Uno de los argumentos más frecuentes en cualquier discusión sobre la seguridad pública es que la única forma de arreglar los problemas de México es a través de la legalización de las drogas.
La teoría plantea que las empresas ilegales recurren a la violencia solamente porque las vías legítimas de asociarse con otras firmas y de administrar las disputas —es decir, los contratos legales y las cortes judiciales— no les están disponibles. Es por eso que las grandes empresas petroleras, que generan una cantidad de ganancias mucho mayor a los cárteles de las drogas, no suelen arrojar cuerpos decapitados en puentes viales. En otras palabras, si los Zetas pudieran demandar al cartel de Sinaloa o vice versa, no tendrían porque estarse matando.
Uno de las ejemplos históricos que se usa para promover esta explicación es el de la prohibición de alcohol en los Estados Unidos. Gracias a un cambio constitucional en 1918, la venta, producción, y consumo del alcohol quedaron prohibidos en todo el país. Pero la ley no fue capaz de eliminar el gusto por una copita de vino entre los estadounidenses, así que el enorme mercado del alcohol no desapareció, sino se convirtió en un enorme mercado negro. Y como consecuencia, según la interpretación común, grandes y peligrosas mafias —como la de Al Capone en Chicago— surgieron para abastar la demanda, y la tasa de homicidio se disparó a nivel nacional.
Bajo esta lógica, lo mismo pasaría con la legalización de la heroína, cocaína, marihuana, y metanfetamina hoy en día: los narcos que actualmente tienen varias regiones de México viviendo una pesadilla dejarían de existir, y la espiral de violencia se frenaría.
Pero un nuevo reporte, bajo el título “Are underground markets really more violent? Evidence from early 20th century America”, argumenta que la interpretación usual de la violencia en Estados Unidos en la primera parte del siglo 20 es errónea. Emily Greene Owens, profesora de Cornell University, investigó la historia de la prohibición con un poco más de detalle, tomando en cuenta muchas variables que se esconden de la vista cuando uno habla de una simple dinámica de causa-efecto con la prohibición y la tasa de homicidio a nivel nacional.
Por ejemplo, Owens toma en cuenta los cambios en la metodología para determinar la tasa de homicidio nacional, la cual integraba cada vez más estados al cálculo; en 1900, se usaron 10 estados para calcular el registro nacional de las muertes, mientras en 1933, el último año de la prohibición, fueron 49. Además, los estados que se integraron a la tabulación nacional durante los años ‘20 solían ser más violentos. Es un detalle importante, porque se formó una impresión de un aumento debido a la prohibición del alcohol. Sin embargo, la nueva inclusión de estas zonas más violentas tenía que subir la tasa de homicidios, independientemente de las políticas nacionales hacia el alcohol.
Adicionalmente, Owens nota que la tasa de homicidio suele ser mayor en ciudades grandes que en pueblos pequeños. Los años de la prohibición se caracterizaron por un proceso de urbanización, cosa que iba a impulsar un aumento del crimen violento en todo caso; casualmente, este proceso sucedió durante los años de la prohibición, lo cual sugiere que la criminalidad que suele atribuirse a las mafias de alcohol se debe más bien a los cambios demográficos simultáneos.
Así que Owens llega a una conclusión muy distinta a la más común: “No encuentro ni una evidencia de que la criminalización de la venta comercial de alcohol aumentó la tasa neta de homicidio. La tendencia nacional aparente fue impulsada por la urbanización y los cambios en la composición demográfica de la población.”
Cabe mencionar que, aún aceptando sus conclusiones, la investigación de Owens no representa la palabra final contra la legalización. Como en cualquier discusión de la seguridad, el contexto pesa muchísimo. Ella está hablando de un momento hace mucho tiempo en la historia de Estados Unidos; la realidad actual en México es otra cosa completamente. Si bien la legalización del alcohol no tuvo el impacto que se le atribuye en Estados Unidos en 1933, no quiere decir que la legalización de las drogas no puede influir más en la seguridad de México en el 2012.
Además, prohibir la marihuana mientras cualquier revista está llena de anuncios para las marcas más finas de tequila y whiskey —que por más elegantes que sean finalmente son drogas que sí son capaces de matar— representa una hipocresía mayor. Relacionado con lo anterior, hay razones libertarias para apoyar la legalización también; según estas, siempre y cuando uno no haga daño a otros, el gobierno no tiene porque prohibirles a sus ciudadanos ni una actividad recreativa, por más frívolo que parezca a algunos sectores de país.
También hay un fuerte argumento que tiene que ver con la integridad democrática; la existencia de empresas multimillonarias fuera del alcance del estado, quienes no pagan impuestos, quienes a veces hasta se enfrentan con el estado, representa una circunstancia lamentable. En cuanto sea capaz de eliminar tal situación, le legalización es una medida que se debería considerar.
