movimiento cada día más popular. La mayoría de los politécnicos eran hijos de obreros, de campesinos, de empleados y de la clase urbana media baja. Pero yo tenía muy vaga idea del grado de categorización de la sociedad, de su estructura y división. Los profesores politécnicos, los de las leyes y las fórmulas científicas, eran parcos al sonar su voz en estos temas, utilizaban una suerte de sordina economizando las palabras en una garabateada síntesis, como lo hacían al crear modelos, principios o experimentos. Aun así, aprendí a adjetivar, superando el uso de los extremos, de blanco o negro, bueno o malo, pobre o rico o alguna otra dicotomía para calificar la realidad.
En ese tiempo incorporaba yo una nueva simbología, sin identificarme con la ocurrencia estudiantil de la burra blanca adoptada por los del futbol americano, que desconocían la historia negativa de esa imagen en la educación. Quedó bien como símbolo deportivo de un equipo de futbol americano, aunque a mí me gusta más el águila blanca. Ese deporte que el Padre Lambert J. Dehner popularizó entre la comunidad y que lo llevó del estadio de las iguanas al primer triunfo de un equipo mexicano en el extranjero sobre uno estadounidense. Afortunadamente, ya no se usa como símbolo oficial: desde hace décadas es un escudo dominado en su diseño por una gran rueda dentada que los estudiantes Armando López Fonseca y Jorge Grajales imaginaron afín a las reglas de la heráldica, con los elementos de las disciplinas dominantes en los años cuarenta en el ipn. Es la poderosa rueda de los “Tiempos Modernos”, aquella del carro Jagannatha de la mitología hindú. El “Huelum” y la “Cachiporra” se incorporaron al grito de gloria del ipn por las luchas estudiantiles del Poli. Pero, para mí, el “Huelum” es una voz de aliento que motiva, que te lanza hacia delante, tomada tal vez de algunos de los profesores españoles del exilio integrados al área de biológicas del Instituto. Los colores guinda y blanco hueso hablan de la sólida estructura de un cuerpo con la sangre hasta el tuétano. Como toda gran institución, tiene también su himno y decálogo.
A la vez, yo ampliaba mi cultura musical y artística. Del rock a la canción de protesta. El primer mural que vi fue el de Siqueiros, El hombre, amo y no esclavo de la técnica, ahí en el internado del ipn que desapareció en 1956. Y Pérez Prado nos regaló un mambo. En el Poli, por vez primera se relacionaba la ciencia con el arte creando artefactus como expresión depurada de la tecnología. Como aficionados a la banda corta de la radio, buscamos eco del movimiento en el mundo y su diálogo con otros adeptos de este nuevo humanismo en formación. Ya teníamos el Canal 11, por siempre politécnico, cuyo prestigio y aporte internacional a la difusión cultural nos enaltece. Sin embargo, el ipn ha perdido oportunidades de convertirse en opción de difusión cultural de calidad al norte del Distrito Federal. En el Casco de Santo Tomás no hay ni una librería del ipn, por ejemplo.
Veo con gran simpatía que la imagen femenina forma parte de la comunidad universitaria; en el Canal 11 (Youtube), con Adriana Pérez Cañedo y Cristina Pacheco, entre otras figuras. Una institución que hasta los años noventa era mayoritariamente masculina abrió la perspectiva de género para promover la igualdad y la equidad orientada a lograr una mejor integración de la mujer. Es curioso: en 1942, cuando se pretendió despojar a la educación tecnológica de su carácter profesional y superior, los estudiantes protestaron, fueron reprimidos y, entre ellos, una mujer fue masacrada a hachazos: Socorro Acosta. Su sacrificio y el de los demás sirvió para que el ipn mantuviera su nivel profesional y se expidiera una Ley Orgánica legitimándolo. En 1968, Oralia García Reyes fue referencia del movimiento; ella fue agredida, detenida y soltada tres días después, afortunadamente. En la vida académica del ipn, con un ambiente de respeto y tolerancia, se cuestionó la presunta inferioridad sexual y triunfó culturalmente el feminismo, antes de ser teoría o movimiento. Esto no significa que compartimos, hombres y mujeres, criterios de discriminación. Hoy, mujeres politécnicas como María Luisa Sevilla y muchas más juegan papeles preponderantes en todos los ámbitos: profesional, académico, político y, desde luego, en la ciencia y la tecnología. Entre las grandes instituciones de educación superior del país, el ipn es la primera conducida por una mujer.
