Un fantasma recorre México: el fantasma de la obesidad y el sobrepeso. En los últimos años, estos padecimientos y las patologías derivadas de ellos —la diabetes mellitus tipo 2 y varias enfermedades cardiovasculares— se han convertido en uno de los principales problemas de salud pública en el país. Siete de cada diez adultos y uno de cada tres niños mexicanos tienen obesidad o sobrepeso.1 Normalmente se piensa que la llamada “comida chatarra” y los malos hábitos alimenticios son la única causa del problema. Sin embargo, a menudo se olvida la otra parte de la ecuación: además de una dieta balanceada, es indispensable abatir el sedentarismo que hoy afecta a la población. AA
Panorama de la inactividad física
y el sedentarismo en México
Las innovaciones tecnológicas recientes han hecho que nuestro estilo de vida sea cada vez más sedentario, es decir, con episodios breves y ocasionales de actividad moderada o vigorosa durante el día. Las actividades relacionadas con el trabajo, el transporte y el tiempo libre se han convertido en tareas de muy baja demanda energética. Mientras que hace algunas décadas, por ejemplo, había que levantarse y dar unos pasos para platicar con un colega de la oficina, hoy todo se puede resolver con un correo electrónico.2 La prevalencia del sedentarismo —que viene del latín sedere, “sentarse”— es preocupante, especialmente si se toma en cuenta que este es uno de los factores de riesgo de mortalidad más importantes en México.3 La inactividad física está directamente relacionada con la aparición y falta de control de enfermedades crónicas como obesidad, hipertensión, diabetes mellitus tipo 2, osteoporosis y ciertos tipos de cáncer.4
Para medir la prevalencia de inactividad física y sedentarismo, en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut) se recurrió a varios indicadores. Por una parte, se preguntó a los niños y adolescentes de 10 a 14 años si habían realizado alguna actividad física organizada durante los últimos 12 meses previos a la encuesta. Solamente 2.5% reportó haber hecho tres o más actividades; 38.9% realizó una o dos actividades, y más de la mitad, 58.6%, ninguna.5
Por otra parte, se clasificó a adolescentes (15 a 19 años) y a adultos (20 a 69 años) en tres categorías: (1) activos, para aquellos que informaron realizar al menos siete horas a la semana de actividad moderada y/o vigorosa; (2) moderadamente activos, para los individuos que informaron realizar menos de siete horas y al menos cuatro; y (3) inactivos, para aquellos que realizan menos de cuatro horas. En el grupo de los adolescentes, 22.7% es inactivo, 18.3% es moderadamente activo y 59% es activo.6 Puesto de otro modo, cuatro de cada diez adolescentes en México no son suficientemente activos. Por su parte, la prevalencia de inactividad física en adultos casi se duplicó entre 2006 y 2012.7 Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2012, solo tres de cada diez personas mayores de 11 años realizan algún deporte o ejercicio físico durante la semana y, en promedio, estas personas dedican menos de 40 minutos diarios a la actividad física.8
Otro indicador de sedentarismo es el tiempo que los individuos pasan frente a una pantalla, incluyendo televisión, computadora, películas, novelas y videojuegos. Según la Ensanut 2012, únicamente uno de cada tres niños y adolescentes (10 a 14 años) reportó haber cumplido con la recomendación de pasar un máximo de dos horas diarias frente a una pantalla, mientras que 39.3% reportó pasar más de dos y menos de cuatro horas, y 27.7% cuatro o más horas diarias frente a una pantalla. En el grupo de adolescentes de 15 a 19 años la situación es similar: 36.1% reportó no excederse de dos horas, mientras que 63.9% refirió pasar más de dos horas diarias frente a una pantalla. De estos, casi la mitad supera las cuatro horas. Por último, aproximadamente la mitad de los adultos pasan más de dos horas diarias frente a una pantalla.9
A estos datos se puede agregar que alrededor de 81.6% de las actividades que los adultos reportaron durante el día son sedentarias o inactivas.10 Los adultos ocupan, en promedio, 1:40 horas de su tiempo diario en transportarse de manera inactiva, 3:30 horas en estar sentados y 7:30 horas en dormir.11 En suma, la prevalencia de inactividad física y sedentarismo en México es alarmante. La epidemia de obesidad que sufre el país se puede atribuir, en gran parte, a esta situación. Por primera vez en la historia, existe el riesgo de que las siguientes generaciones vivan menos que nosotros. Hay que frenar esta tendencia.
Activarse 60 minutos diarios
En el pasado, desde diferentes ámbitos gubernamentales y privados se buscaron soluciones para incorporar la activación física a los hábitos de la población. Desgraciadamente, la cobertura fue limitada y los esfuerzos no tuvieron continuidad, por lo que no se logró hacer de la activación física un valor compartido por todos los mexicanos. Si analizamos las acciones que hoy tienen éxito, el común denominador es que son de fácil acceso, con cobertura universal y bajo costo. En los países que han puesto en marcha programas de activación física, las acciones son sencillas, sin fórmulas mágicas y, especialmente, tienen continuidad.
