¿El presidente debería ser un amante de los libros? Para muchos, la respuesta reflexiva es que sí. Nadie quiere un mandatario ignorante, y desde hace siglos, la mayoría de las grandes figuras de la política, de Cicerón a Juárez y de Churchill a Clinton, se conocen como lectores voraces y personas muy habilidosas con las letras.
Sin embargo, los libros no son la única forma de ser una persona educada e inteligente. Son cada vez más las personas que reciben casi toda su información a través de la tele, los periódicos, las revistas, y, por supuesto, el internet. Hace 200 años, era imposible ser una persona informada sin leer libros, pero ya no es tan cierto. Y la tendencia sigue: la medida de medios alternativos han incursionado en el espacio informático de los libros, se volverá cada vez menos importante leer libros.
Además, la pregunta con la cual no pudo Enrique Peña Nieto era un poco injusta. Es decir, es equivocada la idea de que todos deberíamos tener unos cuantos libros que nos han cambiado la vida. De todas las novelas que yo he leído en mi vida, me fascinaron La Fiesta del Chivo y Meridiano de Sangre más que casi todas las demás. Leí las últimas 50 páginas de cada uno de estos libros con el corazón latiendo como si estuviera en medio de un maratón. Pero al acabarlos, después de unas semanas repasando las escenas culminantes en mi mente, los dos se fueron desvaneciendo de mi memoria. Hoy en día, aún me acuerdo de ellos como dos de mis favoritos, pero ¿sería yo una persona notablemente diferente sin haberme sentado a leerlos? Sería mentira responder en afirmativo.
El beneficio de leer mucho, pues, no es de haber consumido tres libros especialmente sabios; es de siempre toparse con nuevas ideas, nuevas historias, nuevas figuras, y nuevas maneras de expresarse. Es decir, lo importante de leer viene de lo ancho de todas las palabras que se leen, no de leerse unas cuantas bastante bien escritas. La ganancia intelectual de un solo libro, por más trascendente que haya sido, es muy poco.
En fin, el hecho de que Peña Nieto no puede hablar con fluidez sobre tres libros que le han influido en sí no es tan grave. Por cierto, es un defecto que lo pinta como ignorante y hasta vulgar ante los ojos de mucha gente, pero finalmente es un defecto trivial: si mostrara un gran conocimiento de la economía o del desarrollo social o de las estrategias de modernización energética, entonces no sería nada preocupante su incapacidad de sacar de la manga unos comentarios sobre El Filo de la Navaja o cualquier otro clásico.
Lo que preocupa, como han escrito varios comentaristas, es que esto representa otra manifestación de un patrón alarmante. Hay mucho que sugiere que Peña Nieto tiene un equipo muy inteligente. Como expliqué hace unas semanas en este espacio, sus prioridades económicas son casi todas correctas. Las pocas veces que se han publicado artículos bajo su nombre, han sido lúcidos y lógicos, cosa de la cual no todos los políticos se puede presumir. El mismo Peña Nieto presenta la imagen arquetípica del político exitoso. Pero cada vez que las circunstancias le han obligado a depender de sí mismo más que de su equipo, que ha tenido que salir del guión e improvisar, sea en momentos muy importantes o en situaciones triviales, él no ha podido.
Hay una versión de la presidencia en que el hombre al cargo de la administración realmente no tiene que ser una figura excepcional. Si se rodea por un equipo profesional e inteligente, el mero-mero nada más tiene que asentir a las recomendaciones de sus asesores, dar unos discursos, caerles bien a los votantes, y listo. De cierta forma, eso fue la idea de la administración de George W. Bush, un gobernador poco experimentado rodeado por unos veteranos muy respetados. Pero resultó poco exitoso, porque los retos de gobernar inevitablemente requieren que el presidente sea el protagonista, y éste debe estar a la altura de las circunstancias. En el caso de Peña Nieto, dar un discurso bonito en Washington (donde por cierto le recibe un público fácil) no tiene nadita que ver con el rigor requerido para manejar el estado mexicano, de la misma forma que caerle bien a la gente en Iowa no preparó a Bush para responder ni a los ataques de Al Qaeda ni al huracán Katrina ni a la crisis financiera de 2008.
En las dos ocasiones en que han surgido situaciones inesperadas en que Peña Nieto ya no pudo seguir un guión, cuando la presión se aumentaba y todo el país estaba enfocado en sus acciones, ha fracasado contundentemente. Su gobierno se dio un baño de vergüenza con la investigación del caso Paulette, y Peña Nieto casi desapareció durante el primer epidémico de la influenza porcina. (En el segundo ejemplo, llamó la atención que Marcelo Ebrard y Felipe Calderón hicieron todo lo contrario, movilizando los recursos de sus gobiernos con rapidez y apareciendo diariamente en la tele para calmar a la nación, por lo cual los dos ganaron aplausos internacionales por su actuación.)
Claro, la respuesta incoherente en Guadalajara fue un asunto menor comparado con los dos episodios anteriores, pero los tres ejemplos sirven para alimentar la pregunta fundamental para 2012: que hay por debajo de ese traje bonito y esa cabeza perfectamente peinada? Aun no se sabe, y a ocho meses de (posiblemente) elegirlo, eso es alarmante.
independientemente de las filas del partido politico en que estemos formados, yo pienso que somos humanos, para equivocarnos y caer en un 4, no determina nuestra personalidad el ser comelibros o recordar y puntualizar especificamente en que o cual pag o desenlace contienen. creo que debemos darle la oportunidad de expresarce para conocerlo, hay maestros y eruditos de los grandes que no leen, se conocen muchos; pero si me interesaria saber en realidad cual es su corazón de EPN, sus pensamientos, para dar una opinión de su persona. por lo regular si queremos comentar de una persona, casi siempre lo hacemos de sus errores y no vemos sus talentos… espero que muy pronto podamos saber que es lo que piensaesa cabecita y siente ese corazón de EPN.
Me da pena ajena la actuación de Peña Nieto. De ser priísta ya estaría solicitando el cambio de candidato.
Hola Oscar e Indra, gracias por leer. En cuanto a la primera parte del post, no es que lo quiero justificar, pero la verdad es que creo que estamos acercándonos a una época en que uno no tiene que leer libros para ser inteligente. A mi siempre me van a gustar los libros, pero durante mi vida habrá cada vez más gente informada que no. Pero a pesar de todo eso, creo que hay muchas razones para dudar que EPN sea esa persona que te digo.
gravísimo me parece que peña nieto no fuera capaz ni siquiera de citar a UNO de los autores de las decenas de páginas de biliografía de su PROPIO LIBRO, que estaba presentando en ESE MOMENTO. Pero más grave, me parece que lo defiendas y justifiques su ignorancia, aún cuando aciertes en apuntar que lo grave no es sólo eso, sino su ineptitud como político y persona para resolver momentos de dificultad. Si no se puede defender a sí mismo, cómo va a defender al país? Y la verdad, es que con políticas económicas geniales, si se es asesino, no se puede tener más que una dictadura.
Yo creo q si es grave, el es un producto de la publicidad, detras de el esta Montiel y Salinas, lo mas grave es que su hija se sienta de la realeza (de atracomulco) cosa ridicula en estos tiempos, y si la nina Paulina asi se expresa es por ejemplo de sus Padres, en fin yo si creo q debe haber cultura, por q el comun denominador del mexicano es inculto y es lo q hay q cambiar