Para los que veníamos de provincia, fuera del nicho familiar era fácil bebernos cualquier manifestación cultural y artística, así como movernos en diversos ambientes, volando como gaviotas de una casa para estudiantes a otra. Entre el boteo y las corretizas de los guachos a bayoneta calada, llegábamos al quicio de la puerta de alguna reunión del Consejo Nacional en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica y a los pequeños mitotes ahumados por tanta quema de cigarros (por eso no fumo); intercambiábamos información y música y admirábamos el diseño en las imágenes del 68, las del movimiento y las de la olimpiada. Y en la moda sesentera de la mezclilla, la manta, el huarache y pelo largo. Fue la lucha del mimeógrafo contra el offset, de una nueva historia sobre la rebelión de los insatisfechos, de los vencidos. La pertenencia comunitaria y el aprecio al espacio público fueron parte de aquel aprendizaje. Zacatenco y el Casco eran nuestro territorio, ahí dormíamos, y comíamos lo que los mercados aledaños nos regalaban. Era el campus del argumento con libertad, de la discusión con autoridad y, contra ella, el punto del disentimiento con criterio y dignidad. Eran las Amauroto de Tomas Moro que defendimos con especial resistencia en el Casco. Aquella extraterritorialidad donde la policía no tenía derecho a entrar (ahora, paradójicamente, controla los accesos). Aún conservo la imagen de la plancha de la Escuela Superior de Medicina (la que los enemigos del Poli buscaron desaparecer) llena de heridos, algunos rescatados de los hospitales por estudiantes vestidos de médicos. Cómo olvidar la manifestación en la que el director del ipn no quiso representar a su comunidad, avivando la discusión sobre la relación del Poli con el gobierno y su autonomía, y la búsqueda de una vía más democrática, participativa y responsable en la designación de sus autoridades. Se plateaba también la constitución de órganos colegiados resolutivos, no consultivos, que vigilaran la tentación burocrática de los grupos de presión, el productivismo y la mercantilización de la educación. De entonces a la fecha se ha avanzado, pero aún falta lograr que la administración del Instituto dependa de la academia y que haya un mejor esquema de comunicación. Es obligado extender la libertad practicada en la investigación y la enseñanza a toda la vida politécnica para mejorar la condición intelectual de la sociedad, defender su cultura y, con independencia, ser más valiosa para el Estado.
Comprendí que la institucionalidad del ipn estaba en sus profesores, investigadores, estudiantes y trabajadores. En aquellos maestros que, por un trabajo equivalente al de sus pares de otras istituzioni educativas, ganaban muchos menos. Uno de los grandes logros institucionales fue corregir tal inequidad. Se buscó la profesionalización del trabajo docente que proporcionara una vida digna e hiciera innecesaria la segunda chamba practicada en otras ies. La baja salarial del profesorado lo ha impedido, paliando el problema con pilones que no impactan en las prestaciones, y sin recurrir al alza salarial para todos los académicos. Los resultados son bien conocidos. Los derechos fueron conculcados, desapareció la esperanza de una jubilación digna y el segmento intelectual con presencia en la opinión pública fue sosegado. Vinieron las amenazas, el asesinato, los desaparecidos, la dispersión, el 10 de junio (jueves de Corpus), la cooptación pueril y corrupta del gobierno. Como ha sucedido desde los años treinta —cuando el ipn perdió la escuela de antropología—, después del 68 le quitaron las prevocacionales, la rectoría de la educación tecnológica nacional se disipó y trocó su naturaleza de institución de Estado por una del gobierno. Sin embargo, tiene presencia en la mayoría de los estados de la República e influencia educativa en la creación de casi todos los centros tecnológicos públicos. Hoy pesa la amenaza de desincorporar del ipn las vocacionales (cecyt) e integrarlas al Sistema Nacional de Bachillerato. Con ello perderán su esencia formadora de estudiantes sólidos para carreras superiores en la misma rama o en otras, y la capacidad de dotarlos del conocimiento y la habilidad necesarios para ejercer una carrera técnica-profesional.
En las condiciones actuales del país, el Politécnico, a sus 75 años, ha cumplido su parte en la formación y la difusión científico-tecnológica y ha reducido la dependencia nacional en varias ramas productivas y de servicios. Ha fijado rumbos en la educación tecnológica, ha abierto brechas en los vericuetos de la ciencia, ha fortalecido tecnológicamente los procesos productivos del país y es ejemplo pionero en varios órdenes. Y, lo más importante, lo hace con responsabilidad y en solidaridad gracias a la firmeza de sus principios generadores y a la defensa que de ellos ha hecho su comunidad. Éstos son los primeros pilares de su institucionalidad; los otros vienen de ese proceso acumulativo de valores y expectativas comunitarias traducidos en pautas concretas del trabajo cotidiano. Se sabe que existen, que descansan en fenómenos de conciencia y de valoración que suponen una toma de posición con respaldo y consenso dentro de la colectividad. Gracias a ello, la proyección y continuidad del ipn ha sido posible, y podemos construir desde el presente un futuro promisorio. El trastocamiento temporal de sus premisas, su manipulación, la corrupción, el porrismo, la imagen directiva, el perfil de ciertos egresados, los recovecos burocráticos, no representan a la institucionalidad politécnica.
Que las columnas que sostienen este patrimonio
guarden el lustre de esta noble casa.
Que de padre a hijo se trasmita
el amor a la gloria, al saber y a la plaza.
JOSÉ GAXIOLA LÓPEZ es profesor-investigador titular del ipn. Ha sido profesor visitante en las universidades de la Sorbonne, Princeton y Génova, entre otras.
Excelente ensayo del Dr. Gaxiola, que nos hace recordar nuetra identidad politéctica, reconocer la investigación independiente no utilitaria y el pensamiento libre, crítico y creativo. Me hubiera gustado que se tratara la importancia de los ingenieros politécnicos en la construcción del México moderno, verdaderos pioneros del desarrollo. Muchas felicidades
Desde Guanajuato informo para que alguna alta autoridad del IPN, de la SEP o algun periodista investigue la unidad del Poli en Leon, gto.
Es un CEBETIS grandote, con prefectos, junta de padres de familia, control policial y la academia es relegada.
Las plazas se reparten por orden del gobernador a panistas y los de mayor curriculum tienen iterinatos.
No puede ser centro de educación superior manejado linealmente desde el gobierno del estado.
