Ésta es una de las preguntas a las que me he enfrentado en más ocasiones. La formulación misma parece contraponer a las lenguas que sí pueden escribirse contra aquellas que no cuentan con esta tradición. Hay un supuesto de que las lenguas indígenas no cuentan con tradición escrita y que eso de algún modo las hace menos valiosas que el español. Las lenguas indígenas se escriben y aún más importante: se pueden escribir, como todas las lenguas del mundo.
La división entre lenguas de tradición oral y lenguas de tradición escrita me parece ficticia: no existe. No es una característica intrínseca de una lengua poseer tradición escrita o tradición oral. Casi me atrevería a decir que todas las lenguas del mundo se utilizan para la tradición oral y para todas las lenguas del mundo es posible desarrollar tradición escrita.
En el caso de las lenguas mexicanas, muchas de ellas contaron con una tradición escrita, prehispánica o colonial, que en la mayoría de los casos fue interrumpida por el combate al uso de las lenguas que como política lingüística implementó el Estado mexicano casi desde que fue creado.
Es muy frecuente que, cuando se habla de escritura en lenguas indígenas, se ignore el hecho de que Mesoamérica fue uno de los lugares del mundo en los que surgió la escritura como muchos estudiosos han probado. Además de la abundante evidencia de tradición escrita prehispánica en estas lenguas, también es importante considerar toda la producción escrita con abecedario latino durante la época colonial. Contrario a lo que de inicio podría suponerse, una vez que se conforma el Estado mexicano y el combate al uso de las lenguas originarias se instaura en las políticas públicas, el desarrollo de la escritura en lenguas originarias se vio truncado.
Me parece fundamental reconocer que, al menos en el caso de las lenguas mesoamericanas, los esfuerzos actuales por el desarrollo de la lengua escrita deben enmarcarse en el reconocimiento de una tradición escrita existente que fue truncada. El estado actual de la producción escrita en lenguas indígenas no se debe a características intrínsecas de estas lenguas sino a factores históricos y sociales externos. La mayoría de las personas que pertenecemos a pueblos indígenas no escribimos y leemos en nuestras lenguas debido a que han sido discriminadas y su uso ha sido combatido. Esa es la razón que subyace y que explica todo.
No es que las lenguas indígenas sean menos propicias o adecuadas para la escritura, no es que los sonidos de estas lenguas sean demasiados complejos como para escribirlos como alguna vez escuché en un debate por televisión, no es que sea necesario primero describir toda la gramática antes de escribir, no es que falte antes confeccionar diccionarios: la explicación es que no nos han dejado. Si por mucho tiempo el uso oral cotidiano ha sido prohibido o menospreciado imaginen si hubiera sido posible desarrollar el uso de la lengua escrita. Justo ahora que al menos en la legislación las lenguas indígenas vuelven a ser reconocidas, el trabajo para fortalecer la oralidad casi se ha llevado a la par que el desarrollo de la lengua escrita.
Aunque pensándolo bien, con los resultados que hay en cuanto a la comprensión de lectura y a las habilidades de redacción en alumnos nativo hablantes del español, mejor será que no sea el Estado mexicano el encargado de impulsar la lengua escrita en el caso de las lenguas indígenas. Mejor no me ayudes compadre.
“Mejor no me ayudes, compadre”. Genial.