Gracias a la publicación de la encuesta de la semana pasada, México ya tiene un candidato de la izquierda: Andrés Manuel López Obrador. Y aunque no se haya concretado formalmente, hay rumores de que Manlio Fabio Beltrones se retirará de la carrera para la candidatura del PRI. De todas formas, quedó claro desde hace muchísimo tiempo que el candidato del PRI será Enrique Peña Nieto.
Son dos tercias de la contienda para 2012, pues; ¿y el PAN? El partido blanquiazul no tiene elección primaria hasta el 5 de Febrero. Y además, con tres candidatos fuertes y el requisito que el ganador tenga 50 por ciento de los votos o 37 con una ventaja de por lo menos cinco puntos, se prevé otra vuelta electoral, que sería el 19 del mismo mes. En pocas palabras, mientras López Obrador y Peña Nieto anden refinando sus posiciones políticas, tejiendo sus redes de apoyo, y haciendo todas las demás tareas necesarias para un campaña exitosa, su adversario del PAN va a seguir sin despegar.
Eso representa un error gravísimo. En la política, el timing es todo, y el proceso del PAN asegura que el candidato (o candidata, que es lo más probable) que salga vaya a tener un reto mucho más difícil. Es como si el Barcelona regalara 3 goles a la oposición antes de siquiera arrancar el juego, con la pequeña diferencia que el PAN no tiene un Messi para recuperar el déficit.
Es decir, el PAN es el partido que menos puede aguantar un error de este tipo. López Obrador y Peña Nieto son personajes bastante conocidos –fueron identificados por 98 y 94 por ciento, respectivamente, en una encuesta reciente– y llevan años como dos de los políticos más importantes del país. Si ellos hubieran decidido esperar hasta febrero para declarar su candidatura, pues no sería ideal, pero tampoco un golpe mortal.
En cambio, Ernesto Cordero y Josefina Vázquez Mota no tienen el mismo nivel de conocimiento entre los electores: 48 y 68 por ciento, según la misma encuesta de arriba. A Santiago Creel le va un poco mejor, pero su nivel de 80 por ciento también está lejos de los dos punteros. Al panista que gane, le va a urgir más tiempo para poderse presentar al electorado, y minar la gran ventaja que tienen sus dos contrincantes. Además, hay una brecha enorme entre el nivel de apoyo del cual goza Peña Nieto y todas las posibilidades panistas: según Buendía y Laredo, Vázquez Mota es la que más se acerca al ex-gobernador mexiquense, con una desventaja de 29 puntos. Con un rezago así, lo que menos pueden hacer los panistas es tardarse. Si bien no es imposible, recuperar tantos puntos es un trabajo de mucho tiempo.
Este error es más sorprendente aún cuando se compara con elecciones previas. Felipe Calderón, enfrentando un déficit parecido en 2005, se consolidó como el candidato en octubre, casi duplicando el tiempo de campaña que tuvo el presidente, comparado con los aspirantes del PAN ahora. Y Vicente Fox se formalizó como el candidato del PAN en noviembre de 1999, tras dos años de construir su maquinaría electoral. Si Calderón o Fox hubieran tenido que esperar hasta febrero para arrancar sus campañas, lo más probable es que los dos sexenios del PAN nunca hubieran pasado.
Pese a todo eso, la lógica que llevó al partido a la victoria en las dos elecciones pasadas ha desaparecido, y, de no arreglarlo, el PAN está cometiendo un error que condenará a su candidato al fracaso.