Y las autoridades del poli y de la SEP?
Que alguien divulga esto también, porque sino es una franquicia politecnica que daña en Leon la imagen del Poli.
Politecnico de guanajuato residente en queretaro muy indignado por esto.
Ya compré la revista.
Pero quiero dejar mi agradecimiento a la revista y al autor por la publicación de este artículo.
Yo soy un politécnico que trabaja en Nayarit.
Soy un poli de hueso guinda.
Que sigan sus éxitos.
Como egresado de un ITR a nivel licenciatura me dió el articulo motivos de orgullo ahora profesor de posgrado del IPN en provincia.
Fui afortunado de tener de asesor Manchester University al autor y es muy bien venida esta comunicación.
Bien Pepe, una vision total del IPN, que pese a todas las dificultades y carencias que aun se tienen sigue siendo uno de los pilares de la educacion en Mexico. Un recorrido por la vida del poli vista por el estudiante, profesionista, investigador, profesor y gran ser humano que eres. Una narrativa que nos muestra las debilidades pero tambien las fortalezas del poli.FELICIDADES.
Pues donde andavas Jose Gaxiola.
Se te extraña con escritos recientes en la web.
Ya deja de ser cometa.
Y las autoridades del IPN ya leyeron esto. No creo.
Porque las hemos tenido sin arrastrar el gis en el pizarron frente alumnos.
O exportarlos como directores de Conacyt sin haber realizado, culminado una investigaciòn.
Pues esta bien pero la realidad en el IPN es otra.
Los burocratas se creen poseedores de la verdad y la plasman en momorandum.
Imponen reglamentos que los estudiantes rechazan.
Y ya estamos hasta la madre.
A los profesores les cambian las reglas, indicadores. Los tratan como obreros.
El poli no esta bien desde hace 10 años.
Veremos si solo es un festejo más y no combiemos lo que esta muy mal.
Como egresado del IPN, me agradó leerlo.
Y me dió gusto leer otra vez a mi colega maestro fundador de la UAM-AZC.
Entre otras cosas, el maestro es bueno en semiotica, iconografia y otras hierbas simbolicas. Debió criticar el himno y el decálogo del IPN, por ramplones. Pero, tal vez pa´lotra.
Me llego por mail la recomendacion de leerlo. No encontrè la revista en mi colonia. Se agotó, parece.
Por lo que vivo en el IPN observo que en los ultimos 10 años han crecido mas los puestos burocraticos que los academicos, hay mas plazas para administración que para investigacion. A nivel central y en las escuelas.
Esto esta muy mal, parece que se abrieron para colocar a panistas en la administración del IPN.
Pues que sinverguenzas. Felicito a este pais por esta publicación.
Yo como poli tambien vivi parte de lo narrado.
Me pregunto por que Gaxiola no fue director del IPN en lugar de los grillitos Correa Jasso (donde está este cuate?) y Enrique Villa.
Y otro burro nos rebusnara. En fin.
Soy estudiante de ingenieria, del ultimo año. propongo al ipn que publique esto masivamente y se los den a los alumnos de nuevo ingreso.
A mi me hubiera gustado tenerlo cuando inicie mis estudios, nunca es tarde para sentirse orgullosamente politecnico.
Me gustó. Aprendí un poco más del IPN. Que alguien me explique porqué la ley orgánica del IPN y sus reglamentos no reflejan estos valores.
Fueron hechos por abogados folkloristas?. Buen punto para Este país. Z-wong
Yo estoy agradecido por el efuerzo de revalorar al IPN por poarte del autor pero en los 75 años del instituto que nadie olvide que hay más de 20 investigadores, algunos miembros del SNI, con prestigio internacional, puestos a disposición y otros han emigrado a la UAM y a la UNAM para dar cátedra de posgrado y continuar su investigación.
Autoridades del IPN los han dañadomoral y laboralmente en complacencia del síndicato y autoridades de la sec. de función pública federal.
Algunos de estos profesores le costaron en su formación al IPN y al país y les valió a las autoridades.
Estos profesores inhabilitados por su critica incomoda a las autoridades, son una verguenza institucional y debilita el prestigio señalado por gaxiola.
Las autoridades que prasctican esta agresion o violencia administrativa son una verguenza en el poli fundado por Lazaro Cardenas y deben ser sancionados.
Eureka, encontré en la web ensayo reciente de mi asesor de la Boston University, veo que tiene la onda mostrada en seminarios con Cohen, Rourney, Zimm, Gadamer, Deusch, Hick, Ricour, Wiesel y otros con los que participaba en aquel instituto donde se formó Martin Luther King.
Yo le perdi la pista porque se fue a Princeton. Con esta magia tecnologia a veces yo lo encuentro. Yo te saludo.
El ensayo del Dr. Gaxiola me recordó mi época de estudiante en la Escuela Superior de Física y Matemáticas en Zacatenco en los ochentas. Esta crónica sobre el IPN es la que me contaban algunos de mis profesores y compañeros de años más avanzados del “Comité de Lucha”. Felicidades a la revista Este País por el reconocimiento que le hace al Politécnico por sus setenta y cinco años de fundado en la pluma del Dr. José Gaxiola.