Pero la relevancia de la legalización se debe primeramente a su capacidad de bajar los niveles de violencia, sea en México, en Colombia, en Centroamérica, o en las calles de Baltimore y Detroit. Si no es capaz de hacer eso, mejor que nos enfoquemos en otros remedios para mejorar la seguridad pública.
Hola chamacos para aquellos que toda vía no me conocen, yo ase como un año y sus 3 o 4 meses que comencé a mandar mensajitos digamos que un tanto bizarros y por falta de experiencia también diría que un poco confusos en ellos trataba de explicar el sentido de la libertad sexual a partir de los 12 años de edad. Para aquellos que no comprendan, esa es mi forma muy personal de ver la vida y creeré hasta el final que la diferencia de edades jamás serán un impedimento para el amor y la sexualidad.
En ese orden también trataba de plasmar una vida más ligera y barata para el ciudadano común mi intención es — 1{negociar la deuda externa y pagarla — 2{abaratar los costos de energía eléctrica, 3{disminuir el- IVA al 10%, 4{aplastar los altos costos de la gasolina con combustibles renovables, y con ello la modernización del trasporte y en ese orden también combinar la naturaleza con la vida urbana. a vía prometido mas, pero las cuentas no checan a sí que en toces primero lo primero y lo primero será el abaratamiento de los costos de energía eléctrica. Y créanme que sobre la marcha haré todo lo quesea necesario para que la gente viva un poco mejor, (ustedes eligen cuando)
En cuanto a la problemática de la drogadicción. Bueno primero os contaré una breve historia de mi vida. Una vez mi padre me sorprendió fumando mota, se molesto tanto que medio una cintareada y llorando me decía que era preferible verme muerto que verme como un vulgar drogadicto, mi padre jamás probo la mariguana pero su mente era víctima de la publicidad de los tiempos establecidos. Antes el consumo de alcohol estaba prohibido y todos esos policías, malhechores y uno que otro civil que derramaron su sangre por nada, simplemente fueron víctimas de la publicidad de su tiempo. Hoy el consumo de alcohol se vende y se disfruta en sana convivencia ya sea con amigos o con la familia, porque simplemente somos víctimas de las propagandas que establecen los tiempos del hombre. No importa como sea lo que importa es lo que nos conviene y lo que nos conviene es en pensar en las consecuencias que genera la clandestinidad, a si que por lo pronto iremos digiriendo por orden natural este problema legalizando la mariguana, mientras que las otras drogas de mas adicción quedaran prohibidas y su contrabando sometido a delito menor.
Chamacos a veces no están importante de qué forma queramos vivir la vida lo que importa es la moderación, el orden urbano y hogareño y por supuesto el respeto por la vida y el trabajo. Lo demás es libre de morir para que otros puedan vivir, chamacos ¿soy un agente del nuevo orden¿ no lose, pero es mejor que el mundo ruede para poder disfrutar de sus placeres, chamacos que viva el sexo, la fidelidad y el placer de estar vivos. Vestir con playera negra cada día lunes hasta el fin de los tiempos y si tenéis frio pues usar una chamarra negra pero jamás pierdan el ritmo hasta obtener una vida digna y las libertades individuales que cada quien desea tener os juró que vale la pena morir por este sentimiento. Si tenéis tiempo salir a la calle con destino a la plaza más concurrida y disfruten del paisaje como cualquier ciudadano y no hablar por el momento de nuestra causa hasta juntar una cantidad suficiente de participantes y si acaso os preguntaran ¿del porque¿ ustedes negarlo todo, es preferible dejar que los rumores divulguen nuestra causa, pues ya llegara el momento de hablar mientras divulgar este mensaje, que llegue a cada rincón y ganaremos. (Aquel que asuma esta responsabilidad de libertador antes que yo en el momento justo, será mi soberano indiscutiblemente. mientras seguiré luchando en las sombras hasta ver el momento justo y entonces arreglaremos cuentas. Democráticamente claro.)
Hola Gart,
Gracias por el comentario y por leer. Sí, lamentablemente no es una investigación que se puede conseguir en línea sin pagar, pero me parece que tu versión es muy parecida a la que leí yo.
Saludos,
Patrick
De acuerdo con my búsqueda, parece ser que el texto al que se refiere el Sr Corcoran está disponible para quienes quieran y puedan pagar por él (sólo puedo especular porque el Sr. Corcorán no nos provée la referencia completa del texto). Esa es la mala noticia. La buena noticia es que hay una versión preliminar del texto, con fecha de 2009, que no requiere pago alguno. Aquí está:
http://academics.hamilton.edu/economics/Home/owens_colgate_paper.pdf
Vale la pena leerlo para evaluar la metodología utilizada por la autora. Por favor, háganlo. Creo que el tema amerita un debate serio.
Gart Valenc
twitter: @garvalenc