Este País da la bienvenida a los ciudadanos que han decidido pasar del descontento a la acción. A partir de este número, publicaremos los testimonios de hombres y mujeres que se están involucrando en los asuntos públicos de nuestro país.
Durante los siguientes 12 meses, esta nueva sección será un espacio para el ciudadano de a pie, sin canonjías, como casi todos nosotros, pero que consciente del papel que le toca jugar dentro de la sociedad mexicana ha decidido hacer más que simplemente habitar este país, ha entendido que su aportación suma, sabe que preocuparse hoy únicamente por su bienestar y el de los suyos ya no es suficiente.
Aquí, este individuo compartirá con los lectores lo que sí es posible llevar a cabo en materia de participación ciudadana en nuestro país.
¿Qué podemos hacer? Es la pregunta que frecuentemente surge como tema de discusión en la sobremesa, en la junta editorial del periódico o en el aula académica, entre otros muchos foros. Es una cuestión que despierta reacciones diversas y que sigue un patrón bien definido: (1) las cosas en México no son lo que debieran ser, (2) mientras la sociedad no participe las cosas no van a mejorar y, finalmente, (3) ¿cómo cambiar?
Aunque la conversación suele iniciar de distintas maneras, los participantes casi siempre ven el vaso medio vacío: “El país no crece”, “Es más de lo mismo”, “El Gobierno actual está haciendo las cosas muy mal”, etcétera. El punto central es el mismo: invertimos mucho tiempo en referirnos a las cosas negativas que suceden en México. Nada nuevo. Así, con este tono, hemos vivido muchísimos años.
Sin embargo, el punto a destacar es el comentario que comúnmente remata estas conversaciones: “Mientras la sociedad no participe, las cosas no mejorarán”. ¡Ah! Un enorme paso hacia adelante. Reflexionemos positivamente sobre la espontaneidad y la recurrencia de este comentario. Démosle su justa dimensión. Ucrania es el ejemplo más reciente del significado y el poder de la participación ciudadana.
Sin embargo, aunque esta afirmación genera esperanza, también refleja una limitación fundamental: “Mientras la sociedad no participe…”. Esto es, los otros, no yo.
Qué distinto sería decir y escuchar: “Mientras nosotros, la sociedad, no participemos”. Esta primera persona del plural compromete, exige, desnuda, confronta. Si uno se escucha a sí mismo plantearlo así, emerge un sentimiento de culpa que incomoda. De modo que mejor ponemos distancia y lo dejamos en un visionario: “Mientras la sociedad no participe”, delegando cómodamente la responsabilidad en alguien más.
Llega entonces a la charla la pregunta final: “¿Qué podemos hacer?”, y aquí concluye el intercambio de ideas. Pareciera que no hay respuestas. Como dice Milan Kundera en La insoportable levedad del ser: “Son las preguntas sin respuesta las que fijan los límites de las posibilidades del ser humano, las que describen las fronteras de la existencia humana”.
Afortunadamente, ya hay ciudadanos que están haciendo algo al respecto en nuestro país, que están contestando esa pregunta, sin siquiera habérsela planteado. Y son muchos más de los que imaginamos.
En los siguientes 12 números de Este País, compartiremos las experiencias de individuos que han reconocido la importancia de la participación ciudadana y que hoy ya hacen algo al respecto, con la clara convicción de que si como sociedad no nos involucramos en los asuntos públicos, las cosas no mejorarán, o lo harán muy lentamente.
Esta columna tendrá tres principios rectores: en primer lugar, la disposición del ánimo será optimista, no por ingenuidad sino porque los avances logrados demuestran claramente que hay esperanza; en segundo lugar, será un espacio vivencial, porque los autores contarán sus propias historias y compartirán ejemplos de las cosas que ya hacen, y, finalmente, buscará movernos a la reflexión y de ahí a la acción.
¿Cuál es el propósito? Si al final de estas 12 colaboraciones al menos un ciudadano más decide que la respuesta a la pregunta ¿qué sí se puede hacer? depende de ella o él mismo, y esto lo impulsa a actuar, evitando delegar la respuesta a terceros, la columna habrá cumplido con su cometido.
__________
EDMUNDO VALLEJO VENEGAS fue presidente y director general de General Electric América Latina. Actualmente es profesor de Política de Empresa en el IPADE y consejero de la revista Este País.