Soy politécnica y ha sido grata la oportunidad de trasladarme, por medio de la lectura de este gran ensayo, a sus orígenes. Gracias al Dr. Gaxiola por recordarnos la esencia y valores de esta gran tríada. Gracias por devolvernos la institucionalidad politécnica; por recordarles a alumnos, docentes e investigadores de su quehacer social, económico y ambiental para impulsar realmente el gran engrane que nos representa… el de la técnica al servicio de la patria, nuestra patría, nuestra gran nación.
YO CONSERVO LOS ARTICULOS QUE GAXIOLA PUBLICÓ HACE COMNO 25 AÑOS EN EXCELSIOR. NUNCA SALIERON EN FORMA DE LIBRO Y NO HA CAMBIADO LA ALTA BUROCRACIA DEL IPN QUE ENTONCES EL DESCRIBIA.
SINO QUE EMPEORO, DIRIGE DE OIDAS, CON INDICADORES Y ESTADISTICAS LLENADAS POR ELLOS QUE AHORA HAN REFINADO PORQUE MUCHOS SON BUROCRATAS SON MIEMBROS DEL SNI Y SABEN COMO MENTIR Y MAQUILLAR CIFRAS Y RESULTADOS. PERO, HACE FALTA MEDIR EL CONTROL DE CALIDAD DE ESTA BUROCRACIA DE LOS ULTIMOS 20 AÑOS QUE NO HA RENDIDO BUENAS CUENTAS. EN PARTICULAR LO REFERIDO A SALARIOS Y NUEVAS CATEGORIAS PARA PROFESORES, NI EN INFRAESTRUCTURA PARA PROFESORES DE TIEMPO COMPLETO. ENTONCES QUE HAY QUE FESTEJAR?
COMO DICE GAXIOLA YO CREO QUE SOLO A LOS PROFESORES QUE HAN HECHO POSIBLE LA SUBSISTENCIA DEL IPN Y SUS VALORES DE ORIGEN.
Gracias José, por estas profundas reflexiones relacionadas con el 75 aniversario de nuestra Alma Mater. Nos haces ver los logros y las limitaciones, los potenciales y las amenazas sobre el IPN, bastión de la educación, la investigación y la difusión de la cultura en nuestro país y su área de influencia. A mi manera de ver, creo que después de 3/4 de siglo, es necesaria una refundación, renovación o revolución, en que se regrese a sus orígenes y a sus fines fundacionales: servir a la patria, mediante la técnica, la ciencia y las humanidades del siglo XXI.
Dr. Gaxiola, me gustó mucho lo que escribió. Es muy emotivo, ya que nos muestra la historia del IPN desde su vivencia personal, que lo hace aún más interesante. Creo que nos sirve para reflexionar sobre lo que se ha perdido. Ojala publique más cosas, por mi parte le daré difusión en las redes sociales. Aunque soy joven (25 años), es gratificante poder presumir que he tenido el gran privilegio de convivir como alumna y amiga, con el Dr. Edmundo y el Dr. Gaxiola, lástima que por no valorarlos como se debe, no todos tienen la misma suerte que yo. Después de más de 3 años de convivencia, aparte del gusto por una buena taza de café sin azúcar, su mala influencia me ha brindado grandes aprendizajes en lo personal y profesional, que se quedan conmigo para toda la vida. ¡Muchas gracias! 😛
Dr. Pepe
te felicito por tan brillante nararración de los hechos historicos que te toco vivir, es muy emotiva, pienso que para los Politecnicos contemporaneos es de mucha valía el recordar esos momentos de gloria Politecnica, y que como Politecnico de Posgrado no me toco disfrutarlo, pero tambien admiro tu valentia de poner por escrito nuestra falta de entrega para trascender.
espero que sigas siendo tan productivo dinámico como hasta ahora.
Saludos
El profesor gaxiola le faltó analizar que en el IPN a los maestros se nos exige ademas del trabajo academico, mucha actividad administrativa y de difusion.
Incluso a miembros del SNI se les escoje para cargos administrativos creyendo que con esto mejoran la operacion del instituto. Pero solo asi se pueden acceder a apoyos para investigar, ayudantes para todo que el profesor de a pie trabaja con las uñas.
Muchos profesores realizan su actividad en condiciones paperrimas.
Cuando se cumplieron los 70 años el anterior dirtector cacareo el festejo pero no sirvio de nada en cuanto a modificacion de la obsoleta ley organica y reglamentos infuncionales como uno de los aspectos que bien señala gaxiola.
Gracias a la Revista EstePaís por publicar artículos de crìtica honesta e inteligente como este, que ademàs revivio muchos recuerdos de mi vida en el proceso de escalar el sistema educativo y de formación del IPN desde 1947, incluyendo el movimiento de 1956, que en mi opinión, es el antecedente del realizado en 1968 y sus grandes logros como la fundación del CINVESTAV y la Unidad Zacatenco.
Respeto la opinion de Jose Gaxiola con motivo del aniversario del IPN aunque el menciona veladamente criticando el poder burocratico en el instituto debio ser mas directo.
Los politecnicos hemos padecido una autoridad formal lineal que se ejerce a circularazos, memos y oficios. Los poli recuerdan la circular 20 que las autoridades de las escuelas elevaron a ley, Y el sindicato bien gracias. No sirve para nada.
Los controles con sellos, registros, firmas, orejas a la entrada de los edificios. Esto le sirve a la burocracia para medir la productividad, formar el expediente de control de confianza. La burocracia decide montos y premios por investigación.
Los consejos en las escuelas son instancias de tramite, de asuntos administrativos, escolares pero muy pocos asuntos academicos tratan. Los profesores de tiempo completo son muy usados en actividades administrativas.
