En el tramo inicial de 2013, la economía mexicana ha registrado una desaceleración importante. Este análisis explica las razones, entre ellas una disminución en el gasto gubernamental, y pronostica una recuperación para la segunda mitad del año.
El arranque del Gobierno de Enrique Peña Nieto estuvo acompañado de un abrupto e inesperado tropezón: en el primer trimestre del presente año, el PIB real registró un crecimiento de solo 0.8% anual, el más bajo desde 2010. En particular, el PIB real del sector industrial decreció 1.5% anual, debido a que las manufacturas cayeron 1.6% y la construcción 2.3%. A su vez, la expansión del PIB real de los sectores de servicios y agropecuario se desaceleró, pues aumentaron 1.9 y 2.8% anual, respectivamente.
Aunque el bajo crecimiento de la actividad económica en el primer trimestre del año se explica, en parte, por factores estacionales (si se toma en cuenta el factor “Semana Santa”, el crecimiento anual de la economía sería en realidad de 2.2%), existen también otras causas. La primera se refiere al debilitamiento de la demanda externa, ya que las exportaciones manufactureras crecieron únicamente 0.6% en el primer trimestre del año, luego de haber aumentado 9.2% en el mismo periodo del año pasado. Otro factor que hay que considerar, y que también fue determinante, por el lado de la demanda interna, es el relativo a la fuerte contracción del gasto público observada en los primeros tres meses del año, pues el gasto corriente —que tiene un impacto directo en la actividad económica— decreció 11% en términos reales. Específicamente, el gasto corriente disminuyó 11.2% anual, en tanto que el gasto de inversión en infraestructura retrocedió 6.9% anual.
Otro factor igualmente importante es el que se refiere al virtual estancamiento de la inversión fija bruta del sector privado (variable estratégica que anticipa el crecimiento futuro de la economía) pues, de acuerdo con estimaciones del Centro de Análisis Macroeconómico (Camacro), creció solo 1.3% en los primeros tres meses del año, lo que contrasta con el incremento de 9.9% observado en el mismo trimestre de 2012. Finalmente, el gasto privado en consumo (el principal componente de la demanda agregada) aumentó en los primeros tres meses del año solo 1.2%, de acuerdo con el Camacro. Esta tasa resulta baja si se la compara con la de 4.6% observada el año pasado en el mismo periodo.
El escaso incremento en el gasto familiar en bienes y servicios observado en el primer trimestre del año no fue mayor debido al moderado avance del empleo y de las remuneraciones reales, de 1.3% en ambos casos, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI. De esta manera, en el primer trimestre del año la masa salarial real creció 2.7%. También contribuyó marginalmente a ello el hecho de que la tasa promedio anual de inflación en el primer trimestre fuera de 3.7%, menor a la de 4.1% observada en el último trimestre del año pasado. Pese a lo anterior, el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (indicador que tiene como propósito medir la proporción de personas que no pueden adquirir la canasta básica con el ingreso de su trabajo) aumentó 4.3% anual en el primer trimestre del presente año. En cuanto al comportamiento de la Tasa de Ocupación Parcial y Desocupación, se aprecia una moderada disminución de 11.1% de la Población Económicamente Activa (PEA) en el primer trimestre de 2012 a 10.9% en el primero del presente año.
Pese al contratiempo del primer trimestre, la perspectiva para el resto del año es favorable pues se prevé que la actividad económica repunte gradualmente en los siguientes meses, en la medida en que la demanda externa se recupere (en abril las exportaciones manufactureras crecieron 6.8% anual, las extractivas 51.6% y las agropecuarias 16.5%) y el gasto público empiece a ejercerse (en abril el gasto corriente aumentó 8.9% real anual, aunque el gasto en inversión física decreció 8.2% real anual). Por otra parte, es factible prever que la inversión privada comience a reactivarse debido al impacto potencial que tendrán sobre el crecimiento económico las reformas estructurales que el Gobierno está concretando a través del Pacto por México, y que se estima que podrían contribuir a que la actividad económica se incremente en los siguientes años en alrededor de 1.5 puntos del PIB.
Por lo pronto, la tasa de crecimiento económico prevista por el Camacro para el presente año será de 3% en promedio, menor a la de 3.9% registrada en los dos últimos años e inferior a la tasa potencial de 4.0%. Se estima, en particular, que en 2013 las exportaciones de manufacturas aumenten 6.1%, luego de crecer 8.4% el año pasado. Lo anterior permitirá que el PIB real de la industria manufacturera se eleve 2.3%; este porcentaje es, sin embargo, menor a los de 4.9 y 4.3% observados en 2011 y 2012. Por su parte, el PIB real del sector servicios aumentará 3.7%, avance inferior al 4.8 y 4.1% registrados en los dos últimos años. Finalmente, el PIB real del sector agropecuario experimentará una contracción de 1.5%, tras crecer 6.7% el año pasado.
De acuerdo con las proyecciones del Camacro, en 2013 el empleo crecerá 1.5% —lo que implica la generación de 576 mil nuevos empleos— y las remuneraciones medias anuales reales de la población ocupada aumentarán 0.8%. Lo anterior, como resultado de un incremento nominal de 4.8% en las remuneraciones medias anuales y una tasa anual de inflación de 3.9%. Así, la tasa anual de inflación prevista se ubicará en el limite máximo del intervalo de inflación de 2-4% establecido por el Banco de México en su programa de política monetaria. Como consecuencia del crecimiento del empleo y de las remuneraciones reales, en 2013 el gasto privado en consumo de las familias aumentará 3%, tasa menor a las de 4.4 y 3.3% registradas en 2011 y 2012. Finalmente, se prevé que en el presente año la inversión fija bruta total se eleve 3.8%, tras crecer 5.9% en 2012. En cuanto al gasto programable del sector público presupuestal, se estima para el presente año un aumento de solo 0.7% real, resultado de un ascenso de 2.3% en el gasto corriente y una caída de 3.6% en el gasto de inversión. De esta manera, el coeficiente inversión fija bruta total/PIB prácticamente no se modifica, pues pasa de 21.9% en 2012 a 22.1% en 2013. Para que la economía mexicana logre tasas de crecimiento altas y sostenidas —de entre 5 y 6% al año— es necesario que dicho coeficiente aumente a 30% como proporción del PIB. Sin embargo, lo anterior solo será factible si las principales fuerzas políticas del país logran negociar y concretar en los últimos meses del presente año una reforma hacendaria y energética profunda.
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RICARDO PELTIER SAN PEDRO es sociólogo egresado de la UNAM y director general del Centro de Análisis Macroeconómico (Camacro).
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