Con estos elementos en mente, propongo una estrategia muy sencilla: que cada uno de los mexicanos se active por lo menos 60 minutos diarios. Para ser una persona activa no se necesita ser un deportista de alto rendimiento; la activación física es, más bien, el paso intermedio entre el sedentarismo y la práctica regular de un deporte. No es suficiente que los pocos mexicanos que ya participan en carreras o torneos deportivos sigan haciéndolo. Es indispensable llegar a los millones de mexicanos atrapados en el sedentarismo que hoy sufren las consecuencias de no ser activos. Según datos de la encuesta que hicieron conjuntamente la Universidad del Valle de México y Queremos Mexicanos Activos, hay cuatro “enemigos” a vencer: la falta de tiempo, la falta de motivación, la idea de que la activación física es costosa y la excusa de no saber cómo hacerlo.
Para derrotar a estos “enemigos”, se necesita que el Gobierno, la iniciativa privada y la sociedad civil coordinen sus esfuerzos. Todos los involucrados en la promoción de la actividad física debemos acordar una sola meta y ceder un poco para diseñar un proyecto común. Empecemos en la familia, el núcleo básico donde se forman los hábitos y costumbres de los ciudadanos. Sugiero que las familias mexicanas se comprometan a que todos sus integrantes se activen físicamente durante un mínimo de 60 minutos diarios, caminando a la escuela, paseando a pie los fines de semana, jugando o realizando ejercicios juntos, dejando los vehículos estacionados lo más lejos posible y subiendo siempre por las escaleras.
Las escuelas y universidades también pueden hacer enormes contribuciones para modificar las actitudes y hábitos culturales de las nuevas generaciones. No se trata de sobrecargar los programas docentes o de restar tiempo al aprendizaje. La propuesta es muy sencilla: la activación física debe tener un valor curricular, pero se debe llevar a cabo especialmente fuera de las escuelas. Propongo un acuerdo entre padres y maestros para que los niños y jóvenes mexicanos estén conscientes de la importancia de activarse físicamente; la tarea, además de español y matemáticas, debe ser activarse 60 minutos diarios.
En el sector productivo hay mucho por hacer. Son muy pocas las empresas que fomentan y promueven la activación física entre todos sus colaboradores. Cada una de las empresas —grandes, medianas o pequeñas— debe fomentar la activación física entre sus empleados brindando la información y las facilidades necesarias. Las empresas también se deben comprometer a que sus empleados se activen 60 minutos diarios.
Otra arma para combatir el sedentarismo es convertir la ciudad en nuestro gimnasio. Las autoridades responsables deben asegurarse de que la infraestructura facilite y estimule la activación física con banquetas, áreas deportivas, parques y jardines en buen estado. Los funcionarios también pueden apoyar con programas y monitores que orienten a la sociedad, como ya ha empezado a ocurrir en algunas ciudades, incluida la capital de la República. Además, necesitamos generar un Índice de Ciudades Activas que integre un catálogo sobre los programas y la infraestructura mínima requerida para la activación física en cada ciudad. Se sugiere otorgar un reconocimiento de Ciudad Activa, similar al de Pueblo Mágico, para todos los centros urbanos que adapten su infraestructura y establezcan programas de activación física.
El país vive momentos críticos en términos de salud pública. No dejemos ir la oportunidad de iniciar una transformación profunda al incorporar la activación física a los hábitos de los mexicanos. Iniciemos una revolución saludable, rebelémonos contra los enemigos de la activación y prevengamos las enfermedades crónicas que deterioran nuestra calidad de vida.
1 Instituto Nacional de Salud Pública, “Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012. Obesidad en adultos: los retos de la cuesta abajo”, consultado en <http://ensanut.insp.mx>.
2 David W. Dunstan, Genevieve M. Healy, Takemi Sugiyama y Neville Owen, “‘Too much sitting’ and metabolic risk – has modern technology caught up with us?”, en European Endocrinology, 6, 2010, p. 20.
3 Instituto Nacional de Salud Pública, “Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012. Resultados de actividad física y sedentarismo en personas de 10 a 69 años”, consultado en <http://ensanut.insp.mx>. En adelante, Ensanut 2012, “Actividad física y sedentarismo”.
4 Mark Tremblay, Rachel Colley, John Saunders, Genevieve Healy y Neville Owen, “Physiological and health implications of a sedentary lifestyle”, en Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism, 35, 2010, pp. 731-733.
5 Ensanut 2012, “Actividad física y sedentarismo”.
6 Ídem.
7 Ídem.
8 Instituto Nacional de Estadística y Georgrafía, Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2009, consultado en <http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/Proyectos/Encuestas/Hogares/especiales/enut/enut2009/default.aspx>.
9 Ensanut 2012, “Actividad física y sedentarismo”.
10 Ídem.
11 Ídem.
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ANTONIO ARGÜELLES es presidente de Queremos Mexicanos Activos, AC.