Yo entiendo su ensayo de homenaje y se que sabe de esta situacion porque el mismo ha sido victima del poder burocratico del IPN.
Felicito a la revista EstePaís por publicar el ensayo honesto de Pepe Gaxiola. Me movió todos mis recuerdos, desde mi inscripción en 1947 en la Prevocacional 2 ubicada junto con la Vocacional 2 en Tolsá y Tres Guerras, escalando todos los niveles de estudio y vida hasta el Doctorado y mi actual desempeño como Profesor-Investigador. Me hubiese gustado que relatara el movimiento de 1956 que inició con la masacre de miles de estudiantes en las calles del centro de la Ciudad de México, las marchas de grandes columnas de estudiantes, académicos, obreros, campesinos, intelectuales. Pero no vivió esos hechos, una etapa de la historia que generalmente se soslaya por los historiadores, sin explicaciones convincentes, pero, que en mi opinión, fue el antecedente de los movimientos de 1968. Revivió mi orgullo genuino de ser fruto del IPN, institución que tambien es consecuencia de las luchas de reindicación y progreso social, económico y cultural de mi país. Gracias México por crear instituciones como el Politécnico que crea grandes hombres para el progreso del mismo México. Estos son los circulos virtuosos que necesitamos.
Que buenoquese publicó esta opinión y vivencia de quien fue mi asesor en la sorbonne. Hoy valoré mas a esa institución.
Esta facilidad de integrar, se la conocimos al mexicano desde cuando los americanistas residentes en Paris acudiamos al instituto George Batalle de la cooperacion francesa a su seminario con africanos para ver problemas del desarrollo.
Felicidades al IPN. Mario
Yo sigo por internet a mi tutor de la Boston University.
Su articulo pinta a una buena universidad mexicana.
Espero escriba sobre las figuras del diablo, la maldad y otros temas oscuros de la cultura mexicana en estos tiempos violentos.
Bravo por buen ensayo. J K B
Que bien está el articulo.
Fui alumna de analisis social en el posgrado del maestro gaxiola, asi nos obligaba a tratar los temas sociales, los culturales y los humanisticos.
Recomendé la revista a los colegas.
Soy egresado del IPN, con 70 años encima.
Me emocionó el articulo porque yo curse todo en el poli la Prevo, la voca y la ingenieria.
Ya regalé la revista a mis hijos, y que mis nietos vivan el aniversario 100 del IPN.
Yo saludo a mi maestro de la Manchester U.
Su articulo me recordó sus charlas de alborada en UMIST(noche viernes-madrugada sabado) con latinos (Colombianos, Venezlanos, Ecuatorianos, Chilenos y Peruanos) sobre cualquier tema latinoamericano.
Nos hizo conocer a Mèxico.
Recien lo salude despues de años. Que bien dar a concer el IPN y ojala se intale una extension en sudamerica, porque nó.
Me parece bien el tratamiento historico. Creo que faltó mostrar más sobre los logros actuales, de los ultimos años del IPN.
Sería interesante saber en qué mejoró el instituto bajo el régimen panista. Saber si se empanizó.
En lo particular coincido que hay mucha administración en relacion a la investigacion por ejemplo. Falta endogamia en incorporacion de cientificos, investigadores, creadores, buenos maestros del extranjero o nacionales. Pero con todos los derechos, no como en la actual normativa que se le conculcan algunos de ellos pero no se les eximen de obligaciones.
FELICIDADES A LA REVISTA ESTE PAIS.
Excelente resumen, ni que agregar.
Bien por quien revivió la difusión científica y tecnológica en el IPN, por ayudarnos a construir los órganos colegiados en investigación y posgrado, por su participación en la creación de los primeros centros regionales de investigación de nuestro instituto y por muchas cosas más. Saludos
Buen ensayo. La formación multidisciplinaria en ciencias y humanidades del Dr. Gaxiola muestran un análisis integrador. Creo que faltó mostrar su faceta de crítico demoledor, que le conocemos, para señalar otras fallas en el IPN. Pero su opinión constructiva es bienvenida.
Ojalá publicará más, saliera de la tradición oral y de la formación artesanal de creadores en la que se mueve, para mayor beneficio de quienes no lo conocen.
Felicidades.
Gracias a Este Pais por mostrarnos otra cara del IPN. Yo no sabia de varias cosas que aqui se señalan en el articulo. Lo bueno ya compre la revista. El profesor Gaxiola fue mi maestro en la UAM, uno de los buenos que tuve en mi formación. Exitos-
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¿Por qué es un problema la lectura? (30.446)
Desarrollar el gusto por la lectura no es cuestión meramente de voluntad individual. El interés por los libros aparece sólo en ciertas circunstancias.
Excelente ensayo del Dr. Gaxiola, que nos hace recordar nuetra identidad politéctica, reconocer la investigación independiente no utilitaria y el pensamiento libre, crítico y creativo. Me hubiera gustado que se tratara la importancia de los ingenieros politécnicos en la construcción del México moderno, verdaderos pioneros del desarrollo. Muchas felicidades
Desde Guanajuato informo para que alguna alta autoridad del IPN, de la SEP o algun periodista investigue la unidad del Poli en Leon, gto.
Es un CEBETIS grandote, con prefectos, junta de padres de familia, control policial y la academia es relegada.
