La comunidad que conforma a Este País tiene razones válidas para celebrar veinte años de existencia. Este País (título emblemático inventado por Víctor Urquidi) es una revista que contribuye con su análisis crítico a descubrir y describir las entrañas del México profundo, a proporcionar datos y opiniones que ayudan a entender la realidad nacional, con sus luces y sombras.
Cuatro son las vertientes que me unen a Este País. La primera de ellas es fundamental: soy lector asiduo de la revista desde su fundación. Con ello he logrado alcanzar un conocimiento más puntual de lo que sucede a mi alrededor. Política, economía, demografía, estadística, ecología, migración, cultura, asuntos sociales, empresas, relaciones internacionales y otras varias disciplinas igualmente importantes adquieren sentido e interpretación con la lectura mensual de Este País.
Una segunda vertiente de mi relación con Este País comprende mi participación en el Consejo de Administración de la revista. Fui miembro de ese órgano en el periodo 1998-2003, lapso que me permitió involucrarme directamente en las tareas editoriales de nuestra publicación. Pero esa labor también significó un trabajo colectivo para sacar adelante a Este País, resolviendo conjuntamente crisis financieras y tacañerías de anunciantes. Fue también necesario encontrar fórmulas para asegurar una mejor distribución de la revista y un mayor número de suscripciones. Tengo un recuerdo muy grato de las comidas al término de cada Consejo, que eran oportunidad óptima para disfrutar conversaciones amenas e inteligentes.
La hospitalidad de Este País integra la tercera vertiente. Publiqué mi primer artículo en la revista en 1996 y el último en 2010. En el transcurso de esos años he analizado los temas más variados, principalmente en el ámbito de los asuntos internacionales. Ello comprende un examen crítico de las tesis de Henry Kissinger sobre el equilibrio del poder; la constitución de un nuevo Concierto Europeo y sus relaciones con México; la función del Estado en el orden internacional; el delicado tema del terrorismo, la seguridad nacional y la seguridad colectiva; la cuestión del sistema jurídico de México y los derechos humanos, y una necesaria evaluación sobre perspectiva mexicana de los asuntos internacionales.
También, en su oportunidad, aparecieron en Este País dos ensayos míos no directamente relacionados con política exterior: “Educar para entender” y, en el área jurídica, “La construcción de un Estado de derecho”. Generosamente, la revista publicó íntegro un voto particular mío sobre un fallo de la Corte Internacional de Justicia, en donde manifiesto un criterio legal sobre las decisiones judiciales adoptadas en torno a los 51 mexicanos condenados a la pena de muerte por tribunales en Estados Unidos.
Guardo la cuarta vertiente a la amistad. Con Federico Reyes Heroles, fundador e impulsor de Este País, me vinculan lazos que van mucho más allá de las tareas editoriales. Compartimos intereses y aspiraciones comunes, somos socios de los mismos valores y principios, pertenecemos a una idéntica ética social, coincidimos en simpatías y diferencias. Por eso somos amigos.
Bernardo Sepúlveda Amor , jurista, político y diplomático, es Juez de la Corte Internacional de Justicia. Ha sido Secretario de Relaciones Exteriores y Embajador en Estados Unidos y Gran Bretaña.