Las plazas se reparten por orden del gobernador a panistas y los de mayor curriculum tienen iterinatos.
No puede ser centro de educación superior manejado linealmente desde el gobierno del estado.
Y las autoridades del poli y de la SEP?
Que alguien divulga esto también, porque sino es una franquicia politecnica que daña en Leon la imagen del Poli.
Politecnico de guanajuato residente en queretaro muy indignado por esto.
Ya compré la revista.
Pero quiero dejar mi agradecimiento a la revista y al autor por la publicación de este artículo.
Yo soy un politécnico que trabaja en Nayarit.
Soy un poli de hueso guinda.
Que sigan sus éxitos.
Como egresado de un ITR a nivel licenciatura me dió el articulo motivos de orgullo ahora profesor de posgrado del IPN en provincia.
Fui afortunado de tener de asesor Manchester University al autor y es muy bien venida esta comunicación.
ke ondas mis chavos.
camara, hay que circular este rollo entre ninis y rechazados.
en memoria de aquellos indignados.
INDIGNENSEN
Bien Pepe, una vision total del IPN, que pese a todas las dificultades y carencias que aun se tienen sigue siendo uno de los pilares de la educacion en Mexico. Un recorrido por la vida del poli vista por el estudiante, profesionista, investigador, profesor y gran ser humano que eres. Una narrativa que nos muestra las debilidades pero tambien las fortalezas del poli.FELICIDADES.
Bravo. Esta bueno.
!Lo están leyendo inútiles¡
BUROCRATAS, burros blancos, pardos y de todos colores.
Yako
Pues donde andavas Jose Gaxiola.
Se te extraña con escritos recientes en la web.
Ya deja de ser cometa.
Y las autoridades del IPN ya leyeron esto. No creo.
Porque las hemos tenido sin arrastrar el gis en el pizarron frente alumnos.
O exportarlos como directores de Conacyt sin haber realizado, culminado una investigaciòn.
Pues esta bien pero la realidad en el IPN es otra.
Los burocratas se creen poseedores de la verdad y la plasman en momorandum.
Imponen reglamentos que los estudiantes rechazan.
Y ya estamos hasta la madre.
A los profesores les cambian las reglas, indicadores. Los tratan como obreros.
El poli no esta bien desde hace 10 años.
Veremos si solo es un festejo más y no combiemos lo que esta muy mal.
Como egresado del IPN, me agradó leerlo.
Y me dió gusto leer otra vez a mi colega maestro fundador de la UAM-AZC.
Entre otras cosas, el maestro es bueno en semiotica, iconografia y otras hierbas simbolicas. Debió criticar el himno y el decálogo del IPN, por ramplones. Pero, tal vez pa´lotra.
Me llego por mail la recomendacion de leerlo. No encontrè la revista en mi colonia. Se agotó, parece.
Por lo que vivo en el IPN observo que en los ultimos 10 años han crecido mas los puestos burocraticos que los academicos, hay mas plazas para administración que para investigacion. A nivel central y en las escuelas.
Esto esta muy mal, parece que se abrieron para colocar a panistas en la administración del IPN.
Pues que sinverguenzas. Felicito a este pais por esta publicación.
Yo como poli tambien vivi parte de lo narrado.
Me pregunto por que Gaxiola no fue director del IPN en lugar de los grillitos Correa Jasso (donde está este cuate?) y Enrique Villa.
Y otro burro nos rebusnara. En fin.
Soy estudiante de ingenieria, del ultimo año. propongo al ipn que publique esto masivamente y se los den a los alumnos de nuevo ingreso.
A mi me hubiera gustado tenerlo cuando inicie mis estudios, nunca es tarde para sentirse orgullosamente politecnico.
Me gustó. Aprendí un poco más del IPN. Que alguien me explique porqué la ley orgánica del IPN y sus reglamentos no reflejan estos valores.
Fueron hechos por abogados folkloristas?. Buen punto para Este país. Z-wong
Yo estoy agradecido por el efuerzo de revalorar al IPN por poarte del autor pero en los 75 años del instituto que nadie olvide que hay más de 20 investigadores, algunos miembros del SNI, con prestigio internacional, puestos a disposición y otros han emigrado a la UAM y a la UNAM para dar cátedra de posgrado y continuar su investigación.
Autoridades del IPN los han dañadomoral y laboralmente en complacencia del síndicato y autoridades de la sec. de función pública federal.
Algunos de estos profesores le costaron en su formación al IPN y al país y les valió a las autoridades.
Estos profesores inhabilitados por su critica incomoda a las autoridades, son una verguenza institucional y debilita el prestigio señalado por gaxiola.
Las autoridades que prasctican esta agresion o violencia administrativa son una verguenza en el poli fundado por Lazaro Cardenas y deben ser sancionados.
Eureka, encontré en la web ensayo reciente de mi asesor de la Boston University, veo que tiene la onda mostrada en seminarios con Cohen, Rourney, Zimm, Gadamer, Deusch, Hick, Ricour, Wiesel y otros con los que participaba en aquel instituto donde se formó Martin Luther King.
Yo le perdi la pista porque se fue a Princeton. Con esta magia tecnologia a veces yo lo encuentro. Yo te saludo.
El ensayo del Dr. Gaxiola me recordó mi época de estudiante en la Escuela Superior de Física y Matemáticas en Zacatenco en los ochentas. Esta crónica sobre el IPN es la que me contaban algunos de mis profesores y compañeros de años más avanzados del “Comité de Lucha”. Felicidades a la revista Este País por el reconocimiento que le hace al Politécnico por sus setenta y cinco años de fundado en la pluma del Dr. José Gaxiola.
Soy politécnica y ha sido grata la oportunidad de trasladarme, por medio de la lectura de este gran ensayo, a sus orígenes. Gracias al Dr. Gaxiola por recordarnos la esencia y valores de esta gran tríada. Gracias por devolvernos la institucionalidad politécnica; por recordarles a alumnos, docentes e investigadores de su quehacer social, económico y ambiental para impulsar realmente el gran engrane que nos representa… el de la técnica al servicio de la patria, nuestra patría, nuestra gran nación.
YO CONSERVO LOS ARTICULOS QUE GAXIOLA PUBLICÓ HACE COMNO 25 AÑOS EN EXCELSIOR. NUNCA SALIERON EN FORMA DE LIBRO Y NO HA CAMBIADO LA ALTA BUROCRACIA DEL IPN QUE ENTONCES EL DESCRIBIA.
SINO QUE EMPEORO, DIRIGE DE OIDAS, CON INDICADORES Y ESTADISTICAS LLENADAS POR ELLOS QUE AHORA HAN REFINADO PORQUE MUCHOS SON BUROCRATAS SON MIEMBROS DEL SNI Y SABEN COMO MENTIR Y MAQUILLAR CIFRAS Y RESULTADOS. PERO, HACE FALTA MEDIR EL CONTROL DE CALIDAD DE ESTA BUROCRACIA DE LOS ULTIMOS 20 AÑOS QUE NO HA RENDIDO BUENAS CUENTAS. EN PARTICULAR LO REFERIDO A SALARIOS Y NUEVAS CATEGORIAS PARA PROFESORES, NI EN INFRAESTRUCTURA PARA PROFESORES DE TIEMPO COMPLETO. ENTONCES QUE HAY QUE FESTEJAR?
COMO DICE GAXIOLA YO CREO QUE SOLO A LOS PROFESORES QUE HAN HECHO POSIBLE LA SUBSISTENCIA DEL IPN Y SUS VALORES DE ORIGEN.
Gracias José, por estas profundas reflexiones relacionadas con el 75 aniversario de nuestra Alma Mater. Nos haces ver los logros y las limitaciones, los potenciales y las amenazas sobre el IPN, bastión de la educación, la investigación y la difusión de la cultura en nuestro país y su área de influencia. A mi manera de ver, creo que después de 3/4 de siglo, es necesaria una refundación, renovación o revolución, en que se regrese a sus orígenes y a sus fines fundacionales: servir a la patria, mediante la técnica, la ciencia y las humanidades del siglo XXI.
Dr. Gaxiola, me gustó mucho lo que escribió. Es muy emotivo, ya que nos muestra la historia del IPN desde su vivencia personal, que lo hace aún más interesante. Creo que nos sirve para reflexionar sobre lo que se ha perdido. Ojala publique más cosas, por mi parte le daré difusión en las redes sociales. Aunque soy joven (25 años), es gratificante poder presumir que he tenido el gran privilegio de convivir como alumna y amiga, con el Dr. Edmundo y el Dr. Gaxiola, lástima que por no valorarlos como se debe, no todos tienen la misma suerte que yo. Después de más de 3 años de convivencia, aparte del gusto por una buena taza de café sin azúcar, su mala influencia me ha brindado grandes aprendizajes en lo personal y profesional, que se quedan conmigo para toda la vida. ¡Muchas gracias! 😛
Dr. Pepe
te felicito por tan brillante nararración de los hechos historicos que te toco vivir, es muy emotiva, pienso que para los Politecnicos contemporaneos es de mucha valía el recordar esos momentos de gloria Politecnica, y que como Politecnico de Posgrado no me toco disfrutarlo, pero tambien admiro tu valentia de poner por escrito nuestra falta de entrega para trascender.
espero que sigas siendo tan productivo dinámico como hasta ahora.
Saludos
El profesor gaxiola le faltó analizar que en el IPN a los maestros se nos exige ademas del trabajo academico, mucha actividad administrativa y de difusion.
Incluso a miembros del SNI se les escoje para cargos administrativos creyendo que con esto mejoran la operacion del instituto. Pero solo asi se pueden acceder a apoyos para investigar, ayudantes para todo que el profesor de a pie trabaja con las uñas.
Muchos profesores realizan su actividad en condiciones paperrimas.
Cuando se cumplieron los 70 años el anterior dirtector cacareo el festejo pero no sirvio de nada en cuanto a modificacion de la obsoleta ley organica y reglamentos infuncionales como uno de los aspectos que bien señala gaxiola.
Gracias a la Revista EstePaís por publicar artículos de crìtica honesta e inteligente como este, que ademàs revivio muchos recuerdos de mi vida en el proceso de escalar el sistema educativo y de formación del IPN desde 1947, incluyendo el movimiento de 1956, que en mi opinión, es el antecedente del realizado en 1968 y sus grandes logros como la fundación del CINVESTAV y la Unidad Zacatenco.
Respeto la opinion de Jose Gaxiola con motivo del aniversario del IPN aunque el menciona veladamente criticando el poder burocratico en el instituto debio ser mas directo.
Los politecnicos hemos padecido una autoridad formal lineal que se ejerce a circularazos, memos y oficios. Los poli recuerdan la circular 20 que las autoridades de las escuelas elevaron a ley, Y el sindicato bien gracias. No sirve para nada.
Los controles con sellos, registros, firmas, orejas a la entrada de los edificios. Esto le sirve a la burocracia para medir la productividad, formar el expediente de control de confianza. La burocracia decide montos y premios por investigación.
Los consejos en las escuelas son instancias de tramite, de asuntos administrativos, escolares pero muy pocos asuntos academicos tratan. Los profesores de tiempo completo son muy usados en actividades administrativas.
Yo entiendo su ensayo de homenaje y se que sabe de esta situacion porque el mismo ha sido victima del poder burocratico del IPN.
Felicito a la revista EstePaís por publicar el ensayo honesto de Pepe Gaxiola. Me movió todos mis recuerdos, desde mi inscripción en 1947 en la Prevocacional 2 ubicada junto con la Vocacional 2 en Tolsá y Tres Guerras, escalando todos los niveles de estudio y vida hasta el Doctorado y mi actual desempeño como Profesor-Investigador. Me hubiese gustado que relatara el movimiento de 1956 que inició con la masacre de miles de estudiantes en las calles del centro de la Ciudad de México, las marchas de grandes columnas de estudiantes, académicos, obreros, campesinos, intelectuales. Pero no vivió esos hechos, una etapa de la historia que generalmente se soslaya por los historiadores, sin explicaciones convincentes, pero, que en mi opinión, fue el antecedente de los movimientos de 1968. Revivió mi orgullo genuino de ser fruto del IPN, institución que tambien es consecuencia de las luchas de reindicación y progreso social, económico y cultural de mi país. Gracias México por crear instituciones como el Politécnico que crea grandes hombres para el progreso del mismo México. Estos son los circulos virtuosos que necesitamos.
Que buenoquese publicó esta opinión y vivencia de quien fue mi asesor en la sorbonne. Hoy valoré mas a esa institución.
Esta facilidad de integrar, se la conocimos al mexicano desde cuando los americanistas residentes en Paris acudiamos al instituto George Batalle de la cooperacion francesa a su seminario con africanos para ver problemas del desarrollo.
Felicidades al IPN. Mario
Yo sigo por internet a mi tutor de la Boston University.
Su articulo pinta a una buena universidad mexicana.
Espero escriba sobre las figuras del diablo, la maldad y otros temas oscuros de la cultura mexicana en estos tiempos violentos.
Bravo por buen ensayo. J K B
Que bien está el articulo.
Fui alumna de analisis social en el posgrado del maestro gaxiola, asi nos obligaba a tratar los temas sociales, los culturales y los humanisticos.
Recomendé la revista a los colegas.
Soy egresado del IPN, con 70 años encima.
Me emocionó el articulo porque yo curse todo en el poli la Prevo, la voca y la ingenieria.
Ya regalé la revista a mis hijos, y que mis nietos vivan el aniversario 100 del IPN.
Gracias a mi prof de posgrado en Analisis y Evaluación de Politicas Publicas por esta información.
Gracias a Este País por divulgarla. J. Luis
Yo saludo a mi maestro de la Manchester U.
Su articulo me recordó sus charlas de alborada en UMIST(noche viernes-madrugada sabado) con latinos (Colombianos, Venezlanos, Ecuatorianos, Chilenos y Peruanos) sobre cualquier tema latinoamericano.
Nos hizo conocer a Mèxico.
Recien lo salude despues de años. Que bien dar a concer el IPN y ojala se intale una extension en sudamerica, porque nó.
Me parece bien el tratamiento historico. Creo que faltó mostrar más sobre los logros actuales, de los ultimos años del IPN.
Sería interesante saber en qué mejoró el instituto bajo el régimen panista. Saber si se empanizó.
En lo particular coincido que hay mucha administración en relacion a la investigacion por ejemplo. Falta endogamia en incorporacion de cientificos, investigadores, creadores, buenos maestros del extranjero o nacionales. Pero con todos los derechos, no como en la actual normativa que se le conculcan algunos de ellos pero no se les eximen de obligaciones.
FELICIDADES A LA REVISTA ESTE PAIS.
Bien por este pais revista de consulta obligada. Lástima que los politécnicos estén de vacaciones ojalá lean el articulo. hasta la proxima.
Gracias profe, por poner en blanco y negro experiencias e ideas sobre el IPN. Nos ayuda a revalorar el poli. Nos vemos
Excelente resumen, ni que agregar.
Bien por quien revivió la difusión científica y tecnológica en el IPN, por ayudarnos a construir los órganos colegiados en investigación y posgrado, por su participación en la creación de los primeros centros regionales de investigación de nuestro instituto y por muchas cosas más. Saludos
Buen ensayo. La formación multidisciplinaria en ciencias y humanidades del Dr. Gaxiola muestran un análisis integrador. Creo que faltó mostrar su faceta de crítico demoledor, que le conocemos, para señalar otras fallas en el IPN. Pero su opinión constructiva es bienvenida.
Ojalá publicará más, saliera de la tradición oral y de la formación artesanal de creadores en la que se mueve, para mayor beneficio de quienes no lo conocen.
Felicidades.
Gracias a Este Pais por mostrarnos otra cara del IPN. Yo no sabia de varias cosas que aqui se señalan en el articulo. Lo bueno ya compre la revista. El profesor Gaxiola fue mi maestro en la UAM, uno de los buenos que tuve en mi formación. Exitos-